Los 10 tipos de drogas y sus características

¿Qué son las drogas y cómo influyen en nuestro organismo? En este artículo hablaremos de los 10 tipos de drogas, de qué son, de su historia y cuáles acciones tienen.
Los 10 tipos de drogas y sus características
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 30 junio, 2021

Una droga se define como ‘toda sustancia que, introducida en el organismo vivo, puede modificar una o más de las funciones de este’ (concretamente, del sistema nervioso central o SNC). Los diferentes tipos de drogas pueden provocar distintas alteraciones en quien las consume.

En el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), por ejemplo, encontramos trastornos asociados a las drogas, como los trastornos por consumo y los trastornos inducidos. Pero, ¿cómo podemos clasificar los diferentes tipos de drogas? ¿Qué acciones tiene cada una de ellas?

Los 10 tipos de drogas y sus características

Las drogas se pueden clasificar según diferentes parámetros. Uno de ellos es según la función que ejercen sobre el sistema nervioso central (SNC) (Berjano y Musitu, 1987) (Freixa, 1982).

En esta clasificación encontramos 3 tipos de drogas: las depresoras (psicolépticos), las estimulantes (psicoanalépticos) y las perturbadoras del SNC (psicodislépticos). Vamos a ver qué acción ejerce cada una de ellas y qué subtipos de las mismas encontramos.

Drogas depresoras del SNC

Hay algunos tipos de drogas que deprimen el SNC.
En este caso, se producen cambios electroquímicos en el sistema nervioso.

Las drogas depresoras del sistema nervioso central también se denominan psicolépticos. Se trata de sustancias que tienen la propiedad de bloquear las funciones del SNC.

Dentro de este grupo encontramos: los opiáceos, el alcohol, los tranquilizantes, los hipnóticos y sedantes y los disolventes volátiles.

Opiáceos

Los opiáceos incluyen el opio, la morfina, la codeína, la heroína y la metadona. En cuanto a su historia, el opio o resina seca se extrae de la adormidera o Papaver somniferum. Ha sido utilizado desde hace miles de años por egipcios, árabes y griegos para el tratamiento del dolor y la diarrea.

Fue a principios del siglo XIX cuando se aislaron los principios activos de la planta y se empezaron a utilizar la codeína y la morfina. Por otro lado, durante el siglo XIX gran parte de los morfinómanos se inician en los hospitales militares debido al uso de morfina.

En 1874 se sintetiza la heroína, comercializándose como fármaco para la tos y posteriormente para deshabituar a morfinómanos. En la actualidad, los opiáceos son prescritos como medicamentos analgésicos, anestésicos, antidiarreicos y antitusígenos.

Alcohol

El alcohol es un compuesto químico hidrofóbico, de modo que atraviesa con facilidad membranas celulares, siendo absorbido de forma rápida por el estómago y distribuido a todos los tejidos. Al ser una molécula simple, no tiene una complejidad estructural para interactuar con un receptor específico, como la mayoría de las drogas psicoactivas.

El alcohol es un depresor tranquilizante del SNC. A pequeñas dosis disminuye la ansiedad, desinhibiendo la actividad cortical por depresión de la función de territorios subcorticales. Esto produce un estado de excitación (Adams y Victor, 1981), aumentando la frecuencia cardíaca y respiratoria.

A dosis mayores aparece la acción depresora sobre las neuronas corticales, produciéndose una disminución del nivel de conciencia y de la coordinación motriz.

Tranquilizantes, hipnóticos y sedantes

En este grupo encontramos los barbitúricos, los hipnóticos, los carbamatos (meprobamato) y las benzodiacepinas, utilizados para tratar problemas de insomnio, ansiedad y casos de abuso y dependencia de otras drogas.

Disolventes volátiles

Las sustancias volátiles son sustancias de bajo potencial de dependencia, que suelen ser utilizadas como sustancias de abuso esporádico.

La intoxicación con este tipo de drogas es muy similar a la intoxicación alcohólica y a la intoxicación por hipnóticos, ansiolíticos y sedantes (por ello el diagnóstico diferencial en estos casos es muy importante).

Drogas estimulantes del SNC

En el segundo grupo de los tipos de drogas según su función encontramos las drogas estimulantes del SNC, también denominadas psicoanalépticos.

Se trata de sustancias cuya propiedad fundamental es activar o estimular las funciones del SNC. En este grupo encontramos las anfetaminas y anorexígenos, la cocaína, las xantinas (café, té y bebidas de cola, cacao, teobromina y teofilina) y el tabaco.

Anfetaminas

Las anfetaminas son compuestos con efectos reforzantes y estimulantes similares a la cocaína.

Sin embargo, mientras que la cocaína casi siempre se consigue de forma ilegal, las anfetaminas son receptadas. Estas se usan para el tratamiento de la obesidad, de la hiperactividad y la narcolepsia, no teniendo efectos anestésicos locales y con menor potencial para inducir enfermedades médicas.

Cocaína

La cocaína es una sustancia que se obtiene de la planta Erythrosylon coca de Perú, Ecuador, Colombia y Bolívia, en donde se masca su hoja desde hace más de dos mil años por las tribus nativas americanas.

Sus efectos tenían una enorme utilidad en zonas donde el hombre vive a miles de metros sobre el nivel del mar. Estos incluyen impedir la aparición del cansancio, eliminar la sensación de hambre y frío y actuar como anestésico.

La pureza de la cocaína consumida varía de forma considerable, mezclándose con azúcar, procaína u otras sustancias. Es consumida de forma aspirada, inyección subcutánea o intravenosa y base libre. Su mecanismo de acción es el bloqueo de la recaptación de la dopamina, serotonina y catecolaminas (adrenalina y noradrenalina).

Xantinas

Las xantinas son sustancias estimulantes que incluyen café, té y bebidas de cola, cacao, teobromina y teofilina. La teobromina, por ejemplo, se incluye sobre todo en el chocolate.

Entre ellas destaca también la cafeína, que está presente de forma masiva en nuestras vida en el café, té, refrescos o incluso en los medicamentos.

Tabaco

La nicotina fue nombrada a partir de la planta de tabaco Nicotiana tabacum. Al principio, su uso era medicinal, y se creía que fumar protegía de la enfermedad (principalmente, de las plagas). El tabaco se introdujo en Europa en el siglo XVI, y se fumaba pero también se utilizada como insecticida.

Esta es una sustancia euforizante y sus propiedades reforzantes son similares a las de la cocaína y lo opiáceos, teniendo ambas adicciones muchos puntos en común.

Drogas perturbadoras del SNC

Otro de los tipos de drogas según su función son las drogas perturbadoras, o psicodislépticos. En este caso, hablamos de sustancias que pueden modificar de alguna manera la actividad psíquica, además de producir trastornos de percepción (como por ejemplo, las alucinaciones).

Como drogas psicodislépticas encontramos el LSD, el peyote y sus derivados, los alucinógenos sintéticos (drogas de diseño) y los derivados del cannabis.

Alucinógenos sintéticos (drogas de diseño), LSD y otros

Dentro de los alucinógenos encontramos los ergóticos (LSD, semillas de gloria matinal), las fenialquilaminas (mescalina, STP y MDMA, también llamada “éxtasis”), alcaloides del indol (psilocibina, DMT), la fenciclidina y otros.

Se excluye el cannabis porque, aunque puede tener efectos alucinógenos, existen diferencias significativas en sus efectos psicológicos y conductuales. Su consumo suele ser por vía oral, aunque también hay algunas que pueden fumarse o consumirse por vía intravenosa.

Derivados del cannabis

Los tipos de drogas recreativas.
Estas drogas se suelen consumir en fiestas nocturnas.

Los cannabinoides son sustancias derivadas de la planta Cannabis sativa. Su principio activo más predominante es el 9-tetra-hidrocannobiol (THC). Esta sustancia se presenta en el mercado de diferentes maneras: la marihuana, grifa, maría o hierba (hojas y tallos troceados y enrollados en forma de cigarrillos), con una concentración de ese principio activo del 8 %.

También encontramos el hachís, chocolate o costo (que es el exudado de resina seco extraído por filtración de la parte superior de la planta y de la cara inferior de las hojas), con una concentración del 15 %.

Finalmente, encontramos también el aceite de hachís, que es un concentrado destilado de hachís y que tiene un 60 % de concentración, además de la semilla, que tiene más de un 60 %. Su forma de consumo suele ser fumada, pero también se puede ingerir por vía oral, mezclada con otras sustancias o incluso con la comida.

La clasificación de la OMS (1970)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica los diferentes tipos de drogas según su valor terapéutico y su peligro asociado:

Drogas tipo A

En este grupo encontramos las drogas alucinógenas. Su abuso constituye un peligro y su efecto terapéutico es escaso o nulo.

Drogas tipo B1

En el grupo B1 encontramos las anfetaminas (drogas estimulantes); su valor terapéutico es escaso.

Drogas tipo B2

Las drogas tipo B2, según la OMS, incluyen los barbitúricos y los hipnóticos. Su valor terapéutico es medio-alto.

Drogas tipo C

Finalmente, en el grupo C encontramos las benzodiacepinas. Su valor terapéutico es pequeño o grande (dependiendo del subtipo de la droga), y su peligro para la salud pública es pequeño, aunque no desdeñable.

Otras clasificaciones de los tipos de drogas

Más allá de la clasificación de las drogas según su función en el SNC y según la OMS, encontramos también clasificaciones de las drogas con otros criterios, como por ejemplo:

  • Clasificación sociocultural: drogas institucionalizadas, ilegales o legales con posible uso ilegal.
  • Clasificación de Lewin: euphorica, phantastica, inebrantia, hypnótica y excitantia.
  • P. Dekiner: clasifica las drogas según su origen; psicolépticos, psicoanalépticos y psicodislépticos.

Las drogas se pueden clasificar de diferentes maneras, aunque la clasificación más extendida es la explicada (aquella que las clasifica según su función en el SNC).

Es importante informarse bien sobre las drogas para conocer sus acciones en el organismo y fomentar su educación y prevención.



  • American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana.
  • Belloch, A., Sandín, B. y Ramos, F. (2010). Manual de Psicopatología. Volumen II. Madrid: McGraw-Hill.
  • Berrios, G. (1990). Trastornos orgánicos en psiquiatría. En Fuentenebro, F., Vázquez, C. (1990). Psicología médica, psicopatología y psiquiatría. Interamericana McGraw-Hill: Madrid.
  • Carlson, N. (199). Fisiología de la conducta. Ariel: Barcelona.
  • Mendoza Patiño, Nicandro (2008). «Desarrollo histórico de los conceptos básicos de la farmacología». Farmacología medica (1ª edición). México: Ed. Médica Panamericana.
  • Organización Mundial de la Salud (1994). Glosario de términos de alcohol y drogas.

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