Transaminasas altas: ¿qué indican?

El hígado es un órgano que cumple con más de 500 funciones en el cuerpo, por lo que su correcto funcionamiento es clave. Existe una indicación de daño hepático en las transaminasas altas. Veamos por qué.
Transaminasas altas: ¿qué indican?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 21 julio, 2023

Los niveles de transaminasas forman parte de los análisis complementarios que constituyen el perfil de función hepática. Estos datos son de gran utilidad en el diagnóstico de múltiples enfermedades que afectan al organismo. ¿Te interesa conocer qué indican las transaminasas altas? A continuación te lo contamos.

En la mayoría de los casos, las transaminasas altas son un signo de alarma de que algo no va bien en el hígado. Por lo general,  las mismas se asocian a procesos hepáticos infecciosos, inflamatorios y degenerativos. Sin embargo, la elevación de estas sustancias también puede orientar a una afección de origen sistémico o cardiovascular.

¿Qué son las transaminasas?

Las transaminasas también son denominadas aminotransferasas. Son un grupo de enzimas con capacidad metabólica, encargadas de convertir ciertos aminoácidos a otros mediante la transferencia de grupos amino. Las mismas se encuentran en mayor concentración en las células hepáticas.

De igual forma, hay pequeñas cantidades a nivel del corazón, los riñones y los músculos. Algunos estudios afirman que las aminotransferasas de mayor relevancia son la aspartato aminotransferasa (AST o GOT) y la alanino aminotransferasa (ALT o GPT). Estas suelen medirse en sangre mediante pruebas de laboratorio.

La ALT cuenta con una vida media de alrededor de 18 horas. La elevación de esta enzima suele ser específica de alguna lesión en las células del hígado (hepatocitos).

La AST tiene una vida media mayor a 48 horas. Su concentración alta en sangre es menos específica de daño hepático. Esto es debido a su presencia en sitios como el cerebro, el páncreas, el pulmón, los glóbulos blancos y los glóbulos rojos.

Otra de las enzimas que pueden ser objeto de estudio son la fosfatasa alcalina (FA) y la gammaglutamil transpeptidasa (GGT). Ambas  forman parte de los tipos de análisis de sangre más frecuentes y son de gran utilidad en la valoración de enfermedades hepáticas y de las vías biliares.

Transaminasas altas por culpa de un problema hepático.
Si bien el hígado es el órgano a estudiar cuando las transaminasas están elevadas, hay que considerar su presencia en otros tejidos.

Valores normales

En condiciones normales es común encontrar una pequeña concentración de transaminasas en sangre. Los rangos suelen variar según el laboratorio y el sexo del paciente.

No obstante, suelen encontrarse dentro de los siguientes parámetros:

  • AST o GOT: 10 a 40 unidades internacionales por litro (UI/L) en hombres y 7 a 35  unidades internacionales por litro (UI/L) en mujeres.
  • ALT o GPT: 8 a 40 unidades internacionales por litro (UI/L) en hombres y 6 a 34 unidades internacionales por litro (UI/L) en mujeres.

¿Qué indican las transaminasas altas?

Las transaminasas altas suelen ser resultado de la lisis o destrucción acelerada de las células hepáticas. En este sentido, la muerte de los hepatocitos conlleva la liberación de los componentes almacenados en su interior, como son la AST y la ALT. De esta forma, estas sustancias son vertidas a los vasos sanguíneos.

Existe una larga lista de enfermedades asociadas a la elevación de las enzimas hepáticas. Sin embargo, estudios sugieren que no hay una clara correlación entre las cifras de transaminasas y el grado de lesión hepática. De hecho, algunas personas pueden presentar valores elevados y no mostrar ningún tipo de sintomatología.

En este sentido, es vital el análisis en profundidad de todas las aminotransferasas y su correlación con otros datos para identificar a la enfermedad responsable. Algunas de las principales afecciones asociadas a las transaminasas altas son las siguientes:

  • Esteatohepatitis no alcohólica.
  • Enfermedad hepática alcohólica.
  • Hepatitis B o C crónica.
  • Mononucleosis infecciosa y citomegalovirus.
  • Cirrosis.
  • Litiasis biliar.

Otras posibles causas

De igual forma, el consumo excesivo de medicamentos hepatotóxicos puede conducir a la elevación de estas enzimas. Tal es el caso del paracetamol, el diclofenac, las estatinas, los corticosteroides y la amiodarona. Además, la enfermedad de Wilson y la hemocromatosis también son responsables de lesionar a los hepatocitos.

Por otro lado, investigaciones afirman que las transaminasas altas pueden asociarse con insuficiencia cardiaca y enfermedades reumáticas. Otras causas no hepáticas de este hallazgo son las siguientes:

Tratamiento

El tratamiento de las transaminasas altas se basa en la identificación y la corrección de la enfermedad subyacente. De esta forma, los niveles enzimáticos se reducirán de forma progresiva hasta la normalidad.

Por otro lado, el médico puede indicar varios cambios en el estilo de vida para obtener mejores resultados, como los siguientes:

  • Consumir agua y líquidos de manera regular.
  • No ingerir bebidas alcohólicas.
  • Evitar el consumo de alimentos ricos en grasas y procesados.
  • Reducir la ingesta de comidas azucaradas y con alto contenido de sal.
  • Aumentar el consumo de frutas y verduras.
  • Realizar ejercicio leve a moderado, 30 minutos al día, al menos 3 veces por semana.
Alcohol eleva las transaminasas.
El alcohol es capaz de incrementar los valores de estas enzimas en la sangre al dañar al hígado.

Un signo que no debe tomarse a la ligera

Las transaminasas altas son un signo de laboratorio que suele orientar a la presencia de algún trastorno o daño en el hígado. Las causas de este resultado son muy extensas y varían desde el ejercicio físico intenso hasta la cirrosis hepática. La valoración clínica de rutina es fundamental para la detección de pacientes asintomáticos.

Ante la presencia de transaminasas elevadas asociadas a otros síntomas es vital buscar atención médica lo antes posible. En la mayoría de los casos, el abordaje profesional temprano permite evitar complicaciones y obtener una mejor calidad de vida.



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