Ferritina baja: ¿qué significa?

La ferritina baja tiene múltiples causas, la mayoría de ellas benignas o tratables. Te enseñamos la función de esta proteína y los posibles desencadenantes de la alteración.
Ferritina baja: ¿qué significa?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 02 agosto, 2022

Los test de ferritina determinan los niveles de concentración de la proteína ferritina en la sangre. A menudo los médicos recomiendan la prueba cuando se sospecha que el paciente padece de anemia, o cuando manifiesta síntomas de cansancio, fatiga, debilidad, palidez, latidos cardíacos irregulares, mareos y dificultad para respirar. Te enseñamos las causas de la ferritina baja.

En ocasiones, los niveles bajos de ferritina no apuntan a una condición de salud específica, ya que pueden generarse por una alteración en la dieta (por nombrar un ejemplo). La prueba para determinar sus concentraciones consiste en una extracción de sangre de rutina, y los resultados están listos en menos de 24 horas. Te enseñamos todo lo que debes saber sobre la ferritina baja.

¿Qué es la ferritina?

La ferritina es una proteína que almacena, trasporta y libera el hierro en la sangre cuando el organismo así lo requiere.

No se debe confundir con el hierro, ya que la proteína se encuentra en las células y su función es regular la deficiencia o la sobrecarga de dicho mineral en el cuerpo. La mayor parte de ella se agrupa en los hepatocitos (células del hígado) y las células reticuloendoteliales (sistema inmunitario).

De manera general, la ferritina actúa como un contenedor o reserva de hierro, en principio para usarlo cuando el cuerpo no dispone del suficiente. El rango normal varía de acuerdo con la edad, el sexo y la presencia de enfermedades subyacentes. De manera general, se tienen en cuenta los siguientes rangos, expresados en nanogramos/mililitro:

  • 20 a 250 para hombres adultos.
  • 10 a 120 para mujeres adultas (hasta los 40 años).
  • 12 a 263 para mujeres después de los 40 años.
  • 25 a 200 para recién nacidos.
  • 7 a 140 para niños de 6 meses a 15 años de edad.

Estos valores son solo referenciales, ya que los laboratorios pueden utilizar valores diferentes. Es por esta razón que los especialistas deben estar al tanto de las variables que entran en juego al momento de analizar los niveles de ferritina, de manera que eviten malinterpretaciones de los resultados de las pruebas.

7 causas de la ferritina baja

Existen múltiples causas de los niveles bajos de ferritina. Algunos medicamentos pueden estar detrás de esta alteración, como por ejemplo los pertenecientes al grupo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y los antiácidos.

La evidencia indica que los paciente que reciben un tratamiento de AINES a medio y largo plazo son propensos a desarrollar lesiones gastrointestinales superiores y sangrado. Estas pueden ocasionar deficiencia de hierro en el organismo.

En el caso de los antiácidos, y tal y como señalan los expertos, su uso indiscriminado puede ocasionar problemas de absorción de hierro y otros minerales; lo que podría explicar las alteraciones en negativo de la proteína. Dejando a un lado el uso de estos y otros medicamentos, reunimos 7 causas de la ferritina baja que explican la mayoría de los episodios.

1. Anemia

La anemia por deficiencia de hierro es la principal responsable de la ferritina baja. Ocurre cuando el organismo no cuenta con el porcentaje del mineral requerido para producir hemoglobina.

Esta es la parte de los glóbulos rojos que media en el trasporte de la sangre oxigenada a diferentes partes del cuerpo. Algunas de las causas de la anemia son la pérdida de sangre, las donaciones frecuentes, el embarazo y el desajuste en la dieta.

2. Hipotiroidismo o hipertiroidismo

La ferritina baja y los problemas de tiroides
Las repercusiones metabólicas de las enfermedades tiroideas pueden llegar a afectar incluso al procesamiento del hierro.

Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden asociarse a la deficiencia de hierro. De hecho comparten síntomas en común, tanto que pueden existir errores en el diagnóstico de uno u otro.

Tal y como apuntan los expertos, el metabolismo de las hormonas tiroideas y del hierro es muy interdependiente. Para descartar esta causa el especialista, indicará exámenes de sangre para valorar la función tiroidea.

3. Deficiencia de hierro en la dieta

Un desencadenante que explica muchos de los episodios de ferritina baja es la deficiencia del mineral en la dieta. Entre otros alimentos, el hierro está presente en la carne, los pescados, los huevos, los frijoles y los mariscos.

Es por esta razón que las dietas veganas o vegetarianas pueden derivar en una alteración en negativo de sus valores. Los trastornos alimentarios (anorexia y bulimia) también pueden estar detrás.

4. Sangrado menstrual excesivo

El sangrado menstrual excesivo, también conocido como menorragia, puede explicar también los casos de ferritina baja. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) nos recuerdan que la menorragia hace referencia a dos situaciones: periodos que se extienden por más de 7 días o coágulos abundantes. Además del dolor, la principal complicación es la deficiencia de hierro.

5. Enfermedad de Crohn

La ferritina baja por enfermedades digestivas
Cualquiera de las variantes de la enfermedad inflamatoria intestinal puede condicionar negativamente la absorción de hierro y otros nutrientes.

Ya hemos estipulado al inicio que los problemas de absorción pueden estar detrás de las alteraciones en los niveles de ferritina. Mencionamos que estos se puede desencadenar por ciertos medicamentos, aunque algunas condiciones tienen el mismo efecto. Tal es el caso de la enfermedad de Crohn, la cual ocasiona alteraciones en el intestino que impiden la adecuada absorción de los nutrientes.

6. Colitis ulcerosa

Al igual que el caso anterior, la colitis ulcerosa tiene el mismo efecto. La inflamación y las úlceras que se desarrollan en el intestino pueden ocasionar sangrado intenso, perforaciones y deshidratación. Todo esto se combina para reducir los niveles de hierro en el organismo, los cuales tienen un impacto directo en las valores normales de ferritina.

7. Enfermedad celíaca

La enfermedad celíaca, también conocida como celiaquía, se caracteriza por una respuesta inmunitaria que se origina en el intestino al consumir gluten.

Con el paso del tiempo, las vellosidades del revestimiento del intestino se recienten, de manera que no pueden cumplir su función de absorber los nutrientes de la dieta. En ausencia de tratamiento deriva en diversas complicaciones, entre ellas deficiencia de minerales y nutrientes.

La afecciones en el hígado, la hemocromatosis y la enfermedad de Still también pueden explicar los bajos niveles de ferritina en la sangre. Los resultados de la prueba determinarán qué condición está detrás de la alteración, y se procederá entonces a realizar un diagnóstico y posterior tratamiento. Es por esto que se pueden realizar pruebas complementarias, entre las cuales destacan las siguientes:

  • Hemoglobina.
  • Prueba del gen HFE.
  • Niveles de hierro en la sangre.
  • Capacidad total de unión al hierro.
  • Protoporfirina de zinc.
  • Conteo sanguíneo completo.

Es importante tener en cuenta que la mayoría de los episodios se deben a anemia y a la deficiencia de hierro en la dieta. Las menstruaciones abundantes explican muchos de los casos en las pacientes femeninas, de manera que las enfermedades crónicas solo se reservan para un grupo reducido de personas. La última palabra la tiene el profesional con base en los resultados de las pruebas.



  • Dahiya, K., Verma, M., Dhankhar, R., Ghalaut, V. S., Ghalaut, P. S., Sachdeva, A., ... & Kumar, R. Thyroid profile and iron metabolism: mutual relationship in hypothyroidism. Biomedical Research. 2016; 27(4): 1212-1215.
  • O'Neil-Cutting, M. A., & Crosby, W. H. The effect of antacids on the absorption of simultaneously ingested iron. Jama. 1986; 255(11): 1468-1470.
  • Upadhyay, R., Torley, H. I., McKinlay, A. W., Sturrock, R. D., & Russell, R. I. Iron deficiency anaemia in patients with rheumatic disease receiving non-steroidal anti-inflammatory drugs: the role of upper gastrointestinal lesions. Annals of the rheumatic diseases. 1990; 49(6): 359-362.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.