Cómo se diagnostica la hiperglucemia

Te vamos a contar cuáles son los principales mecanismos para diagnosticar la hiperglucemia y diferenciarla de situaciones de diabetes. Un diagnóstico correcto evita complicaciones.
Cómo se diagnostica la hiperglucemia
Saúl Sánchez

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Última actualización: 11 julio, 2021

La hiperglucemia es un problema de salud que cursa con un incremento significativo de los niveles de azúcar en sangre. Se registra en personas con diabetes y existen una serie de métodos que permiten obtener valores precisos. Una vez que se detecta hay que actuar sobre los hábitos de vida para impedir la progresión.

Hay que tener en cuenta que la hiperglucemia está muy relacionada con la obesidad. Cuando la composición corporal se altera de forma negativa se incrementa el estado inflamatorio general. Se experimenta una resistencia a la insulina que dificulta la función de la hormona.

Pruebas para detectar la hiperglucemia

Existen varios métodos diagnósticos que permiten detectar una hiperglucemia. El primero de ellos es la prueba de glucosa plasmática en ayunas. También se puede realizar una prueba de hemoglobina glicosilada o de fructosamina.

De todos modos, se suele actuar evaluando los niveles de glucosa en sangre a lo largo del día, por medio de un glucómetro o consumiendo una bebida azucarada y midiendo la respuesta posterior. No obstante, para la confirmación de la diabetes es preciso realizar dos pruebas diferentes, obteniendo un resultado positivo en ambas.

Hay que tener en cuenta que una situación de hiperglucemia no controlada sostenida en el tiempo puede terminar el desarrollo de un coma diabético, tal y como apunta un estudio publicado en la revista Der Internist. En estos casos es preciso plantear una intervención hospitalaria.

Pruebas caseras

En el caso de tener un diagnóstico de diabetes positivo, se puede monitorizar el nivel de glucosa en sangre de forma diaria para detectar y prevenir situaciones de hiperglucemia. Lo óptimo es medir el azúcar por la mañana en ayunas, así como dos horas después de una comida y en los momentos previos a irse a dormir.

Para ello se utiliza un glucómetro, un aparato que analiza la glucosa contenida en una gota de sangre extraída de la yema del dedo. Los datos obtenidos se cotejan con unas tablas proporcionadas por un profesional sanitario.

Se suele diagnosticar hiperglucemia cuando la medición de la glucosa en sangre es superior a los siguientes valores:

  • 110 miligramos por decilitro (mg/dL) en ayunas.
  • 180 mg/dL dos horas después de una comida.
  • 200 mg/dL en una prueba aleatoria a lo largo del día, en cualquier momento.

No obstante, el hecho de obtener un valor elevado de azúcar en plasma no tiene porque ser sinónimo de peligro inminente. Obviamente, es contraproducente mantener la glucemia elevada durante un periodo largo, pero esto puede corregirse mediante la intervención sobre los hábitos de vida o utilizando farmacología. Por ejemplo, los protocolos de ayuno intermitente han demostrado ser capaces de normalizar las glucemias, consiguiendo un buen manejo.

Ahora bien, si se detectan alteraciones significativas de la glucemia durante varias ocasiones consecutivas, suele ser preciso acudir al especialista para modificar la pauta de alimentación o para variar la posología de los medicamentos administrados. De lo contrario, podrían experimentarse otros problemas crónicos.

Glucómetro para medir glucemia en el hogar.
Los centros de salud pueden proporcionar glucómetros “a préstamo” para los pacientes que están evaluando su glucemia.

Glucosa en ayunas

La prueba más habitual que se suele realizar es la de la glucosa plasmática en ayunas, que mide los niveles de azúcar en sangre a primera hora del día, sirviendo para el diagnóstico de la diabetes. Para ello se obtiene una pequeña muestra de sangre y se utiliza un glucómetro. Eso si, es importante no comer ni beber durante las 8 horas anteriores.

Se diagnostica hiperglucemia en personas sin diabetes cuando la lectura se encuentra entre 100 y 126 mg/dL. En los pacientes con la patología metabólica instaurada será necesario un valor superior a 130 mg/dL para el diagnóstico. Lo óptimo es realizar varias mediciones para contrastar los resultados.

HbA1C

La hemoglobina glicosilada supone un buen medidor a la hora de ofrecer información sobre el estado de la diabetes. Incluso puede servir para diagnosticar una situación de hiperglucemia en pacientes con la patología. Este marcador ofrece información del promedio de la glucosa en sangre durante los últimos meses.

Para analizar la hemoglobina glicosilada suele requerirse una extracción de sangre, a pesar de que ya existen algunas máquinas que pueden ofrecer el valor por medio de una simple gota.

Lo normal es que una persona sin diabetes cuente con un valor en torno al 5 %, mientras que una lectura superior a 5,7 % puede indicar hiperglucemia o prediabetes. Esta prueba suele realizarse un par de veces al año en pacientes con alteraciones metabólicas.

De todos modos, y según una revisión publicada en la revista Journal of Diabetes, no existe consenso acerca de si el valor de la hemoglobina glicosilada debería utilizarse como mecanismo de diagnóstico de la diabetes. Algunos expertos apuestan por su lectura solo para evaluar el manejo de la patología.

Prueba de fructosamina

Se trata de un mecanismo de control muy parecido al de la hemoglobina glicosilada. También se realiza por medio de una extracción sanguínea y se evalúa el estado de las glucemias durante las últimas 3 semanas.

En este caso, se analiza el valor de la proteína glicosilada en sangre. Es frecuente su aplicación en personas con anemia de células falciformes.

Es posible recurrir a este método en las mujeres embarazadas, para evaluar la existencia de diabetes gestacional y las variaciones en los niveles de glucosa.

Se define la hiperglucemia cuando el valor obtenido de fructosamina se encuentra dentro de los siguientes rangos:

  • 175-280 milimoles por litro (mmol/L) para personas sin diabetes.
  • 210-421 mmol/L para personas con diabetes controlada.
  • 268-870 mmol/L para personas con diabetes no controlada.

Prueba de tolerancia a la glucosa oral

En este caso se mide la respuesta del organismo a la ingestión de una cierta cantidad de glucosa. Se evalúa si el cuerpo es capaz de utilizar o de metabolizar el nutriente de forma óptima, o si por el contrario, el azúcar provoca un incremento significativo de la glucemia, capaz de generar algún daño.

Para realizar la prueba es necesario un ayuno de entre 8 y 12 horas. Se mide la glucosa en sangre en ayunas y se pide que el paciente ingiera una bebida con alta concentración en glucosa; aproximadamente 75 gramos de carbohidratos de tipo simple. Se vuelve a medir dos horas después.

Por medio de la prueba se analiza la capacidad del organismo para metabolizar el azúcar y eliminarla de la sangre de forma eficiente. Cuando se ingieren 75 gramos de glucosa, lo normal es presentar el siguiente valor:

  • Menos de 200 mg/dL después de una hora.
  • Menos de 140 mg/dL tras 2 horas. Si se obtiene un valor superior a 200 mg/dL quiere decir que hay diabetes.

Hay que tener en cuenta que en el caso de las mujeres embarazadas estos valores pueden resultar distintos. Una lectura superior a 153 mg/dL tras dos horas después de la ingesta de 75 gramos de glucosa indicaría diabetes gestacional. No obstante, esta patología cuenta con un carácter transitorio, según un estudio publicado en International Journal of Molecular Sciences.

Mujer con diabetes gestacional mide su glucemia.
La hiperglucemia en las embarazadas cuenta con otros parámetros, ya que el funcionamiento del organismo es diferente durante la gestación.

Diagnóstico diferencial

Es importante realizar más de una prueba para confirmar si la hiperglucemia responde o no a una situación de diabetes o de prediabetes, o si por el contrario se ha generado algún tipo de intolerancia a la glucosa.

Lo cierto es que una intervención temprana en situaciones de hiperglucemia lleva a un menor riesgo de desarrollar diabetes de forma posterior. Para ello se puede optar por el planteamiento de estrategias dietéticas que han demostrado eficacia.

De acuerdo con una investigación publicada en la revista Nutrition & Diabetes, la reducción de los carbohidratos podría provocar un manejo más eficiente de las glucemias. Sobre todo, es determinante evitar los azúcares simples. Lo cierto es que resulta buena opción actuar sobre la composición corporal.

Un caso aparte es el de las mujeres embarazadas, pues se suele requerir una doble prueba de tolerancia oral a la glucosa para determinar la existencia de hiperglucemia o de diabetes. En caso de diagnóstico positivo será preciso modificar la dieta. Evitar los refrescos y los azúcares simples es determinante para mejorar el control de la patología, según un estudio publicado en Nutrients.

Es fundamental diagnosticar la hiperglucemia de forma temprana

Un pronto diagnóstico de la hiperglucemia puede resultar clave para el manejo de la patología, así como para evitar su progresión y evolución hacia una situación de diabetes de tipo 2. Es fundamental actuar sobre los hábitos de vida para impedir el descontrol de los valores de azúcar en sangre.

Existen varios métodos diagnósticos para la hiperglucemia, compartidos en muchas ocasiones como mecanismos de determinación de la diabetes. De todos modos, siempre es aconsejable ponerse en manos de un profesional ante el más mínimo síntoma.

En el caso de diagnosticarse la patología, será clave intervenir sobre los hábitos de vida. Es crucial modificar la dieta y aumentar el nivel de actividad física.



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