7 efectos del estrés en el cerebro

¿Conoces los efectos del estrés en el cerebro? ¿Sabías que sufrir estrés crónico puede llegar a reducir el tamaño de determinadas estructuras cerebrales? ¿Qué más le ocurre al cerebro cuando sufrimos estrés? ¡Te lo contamos!
7 efectos del estrés en el cerebro
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 03 marzo, 2021

¿Alguna vez has sufrido una época muy estresante? El estrés se define como una reacción fisiológica del organismo en la que entran en juego diferentes mecanismos de defensa orientados a afrontar una determinada situación amenazante. Los efectos del estrés en el cerebro pueden llegar a ser muy desagradables.

En este artículo te hablamos de ellos. Como verás, el estrés produce una serie de cambios a nivel bioquímico, muy relacionados con la hormona del cortisol que conllevan alteraciones químicas, anímicas y cognitivas, capaces de afectar nuestro estado de ánimo.

“La neurociencia es, por mucho, la rama más excitante de la ciencia, porque el cerebro es el objeto más fascinante del universo. Cada cerebro humano es diferente, el cerebro hace a cada ser humano único y define quién es”.

-Stanley B. Prusiner-

7 efectos del estrés en el cerebro

Sabemos que el estrés genera una determina respuesta a nivel bioquímico en el cerebro. Este último órgano controla la liberación de una serie de sustancias, como los glucocorticoides. Entre ellos se encuentra el cortisol .

Con su liberación se produce un aumento de la energía en el organismo al incrementar el nivel de azúcar disponible en la sangre. También se suprime el sistema inmunitario, el digestivo y el sexual. Esto hace que uno de los principales efectos del estrés sea la mayor vulnerabilidad a contraer infecciones.

1. Destrucción de las células

¿Qué ocurre? Que cuando las personas estamos sometidas a un estado de tensión o agobio prolongados en el tiempo, esto hace que se incremente la presencia de cortisol en sangre.

Su consecuencia es la debilitación progresiva de las células cerebrales, que pueden incluso llegar a destruirse (muerte neuronal). Así, este sería uno de los principales efectos del estrés en el cerebro.

2. Desequilibrio de la materia gris y blanca

Los efectos del estrés en el cerebro son múltiples.
Los cambios cerebrales inducidos por el estrés son posibles.

Otro de los efectos del estrés en el cerebro -a largo plazo- es el desequilibrio entre la materia gris y la materia blanca del mismo. Ambas están formadas por diferentes partes de neuronas. En el caso de la materia blanca, esta recibe su nombre de la vaina de mielina, la cual rodea los axones y acelera el flujo de las señales eléctricas (de una célula a otra).

El estrés crónico genera más células productoras de mielina y menos neuronas de lo normal. Esto se traduce en un exceso de mielina, y por lo tanto, de materia blanca en ciertas áreas cerebrales. Su consecuencia directa es una alteración (o modificación) del equilibrio y la comunicación interna del cerebro.

3. Mayor probabilidad de un derrame cerebral

A nivel anatómico, sufrir estrés prolongado puede originar una reducción en la densidad neuronal (es decir, de las neuronas). También se producen alteraciones en el flujo sanguíneo del cerebro.

En casos extremos y graves, debido a estas alteraciones en el flujo sanguíneo, hay mayor probabilidad de sufrir un derrame cerebral debido a una reducción drástica de la circulación.

Así llega menos cantidad de sangre al corazón, y este se ve obligado a bombear de forma más rápida para conseguir oxígeno. Es por ello que algunos de los síntomas más típicos de las personas con estrés crónico son mareos, miedo a desmayarse y palpitaciones.

4. Cambios en la estructura cerebral

Por otro lado, otro de los efectos del estrés a nivel cerebral es que puede llegar a reducir el tamaño de determinadas áreas cerebrales. Estas áreas son la corteza prefrontal, la amígdala y el hipocampo, muy implicada en la regulación emocional, el aprendizaje y los procesos de memoria, entre otros.

5. Dificultades cognitivas

En relación al último punto comentado, sabemos que la reducción de estas áreas cerebrales hace que las personas que sufren ese gran estrés, presentan dificultades para concentrarse y para recordar.

Un estudio (2008) de la Universidad de Berna (Suiza) demostró que el estrés afecta, sobre todo, a la memoria implícita y la de trabajo.

Por otro lado, la toma de decisiones o de hacer planes en el futuro, también se ven afectados. En este sentido, son las hormonas glucocorticoides las que tienen su efecto más inmediato aquí, ya que dificultan los nuevos aprendizajes y hacen que estemos más despistados y cansados.

Es decir que a nivel cognitivo sufrir un estrés crónico (prolongado en el tiempo) también nos perjudica.

6. Alteraciones emocionales y depresión

Entre los efectos del estrés en el cerebro está la depresión.
Una de las alteraciones más evidentes del estrés prolongado es la depresión.

Otro de los efectos del estrés en el cerebro tiene que ver con efectos a nivel emocional. Así, sufrir estrés prolongado se relaciona con una disminución del tamaño del hipocampo y de la corteza prefrontal, lo que origina, a su vez, alteraciones emocionales, que aparecen en personas que acaban desarrollando depresión.

7. Falta de energía y motivación

El estrés cambia nuestro estado de ánimo. Al sufrir estrés, nos sentimos más decaídos (porque tenemos menos energía), con menos motivación e ilusión.

Aparece una lentitud en el organismo y una gran apatía; todo esto se relaciona con la hormona del cortisol, que está a unos niveles muy elevados en la sangre, y que altera todo nuestro metabolismo. Así, hace más probable que enfermemos, reduciendo nuestras defensas.

Los efectos del estrés y la importancia de cuidarse

Como hemos visto los efectos del estrés en el cerebro son múltiples. El estrés es un conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción, y puede ser adaptativo en algunos casos.

Cuando se sufre estrés prolongado, el cerebro y cuerpo se resienten. Así, el hipocampo es una de las principales estructuras afectadas, ya que puede llegar a reducir su tamaño y a sufrir procesos de neurotoxicidad (muerte neuronal).

Por otro lado el estrés crónico se relaciona con la aparición de alteraciones emocionales graves, como sería la depresión o incluso algunos trastornos de ansiedad.

Es importante cuidar nuestra salud mental, y ello implica cuidar también nuestra salud física. Podemos empezar por controlar y gestionar las fuentes de estrés de nuestro día a día y respetar nuestros ritmos (comer bien, dormir bien, buscar momentos para desconectar, etc.).



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