Labio leporino y paladar hendido: todo lo que debes saber

El labio leporino y el paladar hendido impactan en la vida de los niños y adultos que los padecen. Pero con un abordaje temprano se pueden resolver.
Labio leporino y paladar hendido: todo lo que debes saber
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 20 mayo, 2024

El labio leporino y el paladar hendido son condiciones médicas que afectan el desarrollo de la boca durante la etapa embrionaria. Se producen cuando las estructuras bucales del bebé no se forman adecuadamente durante el embarazo.

Estos dos defectos congénitos, a menudo, se presentan juntos y se agrupan bajo el nombre de hendiduras orofaciales. Y aunque los pacientes con el problema vean afectada su calidad de vida, es posible instaurar terapias efectivas que reduzcan las secuelas.

¿Cómo se presentan el labio leporino y el paladar hendido?

Ambas malformaciones se producen por un inadecuado desarrollo de las estructuras de la boca. A veces aparecen como condiciones aisladas y, otras veces, se combinan.

En el caso del labio leporino, lo que sucede es que el labio superior no se forma por completo y presenta una o dos aberturas. La fisura puede ser pequeña o una gran división que abarca hasta la nariz. Estará presente en un solo lado, en ambos o en el medio.

En cuanto a la fisura del paladar, es una condición que se produce porque el techo de la boca no se cierra de modo normal y deja un espacio abierto. Podrá ubicarse el defecto en la zona anterior, en la posterior o en ambas.

Tanto el labio leporino como el paladar hendido se encuentran entre los defectos congénitos más frecuentes. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades calculan que en los Estados Unidos:

  • 1 de cada 1700 bebés nace con paladar hendido.
  • Cerca de 1 de cada 1600 bebés nace con labio leporino y paladar hendido.
  • Alrededor de 1 de cada 2800 bebés nace con labio leporino sin paladar hendido.


¿Cómo se desarrollan estas malformaciones?

Dentro del vientre materno, durante el desarrollo del bebé, los tejidos de la cabeza crecen desde el exterior hacia el centro. En ese centro o medio existe una separación.

En algún momento, entre las semanas 6 y 11 del embarazo, la parte derecha e izquierda de la cara se deben fusionar y la separación central tiene que dejar de existir. De esta unión surgen las estructuras faciales, incluidos los labios y la boca.

Si la fusión nunca ocurre o es parcial, queda una abertura. Allí aparece el labio leporino o el paladar hendido.

Para distinguir ambos procesos, podemos mencionar lo siguiente:

  • Los labios se forman entre las semanas 4 y 7 del embarazo. El labio leporino se produce cuando el tejido que forma los labios no logra unirse por completo antes del nacimiento. Esto origina una abertura.
  • El paladar se forma entre las semanas 6 y 9 del embarazo. La fisura palatina ocurre cuando la unión de las estructuras que conforman el techo de la boca no logra completarse. De esta manera, la cavidad bucal y la nasal quedan comunicadas.

Causas del labio leporino y el paladar hendido

Las causas precisas aún son desconocidas. Hay distintas circunstancias que confluyen y que configuran un problema complejo y multifactorial. Es posible que intervengan factores genéticos y ambientales.

Las investigaciones sugieren que ciertos genes aumentan la predisposición a padecer estas malformaciones. Además, la existencia de un historial familiar positivo incrementa las posibilidades de que se repita el trastorno en hijos y nietos.

La fisura también puede ser un signo más dentro de un síndrome hereditario. El labio leporino y el paladar hendido se asocian con más de 400 síndromes.

Por otro lado, hay factores ambientales que interaccionan con la genética e incrementan el riesgo. Entre estos podemos mencionar los siguientes:

  • El uso de ciertos medicamentos durante el embarazo.
  • Exposición a sustancias tóxicas, como alcohol, tabaco o drogas.
  • Las deficiencias nutricionales de la madre, como la carencia de ácido fólico.
En algunos casos, los bebés heredan un gen que aumenta su probabilidad de desarrollar la hendidura. Luego, un detonante ambiental hace que la fisura efectivamente se produzca.

Complicaciones

Los pacientes con hendiduras orofaciales suelen padecer varias complicaciones asociadas a la abertura en su boca, como las siguientes:

Además de los síntomas físicos y funcionales, las malformaciones tienen implicancias emocionales y psicológicas. Quienes nacen con labio leporino y paladar hendido enfrentan desafíos para su autoestima, para las relaciones sociales y para el desarrollo psicológico.

Un estudio cualitativo publicado en 2019 analizó la calidad de vida de los niños con labio y paladar hendido. Se encontró que el bienestar funcional y socioemocional era insuficiente en ellos.

Diagnóstico de labio leporino y paladar hendido

En general, las fisuras orofaciales se detectan y diagnostican de inmediato, al momento del nacimiento. De todos modos, gracias a las nuevas tecnologías, las ecografías prenatales permiten identificar el problema durante el embarazo, antes del parto o cesárea.

Algunos casos requieren pruebas adicionales, como resonancias magnéticas o análisis genéticos. Así, se completa la información sobre la gravedad de la malformación, los alcances dentro del cráneo y el tratamiento que resultaría más adecuado a futuro.



Tratamientos disponibles

Las terapias para los niños con hendiduras orofaciales varían según la gravedad de la fisura, las necesidades del paciente y la presencia de síndromes u otros defectos de nacimiento. Siempre se debe abordar el problema de manera interdisciplinaria, ya que compromete a varios aspectos del organismo.

El equipo de atención incluye pediatras, cirujanos maxilofaciales, otorrinolaringólogos, odontopediatras, ortodoncistas, logopedas y psicólogos.

El tratamiento en sí se divide en dos etapas principales:

  1. Las intervenciones quirúrgicas necesarias para cerrar las fisuras.
  2. Las prácticas de apoyo y las terapias para la rehabilitación de las funciones.

1. Tratamiento quirúrgico del labio leporino y el paladar hendido

Se realizan cirugías en distintas etapas del crecimiento del niño para cerrar el labio y el paladar hendido y mejorar las funciones orales y la apariencia. En general, los pasos son los siguientes:

  1. La primera operación resuelve la fisura labial y se denomina queiloplastia. Suele hacerse durante los primeros 12 meses de vida. Al cerrarse la hendidura, mejora la forma del labio superior y de la nariz, aunque suele dejar una pequeña cicatriz.
  2. La segunda cirugía es la palatoplastia, una intervención que cierra la hendidura del paladar. Se realiza entre los 12 y los 18 meses de edad, antes de que el niño comience a hablar. Con este procedimiento, la boca y la nariz dejan de estar comunicadas.
  3. En algunos casos, se requieren nuevas intervenciones. Ello se definirá llegado el momento y de acuerdo al criterio de los profesionales que intervienen.

2. Tratamientos de apoyo

Más allá de que el tratamiento quirúrgico es fundamental para corregir el defecto, no alcanza por sí solo para recuperar las funciones normales de la boca. El complemento de las disciplinas especializadas mejoran las condiciones orales y la calidad de vida.

  • Logopedia: tratamientos y ejercicios fonoaudiológicos para resolver las dificultades para hablar.
  • Controles auditivos: permiten detectar y tratar las infecciones de oído y la hipoacusia que suelen vincularse a las hendiduras.
  • Puericultura: es el acompañamiento y la educación a la madre de un bebé con fisura. Entre otras cosas, se le enseña a amamantarlo.
  • Prótesis temporales: cuando existen hendiduras palatinas, es necesario colocar placas protéticas que evitan el pasaje de los alimentos hacia la nariz. Se utilizan hasta el momento de la cirugía de cierre del paladar.
  • Psicología: asumir y aceptar estas malformaciones tan visibles resulta difícil para el paciente y para su entorno familiar. El acompañamiento en salud mental aporta herramientas útiles para sobrellevar la condición.
  • Odontología y ortodoncia: el seguimiento del desarrollo de los maxilares y de la erupción dentaria es clave. Muchas veces se necesitan aparatos de ortodoncia para guiar el crecimiento óseo y reposicionar las piezas dentarias.

Un pronóstico alentador

Encontrarse con este diagnóstico representa una situación traumática. Sin embargo, la ciencia avanzó mucho en el abordaje del labio leporino y el paladar hendido.

Nuevas aproximaciones diagnósticas aceleran el descubrimiento de las alteraciones y cada vez más profesionales se suman al equipo de abordaje. Con el tratamiento adecuado, en la actualidad, estas malformaciones pueden resolverse.

Imagen de portada con licencia Wikimedia Commons. Autor: ZoRrO0880.



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