Enfermedad renal crónica: causas, síntomas y tratamiento

Las manifestaciones clínicas de la enfermedad renal crónica pueden variar en cada individuo y ser inespecíficas. Conocer los síntomas permite la sospecha clínica, el diagnóstico y el tratamiento precoz.
Enfermedad renal crónica: causas, síntomas y tratamiento
Mariel Alexandra Mendoza Delgado

Escrito y verificado por Mariel Alexandra Mendoza Delgado.

Última actualización: 21 junio, 2023

La enfermedad renal crónica es un trastorno progresivo, crónico y silente secundario a alteraciones en la estructura o función renal. Esta alteración renal debe ser persistente en un período superior 3 meses y se caracteriza por una disminución gradual, y generalmente irreversible, de la capacidad de filtración glomerular del riñón.  

Sus causas son múltiples, y las más comunes incluyen la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y el uso prolongado de ciertos medicamentos. Cualquier factor que produzca daño estructural o funcional renal de forma sostenida puede producir disminución de la función del mismo. 

Es por ello que conocer sus factores asociados y manifestaciones clínicas es fundamental para el diagnóstico, así como para prevenir la progresión y mejorar el pronóstico a largo plazo.

Causas de la enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica puede tener diversas causas, y por lo general está relacionada con la combinación de varios factores.

Aún así, a nivel mundial la causa más frecuente de enfermedad renal crónica es secundaria a la diabetes mellitus. Luego le sigue la hipertensión arterial (y alteraciones vasculares) y las enfermedades glomerulares.

En menor proporción también es causada por afectaciones tubulointersticiales, enfermedades inmunitarias y la enfermedad renal poliquística. Cuando no se logra determinar la causa y la persona es hipertensa se suele atribuir a hipertensión arterial.

Otras condiciones como la obstrucción urinaria crónica, las infecciones urinarias recurrentes, el uso prolongado de ciertos medicamentos (como los antiinflamatorios no esteroideos) y algunas enfermedades hereditarias pueden contribuir al desarrollo del mismo.



Efectos de la diabetes en el riñón

La diabetes, tipo 1 y tipo 2, es la causa principal de la enfermedad renal crónica. Producto de que el alto nivel de azúcar en sangre produce daño estructural de los vasos sanguíneos afectando a los que forman parte de la barrera de filtración del riñón y desemboca en la disminución de la función renal.

La presión arterial elevada también produce daño renal

La presión arterial alta y sostenida produce un aumento excesivo de la presión dentro de los vasos sanguíneos del riñón, lo que afecta las estructuras de la barrera de filtración glomerular y a largo plazo produce enfermedad renal crónica.

Síntomas de la enfermedad renal crónica

Por lo general, la enfermedad renal crónica en las etapas iniciales es asintomática y los síntomas se desarrollan a la medida que progresa.

Los primeros síntomas suelen ser generales e incluyen fatiga, debilidad, pérdida de apetito (y de peso secundaria a la disminución de la ingesta), náuseas, vómitos, hinchazón en las extremidades, dificultad para concentrarse, dolor de espalda crónico, dolor de cabeza y cambios en la frecuencia y el volumen de la micción. La fatiga y debilidad suelen ser los síntomas más frecuentes y evidentes debido a que afectan la capacidad de llevar a cabo actividades cotidianas.

Cuando la enfermedad avanza se asocian complicaciones como anemia, hipertensión arterial y la enfermedad ósea.

Efectos de la disminución de la función renal

En la enfermedad renal crónica, a medida que avanza el deterioro de la filtración glomerular, se producen cambios en la frecuencia y el volumen de la micción. Por lo general se produce aumento de la frecuencia de las micciones, en especial por las noches (nicturia), que progresa a disminución de la producción de la orina. 

Como el riñón va perdiendo de forma progresiva su capacidad de eliminar el exceso de líquidos, se produce retención de los mismos que conlleva a la hinchazón de las extremidades e incluso la cara y el abdomen. El aumento de volumen dentro de los vasos produce aumento de la presión, lo que causa o agrava la hipertensión arterial.

La pérdida de la función renal también produce disminución de la producción de la eritropoyetina por el mismo. Esta hormona participa en la producción de glóbulos rojos, lo que puede dar lugar a una disminución de los niveles de hemoglobina en la sangre con la consecuente anemia.

También se afecta la producción del metabolito activo de la vitamina D, lo que compromete el metabolismo del calcio y puede provocar trastornos óseos como la osteoporosis o la enfermedad renal ósea.

Diagnóstico de la enfermedad renal crónica

Para el diagnóstico de la enfermedad renal crónica se requiere la combinación de criterio clínicos, evaluación de la función renal y hallazgos en los laboratorios complementarios.

Criterios clínicos para el diagnóstico

De acuerdo con la National Kidney Foundation, la enfermedad renal crónica por definición es la presencia de alteraciones de la estructura o función renal que acontecen en un período superior a 3 meses. De manera que debe existir alguna de las siguientes condiciones sostenidas en ese período de tiempo:

  • Disminución de la tasa de filtración glomerular por debajo de 60 ml/min/1,73 m2. La elevación de la creatinina sérica es un indicador indirecto de que hay un descenso de la tasa de filtración glomerular pero puede haber deterioro del mismo con valores de creatinina dentro del rango normal.
  • Demostración de alteraciones estructurales o funcionales, aunque la tasa de filtración glomerular sea normal. Entre ellas se incluyen las siguientes:
    • Albuminuria superior a 30 mg/día.
    • Otras alteraciones del sedimento urinario (como la pérdida de sangre en la orina o hematuria).
    • Alteraciones electrolíticas debidas a defectos tubulares.
    • Afecciones renales detectadas con imagen (por ejemplo, riñones poliquísticos, hidronefrosis o riñón en herradura).
    • Trasplante renal.

Además, la enfermedad renal crónica se puede dividir en 5 etapas, según Fresenius Kidney Care, en función del grado de disminución de la tasa de filtración glomerular. Las etapas de la ERC van desde la etapa 1, con una función renal normal o casi normal, hasta la etapa 5, conocida como enfermedad renal crónica en etapa terminal, cuando la función renal está muy deteriorada y se necesita diálisis o un trasplante renal para mantener la vida.



Evaluaciones complementarias

En la evaluación de la función renal pueden emplearse las siguientes:

  • Medición de la creatinina sérica: la creatinina es un producto de desecho producido por los músculos y eliminado de forma principal a través de los riñones. Los niveles altos de creatinina sérica sugieren una disminución de la función renal. 
  • Estimación de la tasa de filtración glomerular: la tasa de filtración de los riñones puede medirse de forma indirecta con el valor de la creatinina sérica, la edad, el sexo y la raza mediante la utilización de fórmulas. El resultado se expresa en mililitros por minuto y sirve para clasificar la enfermedad renal crónica en diferentes etapas según la gravedad de la disminución de la función renal.
  • Examen de orina: con determinación de proteínas en la orina (denominada proteinuria) que es un indicador de daño renal y el principal indicador de progresión del mismo. También se detecta la presencia de sangre en la orina (hematuria).
  • Estudios de imagen: de forma principal la ecografía renal que genera imágenes de los riñones a través de ondas sonoras, lo que permite evaluar el tamaño, la estructura y la presencia de anomalías estructurales en los riñones. En casos en los que se requieran imágenes más detalladas se utiliza la tomografía computarizada o la resonancia magnética.
  • Biopsia renal: se utiliza solo en casos selectivos en los que se requiere una evaluación minuciosa de la enfermedad renal. Consiste tomar una pequeña muestra de tejido renal para su análisis histopatológico bajo un microscopio.

Tratamiento de la enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica es un trastorno irreversible, por lo que su tratamiento se basa en el control de las causas subyacentes, prevención de la progresión de la enfermedad y manejo de las complicaciones.

Lo fundamental en el control del mismo es mantener adecuado control de la presión arterial y los niveles de glucosa en las personas con hipertensión arterial y diabetes. Además, estas personas pueden beneficiarse de medicamentos como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina para controlar la proteinuria.

Por otro lado, se debe restringir el ingreso de sal y líquidos, promover el ejercicio físico habitual y tratar la anemia y las alteraciones del metabolismo óseo. En ocasiones puede ser necesario el uso de suplementos de hierro y hormonas estimulantes de la producción de glóbulos rojos para mejorar los niveles de hemoglobina en sangre, así como la suplementación con vitamina D y calcio.

En la enfermedad renal crónica terminal es necesario recurrir a la terapia renal sustitutiva, que incluye la hemodiálisis, la diálisis peritoneal o el trasplante renal. La hemodiálisis y la diálisis peritoneal filtran y eliminan los productos de desecho y el exceso de líquidos que el riñón sustituyendo la capacidad de filtrado de sustancias del riñón, mientras que el trasplante renal recupera las funciones renales. La indicación de la terapia renal sustitutiva suele hacerse cuando la tasa de filtración glomerular está por debajo de 10 ml/min/1,73 m2.

La enfermedad renal crónica requiere mucha atención médica

Es importante destacar que el diagnóstico de la enfermedad renal crónica debe ser realizado por un médico especialista quien evaluará los resultados de las pruebas. De acuerdo con el historial clínico, determinará el diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado.

Además, su manejo debe ser multidisciplinar e incluye el apoyo de nutricionistas, enfermeros y otros profesionales de la salud, así como el apoyo familiar. Es importante seguir las indicaciones médicas y realizar seguimiento médico regular para evaluar la progresión de la enfermedad.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.