¿Qué es la hipomagnesemia?
La hipomagnesemia es un trastorno que se caracteriza por niveles bajos de magnesio en la sangre. Por lo general, en un adulto sano los valores del electrolitos oscilan entre 1,5 y 2,5 mg/dL. Cuando se presenta la condición pueden descender hasta unos 0,7 mmol/L. Si no se trata puede generar complicaciones severas o mortales.
Es muy común que se desarrolle en compañía de otros trastornos electrolíticos, como por ejemplo la hipocalcemia (disminución del calcio en el organismo) y la hipopotasemia (reducción de los niveles de potasio). Por supuesto, también se puede presentar de manera aislada. Hoy te comentamos todo sobre la condición: síntomas, causas, diagnóstico y cómo tratarla.
Síntomas de la hipomagnesemia
Cuando el descenso de los valores no es tan significativo por lo general el trastorno no genera síntomas. Una persona puede padecer de hipomagnesemia sin saberlo, de modo que se descubre en un examen de rutina o cuando el desequilibrio evoluciona a un nivel superior. Cuando esto sucede se presenta lo siguiente:
- Náuseas.
- Vómitos.
- Fatiga.
- Anorexia.
- Retardo en el crecimiento (en niños y jóvenes).
- Espasmos musculares.
- Cambios en el estado de ánimo.
En algunos casos, sobre todo en los niños, puede desarrollar también convulsiones. Si no se trata como es debido ocasiona trastornos en diferentes partes del cuerpo que incentivan el desarrollo de otros síntomas. Por ejemplo, se ha demostrado que produce hipertensión y problemas cardiovasculares.
De hecho, la evidencia apunta a que la principal complicación generada por la hipomagnesemia son las arritmias cardíacas. Múltiples estudios indican que los bajos niveles de magnesio también pueden derivar en preeclamsia, eclampsia, alzhéimer y trastornos psicosociales como el TDAH. En este sentido, los síntomas varían de acuerdo con el desarrollo de la enfermedad.
Por otro lado, esta condición puede empeorar algunas afecciones previas que ya tenga el paciente. Por ejemplo, se ha relacionado la hipomagnesemia con un deterioro del control de la diabetes tipo 2. He allí la importancia de un diagnóstico precoz para iniciar el tratamiento destinado a regresar a los valores normales.
Causas de la hipomagnesemia
Existen múltiples causas de la hipomagnesemia. Muchas veces el desarrollo del trastorno no se debe a una sola, sino que es el resultado de la confluencia de dos o más. Entre las más comunes destacamos las siguientes:
Nutrición deficiente
Es poco frecuentes que un déficit en la ingesta de magnesio pueda desarrollar la enfermedad. Esto se debe a que la mayoría de las personas mantienen un régimen alimenticio que permite recibir la cantidad mínima del electrolito en su dieta. Los granos integrales, los frutos secos, las verduras de hoja verde y el chocolate son solo algunos que lo contienen.
Desde hace décadas se ha estudiado la relación que existe entre su deficiencia y el desarrollo de la enfermedad. Su manifestación es más común en personas desnutridas y en aquellos que han recibido nutrición parental durante un tiempo prolongado.
Este tipo de nutrición, la que se administra por la vía endovenosa, también puede derivar en condiciones similares como la hipofosfatemia, como ha demostrado la evidencia.
Síndrome del hueso hambriento
También conocido como redistribución o translocación del magnesio, sucede cuando el electrolito se deposita en los huesos. Se ha investigado el mecanismo por el cual esto ocurre, así como las secuelas a largo plazo. Es relativamente común entre quienes padecen hiperparatiroidismo o hipertiroidismo luego de realizar una paratiroidectomía o una tiroidectomía, respectivamente.
Pérdida gastrointestinal
La reducción de los niveles de magnesio también puede deberse a problemas gastrointestinales. Los estudios han determinado que la diarrea, la enfermedad celíaca, el síndrome de Crohn, la intolerancia a la lactosa, el síndrome del intestino corto y las intervenciones quirúrgicas (como la ileostomía) pueden desencadenar esta condición.
Ingesta de algunos medicamentos
Como por ejemplo los inhibidores de la bomba de protones (como el omeprazol), según indica la evidencia. Aunque este grupo de fármacos son los más comunes, otros que pueden desencadenar la enfermedad son los siguientes:
- Diuréticos (tiazídicos y de asa).
- Antifúngicos.
- Antibióticos aminoglucósidos.
- Medicamentos usados durante la quimioterapia.
- Inhibidores de la calcineurina.
Otros de los posibles causantes de la condición son el embarazo, las pérdidas renales primarias y secundarias, la diabetes no controlada, la pancreatitis, la sudoración extrema, los trastornos por consumo de alcohol, el uso de drogas recreativas, los vómitos y algunas afecciones genéticas poco frecuente, como el síndrome de Bartter o el síndrome de Gitelman.
Como puedes observar, la hipomagnesemia se puede desarrollar por diversos motivos. Es por esto que se trata de un desorden más frecuente y sobreestimado de lo que en realidad se piensa, como sugieren algunos estudios.
Diagnóstico de la hipomagnesemia
La mejor forma de diagnosticar el déficit de magnesio es a través de una prueba sérica. Antes de ello el especialista realizará una entrevista y un examen físico dirigido. Todo esto le permitirá determinar las probabilidades del desarrollo de la condición y sus posibles causas subyacentes.
Si el resultado de la prueba sérica es igual o inferior a 0,7 mmol/L se confirmará el desequilibrio. Como complemento también se puede desarrollar una prueba de orina. El valor reseñado es solo referencial, ya que en algunos contextos concentraciones superiores pueden ser indicios de la enfermedad. Por ejemplo, esto sucede en los pacientes diabéticos.
Se recomienda el respaldo de una prueba de orina para acceder a valores más objetivos. En ocasiones el desarrollo del examen sérico puede mostrar valores bajos, pero en parte debido a que las concentraciones de magnesio no se focalizan en su totalidad en la sangre.
En todo caso, el médico determinará cuál es el mecanismo más seguro para el diagnóstico antes de proceder con la aplicación del tratamiento.
Tratamiento para la condición
La evidencia nos indica que la mejor forma de tratar la hipomagnesemia es a través de la reposición del electrolito. Esta puede hacerse por vía oral, a través de medicamentos, o intravenosa. La elección en general depende de la cantidad del compuesto en el organismo.
Si es muy bajo se optará por la vía intravenosa; si el descenso no es tan grave se preferirá la ingesta oral. En este caso se puede optar por:
- Citrato de magnesio.
- Cloruro de magnesio.
- Lactato de magnesio.
- Gluconato de magnesio.
La administración debe hacerse de forma controlada, en especial para evitar el desarrollo de hipermagnesemia. En caso de identificar las causas de la condición, el especialista también iniciará un tratamiento específico para contrarrestarlas. Este también recomendará una dieta rica en magnesio para mantener los niveles en un estado normal.
Se sabe que la reposición de este electrolito toma tiempo. Es posible que transcurran días, semanas e incluso meses antes de alcanzar los valores recomendados. Todo depende de su desencadenante y cómo reaccione el organismo ante el tratamiento.
Cuando también se ha desarrollado hipocalcemia, hipopotasemia y otros desequilibrios como secuelas el tratamiento debe ser específico para revertirlos.
En caso de que padezcas de algunas afecciones relacionadas con esta condición debes hacer un seguimiento anual de tus niveles de magnesio para su control. Si llegas a presentar los síntomas reseñados no dudes en buscar asistencia médica. El desequilibrio se suele tratar con facilidad con la mediación de un especialista.
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