14 causas de hormigueo en la cara que debes tener en cuenta

Una simple compresión nerviosa momentánea puede ocasionarte hormigueo en el rostro, pero también lo hará un ictus. Definir la causa es esencial para recibir un tratamiento oportuno.
14 causas de hormigueo en la cara que debes tener en cuenta
Laura Herrera

Escrito y verificado por la médica Laura Herrera.

Última actualización: 04 marzo, 2024

La presencia de una sensación de hormigueo en la cara puede afectar a cualquier persona. El síntoma es conocido en términos médicos como parestesia y es lógico que genere cierto grado de preocupación.

Primero es importante comprender que nuestro cuerpo percibe los diferentes estímulos gracias al sistema nervioso. El mismo se compone del sistema nervioso periférico, que es el encargado de recoger y transmitir la información, y del sistema nervioso central, que es la parte integradora.

En cualquiera de estas estructuras neuronales puede haber fallas que modifiquen la percepción del entorno o que generen percepciones que no existen en realidad. Así aparecen las parestesias.

La sensación de hormigueo en la cara, como síntoma, puede variar desde un leve cosquilleo hasta una sensación más molesta, acompañada de hipersensibilidad en la piel. Como veremos a continuación, las causas son un abanico que va desde déficits nutricionales hasta trastornos neurológicos serios.

1. Deficiencia de vitamina B12

La vitamina B12 cumple un papel fundamental en el correcto funcionamiento de todo el sistema nervioso. Por lo tanto, los bajos niveles de este micronutriente pueden llevar a la alteración del funcionamiento de los nervios periféricos, lo cual puede ocasionar la sensación de parestesia facial.

Otros síntomas concomitantes en la carencia vitamínica son la fatiga, las alteraciones de la memoria, los cambios en la marcha y la presencia de anemia perniciosa. La deficiencia puede ser causada por varias razones:

  • Trastornos gastrointestinales que afectan la absorción de B12.
  • Dieta deficiente en alimentos ricos en B12 (como carne, pescado, huevos y lácteos).
  • Problemas en la producción del factor intrínseco, una proteína necesaria para la absorción de la B12 en el intestino.

2. Deficiencia de vitamina B6

Otra vitamina de gran importancia para el correcto funcionamiento del sistema nervioso es la vitamina B6 o piridoxina. Su carencia conduce a la presencia de síntomas neurológicos, como el hormigueo en la cara.

En este contexto, se suelen presentar otros signos, como irritabilidad, cambios en el estado de ánimo y anomalías en los análisis de sangre. El tratamiento implica la administración de suplementos y, en algunos casos, ajustes específicos en la dieta.

3. Deficiencia de vitamina B1

La vitamina B1, conocida como tiamina, es también importante para que el sistema nervioso central y periférico funcionen bien. Se le conoce como beriberi a la enfermedad generada por su deficiencia severa, en la que se presentan síntomas neurológicos que incluyen el hormigueo facial, la debilidad muscular y la confusión.

A ciencia cierta, existen dos formas principales de beriberi: la seca, que es la responsable de las parestesias, y la húmeda, que puede involucrar problemas cardíacos y edema. En la actualidad, en el mundo occidental, una de las causas del problema es haberse practicado una cirugía bariátrica.



4. Deficiencia de vitamina E

La vitamina E es una molécula antioxidante que protege a las células del organismo del estrés oxidativo. Cuando hay reducción de sus niveles, las neuronas son más propensas a los daños.

Además, la vitamina E es necesaria para la transmisión de las señales nerviosas. En otras palabras, si no hay suficiente cantidad, pueden aparecer síntomas neurológicos, como el hormigueo en la cara y en otras zonas del cuerpo.

Es importante señalar que una deficiencia de este calibre es muy rara y la concentración tendría que ser mínima de la vitamina en la sangre para alcanzar los síntomas neurológicos. La mayoría de las personas obtiene suficiente vitamina E a través de una dieta equilibrada que incluya nueces, semillas, aceites y vegetales de hojas verdes.



5. Migraña

La migraña es una alteración neurológica que consta de unas características muy particulares en cuanto a su clínica y tipo de dolor, lo que la diferencia de las cefaleas clásicas. Una de esas características particulares es la presencia del aura.

El aura son los síntomas neurológicos que suelen preceder o acompañar al dolor de cabeza. Uno de ellos puede ser el hormigueo en la cara, junto con visión borrosa y acúfenos. En definitiva, cualquier señal asociada a una disfunción neuronal.

6. Neuralgia del trigémino

El trigémino es el nervio encargado de la sensibilidad de gran parte del rostro. La neuralgia de este nervio es una condición médica en la cual existe un dolor intenso y agudo que recorre los dermatomas de su inervación.

El dolor punzante o eléctrico se acompaña de parestesias. Los episodios pueden durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos.

Las áreas de la cara más afectadas son la frente, los ojos, la mandíbula y la mejilla. La causa exacta de la neuralgia del trigémino no se reconoce todavía, pero estaría relacionada con la compresión del nervio o de un vaso sanguíneo.

7. Herpes facial

La infección por el virus del herpes implica la afinidad del mismo por los nervios. En ellos se aloja para permanecer latente y reactivarse cada cierto tiempo, sobre todo cuando hay problemas de inmunidad transitorios o permanentes.

En sus reactivaciones, puede generar dolor urente y hormigueo en el trayecto del nervio donde se «escondió». Al hacerlo en neuronas de la cara, producirá síntomas alrededor de la boca o de los ojos.

El hormigueo en la cara es uno de los síntomas iniciales de la reactivación. Por lo tanto, su presencia podría funcionar como aviso para lo que vendrá después: lesiones en la piel tipo vesículas y el dolor en modo quemazón sobre la zona afectada.

Luego de que desaparecen las lesiones, pueden continuar las alteraciones sensitivas en la piel previamente afectada. Esto genera hipersensibilidad, dolor y más hormigueos frente al roce.

8. Diabetes mellitus

En la diabetes, los altos niveles de azúcar en sangre por tiempo prolongado alteran el funcionamiento de los nervios, lo que puede generar una sensación de hormigueo en piernas, brazos e incluso la cara. A esto se le conoce como neuropatía diabética.

La gestión efectiva de la enfermedad de base, que incluye mantener los valores de glucosa dentro de un rango, es fundamental para prevenir o retrasar la progresión de la neuropatía. Así resulta que el tratamiento del síntoma es, en realidad, el tratamiento de la diabetes.



9. Accidente cerebrovascular

Un accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ictus, derrame cerebral o coágulo cerebral, puede ocasionar varios síntomas neurológicos. Uno de ellos es la sensación de hormigueo en el rostro.

En el caso de un ACV isquémico, que es el tipo más común, las parestesias pueden ocurrir en la región del cuerpo que es controlada por la parte afectada. Sin embargo, no son la única señal. Se suelen acompañar de lo siguiente:

  • Parálisis facial.
  • Trastornos en el habla.
  • Alteraciones en el estado de consciencia.
  • Problemas de movilidad de las extremidades.

10. Síndrome de Guillain Barré

Las enfermedades neuromusculares, como el síndrome de Guillain Barré, pueden ocasionar parestesias en la cara. Aunque no es su presentación clínica habitual, se registraron casos posteriores a la infección por SARS-CoV-2 y asociados a efectos secundarios de la vacunación.

El síndrome es un trastorno autoinmunitario caracterizado por debilidad muscular, que inicia desde las extremidades inferiores y asciende a las superiores. Ello, en su forma clásica. Los casos faciales han progresado con rapidez, concentrando los síntomas solo en el rostro.

11. Esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune, degenerativa y crónica del sistema nervioso central. Tiene una gran variedad de síntomas y signos. Entre ellos, fatiga, alteraciones del equilibrio, entumecimiento, hormigueo en las extremidades y alteraciones visuales.

Algunos casos reportados en la bibliografía científica debutaron en la patología con parestesias faciales. Hay que considerar que estamos ante una enfermedad variable, lo que significa que la experiencia de los síntomas difiere entre las personas afectadas.

Hoy, el tratamiento incluye medicamentos para reducir la frecuencia y la gravedad de los brotes, así como fisioterapia y otras terapias de rehabilitación. De todas maneras, se consideran paliativas y de enlentecimiento de la progresión, pero no curativas.

12. Ansiedad y estrés

La ansiedad es una respuesta natural que tenemos para protegernos de situaciones amenazantes. Sin embargo, cuando esta respuesta se desencadena con frecuencia y ante situaciones que no representan peligros reales, se transforma en un trastorno.

Los pacientes con TAG o trastorno de ansiedad generalizado desarrollan sensaciones corporales difusas. Una de ellas es el hormigueo o el entumecimiento de varias regiones del cuerpo.

Las parestesias pueden alimentar la ansiedad y hacernos creer que tenemos otra enfermedad corporal. Por lo tanto, no es infrecuente que el síntoma conduzca a consultas profesionales que otorgarán diversos diagnósticos.

13. Compresión nerviosa

La compresión de un nervio en su trayecto puede repercutir en la generación de síntomas sensoriales. Para que la situación se exprese en la cara, las opciones son las siguientes:

  • Afectación del nervio facial: tumores o quistes podrían comprimir al nervio facial en su recorrido y causar parestesias, así como debilidad de los músculos de la expresión.
  • Sinusitis crónica: en casos extremos, la inflamación persistente de los senos paranasales puede ejercer presión sobre pequeños nervios de la cara que pasan cerca del sitio inflamado.
  • Compresión de los nervios cervicales: problemas en la columna cervical, como las hernias de disco o las espondilosis, podrían ejercer presión sobre los nervios que se extienden desde el cuello hacia el rostro.

14. Desequilibrio de electrolitos

Bajos niveles de calcio, potasio, sodio o magnesio pueden afectar el funcionamiento normal de los nervios y provocar síntomas neurológicos. Pueden ser causados por diversas condiciones médicas, como trastornos renales, enfermedades endocrinas, desórdenes gastrointestinales o ciertas medicaciones.

El tratamiento dependerá de la causa subyacente. En algunos casos, se requieren cambios en la dieta, suplementos orales o incluso líquidos intravenosos en cuadros muy graves.

¿Cuándo consultar al médico por hormigueo en la cara?

La presencia del hormigueo en el rostro no es algo normal y suele ser secundario a otras condiciones que requieren algún abordaje. Si la parestesia se acompaña de síntomas neurológicos, como pérdida de la visión, dificultad para hablar o alteración del estado de consciencia, debes hacer la consulta de manera inmediata.

Según la causa que genere el hormigueo en la cara, se optará por una suplementación de vitaminas, la realización de fisioterapia, el mejor control de las enfermedades de base o la administración de medicamentos. Para el diagnóstico, es muy probable que se requieran análisis sanguíneos y métodos complementarios de imágenes.

Es de gran importancia no dejar pasar el síntoma. Patologías como el accidente cerebrovascular, por ejemplo, ponen en riesgo la vida.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.