Demencias: tipos, características y síntomas

Las demencias representan el fracaso del éxito de la medicina. A saber, la medicina moderna ha aumentado notablemente nuestra esperanza de vida. Sin embargo, ahora que vivimos más, aparecen insidiosamente una gran cantidad de demencias que amenazan frontalmente la calidad de vida de las personas.
Demencias: tipos, características y síntomas
Bernardo Peña

Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 07 octubre, 2019

Las demencias son un deterioro adquirido, crónico y generalizado de las funciones cognitivas, que afecta a dos o más áreas de las siguientes: memoria, capacidad para resolver problemas, realización de actividades perceptivo-motrices, utilización de habilidades de la vida diaria y control emocional.

El problema está causado por lesiones cerebrales, sin que inicialmente exista perturbación del nivel de conciencia. La severidad del déficit cognitivo en la demencia interfiere en el normal funcionamiento familiar, social y ocupacional del sujeto.

Características de las demencias

Las demencias tienen unas características definitorias propias, a saber:

  • Existe una alteración global de las capacidades cognitivas adquiridas. Por ejemplo, con deterioro del pensamiento, memoria, razonamiento, lenguaje, cálculo, orientación, atención, etc.
  • El deterioro cognitivo es progresivo. Cada vez más, se percibe mayor número de funciones afectadas y un mayor grado de deterioro.
  • La pérdida de memoria suele ser el síntoma más característico, especialmente en fases iniciales.
  • Se acompaña de afasia, agnosia o apraxia.
  • La alteración de una función mental aisladamente no se considera demencia.
  • Tiene carácter crónico, con una duración superior a los 6 meses.
  • No existe deterioro en el nivel de conciencia.
  • Interfiere en la autonomía y calidad de vida de la persona.
  • Al principio del cuadro, la persona es consciente de su enfermedad.
  • Es un proceso irreversible.
  • Implica ambos hemisferios y zonas grandes del cerebro.

Todas las funciones sensoperceptivas, cognitivas, motoras y comportamentales pueden verse afectadas en los cuadros de demencia. El Alzheimer es la demencia más frecuente, correspondiéndose a la misma las 3/4 partes de los casos. Le siguen la demencia vascular y la enfermedad de Parkinson.

El aumento en la esperanza de vida hace que las demencias se hayan convertido en un problema de salud pública, debido a que cada vez más personas llegan a ancianos. Los neuropsicológos estiman que 1/4 de los ancianos mayores de 85 años presentan algún tipo de demencia.

Manifestaciones clínicas de la demencia

Existen una serie de síntomas comunes a todas las demencias. En función de la capacidad o habilidad afectada, las agruparemos para facilitar su comprensión:

  • Memoria: los problemas de memoria suelen constituir el primer síntoma de la demencia. Está afectada especialmente la memoria reciente y mejor conservada la memoria a largo plazo y la memoria implícita.
  • Lenguaje: se observa un marcado empobrecimiento del lenguaje, así como de la iniciativa comunicativa. En muchos casos, pueden confundirse con depresión. Sin embargo, la incompetencia lingüística se debe al daño cerebral difuso.
  • Aparición de apraxias o incapacidad de llevar a cabo habilidades previamente aprendidas: en las demencias, suelen darse las apraxias en los estadios finales de la enfermedad. De esta manera, se les olvida cómo vestirse, comer, asearse, etc.
  • Presencia de agnosias o incapacidad para reconocer los estímulos que llegan a través de los sentidos. Por ejemplo, ya no reconocen rostros familiares (prosopagnosia), o no son capaces de orientarse en tiempo y espacio (agnosia espacio-temporal).
  • Problemas de cálculo o acalculia.
  • Alteración de las funciones ejecutivas: se manifiesta en la incapacidad para planificar o autorregular su conducta conforme al espacio y al momento presente. Se produce un fracaso a la hora de establecer objetivos y dificultad en el pensamiento.
  • Trastornos psicológicos: los más frecuentes son alucinaciones, paranoidismo, tendencia a la fuga y al vagabundeo, mutismo, pseudodepresión, pasividad, egocentrismo, ansiedad y depresión.

Cómo distinguir la depresión de la demencia

depresión y demencias

En los trastornos depresivos existe una aparente pérdida de funciones intelectuales. De esta manera, han recibido la denominación de pseudodemencias. Frecuentemente, hay dificultad para el diagnóstico diferencial entre la depresión y la demencia. Además, hay algunos síntomas que se solapan entre ambos cuadros:

DepresiónDemencia
InicioJustificado por acontecimientos pasados o presentes. Antecedentes de depresión.No hay antecedentes que justifiquen el inicio de la enfermedad.
Comienzo y progresiónRápido o agudo.Lento y solapado (insidioso).
DuraciónMenos de 6 meses.Más de 6 meses.
TemporalidadLa depresión es previa al deterioro cognitivo y funcional.El deterioro cognitivo y funcional es previo a la depresión.
Consciencia de enfermedadExiste consciencia.No existe consciencia.
CulpabilidadSe culpa y preocupa por los síntomas.Culpa a los demás y no se preocupa por sus síntomas.
QuejasEmite quejas.No emite quejas, o estas son muy escasas.
Deterioro cognitivoProblemas generales de memoria.Déficits en la memoria reciente y caída manipulativa.
Afasias y agnosiasInexistentes.Presentes.

Tipos de demencias

Se puede clasificar a las demencias en función de los daños que producen o dónde están presentes estos daños. La clasificación más utilizada es la que hace referencia a la localización de sus lesiones, lo que permite dividirlas en demencias corticales, subcorticales y axiales.

Demencias corticales

Este tipo de demencias se producen, sobre todo, por lesiones en las áreas asociativas frontales y temporoparietooccipitales. Generalmente, se manifiestan por trastornos neuropsiquiátricos que inician con problemas en la memoria y, progresivamente, se manifiestan trastornos como afasias, apraxias y agnosias. También, pueden aparecer alteraciones psicológicas.

Finalmente, el deterioro cognitivo es devastador, aunque inicialmente puede enmascararse debido a que el curso es progresivo y a que los síntomas aparecen lentamente. Entre estas demencias encontramos el Alzheimer. Es muy frecuente que la persona no sea consciente de sus déficits una vez haya progresado la enfermedad más allá de sus estadios iniciales

Demencias subcorticales

Como su nombre indica, en estas demencias, el daño se produciría por debajo del córtex; más concretamente, en estructuras como los ganglios basales, el tálamo o el tallo cerebral.  Inicialmente, no existirían manifestaciones de tipo afásico, apráxico o agnósico, sino falta de espontaneidad y fluidez psicomotora y cognitiva. Viene acompañada por trastornos extrapiramidales, como temblores, discinesia o acatisia.

Más adelante, encontramos un frecuente embotamiento y lentificación de los procesos cognitivos. También se asocia a los problemas en el humor y el estado de ánimo, así como a la incapacidad de llevar a cabo pensamientos o tareas complejas. Este tipo de manifestaciones clínicas son características de demencias como el Parkinson.

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Demencias axiales

Según Portellano, están causadas por la lesión de las estructuras situadas en el eje medio del encéfalo, tales como hipocampo, hipotálamo, fórnix o cuerpos mamilares. Provocan pérdida de memoria de fijación, pérdida de iniciativa y despreocupación frente al entorno.

El paradigma de las demencias axiales es la encefalopatía de Wernicke-Korsakoff. El aspecto del sujeto con este tipo de demencia es aparentemente normal, aunque se observa una progresiva pérdida de iniciativa.

Generalmente, está causada por consumo abusivo de alcohol, desarrollándose después de 15-20 años de consumo continuado. Se manifiesta por una alteración frontal, con pérdida de motivación, pobreza en la capacidad de juicio, trastornos de atención y de memoria reciente, etc.

Conclusiones acerca de las demencias

En conclusión, las demencias son trastornos neuropsicológicos que se caracterizan por un declive global de los procesos cognitivos. Además, su inicio es insidioso, progresivo e irreversible, en la mayoría de los casos. Suelen darse en la adultez mayor, más allá de los 65 años; no obstante, cada vez inician antes.

Por desgracia, no existe un tratamiento que pueda revertir el proceso demencial. Sin embargo, la estimulación cognitiva, la rehabilitación neuropsicológica y la psicoterapia pueden disminuir el impacto subjetivo de la enfermedad y hacer más lenta su progresión.



  • Beteta, E. (2004). Neuropatología de las demencias. Revista de neuro-psiquiatría67, 80-105.
  • Lasprilla, J. C. A., Guinea, S. F., & Ardila, A. (2003). Las demencias: aspectos clínicos, neuropsicológicos y tratamiento. El Manual Moderno.
  • Portellano, J. (2005). Introducción a la neuropsicología. Madrid, ed: McGraw Hill.

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