Diferencias entre vitaminas y proteínas
Las vitaminas y las proteínas son dos tipos de nutrientes fundamentales para el organismo. Si se experimenta un déficit de alguno de ellos se podría poner en riesgo el funcionamiento de muchos órganos a corto y a mediano plazo.
De todos modos, son muchas las diferencias entre estos dos elementos. Si bien es cierto que se pueden encontrar en variados alimentos, tanto su estructura química como sus funciones difieren.
¿Qué son las vitaminas?
Con el nombre de vitaminas conocemos a un grupo bastante heterogéneo de sustancias que participan en diferentes funciones fisiológicas, siendo muy importantes para el desarrollo, el crecimiento y los procesos que se llevan a cabo en el interior de la célula. Existen 13 vitaminas que son esenciales, es decir, que necesitan de un aporte exógeno para que los niveles de las mismas sean adecuados en el organismo.
A su vez, las vitaminas se pueden distribuir en dos grupos según el medio en el que se disuelvan. Por una parte se encuentran las hidrosolubles, que se transportan en medio acuoso.
También es posible encontrar un grupo de vitaminas liposolubles. En este caso, precisan de las grasas para absorberse y almacenarse.
De las vitaminas hidrosolubles apenas hay reservorios en el organismo, por lo que es clave el aporte diario.
Por otra parte, cabe mencionar que el déficit de ciertas vitaminas, como la D, puede generar problemas de salud graves. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista Reviews in Endocrine & Metabolic Disorders. A pesar de ello, la mitad de la población mundial no consigue alcanzar los valores recomendados de la misma.
Hay que destacar que son varias las vitaminas que participan de manera activa en el sistema inmunitario, mejorando la función de defensa del organismo. Entre ellas sobresale la vitamina C, un nutriente que puede ayudar a reducir la incidencia de las enfermedades infecciosas, según un estudio publicado en Nutrients.
Problemas por déficits agudos de vitaminas
Hemos comentado que mantener un déficit de vitaminas en el organismo puede promocionar el desarrollo de patologías crónicas. Pero también supone un inconveniente a corto plazo.
Muchos de estos nutrientes participan en la absorción de los minerales a nivel intestinal, por lo que un aporte inadecuado de vitaminas puede llegar a generar una deficiencia de ciertos elementos, como el hierro o el calcio.
En concreto, la vitamina C se encarga de incrementar la disponibilidad del hierro, un nutriente con baja capacidad de absorción. Si se administran ambos de manera conjunta se reduce significativamente el riesgo de anemia.
Algo parecido sucede con la vitamina D y con el calcio. Es necesario que los niveles del primer nutriente sean adecuados para potenciar la absorción intestinal del calcio y su posterior fijación en los huesos.
¿Qué son las proteínas?
Las proteínas, por su parte, son unas estructuras conformadas por unidades que reciben el nombre de aminoácidos. Son determinantes en lo que a estructura se refiere, pues se encargan de formar parte de los músculos y los demás tejidos. Además, participan en la síntesis de hormonas, en el sistema inmunitario y en los procesos metabólicos.
Resulta muy importante cubrir los requerimientos diarios de proteínas para conseguir un buen estado de salud. Si se experimenta un déficit de estos nutrientes sostenido en el tiempo, será más probable que se desarrollen patologías como la sarcopenia, tal y como afirma una investigación publicada en la revista BioMed Research International.
Ahora bien, las proteínas no solo son importantes para el músculo o para el rendimiento físico, sino también para el estado de nutrición en general. De hecho, las recomendaciones en cuanto a su consumo se han revisado en los últimos años. En la actualidad, se indica una ingesta superior a 0,8 gramos de proteína por kilogramo de peso al día en las personas sedentarias, según un artículo publicado en Annals of Nutrition & Metabolism.
Dichas necesidades pueden hasta doblarse o triplicarse en el caso de los deportistas. Eso sí, habrá que asegurar que al menos la mitad de las proteínas administradas cuenten con alto valor biológico.
¿Es necesario tomar suplementos de vitaminas?
Una de las preguntas más frecuentes en las consultas de nutrición tiene que ver con la necesidad o no de tomar un suplemento de vitaminas. Existen evidencias de que la administración de alguno de estos nutrientes en dosis por encima de las dietéticas podría generar beneficios sobre el estado de salud. Un ejemplo es el de la ya mencionada vitamina C, puesto que contribuye a prevenir catarros.
Lo cierto es que existe bastante discordancia al respecto. Como norma general, no se recomienda la suplementación crónica con vitaminas del grupo B. Ahora bien, mantener un aporte extra de nutrientes que pueden resultar deficitarios, como la vitamina D, podría contribuir a mejorar el estado de salud. Así lo confirma un estudio publicado en la revista Journal of Infection and Public Health.
Si bien es difícil experimentar un sobreconsumo de vitaminas hidrosolubles, se vuelve más sencillo el hecho de sufrir tal situación con las de tipo liposoluble. De hecho, algunos de estos nutrientes podrían hasta presentar toxicidad si se administran en dosis altas, como es el caso de la vitamina A.
No obstante, es más frecuente sufrir un déficit de vitaminas que un exceso. En este último caso, las consecuencias tampoco son demasiado preocupantes.
¿Son necesarios los suplementos de proteínas?
La ciencia apoya el consumo de estos complementos proteicos, pues no cuentan con efectos negativos o secundarios y permiten cubrir las necesidades diarias con bastante facilidad. Esto sucede sobre todo en el caso de los deportistas, ya que en ocasiones resulta complicado administrar mediante la dieta casi 200 gramos de proteínas al día.
Por medio de un batido de nutrientes de alto valor biológico se vuelve mucho más sencilla esta tarea. Es más, el consumo de dichos productos ha demostrado mejorar los procesos de recuperación en deportistas, consiguiendo estimular las adaptaciones musculares. Ayudan a generar procesos de hipertrofia y a fomentar los incrementos de fuerza entre las diferentes sesiones.
A la hora de elegir un suplemento de proteínas es necesario fijarse en los etiquetados y pedir los certificados de calidad oportunos. No solo hay que asegurarse de que la pureza sea la declarada en el envase, sino que también es fundamental cerciorarse de que no presenta sustancias dopantes.
¿Cómo asegurar un consumo óptimo de vitaminas y de proteínas por medio de la dieta?
Para conseguir cubrir los requerimientos diarios de vitaminas y de proteínas por medio de la dieta será necesario plantear una pauta lo más variada y equilibrada posible. Cuanto mayor sea el espectro de alimentos consumidos, menor será el riesgo de experimentar un aporte ineficiente de algún nutriente esencial.
Como norma general, se recomienda que la pauta esté confeccionada a partir de alimentos frescos. Estos presentan una densidad de nutrientes elevada y no suelen contener en su interior compuestos tóxicos o nocivos que puedan poner en riesgo el buen funcionamiento de los órganos.
Por otra parte, será determinante que a diario se consuman vegetales en abundancia. Al menos 5 raciones de frutas y de verduras han de aparecer en la dieta cada jornada. Estos alimentos son capaces de aportar una buena cantidad de vitaminas.
Asimismo, es una buena estrategia consumir más cantidad de pescado que de carne roja. Otro consejo muy acertado tiene que ver con la inclusión de los huevos y los lácteos de manera regular.
Vitaminas y proteínas: dos nutrientes muy diferentes
Las vitaminas y las proteínas son nutrientes muy distintos. No se parecen en su estructura química y, aunque comparten algunas funciones, en esencia cuentan con cometidos diferentes.
Ahora bien, será importante cubrir los requerimientos de ambos elementos para conseguir un buen estado de salud a medio y a largo plazo. De lo contrario, podrían promocionarse patologías complejas.
Si estás valorando la posibilidad de incluir un suplemento de vitaminas o de proteínas en la pauta, te recomendamos que visites primero a un especialista en nutrición. Habrá que comenzar por ajustar la dieta. Acto seguido, será determinante elegir el complemento más adecuado para cada caso en particular.
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