Indapamida: lo que debes saber
La indapamida forma parte del tratamiento para la hipertensión arterial. Se trata de un diurético, más precisamente uno de la familia de los diuréticos tiazídicos. El fármaco tiene el récord de ser uno de los primeros que demostraron ser eficaces en el control de la presión sanguínea en contraste con la ingesta de placebo.
Existe evidencia que indica que su ingesta es la preferida como terapia inicial contra la enfermedad. Esto en parte se debe a su bajo precio (no cuenta con una marca comercial, es genérico), a la posibilidad de usarlo en compañía de otros medicamentos y sus reducidos efectos colaterales. Hoy te enseñamos todo lo que se sabe de ella.
¿Para qué se usa la indapamida?
La indapamida es un diurético de la familia de los tiazídicos que funciona inhibiendo la absorción de sodio en los riñones. Esto se traduce en que el exceso se elimina con la orina, esto a su vez ayuda a disminuir la retención de líquido. Al haber menos líquido en la sangre se disminuye la presión arterial, lo que mantiene controlada la enfermedad.
El fármaco ayuda al manejo de la hipertensión, pero no la cura. Su ingesta debe adherirse de forma permanente, aun cuando el paciente no presenta síntoma alguno o su condición se mantenga con una prevalencia baja.
Además de usarse para tratar la hipertensión arterial, la Food an Drug Administration (FDA) también la recomienda para la insuficiencia cardíaca congestiva.
La evidencia señala que el medicamento es especialmente útil para reducir los niveles de presión sistólica. Por esta razón, los estudios recomiendan su uso en ancianos que presentan esta condición aislada. Su ingesta no reemplaza las recomendaciones de mantener una dieta baja en sodio, un hábito que todo paciente hipertenso debe modificar en su día a día.
Es muy común que se recete en compañía de otro fármaco, como por ejemplo el perindopril. De hecho, múltiples estudios e investigaciones sugieren la ingesta del dúo por sus beneficios en el control de la enfermedad. Los efectos vasorrelajantes de la indapamida le han valido su parcial asociación con los antagonistas de calcio, según la evidencia.
¿Cómo se administra la indapamida?
El medicamento se administra únicamente por vía oral. Las dosis varían de acuerdo al contexto, ya que la edad, el peso, la gravedad de la condición y las posibles interacciones medicamentosas influyen. En general, la dosis suele variar entre 1,25 a 5 miligramos.
La mayor parte del tiempo se empieza con la dosis más baja y se aumenta con el trascurso de las semanas. Así se da un espacio para valorar sus posibles efectos en el organismo y cómo este la tolera. Si el descenso de la presión es favorable y no se generan secuelas evidentes, el especialista procederá a aumentar la prescripción.
Si no se obtienen los resultados que se esperan se recetará otro fármaco como complemento. Por lo general se toma una vez al día, todos los días. La frecuencia y uso del medicamento puede variar según la naturaleza de la condición del paciente. En caso de que este olvide su ingesta, se debe proceder a tomarla; salvo que se esté pronto a iniciar de nuevo el ciclo del tratamiento.
El fármaco debe almacenarse en un lugar seco y a temperatura ambiente. Evita retirarlo de su envase original y mantén siempre la tapa sellada de forma hermética. Procura alejarlo del alcance de los niños, así se evitan episodios de intoxicación por sobredosis.
Contraindicación del uso de la indapamida
Aunque está entre los medicamentos más usados en el tratamiento de la hipertensión, la indapamida no escapa de las contraindicaciones. Los contextos donde deberían limitarse su uso son los siguientes:
Embarazo
Debido a la falta de estudios al respecto, no se recomienda la ingesta del medicamento en mujeres embarazadas o en período de lactancia.
Aunque durante la gestación son relativamente comunes los aumentos de la presión sanguínea, estos se suelen tratar con otros fármacos corroborados por investigaciones. Por ejemplo, antagonistas de calcio como la nifedipina.
Presencia de enfermedades crónicas
Estas enfermedades incluyen la diabetes y la insuficiencia renal. Aunque la ingesta del fármaco está avalada por la evidencia cuando ambas enfermedades están controladas, se sabe que el uso de diuréticos tiazídicos puede ser contraproducente cuando estas no lo están.
Por esto, se debe informar al médico sobre la presencia de alguna de ellas. Así se puede hacer un seguimiento sobre los posibles efectos colaterales generados. También se debe informar sobre el padecimiento de alguna condición hepática.
Síncope
Aunque no se ha estudiado bien la razón, se ha descubierto que el medicamento puede empeorar los episodios de síncope, e incluso generarlos en compañía de otras afecciones (como el síndrome de QT largo). Se deben tomar precauciones si se opta por su ingesta, puesto que el riesgo de caídas puede aumentar.
Gota
Los estudios indican que la indapamida está relacionada con el aumento del ácido úrico en el organismo. Es por ello que su uso está contraindicado en pacientes que sufren gota o al menos son propensos a desarrollarla. Si el especialista no encuentra alternativa se debe hacer un seguimiento recurrente de los niveles de ácido úrico para evitar complicaciones.
Otras de las afecciones que podrían empeorar con la ingesta del medicamento son hipotensión, alergias al componente base del fármaco, ingesta de algunos medicamentos, lupus y desequilibrios crónicos de la tiroides, entre otras.
No existe registro de cómo actúa el medicamento en niños o adolescentes. Si se presentan cuadros de hipertensión infantil y se opta por su ingesta se deben valorar cuidadosamente los resultados, los posibles efectos colaterales y su viabilidad a largo plazo.
Efectos secundarios de la ingesta del fármaco
Al igual que ocurre con cualquier medicamento, el uso de la indapamida puede conllevar al desarrollo de efectos secundarios. El más evidente de todos es el aumento de la micción. Este, por lo general, se mantiene durante 4-6 horas luego de haber tomado el fármaco, aunque puede extenderse más de acuerdo con el contexto.
Otros de los efectos colaterales frecuentes son los siguientes:
- Somnolencia.
- Mareos.
- Confusión.
- Calambres musculares.
- Vómitos.
- Visión borrosa.
- Sed excesiva.
La mayoría de las veces las secuelas suelen desaparecer con la adherencia al medicamento, otras permanecen durante varios meses. Aunque son raros, también se puede desarrollar:
- Pérdida de peso.
- Dificultad para respirar.
- Pérdida de libido.
- Fatiga crónica.
Si el paciente es alérgico a la indapamida presentará urticaria, hinchazón en la garganta, en la lengua y problemas respiratorios. En tal caso, debe consultar con el especialista cuanto antes y suspender su ingesta temporalmente.
Recuerda que el uso de este y otros fármacos debe hacerse solo bajo supervisión médica. Esta contraindicada la automedicación, ya que se pueden desarrollar problemas que pueden poner en riesgo la vida del paciente. Si sospechas que padeces de hipertensión, acude a un especialista para que haga el respectivo diagnóstico y elija el mejor tratamiento para ti.
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