Perimenopausia: qué es y cómo afecta a la mujer

La perimenopausia hace referencia a los últimos años de la vida reproductiva de una mujer. Repasamos sus características y cómo te puede afectar.
Perimenopausia: qué es y cómo afecta a la mujer
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 18 mayo, 2023

La perimenopausia, también conocida como transición a la menopausia, es un término utilizado para aludir al período de tiempo durante el cual los cambios fisiológicos dan inicio hacia la transición de la última menstruación de la mujer. No es un término aceptado por toda la comunidad médica, dada su ambigüedad, aunque para muchos es útil para hacer referencia al proceso en conjunto que rodea a la menopausia.

El periodo durante el cual se extiende la perimenopausia es impreciso, aunque la media para la mayoría de las mujeres es de 4 años. De acuerdo con algunas estimaciones, hasta el 86 % de las mujeres consulta con los especialistas en relación con las secuelas y los cambios generados durante esta fase. Repasamos sus principales características y cómo se puede manifestar.

Características de la perimenopausia

El proceso tiene su punto de inicio con el primer inicio de irregularidad menstrual y finaliza alrededor de un año después de la amenorrea. En este caso se hace referencia a la amenorrea como el último período menstrual (FMP, por sus siglas en inglés). Los investigadores distinguen tres etapas de la perimenopausia:

  • La premenopausia: se caracteriza por la presencia de ciclos menstruales regulares con un promedio de 12 menstruaciones durante los últimos 12 meses.
  • La transición menopáusica: se caracteriza por la presencia de varias menstruaciones, pero menos de 12 durante los últimos 12 meses.
  • La posmenopausia temprana: se caracteriza por la ausencia de menstruaciones durante los últimos 12 meses.

De manera general, la perimenopausia ocurre en torno a los 50 años, aunque en la práctica puede suceder bajo un espectro que oscila entre los 40 años y los 60. El catalizador del proceso es la disminución de los niveles de hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) como consecuencia de la pérdida de folículo ovárico. Las alteraciones en la menstruación se acompañan de una serie de síntomas emocionales y físicos.



Cómo afecta a la mujer la perimenopausia

Tal y como nos recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), la perimenopausia se distingue por una serie de cambios en el plano vasomotor, psicológico, sexual, urinario, del descanso nocturno, de la apariencia de la piel y muchos otros. Es importante tener en cuenta que el espectro de síntomas es muy amplio, y no todas las mujeres los experimentan. Los más comunes son los siguientes:

  • Sofocos y sudores nocturnos: los sofocos son una sensación repentina e impredecible de calor que se concentra en el área del pecho y el rostro. Hasta 1/3 de las mujeres los manifiestan bajo una intensidad moderada o severa. Los sudores nocturnos no son más que sofocos que ocurren durante la noche. Puede interrumpir la calidad del sueño y derivar así a algunos trastornos (como el insomnio).
  • Sequedad vaginal: la reducción de las hormonas femeninas se traduce en atrofia vaginal, lo que a su vez provoca sequedad en la vagina. Los expertos advierten que se trata de un síntoma que empeora con el paso de los años, y puede interferir en la salud sexual. La ansiedad y el estrés pueden empeorar aún más el nivel de sequedad.
  • Problemas para conciliar el sueño: de acuerdo con los investigadores, hasta el 60 % de las mujeres en transición hacia la menopausia experimentan problemas para dormir. En algunas de ellas el problema es tan intenso que desencadena en insomnio. Los inconvenientes para conciliar el sueño se traducen en irritabilidad, fatiga, somnolencia diurna, depresión y otras complicaciones.
  • Piel seca y caída del cabello: los especialistas señalan que la piel seca y la caída del cabello son problemas asociados a la perimenopausia que pocas veces reciben la atención debida. En el primer caso, los síntomas comunes son adelgazamiento y atrofia, presencia de arrugas y flacidez, mala cicatrización de heridas y reducción de la vascularización. En el segundo, la reducción del crecimiento y de la densidad del cabello en el cuero cabelludo.

Otra de las secuelas asociadas al proceso son problemas para concentrarse y recordar cosas, aumento de los inconvenientes urinarios (infecciones e incontinencia urinaria), impulso sexual reducido, palpitaciones en el corazón, aumento de la acumulación de grasa en el cuerpo y cambios en el estado de ánimo. Como no podría ser de otra manera, todo esto se acompaña de cambios en el ciclo menstrual.

De igual manera, la evidencia indica que los síntomas depresivos y los síntomas de ansiedad son frecuentes durante estos periodos. Es ocasiones, estos derivan en trastornos depresivos y trastornos de ansiedad propiamente dichos. Los sentimientos de inutilidad, la culpa excesiva, la disminución del interés hacia las cosas y la disminución del placer o del disfrute también son comunes.



¿Existe un tratamiento para la perimenopausia?

Todas las mujeres experimentan un cierto grado de molestia cuando atraviesan por el proceso de la perimenopausia. Ahora bien, cuando los síntomas son molestos, pero no impiden el desenvolvimiento diario, por lo general se opta por no apelar por un tratamiento. Cuando entorpecen el día a día se pueden considerar algunas opciones terapéuticas.

Los especialistas están de acuerdo en que, en lugar de tratar múltiples síntomas con varios medicamentos, se prefiere un solo tratamiento. El enfoque holístico puede beneficiar a muchas mujeres, y como ya hemos advertido, no todas las complicaciones se manifiestan con la misma intensidad. En algunos casos se puede considerar tratar los síntomas de forma individual. Las opciones disponibles son las siguientes:

  • Terapia hormonal: la administración de estrógeno sistémico es una de las principales alternativas para hacer frente a los síntomas de la perimenopausia. Es útil para controlar los sofocos y los sudores nocturnos, así como las complicaciones asociadas a la reducción hormonal (como la pérdida ósea). Las presentaciones más comunes son en parche para la piel, aerosol, píldora, gel y crema.
  • Estrógenos vaginales: por medio de tabletas, anillos o cremas se puede administrar estrógeno directamente por vía vaginal. Esto puede hacer frente a la sequedad vaginal y algunos síntomas urinarios frecuentes.
  • Antidepresivos: algunos antidepresivos pueden ser útiles para controlar síntomas típicos del proceso, y se perfilan como una alternativa para quienes no pueden seguir una terapia con base en estrógenos. Para algunas mujeres también puede ser efectivo para abordar trastornos emocionales.

De igual manera, seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio de manera regular, iniciar una terapia de suplementos, implementar horarios para irse a la cama y despertarse y participar en actividades sociales pueden ser útiles para complementar las terapias anteriores. Si tienes alguna duda no dudes en consultar con tu profesional de confianza.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.