Coágulos de sangre: cuatro señales de advertencia

Los coágulos de sangre representan una urgencia médica, ya que su presencia en cualquier tejido interrumpe el normal suministro de oxígeno y nutrientes. Aquí compartimos algunos signos para detectarlos a tiempo.
Coágulos de sangre: cuatro señales de advertencia
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 20 noviembre, 2020

Los coágulos de sangre pueden ser muy dañinos en caso de no ser tratados correctamente. Por esto, es muy importante saber detectar signos directos o indirectos de trombosis, que en la mayoría de los casos pueden evidenciarse con facilidad.

Hemos preparado el siguiente artículo para que aprendas a detectar cuatro señales básicas de todo caso de formación de coágulos, tomando como ejemplo representativo a la trombosis venosa profunda. ¡Sigue leyendo para enterarte!

¿Por qué se forman los coágulos de sangre?

La sangre se encuentra en estado líquido debido a un delicado equilibrio entre dos sistemas diferentes. Primero, aquellos que promueven la coagulación (procoagulantes) y segundo, aquellos que la impiden (anticoagulantes).

Esto es importante en muchas situaciones de la vida cotidiana, como por ejemplo las caídas. ¿Imaginas que un pequeño golpe en la rodilla te ponga a sangrar con una hemorragia incontenible? Algo parecido es lo que sufren los pacientes con hemofilia sin tratamiento, un trastorno de la coagulación.

En los seres humanos y los mamíferos en general, los coágulos de sangre están formados por plaquetas y fibrina. Esta última es una sustancia que se produce y se acumula gracias a la acción de unas proteínas denominadas factores de la coagulación.

¿Por qué son tan peligrosos?

El cuerpo se encuentra lleno de vasos que se encargan de llevar la sangre oxigenada hacia los tejidos y retirar los desechos. A excepción de algunas pocas células, el riego sanguíneo llega a todos lados. Si un coágulo de considerable tamaño llega a alojarse cerca de algún órgano importante, el suministro de oxígeno y nutrientes quedaría interrumpido.

Esto, a la larga, podría llevar a la muerte y pérdida irreversible de las células. Veámoslo con un ejemplo: si los coágulos de sangre se establecen en la arteria cerebral media, la consecuencia directa sería el desarrollo de una enfermedad cerebrovascular, conocida como accidente cerebrovascular o ACV, con graves consecuencias.

Coágulo de sangre.
Los coágulos se alojan dentro de las arterias y venas interrumpiendo la circulación y, con ello, la llegada de nutrientes a los tejidos.

¿Qué enfermedades pueden formar coágulos de sangre?

Son muchos los trastornos que pueden producir este tipo de problemas. Algunos ejemplos son el síndrome nefrótico, el lupus eritematoso sistémico, la fibrilación auricular y las enfermedades que involucran a los factores de la coagulación.

Existe un cuadro patológico conocido como trombosis venosa profunda (TVP). Debido a su fácil identificación que llama la atención de cualquier paciente, resulta útil para emplearlo como modelo de los signos que advierten la presencia de coágulos de sangre. Afecta mucho a personas de edad avanzada y los desencadenantes incluyen la obesidad, la edad avanzada, la incapacidad física y el cáncer.

Signos de alarma: cuándo debes ir al médico a examinarte

A continuación encontrarás una lista de los principales elementos que debes tener en cuenta para poder detectar la posible presencia de coágulos de sangre en tus piernas:

  • Dolor local.
  • Aumento de volumen (hinchazón).
  • Incremento de la temperatura.
  • Cambios en la coloración de la piel.

Es importante acotar que la mayoría de estos signos suelen presentarse en conjunto. Encontrar uno solo aislado puede ser indicativo de que el proceso apenas está empezando.

1. Dolor local

Como te mencionamos, obstruir el flujo sanguíneo a un determinado tejido hace que disminuya la cantidad de nutrientes que llegan al mismo. Por supuesto, se empezarán a acumular sustancias de desecho que, en muchos casos, son tóxicas.

Debido a que las terminaciones nerviosas libres encargadas de provocar el dolor son sensibles a compuestos químicos, estas sustancias provocan esa incómoda sensación en los sitios de isquemia (un término que se refiere al déficit de flujo sanguíneo en un determinado tejido).

Una de las maniobras que hacen los médicos es evaluar si, al estar acostado boca arriba, la dorsiflexión del pie provoca dolor en la pantorrilla. Esto se conoce como signo de Homans, a pesar de que su evaluación esta un poco en desuso gracias al desarrollo de la ultrasonografía.

2. Aumento de volumen (hinchazón)

Quizá, este sea el elemento distintivo más importante a tener en cuenta. Cuando la trombosis es superficial, puede que encuentres una masa muy bien definida, dura y fría que se corresponde con el coágulo. Pero cuando es profunda se produce un aumento de volumen difuso.

Además, los coágulos de sangre ejercen presión dentro del vaso, causando un proceso obstructivo que impide la adecuada circulación. Esto lleva a que el líquido se distribuya o escape hacia el intersticio, el espacio que se encuentra entre las células de los distintos tejidos y la luz de los vasos sanguíneos.

3. Incremento de la temperatura

Este es un signo inequívoco de que se está produciendo un fenómeno inflamatorio dentro del tejido. Las sustancias tóxicas que se liberan en los órganos por la interrupción abrupta del flujo sanguíneo también tienen propiedades proinflamatorias. Más allá de provocar una consecuencia grave inmediata, puede servir como un signo de alarma.

La forma más fácil de detectarlo es que te toques con la misma mano la zona afectada y la compares con la otra pierna. Notarás la diferencia de temperatura de inmediato.

4. Cambios en la coloración

El mismo fenómeno inflamatorio puede producir un aumento del flujo sanguíneo en los vasos adyacentes. Y la verdad es que tiene mucho sentido: es una manera que tiene el organismo de garantizar un aporte de nutrientes en caso de problemas.

Sería la solución perfecta si no fuera porque esos vasos no suelen llegar al órgano involucrado de manera directa, en especial cuando este es muy grande y es difícil sustituir sus funciones en poco tiempo. Por lo general, el color que encontrarás es rojo, lo que es compatible con todos los cambios que acabamos de mencionar.

¿A qué médico acudir en caso de coágulos de sangre?

Si presentas alguno de los síntomas antes mencionados, existe una amplia variedad de especialidades médicas que pueden ofrecerte atención. En principio, el médico de familia o de urgencias puede detectar fácilmente lo que está pasando e instaurar un tratamiento inmediato. En caso necesario, podrá derivarte a otro especialista para continuar la atención.

El resto de especialistas que son capaces de diagnosticar y tratar un caso de TVP son los cardiólogos, hematólogos y cirujanos cardiovasculares. Por supuesto, el manejo dentro de cada centro hospitalario es muy particular y, en la mayoría de los casos, puede requerir intervenciones o abordajes multidisciplinarios. ¡Lo más importante es nunca quedarte en casa!

Mujer aprieta su pierna con coágulos por trombosis venosa profunda.
Los signos de la TVP aparecen casi todos juntos, sin mucha diferencia temporal entre ellos.

¿Qué estudios complementarios puede pedir el médico?

La evaluación clínica inicial puede complementarse con estudios de imagen y laboratorios. Esto permite completar el diagnóstico y determinar qué tan avanzada está la enfermedad. Los resultados suelen guiar el abordaje.

Es común solicitar una analítica sanguínea completa (que incluye hematología, perfil lipídico y factores de coagulación) y, por lo menos, una ecografía doppler, con el objetivo de identificar la posición, extensión y riesgos asociados al coágulo.

¿Cuáles son las medidas que debo tener en cuenta ante la sospecha de coágulos de sangre?

Si llegas a tener un episodio de trombosis venosa profunda, lo recomendable es que acudas al médico inmediatamente. Al momento se evaluará la conducta correspondiente, incluyendo una posible hospitalización y administración de medicamentos, como la enoxaparina.

Es muy probable que necesites utilizar medias compresivas que favorecen la circulación venosa, además de contribuir con la disminución de la inflamación, el edema local y el dolor. Por supuesto, dependiendo de cada caso, se podrá prescribir tratamiento anticoagulante vía oral. Esto se hace con el objetivo de prevenir nuevos episodios en el futuro.



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