Marihuana y ataques de pánico: ¿cómo se relacionan?

La relación entre la marihuana y los ataques de pánico se ha informado desde hace décadas. Veamos qué saben los científicos sobre ella.
Marihuana y ataques de pánico: ¿cómo se relacionan?
Laura Ruiz Mitjana

Revisado y aprobado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 01 marzo, 2023

La marihuana o la cannabis es una de las drogas recreativas más utilizadas en todo el mundo. Ha tenido una especial aceptación en la sociedad debido a que, supuestamente, sus efectos secundarios son apenas perceptibles en contraste con otras drogas. Esta afirmación se opone a lo que sabemos de su ingesta, y uno de los ejemplos lo encontramos en la relación entre la marihuana y los ataques de pánico.

La asociación entre el consumo de marihuana y los ataques de pánico no es en absoluto nueva. Ya durante la década de 1980 aparieron los primeros estudios que confirmaban la tendencia de algunas personas a manifestar pánico luego del consumo de cannabis. La relación es poco conocida entre los consumidores en la actualidad, de manera que hoy analizamos qué saben hoy los científicos sobre ella.

La relación entre la marihuana y los ataques de pánico

La marihuana y los ataques de pánico comparten mecanismos en común
Con el aumento del uso recreativo de la marihuana se ha evidenciado una mayor incidencia de ataques de pánico.

La evidencia colectiva actual sugiere que los patrones de consumo intensos de cannabis (como la dependencia) se asocian con un mayor riesgo de sufrir ataques de pánico. Los expertos advierten que el riesgo es manifiesto tanto en jóvenes como en adultos, y aumenta cuando se le suman otras variables como la ingesta de nicotina. Se sabe que la relación es mucho más sólida en personas que han manifestado ataques de pánico en el pasado.

No se comprende muy bien por qué la marihuana puede desencadenar ataques de pánico. Las diferentes especies de cannabis integran más de 500 fitoquímicos documentados, y entre estos se cuentan más de 140 cannabinoides que son exclusivos de ellas. El compuesto psicoactivo más importante, o al menos el que ha recibido más atención por parte de los científicos, es el tetrahidrocannabinol (THC).


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El compuesto se aisló por primera vez en 1964 y se ha identificado como el responsable de las reacciones psicoactivas. El THC tiene propiedades ansiogénicas muy potentes, aunque estas se contrastan con las propiedades ansiolíticas del cannabidiol (CBD).

El CBD es el principal compuesto no psicotomimético de la cannabis. Debido a ello, y como indican los expertos, el compuesto puede tener un efecto protector contra ciertos efectos psicológicos negativos del THC.

Quizá a ello se deba que los ataques de pánico por marihuana solo se manifiesten ante un consumo agudo, como sucede con la dependencia. Los investigadores señalan que ambos interactúan con el sistema endocannabinoide.

Dicho sistema opera en la modulación de la transmisión sináptica involucrada en el manejo de los estados emocionales, la cognición y las respuestas al estrés. Los síntomas que pueden aparecer en estos contextos son los siguientes:

  • Aumento de la sudoración.
  • Temblores en los músculos de las extremidades.
  • Sentimiento repentino de fatalidad.
  • Dificultad para respirar.
  • Dolor en pecho y latidos cardíacos irregulares.
  • Dolor de estómago, náuseas o vómitos.
  • Sensación intensa de miedo.
  • Hormigueo o entumecimiento de la piel.
  • Necesidad de abandonar el lugar donde se encuentra para ponerse a salvo.

Además de los ataques de pánico, el consumo agudo de marihuana se ha relacionado también con episodios de psicosis y depresión. De nuevo, la relación es más sólida en personas que ya habían experimentado ataques en el pasado y que mantienen una ingesta regular de la droga.



Cómo superar un ataque de pánico por cannabis

La marihuana y los ataques de pánico están relacionados
La mejor decisión una vez identificado el problema con el consumo de cannabis es acudir a un profesional de la salud mental.

El ataque de pánico no representa por sí mismo un peligro para la integridad del individuo. A pesar de que los síntomas apunten a una muerte inminente, en realidad se trata solo de una reacción exagerada y pasajera hacia algo que no representa peligro alguno. Un ataque de pánico típico suele durar entre 5 y 10 minutos, y su intensidad es muy variable.

Cuando una persona en estas circunstancias experimenta un ataque de pánico puede pensar que se trata de una sobredosis o de un ataque al corazón. Los síntomas son transitorios, y algunas técnicas pueden ayudar a lidiar con ellos mientras desaparecen.

Por ejemplo, respirar de manera profunda, cerrar los ojos y contar hasta 20 de forma lenta en series, concentrarse en un objeto específico en la habitación, oler algo relajante (como lavanda), repetir un mantra en la cabeza, salir a caminar y tensar grupos muscular grandes y pequeños y luego relajarlos.

Al margen de todo esto, lo importante son los hábitos que se incluyen para evitar que los ataques vuelvan a ocurrir. El más importante de todos es reducir la ingesta de marihuana. En lo posible, evitar su consumo por completo. Esto es algo que deben hacer las personas que han tenido varios ataques de pánico por esta vía y que padecen varios trastornos mentales.

Pasar de un consumo ocasional a uno recurrente es muy fácil, y a menudo quien lo hace no es propenso a admitir que está desarrollando una dependencia. Además de la psicosis y la depresión ya citados, el consumo regular de asocia también con problemas de memoria, problemas de atención, problemas de coordinación y del equilibrio y alteraciones en el comportamiento. Son muchas las secuelas que en buena parte se ignoran por quienes la consumen.



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