¿Qué es la tirotoxicosis?
La tirotoxicosis se define como un ‘estado clínico en el que el paciente tiene concentraciones muy altas de hormonas tiroideas (tiroxina y triyodotironina) en el organismo’.
Con frecuencia las personas la cofunden con el hipertiroidismo, pero en realidad este es una de las tantas manifestaciones que puede tener. No se considera entonces una enfermedad, sino una manifestación de una causa subyacente.
La evidencia señala que su prevalencia es de un 2 % en las mujeres y 0,2 % en los hombres. En términos simples, se diagnostica a un paciente con tirotoxicosis cuando existe evidencia clínica de que sus niveles de hormonas tiroideas son excesivos. El siguiente paso es identificar qué es lo que lo causa; de ello te hablamos a continuación.
Causas de la tirotoxicosis
La tirotoxicosis se puede generar por una causa primaria en la glándula tiroides o secundaria, por ejemplo a las altos niveles de la hormona estimulante de la tiroides (TSH, por sus siglas en inglés). Aunque en teoría existen decenas de catalizadores que pueden hacer desequilibrar los valores de la hormona, los estudios han identificado los siguientes como los principales culpables:
Enfermedad de Graves
La enfermedad de Graves es un trastorno autoinmune que se produce cuando la inmunoglobulina estimulante de la tiroides (TSI) se combina y estimula el receptor de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) justo en la membrana tiroidea. Esto da como resultado una secreción excesiva. La mayoría de los episodios de tirotoxicosis se originan por la enfermedad de Graves.
Adenoma tóxico
La segunda causa subyacente más frecuente en este trastorno es el adenoma tóxico, también conocido como nódulo hiperfuncionante de tiroides.
Se trata de una masa celular con funcionamiento autónomo que empieza a secretar niveles excesivos de la hormona tiroidea. Por lo general se desarrollan dentro de la glándula y el motivo de su aparición aún se desconoce.
Tiroiditis
La tiroiditis es un trastorno autoinmune en el que el cuerpo “se ataca a sí mismo” y ocasiona la inflamación de la glándula tiroidea. Se trata de un término general que reúne a muchas condiciones. La American Thyroid Association reconoce la enfermedad de Hashimoto, tiroiditis silente, aguda, subaguda, inducida por drogas, por radiación y por postparto.
Hipertiroidismo
Por ultimo, los episodios también pueden ser una manifestación inicial de hipertiroidismo. Los investigadores están de acuerdo con que se trata de dos condiciones diferentes. Los tres trastornos anteriores pueden producir hipertiroidismo, aunque también se pueden generar por una excesiva ingesta de yodo e incluso por dosis inadecuadas de medicamentos para el hipotiroidismo.
Otras de las posibles causas de la tirotoxicosis son el embarazo molar, el carcinoma de tiroides y el Struma ovarii. Sin embargo, estos episodios son infrecuentes, de manera que la mayorías de las veces se puede explicar con base en las cuatro afecciones anteriores.
Síntomas de la tirotoxicosis
La tirotoxicosis se puede manifestar con o sin síntomas. La frecuencia de estos depende de qué tan avanzado se encuentre el trastorno que origina el desequilibrio. Es sus estadios tempranos suele pasar desapercibida, mientras que los signos son más evidentes cuando ha evolucionado a un nivel superior. En estos casos el paciente puede desarrollar lo siguiente:
- Pérdida de peso.
- Intolerancia al calor.
- Episodios de sudoración extrema.
- Ansiedad.
- Temblores.
- Debilidad muscular.
- Fatiga.
- Alopecia.
- Palpitaciones irregulares.
- Dolor abdominal.
- Depresión.
- Amenorrea.
Con menos frecuencia se pueden experimentar cuadros de ginecomastia, estado mental alterado, insuficiencia cardíaca, deterioro de la función hepática, fiebre, hinchazón, dolor de cuello, disfonía, onicólisis y bocio.
Diagnóstico de la tirotoxicosis
Aunque las causas son múltiples, todos los episodios de tirotoxicosis se caracterizan por dos circunstancias: el valor sérico de la hormona estimulante de tiroides (TSH) es bajo y las mediciones de las secreciones de la glándula (tiroxina y triyodotironina) son altos. Estos valores se pueden determinar a través de una prueba sérica.
Como complemento el especialista puede realizar una gammagrafía o una captación de yodo radioactivo de la tiroides para determinar con mayor precisión las causas. El examen físico, la revisión de los síntomas y el análisis del historial clínico ayudan también a complementar el proceso diagnóstico.
Tratamiento de la tirotoxicosis
Por fortuna, la tirotoxicosis es un cuadro clínico que se puede tratar. El enfoque específico que usará el especialista depende en gran parte de la causa subyacente, así como de los síntomas que experimenta el paciente. Los métodos más utilizados son los siguientes:
Terapia farmacológica
Con base en medicamentos antitiroideos, la terapia farmacológica es la primera opción para revertir los desequilibrios en la producción de las hormonas. La evidencia señala que el protocolo consiste en recetar carbimazol (metimazol) o popiltiouracilo.
El primero se suele tomar una vez al día, mientras que el segundo se administra dos o tres veces de acuerdo con el criterio del especialista.
La ingesta de este tipo de medicamentos se puede hacer de manera ininterrumpida durante 12 o 18 meses, luego de los cuales se valora el estado del paciente. La terapia farmacológica también puede incluir grupos específicos para tratar los síntomas.
Por ejemplo, los investigadores sugieren el propanolol para controlar la frecuencia cardíaca y con ello prevenir la ansiedad y otros signos.
Yodo radiactivo
Consiste en la ingesta oral de este compuesto que permite la regularización de las funciones de la glándula tiroidea. Se trata de un método efectivo y usado con regularidad durante más de 60 años. Como efecto colateral puede ocasionar que la glándula entre en un estado de letargo, lo que puede ocasionar hipotiroidismo.
A pesar de las especulaciones o el temor de los pacientes por su nombre, la evidencia indica que la terapia no supone ningún riesgo para desarrollar cáncer a medio o largo plazo.
Tiroidectomía
Si el especialista lo considera necesario, o el paciente no responde a los dos primeros tratamientos, se puede hacer una cirugía de extracción total parcial de la glándula. No es una solución disponible para todos, ya que solo está reservada para casos puntuales. Después de todo, cualquier tipo de intervención quirúrgica supone una serie de riesgos.
En caso de que se haga una extirpación total el paciente deberá tomar suplementos hormonales de por vida. Si es parcial, se deben hacer seguimientos regulares para determinar el funcionamiento de la glándula.
Además de esto, y de acuerdo con la condición, el especialista puede sugerir hace deporte y controlar los niveles de estrés como método para atenuar los síntomas. También puede sugerir un plan alimenticio que proporcione los valores de yodo necesarios para la operatividad de la glándula.
En todo caso, los pacientes deben estar al tanto de las opciones y preguntar por ellas a su médico de confianza.
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