Los 3 tipos de taquicardia

Cuando se produce una taquicardia, el corazón se ve obligado a bombear sangre a mayor velocidad, pero sin conseguir transportar suficiente oxígeno. Este sobreesfuerzo puede producir síncopes y desmayos.
Los 3 tipos de taquicardia
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 08 julio, 2021

Mientras estamos sentados leyendo, trabajando en el ordenador, reposando la comida o caminando tranquilamente, lo habitual es que tengamos entre 60 y 90 latidos por minuto. En cambio, cuando haciendo esas mismas actividades tenemos a partir de 100 latidos por minuto, estamos ante alguno de los tipos de taquicardia.

La taquicardia puede definirse como una frecuencia cardíaca mayor a 100 latidos por minuto. Es justo esa sensación que describimos como tener el corazón acelerado o galopando, y que nos pone en alerta.

Síntomas de la taquicardia

Aunque hay casos en los que la taquicardia puede no causar síntomas, en otros produce mareos, debilidad generalizada, dificultades para respirar, sensación de ahogo, palpitaciones, molestias en el tórax y dolor de pecho. Puede incluso llevar a síncopes o desmayos.

Las taquicardias asintomáticas no necesariamente son benignas. Por ello mismo, es importante hacerse un chequeo médico completo para detectar el problema y darle un tratamiento adecuado antes de que pueda producir una eventualidad mayor.

Factores de riesgo para padecer taquicardia

El corazón puede acelerarse y producir taquicardia por diversos motivos. Aunque la lista es extensa, vamos a resumir los factores de riesgo en 3 grandes grupos y orígenes: los que provienen del aparato cardiovascular en sí, los referidos a otras situaciones patológicas y los que dependen del estilo de vida.

Problemas del sistema cardiovascular

Otros problemas de salud

Estilo de vida

Taza de café.
El café en exceso es capaz de generar pequeños cambios en la frecuencia cardíaca, casi siempre benignos.

Tipos de taquicardia

Como indica la literatura científica, en ocasiones es normal que el corazón se acelere. Esto es esperable al hacer ejercicio, al estar enfermos o sufrir un traumatismo.

Es decir, es normal que los tipos de taquicardia surjan como respuesta a un estrés fisiológico normal. Sin embargo, cuando el corazón se acelera debido a una afección y no al estrés fisiológico, estamos ante una variante patológica.

Los expertos del Texas Heart Institute explican que existen diversos tipos de taquicardia, según el sitio donde se origine la aceleración del ritmo. Por ejemplo, la taquicardia ventricular comienza en los ventrículos, mientras que la supraventricular lo hace por encima de ellos.

Algunos tipos de taquicardia pueden ser incómodos, pero de carácter benigno, leve y transitorio, mientras que otros sí son preocupantes y requieren atención médica. Sobre esto hablaremos con mayor detalle.

1. Taquicardia sinusal

Como indican los expertos, la taquicardia sinusal implica una frecuencia cardíaca elevada, pero a pesar de ello, el corazón funciona con normalidad. Los latidos aparecen de forma organizada y regular. Suele ser asintomática, por lo que tiene un pronóstico benigno.

La mayoría de las causas más frecuentes tienen que ver con estímulos habituales y cotidianos, como subir escaleras, correr, hacer ejercicio, pasar un susto, emocionarse. Aunque también puede ocurrir por hipertiroidismo, anemia, insuficiencia cardíaca, consumo de alcohol o drogas ilegales.

Aunque no suele requerir un tratamiento como tal, es importante atender la causa que la origina para prevenir incomodidades. Por ejemplo, si el origen es el estrés o la ansiedad, es recomendable buscar ayuda profesional.

2. Taquicardias supraventriculares

Las taquicardias supraventriculares están causadas por alteraciones en las cámaras superiores del corazón, las aurículas o el nodo auriculoventricular. Veamos cada una por separado.

Taquicardia auricular

La taquicardia auricular suele producirse por problemas de salud crónicos, como una enfermedad cardíaca congénita (sobre todo si llegó a requerir cirugía), una infección o el consumo de alcohol o drogas.

Este tipo de taquicardia aumenta de manera gradual, hasta alcanzar los 100 latidos por minuto, para luego bajar a 60 u 80 latidos por minuto. En algunos casos, esto puede darse de manera abrupta.

Por todo lo anterior, requiere tratamiento. En los casos más graves puede incluir la posibilidad de una cirugía.

Fibrilación auricular

La fibrilación auricular causa un ritmo rápido e irregular debido a movimientos convulsivos de fibras musculares individuales del corazón. Esto puede hacer que se acumule sangre en las cavidades superiores del corazón y se formen coágulos.

El tratamiento de la fibrilación auricular incluye medicamentos para reducir el riesgo de que se produzca un accidente cerebrovascular y un intento de cardioversión. Respecto a esto último, se evaluará si conviene hacerlo de manera medicamentosa o con descarga eléctrica programada.

Aleteo o flutter auricular

Cuando las aurículas laten muy rápido y se contraen antes de lo debido, haciendo que los ventrículos latan también de manera ineficiente, se habla de que existe un flutter o aleteo auricular. En este tipo de taquicardia la frecuencia es de 150 latidos por minuto. El flutter también se conoce como contracciones auriculares prematuras (CAP).

Taquicardias paroxísticas supraventriculares

La taquicardia supraventricular o taquicardia supraventricular paroxística también tiene origen en las aurículas y puede producir una frecuencia cardíaca de 150-250 latidos por minuto. Suele presentarse con mayor frecuencia en bebés y personas jóvenes. De este último grupo destacan las personas ansiosas y de sexo femenino.

Este tipo de taquicardia puede producir síntomas como dolor de pecho, palpitaciones, dificultad para respirar y malestar en general. Requiere tratamiento. El alto consumo de café y alcohol eleva el riesgo de que se presenten.

3. Taquicardias ventriculares

Las taquicardias ventriculares tienen origen en alteraciones de los ventrículos, que son los encargados de llevar la sangre al resto del cuerpo. Se considera una variante maligna.

Taquicardia ventricular sostenida

La causa de la taquicardia ventricular sostenida suele ser una cardiopatía. Este tipo de taquicardia hace que la frecuencia cardíaca se eleve muy por encima de lo normal y se mantenga así de forma continua.

Produce síntomas como mareos, dolor, palpitaciones y hasta pérdida de conciencia. Supone un alto riesgo vital, por lo que requiere tratamiento con desfibrilador o fármacos.

Taquicardia ventricular no sostenida

De acuerdo con la Cardioteca, este tipo de taquicardia es de naturaleza asintomática, aunque pueden percibirse palpitaciones. En pacientes con comorbilidades suelen ser un marcador de riesgo de muerte súbita. Aparece de repente y cede al cabo de unos 30 segundos.

Desfibrilación en un hospital por un tipo de taquicardia.
No siempre la desfibrilación se hace de urgencia. En algunas arritmias se programa bajo turnos.

Extrasístoles ventriculares

También llamadas latidos ventriculares prematuros, se trata de un tipo de taquicardia ventricular que tiene origen en una alteración de un punto concreto del ventrículo, haciendo que el corazón se adelante fuera de la secuencia que le corresponde. Luego realiza una pausa hasta el siguiente latido normal, para compensar.

Aunque puede ser asintomática en algunos casos, en otros produce molestias que requieren abordaje. Sobre todo si la persona sufre de algún tipo de cardiopatía o tiene antecedentes relevantes.

Fibrilación ventricular

La fibrilación ventricular es el tipo de taquicardia más grave. Esto es porque causa latidos irregulares de manera descontrolada, pudiendo hacer que la cifra sea mayor de 300 por minuto.

A pesar del sobreesfuerzo que realiza para intentar realizar sus funciones, el corazón apenas consigue bombear sangre y por ello es común que la persona pierda el conocimiento. Esta situación requiere asistencia médica inmediata para prevenir un desenlace fatal.

¿Cuándo ir al médico?

La taquicardia hace que el corazón realice un sobreesfuerzo a la hora de bombear sangre, teniendo que cumplir sus funciones más rápido de lo normal, pero sin poder transportar todo el oxígeno que el resto del cuerpo necesita. Esto, sin un tratamiento adecuado, puede afectar la función cardiaca y reducir la esperanza de vida.

Aunque no todos los tipos de taquicardia suponen un alto riesgo para la salud, es necesario que sean controlados periódicamente por un médico. De esta manera, se les podrá dar el tratamiento más adecuado y prevenir complicaciones en el futuro.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.