¿En qué trastornos aparecen las alucinaciones?

¿Sabías que existen multitud de trastornos y afecciones médicas en las que se producen alucinaciones? El fenómeno alucinatorio dista de ser exclusivo de la psicosis. Te lo explicamos.
¿En qué trastornos aparecen las alucinaciones?
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 01 abril, 2023

Las alucinaciones aparecen en multitud de entidades clínicas. Podríamos quedarnos aquí, sin embargo queremos explicar en qué trastornos se dan, con mayor o menor frecuencia, las alucinaciones, ya que de manera habitual tendemos a pensar que son fenómenos exclusivos de la psicosis. Y, aunque es cierto que son fenómenos psicóticos, las alucinaciones pueden ocurrir en muchísimas entidades clínicas.

En este sentido, el «fenómeno alucinatorio» engloba a las ‘representaciones mentales que se perciben como si fuesen reales, aunque se producen sin un estímulo real externo’. Al percibirse como «percepciones reales», su impacto es el mismo, son muy realistas. Además, la persona es incapaz de modularlas o controlarlas a voluntad (Belloch, 2021).

«Una alucinación es una experiencia similar a la de una percepción, que tiene la claridad y el impacto de una percepción verdadera, pero en ausencia de la estimulación externa del órgano sensorial relevante».

-American Psychiatric Association-

6 trastornos y patologías en las que aparecen alucinaciones

El hecho de que el paciente reporte percepciones susceptibles de constituir una alucinación, debe hacer sospechar al profesional. Al menos en la cultura occidental, el fenómeno alucinatorio podría constituir un síntoma de un cuadro psicopatológico más amplio. En este sentido, se hace necesario realizar una valoración rigurosa del estado mental del paciente.

«Es necesaria la presencia concurrente de otros síntomas para poder determinar su importancia o valor diagnóstico y el trastorno, la enfermedad o el problema del que es más probable que sea manifestación».

-Amparo Belloch-

1. Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos

Cerca de 75 de cada 100 sujetos hospitalizados por síntomas de psicosis manifiesta alucinaciones en más de una modalidad sensorial. Para la Organización Mundial de la Salud (2021) los «trastornos del espectro de la psicosis» son aquellos en los que se observa una intensa desintegración en la capacidad para el lenguaje y el pensamiento, además de otros síntomas como las alucinaciones y los delirios.

Las modalidades que presentan los pacientes con experiencias alucinatorias son frecuentemente la auditiva, seguida de la modalidad visual. Curiosamente, las alucinaciones de tipo cenestésico o corporal (por ejemplo «mi mano se está moviendo muy rápido» cuando en realidad está en reposo), así como las olfativas («huelo a flores» en mitad de un vertedero) y las gustativas («esta ensalada sabe a chocolate») son más características de países europeos (Belloch, 2021).

Además, tras aminorarse la intensidad de los síntomas psicóticos, las alucinaciones, lejos de desaparecer, adoptan contenidos de valencia positiva y sugerente. También pueden darse las denominadas «experiencias de delirio de pasividad» en las que los pacientes distan de autoatribuirse a sí mismos lo que dicen, piensan y perciben; lo atribuyen al exterior, como si fuera una alucinación.

«Las alucinaciones en los trastornos psicóticos suelen ir acompañadas por alucinaciones en otras modalidades, suelen ser más complejas y con temáticas emocionalmente significativas».

-Amparo Belloch-



2. Trastornos del estado de ánimo (TEA): depresión y trastorno bipolar

Las alucinaciones pueden aparecer en personas depresivas
Muchas veces se subestima las consecuencias físicas y psicológicas de la depresión, que pueden incluir hasta alucinaciones.

¿Sabías que las personas con depresión o con un trastorno afectivo bipolar son susceptibles de experimentar alucinaciones? En este contexto, la alucinación más frecuente es la auditiva. Por ejemplo, Angélica, de 45 años y diagnosticada con trastorno depresivo mayor acude a consulta, asustada, al manifestar que «ha escuchado dentro de su cabeza a Napoleón Bonaparte decirle: no vales para nada».

Experimentar alucinaciones en el contexto del TEA indica que la psicopatología es más grave y que su curso es peor. Además, en relación con los episodios afectivos, también podrían darse alucinaciones tras consumir fármacos como la reserpina y la metildopa; y también por patologías médicas como el hipotiroidismo y el hipoadrenocorticalismo (Belloch, 2021).

«En el diagnóstico se indicaría la etiqueta de ‘episodio con características psicóticas’».

-Amparo Belloch-

Alucinaciones y depresión

En los episodios depresivos, los sujetos pueden experimentar anomalías en su percepción, como lo son las ilusiones (por ejemplo, las pareidolias), cambios en la percepción del propio cuerpo y las consabidas alucinaciones. Hasta 3 de cada 10 pacientes con depresión tiene alucinaciones.

Además, este hecho incrementa el riesgo de suicidio. Si además de las alucinaciones el paciente también reporta delirios, la probabilidad de que se suicide se sitúa en torno al 15 % (Belloch, 2021).

Alucinaciones y trastorno bipolar

En el contexto de la «enfermedad maníaco-depresiva», los pacientes pueden alucinar tanto en la fase de depresión como durante el estado maníaco. Sin embargo, tienden a ser más frecuentes durante las «tormentas de manía», en las que el paciente se siente capaz de realizarlo todo y su humor es expansivo, es decir, intensamente elevado.

Por otro lado, las alucinaciones de la «enfermedad maniaco-depresiva» tienden a ser un poco más breves que las que se producen en el contexto de la psicosis. Además, un aspecto de buen pronóstico que se produce de manera habitual es que, con posterioridad a la alucinación, el paciente es consciente de que ha alucinado y, en consecuencia, emite una crítica.

«Las alucinaciones auditivas se asociaban en mayor grado con el maltrato infantil, en contraste con las visuales».

-Amparo Belloch-

3. Deficiencias sensoriales y variaciones del estado fisiológico normal

Casi 15 de cada 100 sujetos con problemas visuales experimentan fenómenos alucinatorios. Esto puede ser debido al déficit de estimulación. Así, se sabe que un entorno de baja estimulación visual o auditiva es un caldo de cultivo perfecto para el fenómeno alucinatorio.

Cabe mencionar en este apartado el consabido «síndrome de Charles-Bonnet». Es un cuadro típico en población anciana con patología de carácter orgánico. Tienden a padecer alucinaciones de carácter liliputiense (por ejemplo, Bonifacio de 96 años verbaliza que por las noches ve enanitos correteando por su habitación). Normalmente empeoran por la noche.

«Por otra parte, signos como la pirexia, la anorexia o la hiperventilación se han asociado con la experiencia alucinatoria».

-Amparo Belloch-

4. Enfermedades del sistema nervioso central

Las alucinaciones se asocian a la migraña
Hay muchas condiciones con base neurológica que pueden asociarse a las alucinaciones.

Existen multitud de patologías neurológicas con el potencial de desencadenar el fenómeno alucinatorio. Por ejemplo, el síndrome poscontusional, las migrañas, los meningiomas y la encefalitis víricas. Aunque es poco habitual que se asocie a las migrañas, un pequeño porcentaje de personas, especialmente mujeres, padece alucinaciones bajo este cuadro clínico.

Para alucinar es necesario que el córtex temporal esté sano e intacto. Sin embargo, existen alteraciones en el lóbulo temporal que pueden producir experiencias psicóticas como «el fenómeno del doble», así como alucinaciones de carácter negativo (por ejemplo, Claudia, de 41 años, verbaliza que «todo el mundo se ve en el espejo, sin embargo yo, cuando me miro en él, no veo nada»).

Por otra parte, mientras que las alteraciones en el lóbulo temporal se han relacionado con fenómenos alucinatorios en la modalidad visual (por ejemplo «ver una sucesión de flashes luminosos»); las alteraciones del hipocampo (estructura relevante para el aprendizaje y la memoria) se han relacionado con alucinaciones de carácter gustativo, así como liliputienses (si recordamos el caso anterior de Bonifacio, estas consisten en «ver objetos o personas de menor tamaño al normal»).

«También se han descrito experiencias alucinatorias simples (como ver patrones geométricos) asociados a condiciones muy diversas, como el parpadeo visual en un rango de entre 5 y 13 Hz».

-Amparo Belloch-


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5. Complicaciones asociadas a fármacos y condiciones médicas

Aquí vamos a describir tres curiosos fenómenos. En primer lugar existen fármacos utilizados de manera habitual que tienen el potencial de producir alucinaciones. Por ejemplo, el zolpidem es uno de los denominados «fármacos Z».

Su objetivo es la inducción del sueño y está indicado para el insomnio de conciliación. Entre sus efectos secundarios está la posibilidad de experimentar alucinaciones visuales, hecho que ocurre con frecuencia cuando se le administra el fármaco a un anciano.

Por otro lado, la ketamina es un anestésico que, entre sus efectos secundarios, encontramos las alucinaciones visuales, así como el delirium. Aunque las alteraciones perceptivas producidas como consecuencia de la ketamina suelen desaparecer cuando ya no hay más en el cuerpo, se han reportado casos de «analepsis», que son flashbacks alucinatorios. Pueden producirse incluso meses después de la intervención.

Es raro que tras una amputación se dé el fenómeno del «miembro fantasma». Sin embargo, se han reportado casos de amputación en los que la persona sigue percibiendo su brazo, o su mano, o la parte amputada «como si siguiera funcionando con normalidad». En este sentido, los resultados de las investigaciones apuntan a que podría suceder en personas con psicopatologías previas a la amputación.

«Las alucinaciones del miembro fantasma suelen producirse en los miembros más distales. Por ejemplo en los dedos de las manos o de los pies».

-Amparo Belloch-

6. Trastornos de la personalidad

En el trastorno esquizotípico de la personalidad, por ejemplo, el «hecho de alucinar» es uno de los muchos criterios que deben cumplirse para su diagnóstico. También se han descrito experiencias alucinatorias en el contexto del TLP, de las que casi un 30 % son auditivas.

Las diferentes investigaciones realizadas hasta el momento señalan que las características de estas alucinaciones podrían ser muy similares a las que se producen en el contexto de la esquizofrenia.

Los sujetos con estas entidades clínicas suelen reportar alucinaciones cuya frecuencia oscila entre «una vez por semana» hasta «cada día». La duración de las alucinaciones, en estas entidades clínicas, se ha establecido entre uno y muchos minutos. Por lo general son de valencia negativa, de hecho casi un 50% de los sujetos que reportaron alucinaciones las relacionaron con eventos traumáticos de la infancia y adolescencia (Belloch, 2021).

Se han encontrado fenómenos alucinatorios tras episodios de elevada ansiedad. En consecuencia, estos pacientes emiten conductas de autólisis (como cortarse, arañarse o quemarse), comportamientos muy vinculados al TLP y al trastorno esquizotípico.

El fenómeno alucinatorio, a priori infrecuente, es mucho más habitual de lo que se pensaba. Además de ser uno de los elementos por antonomasia de la psicosis, también puede aparecer como consecuencia de patologías médicas (como por ejemplo, lesiones neurológicas), así como en otras entidades clínicas como los trastornos de la personalidad.

«Además, existen ocasiones en las que personas sin psicopatologías ni enfermedades médicas pueden experimentar también experiencias alucinatorias».

-Amparo Belloch-



  • Belloch, S. A. (2023). Manual De Psicopatologia, Vol I. Mc-Graw Hill.
  • Belloch, A. (2023). Manual de psicopatología, vol II. Mc-Graw Hill.
  • CIE-11. (s. f.). https://icd.who.int/es.
  • American Psychiatric Association. (2014). DSM-5. Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5: DSM-5®. Spanish Edition of the Desk Reference to the Diagnostic Criteria From DSM-5® (1.a ed.). Editorial Médica Panamericana.
  • Vidaurreta, I. F. (2022). Depresión en la tercera edad. Una patología tratable. MPG Journal, 4(53).
  • Dhooge, P. P., Teunisse, R. J., Liefers, B., Lambertus, S., Bax, N. M., Hoyng, C. B., ... & Klevering, B. J. (2023). Charles Bonnet syndrome in patients with Stargardt disease: prevalence and risk factors. British Journal of Ophthalmology, 107(2), 248-253. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34348923/.

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