Análisis de orina: todo lo que debes saber

El análisis de orina, a veces se realiza como un mero proceso rutinario, pero en otras ocasiones puede indicar la presencia de una enfermedad de naturaleza infecciosa a nivel renal.
Análisis de orina: todo lo que debes saber
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 22 enero, 2021

Un análisis de orina, como su propio nombre indica, es un tipo de prueba médica que se realiza sobre la orina del paciente. Se utiliza para detectar y controlar una amplia variedad de enfermedades, como las infecciones de las vías urinarias, las patologías renales y la diabetes, entre otras muchas.

En un análisis de orina se chequean aspectos como el color, el aspecto, el olor, la acidez, la presencia de sustancias anómalas o los indicios de bacterias y otros gérmenes. Si quieres saber todo sobre el procedimiento que está detrás de esta prueba tan útil como rutinaria, sigue leyendo.

La importancia de la orina

La orina se define como un líquido acuoso transparente y amarillento, el que es secretado por los riñones y enviado al exterior por distintos tubos y canales en el aparato urinario. Sale de los riñones por la pelvis renal, pasa por los uréteres y luego a la vejiga, donde se almacena.

Una vejiga que sufre de retención aguda puede llegar a acumular hasta 2-3 litros de orina, pues debes tener en cuenta que los seres humanos sintetizamos de 800 a 2000 mililitros de este líquido al día. Su composición normal es la siguiente:

  • 95 % de la orina es agua.
  • Del 5 % restante, un 0,2 % corresponde a creatinina; amoniaco y ácido úrico, sales disueltas y otros iones en un 2,8 %; urea en un 2 %.

La funciones de la orina, por su parte, se pueden resumir en los siguientes conceptos clave: eliminación de sustancias tóxicas —tanto exógenas como metabólicas—, control electrolítico, control de la presión arterial y control del ácido base. En posteriores líneas acotaremos algunos de estos puntos.

El análisis de orina

Con el fin de entender la prueba de orina desde un punto de vista tanto laboratorial como diagnóstico, es necesario hacerse las siguientes preguntas: ¿para qué se utiliza? ¿Cómo se hace? ¿Qué se mide en ella?. Respondemos a todas y cada una de estas cuestiones a continuación.

Toma de muestra de orina por parte de una mujer.
La toma de la muestra de orina debe hacerse siguiendo ciertos criterios que no la contaminen.

¿Para qué se utiliza?

Según la Clínica Mayo, un análisis de orina implica valorar el aspecto, la concentración y el contenido de este líquido formado a base de residuos biológicos. Esta cuantificación es necesaria en los siguientes casos:

  1. Evaluación de la salud general: la prueba de orina se realiza de forma rutinaria, sin que existan sospechas claras de una patología subyacente. Se puede indicar en las mujeres embarazadas, personas que van a pasar por quirófano o pacientes ingresados a largo plazo.
  2. Diagnóstico de una enfermedad: en muchos casos, en un análisis de orina se busca la presencia de una bacteria. Esto no es de extrañar, pues el portal Nefrología Al Día estima que hasta un 60 % de las mujeres presentarán este tipo de infecciones al menos una vez en su vida.
  3. Control de una enfermedad ya presente: ante diagnósticos de enfermedades renales crónicas y otros eventos, puede ser necesario un seguimiento continuado. Por ejemplo, en los pacientes diabéticos es importante cuantificar la cantidad de glucosa excretada.

En resumen, si te indican hacerte un análisis de orina no te alarmes. En muchos casos se trata de un evento tan rutinario como el análisis de sangre, pero en otros puede ser el primer paso para detectar una patología subyacente.

¿Cómo se hace el análisis de orina?

Tal y como indica la Revista de Urología Colombiana, si se ha pedido un análisis de orina lo primero que tiene que hacer el paciente es conseguir un recipiente adecuado para tomar la muestra. En muchos casos, el especialista médico puede aconsejar la suspensión de algunos medicamentos e incluso el aplazamiento de antibióticos.

El mejor momento para recoger la muestra desde casa es por la mañana. Esta debe conseguirse inmediatamente al momento de levantarse, sin haber consumido ningún alimento líquido o sólido en las horas previas. Al recolectar la muestra se debe tener en cuenta lo siguiente:

  1. Lavar el área genital y perineal con suficiente agua y jabón momentos antes de la toma de la muestra. No se deben utilizar compuestos antisépticos.
  2. Tener listo el vaso de recolección.
  3. La parte interna del frasco, una vez tomada la orina, no debe ser tocada ni por los dedos del paciente ni por ningún otro elemento del medio.
  4. Evitar que la orina rebose el frasco. Esto podría facilitar la contaminación de la muestra.
  5. Sellar el frasco una vez recolectada la orina.
  6. Conservar el frasco en un lugar seguro, evitando la exposición directa al sol y los movimiento de agitación. Por supuesto, debe llevarse cuanto antes al centro médico.

En general, se recomienda que la orina se analice a los 30 minutos y hasta las 2 horas siguientes de la toma de la muestra. Esto no suele cumplirse, así que se puede almacenar a 4 °C en el laboratorio por unas 24 horas. Por sorprendente que parezca, si se toma la muestra en un laboratorio es más posible que se contamine que si se hace en casa.

¿Qué se mide? ¿Qué significan los resultados?

Existe una extensísima cantidad de bibliografía que detalla lo que se mide en una prueba de orina, pero te lo presentamos en pequeñas categorías para que sea más entendible. No te lo pierdas.

Interpretación física del análisis de orina

Tal y como indica la Revista de la Facultad de Medicina, lo primero que se hace es valorar la apariencia física de la orina. Cabe destacar que el volumen de la muestra no es parte del estudio rutinario, así que el hecho de que micciones más o menos en el bote no es relevante.

1. Aspecto

Debido a su alto contenido en agua, la orina normal es limpia y semitransparente, con un tono amarillento otorgado por la urea, la bilirrubina y la creatinina. Cualquier enturbiamiento en la muestra debe ser contrastado mediante otras técnicas, pues puede indicar ciertos desajustes. La presencia de células, proteínas, grasas y mocos la enturbian.

2. Color

El color de la orina varía de casi transparente a amarillo oscuro, dependiendo de su grado de concentración. Esta coloración es debida a los urocromos, pero un color anómalo en este líquido a veces se debe a fármacos, alimentos y otras sustancias, no a patologías.

Por otro lado, hay tonos que sí pueden significar una enfermedad. Te ponemos ejemplos en la siguiente lista:

  • Rojo: según el portal Pediatría Integral, el color rojo/ocre en la orina se conoce como hematuria y se debe a una eliminación de sangre con la orina. Algunas infecciones y otras enfermedades, como el cáncer renal, pueden causar este evento.
  • Amarillo verdoso: se debe al consumo de medicamentos, tales como la amitriptilina, indometacina y metocarbamol. En otros casos se puede deber a agentes infecciosos.
  • Verde azulado: en infecciones por Pseudomona aeruginosa.
  • Blanco lechoso: característico del síndrome nefrótico.

4. Olor

El olor de la orina es débilmente aromatizado, debido a la presencia de ácidos y amoniaco. Sus características olfativas varían según la dieta, pero un olor afrutado puede indicar diabetes mellitus, por la presencia excesiva de glucosa.

Interpretación química del análisis de orina

Análisis de orina en un hospital.
En los hospitales se toman muestras de orina para evaluar la evolución de los pacientes internados.

Algunos de los parámetros que se miden son los siguientes:

  • pH: el pH urinario varía entre 4,5 y 8. Cuando es demasiado alcalino suele deberse a infecciones y alcalosis respiratoria.
  • Densidad: el valor normal se sitúa entre 1.005 y 1.03. Refleja el peso de los solutos en la orina y cualquier desajuste se debe a daños en la capacidad de concentración del túbulo renal.
  • Proteínas: no se deben detectar proteínas en la orina, pues estas son esenciales para el metabolismo del organismo, así que no tiene sentido que se excreten. La proteinuria o presencia excesiva de estas moléculas en la orina puede indicar tumores en la vejiga, insuficiencia cardíaca congestiva, hipertensión y otros muchos trastornos.
  • Glucosa: no debe detectarse. Si hay una cantidad cuantificable de glucosa en la orina es posible que el paciente sea diabético.
  • Cuerpos cetónicos: estos cuerpos indican que el organismo está utilizando la grasa como primera fuente de energía. Esto se puede deber a diabetes o malnutrición.
  • Nitritos: no deben detectarse. Su presencia indica que hay bacterias en la orina, tal y como indica el Servicio Navarro de Salud.
  • Sangre: no debe detectarse.

Además de todos estos parámetros, también se busca la presencia de glóbulos rojos, leucocitos, células epiteliales y la detección de microorganismos patógenos, sobre todo de origen bacteriano. Un exceso o conteo anormal de todos estos cuerpos celulares implican alteraciones.

La prueba de orina es el primer paso

Resulta sorprendente conocer que, algo tan inherente al ser humano como la micción, pueda reportar tanta información sobre el estado de salud del paciente. De todas formas, cabe destacar que el análisis de orina es el primer paso de la detección de muchas patologías, pues puede indicar, pero no confirmar.

Además, unos resultados un poco más altos de lo normal en estos valores no tienen por qué determinar la presencia de enfermedades. Es el médico el que debe contrastar esta prueba con el resto del contexto del paciente para evaluar si la significancia clínica de los resultados es relevante o no.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.