¿Qué es la sustancia gris del cerebro?
La sustancia gris del cerebro, también conocida como materia gris, hace referencia a las neuronas no mielinizadas y otras células que forman parte del sistema nervioso central. La encontramos en la corteza cerebral, el cerebelo, el tronco encefálico y en muchas partes de las profundidades del cerebro. La sustancia gris en la médula espinal se cataloga como columna gris y se distribuye en forma de H.
En general, existe mucho desconocimiento en torno a qué es en realidad la materia gris en la población. Algunas de sus funciones se exageran, así como los beneficios de ciertas prácticas que en teoría ayudan a potenciarla. Con el ánimo de despejar todas estas dudas te enseñamos qué es la sustancia gris en términos muy simples y qué dicen los científicos sobre ella.
Características de la sustancia gris del cerebro
El sistema nervioso central está formado por materia gris y materia blanca. Ambas son secciones esenciales tanto del cerebro como de la médula espinal, aunque la sustancia gris recibe más atención por parte de los científicos y la población en general. Dicha atención no es gratuita, ya que los expertos saben que la materia gris desarrolla un papel protagónico en el funcionamiento diario.
La materia gris constituye la capa más externa del cerebro (de hecho, la corteza cerebral es sustancia gris). Recibe su nombre debido a la alta concentración de cuerpos celulares neuronales, lo que le otorga un tono gris claro. Sin embargo, cuando se encuentra en el tejido vivo puede adquirir matices de color amarillo o rosado. Dichos matices se derivan de los cuerpos de las células neuronales y los vasos sanguíneos capilares presentes.
En conjunto, permite que las personas controlen el movimiento, la memoria y las emociones. Se compone de numerosos cuerpos celulares y muy pocos axones mielinizados; lo que la distingue de la sustancia blanca (numerosos axones mielinizados y pocos cuerpos celulares). Se forma a partir del ectodermo en las etapas tempranas del embrión. De acuerdo con la evidencia, su desarrollo continúa hasta los 8 años de edad.
Para entonces, la sustancia empieza a disminuir de manera progresiva en las regiones del sistema nervioso central. A pesar de ello, se sabe que su densidad aumenta a partir de este momento y lo hace hasta bien entrada la etapa adulta. Su concentración varía de acuerdo con el sexo del sujeto. Siguiendo a los especialistas, la concentración en cuanto a densidad de materia gris es mayor en las mujeres que en los hombres, pero estos exhiben un mayor volumen.
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Funciones de la materia gris
La materia gris se distribuye a través de áreas del cerebro que se relacionan con el control muscular y la percepción sensorial, como lo son por ejemplo la vista y el oído, la memoria, el habla, las emociones, la toma de decisiones y el autocontrol.
La sustancia gris en esencial para la mayoría de los procesos de la vida humana. Contraria a la referencia popular, no solo media en los procesos relacionados con la atención, la concentración o la inteligencia.
Problemas relacionados con la sustancia gris
La sustancia gris cubre todas las partes del sistema nervioso central, lo que la expone a diferentes problemas relacionados con el área afectada. Por ejemplo, los traumas de cualquier tipo pueden comprometer el funcionamiento de la materia gris. Las células neuronales que la componen demandan un alto suministro de oxígeno para funcionar de forma eficiente, de modo que ante su ausencia, dichas células empezarán a morir.
Esto se puede traducir en un daño irreversible como consecuencia de la pérdida de su función. Esto puede ocurrir luego de un trauma físico (como un golpe contundente que genera una hemorragia) o un evento interno (como un accidente cerebrovascular).
Otro problema común es el depósito de sustancias en las secciones donde hay materia gris. Como bien apuntan los expertos, una de sus consecuencias directas es la enfermedad de Alzheimer (por depósitos de beta-amiloide y formación de «placas seniles»).
La enfermedad de Parkinson, los problemas del lenguaje, los problemas motores y otras complicaciones se relacionan de manera directa con una alteración en la materia gris del sistema nervioso, aunque los mecanismos son diferentes.
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¿Se puede fortalecer la materia gris?
Existen algunos hábitos de vida que pueden fortalecer la materia gris. Los beneficios son más palpables cuando se practican desde temprana edad (la infancia y el principio de la adolescencia), no tanto así cuando se asumen en la etapa adulta. De igual modo, es importante tener en cuenta que los resultados son modestos y dependen de una variedad de factores.
También se debe estar al tanto que el impacto de los supuestos hábitos que fortalecen a la sustancia gris se tergiversan con mucha facilidad. Por ejemplo, en 2017 un grupo de investigadores publicaron un trabajo en el que afirmaban que el 80 % de la materia gris del cerebro se puede modificar por medio del ejercicio. Un comentario posterior de los expertos sugiere que, aunque es cierto que la actividad física tiene un impacto en la proporción de ella, es muy difícil determinar cuál es exactamente.
Al margen de esta apreciación, el ejercicio es un hábito que ayuda a fortalecer la sustancia gris. Otros como el yoga y la meditación también han sido avalados por los estudios. Aprender nuevas habilidades (un idioma, por ejemplo), leer, mantener una dieta saludable, evitar el alcohol y el tabaco y cuidar la higiene del sueño también son buenas prácticas. En general, tener un estilo de vida saludable se correlaciona con el fortalecimiento de la sustancia gris.
La sustancia gris es vital para el funcionamiento del cerebro
En definitiva, sin sustancia gris, una gran cantidad de funciones complejas que nos convierten en seres humanos serían imposibles. Ahora que se sabe su importante papel, existen algunos cambios en el estilo de vida que podrían cuidar y preservar su funcionamiento, que en todo caso son saludables y que ayudan a mantener otros órganos y sistemas.
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