¿Qué es la anovulación?

La anovulación es un desajuste fisiológico femenino que suele mostrarse con una ausencia o disminución del sangrado menstrual. Tiene muchas causas posibles.
¿Qué es la anovulación?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 25 marzo, 2022

Los trastornos de la ovulación son responsables de hasta el 30 % de los cuadros de infertilidad en mujeres. Además, a menudo se presentan con un periodo de baja frecuencia (oligomenorrea) o completamente ausente (amenorrea), lo cual puede llegar a confundirse con embarazos y otras condiciones clínicas. ¿Sabes qué es la anovulación? ¿Podrías identificarla a partir de sus síntomas?

Los intervalos menstruales suelen ser predecibles y sus variaciones ocurren en periodos más o menos esperables y reducidos. Por ello, que una mujer deje de sangrar en los días estipulados durante meses siempre es indicio de un problema (o un embarazo). No dejes de leer, pues en las siguientes líneas te lo contamos todo sobre la anovulación y cómo detectarla antes de que se convierta en un problema serio.

Los trastornos de la ovulación y la anovulación

Antes de hablar sobre la anovulación en concreto, es necesario exponer un pequeño trasfondo sobre los trastornos ovulatorios en un marco general. Este conjunto patológico se puede definir como ‘una serie de alteraciones en la producción del óvulo (en algunos contextos conocido como ovocito) durante el ciclo menstrual de una mujer’.

Los desórdenes menstruales suponen el 25-30 % de los fallos a la hora de concebir por parte de las parejas en países de alto ingreso. Tal y como indican fuentes profesionales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) los clasifica de la siguiente forma:

  1. Grupo I (anovulación hipogonadotrópica): las pacientes dentro de este grupo presentan algún tipo de fallo en el sistema hipotalámico-pituitario. Dicho de forma sencilla, las mujeres tienen amenorrea (ausencia de periodo) caracterizada por una concentración baja de gonadotropinas y estrógeno en sangre, hormonas que regulan la menstruación. Ocurre en un 10 % los trastornos de ovulación.
  2. Grupo II (trastornos normogonadotrópicos y normoestrogénicos): esta categoría incluye a condiciones como los ovarios poliquísticos y la hiperprolactinemia. Como su propio nombre indica, los niveles de gonadotropina y estrógenos son normales en estos escenarios. Corresponde al 85 % de las pacientes con trastornos ovulatorios.
  3. Grupo III (hipergonadotrópicos o hipoestrogénicos): los cuadros englobados en este grupo son provocados por un fallo ovárico en sí mismo. Solo representan al 5 % de los trastornos de la ovulación.

En algunos casos, este tipo de condiciones se pueden corregir con cambios en los hábitos (sobre todo a nivel dietético), pero en otras ocasiones es necesario realizar abordajes tanto medicamentosos como quirúrgicos. Por otro lado, cabe destacar que del 14 al 25 % de las mujeres presentan irregularidades menstruales, si bien esto no siempre es señal de un trastorno.

¿Qué es la anovulación?

Tal y como indican portales profesionales, la anovulación se define como ‘una ausencia de ovulación que ocurre cuando los ovarios directamente no llegan a liberar los óvulos’. Como podrás imaginar, esto interrumpe por completo el ciclo ovulatorio y el proceso de menstruación. Las anovulaciones son responsables de hasta el 25 % de los casos de infertilidad femenina, solo superadas por los factores tubáricos.

La anovulación se acompaña típicamente de una oligomenorrea o amenorrea, pero no es así en todos los casos. También es posible que se produzcan sangrados esporádicos fácilmente confundibles con una menstruación, pero la irregularidad de los mismos delatará que algo no va bien en el sistema reproductivo de la paciente.

Causas de la anovulación

La anovulación y sus causas endocrinas
La ovulación es un proceso muy influenciado por el sistema endocrino, por lo que algunas alteraciones hormonales podrían terminar en anovulación.

Los trastornos hormonales son responsables de hasta el 70 % de los casos de anovulación. Veremos los agentes causales más comunes de esta patología por apartados de manera detallada, pero adelantamos que ya los hemos recorrido de forma somera al definir las agrupaciones propuestas por la OMS.

1. Causas hipotálamo-pituitarias

En estos casos, el fallo principal radica en la falta de producción de las hormonas luteinizante y folículoestimulante por parte de la glándula pituitaria (también conocida como hipófisis). Tal y como indican documentos médicos, el exceso de ejercicio, el infrapeso y una combinación de ambos representan la inmensa mayoría de los desencadenantes de esta situación.

Las mujeres que tienen un índice de masa corporal bajo (IMC menor de 18,5) o que ejercen una profesión físicamente demandante (gimnasia, baile, natación y más) pueden desarrollar anovulación por una reducción fisiológica en la producción de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) por parte del hipotálamo. A su vez, esta es la encargada de estimular a la pituitaria ya nombrada.

También tenemos en este grupo a una condición conocida como hiperprolactinemia. En este caso, se produce la hormona prolactina de manera excesiva debido a un microadenoma dentro de la pituitaria (en la mayoría de los pacientes). A su vez, esto se traduce en una disminución de la síntesis de las hormonas luteinizante y folículoestimulante. 

En estos casos, el desbalance hormonal radica en una síntesis y liberación reducidas de 2 hormonas claves en el proceso menstrual: la folículoestimulante (FSH) y la luteinizante (LH).

2. Causas ováricas

El síndrome del ovario poliquístico es el causante de la anovulación en el 70 % de los casos de naturaleza ovárica. Se desconoce el desencadenante exacto de este cuadro, si bien la Clínica Mayo cita una serie de entidades clínicas que se correlacionan con él:

  1. Exceso de insulina: la insulina, una hormona producida en el páncreas, permite la entrada de los azúcares a las células y su posterior metabolización. El exceso de insulina fomenta la producción de andrógenos, lo que a su vez deriva en dificultades la hora de ovular (como esta).
  2. Herencia: se estima que de un 20 a 40 % de las mujeres con ovario poliquístico tienen una familiar cercana que también reporta este trastorno. Por ello, se está investigando su posible correlación con el genoma.
  3. Exceso de andrógenos: los niveles excesivos de hormonas eminentemente masculinas en sangre (andrógenos) se asocian al síndrome del ovario poliquístico de manera inequívoca.

Además de la anovulación, el síndrome del ovario poliquístico reporta síntomas como hirsutismo, acné y calvicie de patrón masculino. Dicho de otro modo, el exceso de andrógenos en el sistema hormonal de la paciente hace que presente características típicas de los hombres y un periodo irregular (o ausente).

Otra condición que se asocia en este caso a la anovulación es la insuficiencia ovárica primariaEsta ocurre cuando los ovarios dejan de funcionar antes de los 40 años de edad, momento en el que la fertilidad comienza a disminuir de manera natural. Cerca del 90 % de los casos nunca llegan a tener una causa concreta.

Síntomas

En la mayoría de los casos, el desajuste del ciclo menstrual es el indicio más evidente de la anovulación. Estos son los signos clínicos reportados durante el cuadro que aquí nos atañe:

  • Amenorrea secundaria: ausencia total de menstruación en mujeres que sí han presentado ciclos menstruales normales después de los 15 años de edad. Ocurre en 1 de cada 4 pacientes con anovulación.
  • Hipomenorrea: una menstruación anormalmente escasa. Ocurre en casi la mitad de mujeres con anovulación.
  • Periodos menstruales irregulares: el sangrado no tiene más o menos la misma duración cada mes. La oligomenorrea (frecuencia menstrual baja) es muy común.
  • Disminución del síndrome premenstrual (SPM): este término hace referencia al conjunto de signos físicos y psicológicos que sienten las mujeres viables a nivel reproductivo durante su periodo de menstruación. Esto incluye distensión abdominal, sensibilidad mamaria, torpeza, fatiga, dolor de cabeza y más. Las chicas con anovulación presentan síntomas leves o estos están ausentes.
  • Infertilidad, o lo que es lo mismo, incapacidad a la hora de quedarse embarazada.
  • Ausencia o disminución de dolor en las mamas al tacto (algo natural cuando está asociado a la menstruación y que es conocido como mastodinia) en el 20 % de las pacientes.

La causa subyacente de la anovulación también puede cursar con sus propios síntomas, como el hirsutismo, el acné, el aumento de peso y otros signos típicos de algunas de las entidades ya citadas.

La anovulación y el sangrado vaginal

No todas las mujeres con anovulación dejan de perder sangre durante el ciclo menstrual. Tal y como indica el portal médico Statpearlsel sangrado durante los trastornos ovulatorios (AUB-O) es una entidad clínica propia que es necesario tener en cuenta, ya que puede conllevar un impacto muy negativo sobre la calidad de vida de la paciente.

El sangrado uterino anormal (AUB) afecta a 53 de cada 1000 mujeres en regiones de alto ingreso (como Estados Unidos) al año, y la variante que nos atañe (AUB-O) es la responsable en la inmensa mayoría de los casos. Curiosamente, la anovulación se ha identificado en el 3,4-18,6 % de las mujeres menstruantes en algunas muestras epidemiológicas.

La anovulación no implica siempre una ausencia de periodo. De todas formas, este será casi siempre escaso e irregular. Acude al médico si te ves reflejada en estas líneas. 

Diagnóstico de la anovulación

La anovulación y el ciclo menstrual
Más allá de determinar la anovulación en sí, la principal labor del médico es detectar la causa. Para esto, se vale de múltiples estudios complementarios.

La anovulación puede ser una entidad clínica muy difícil de diagnosticar, sobre todo si la paciente sigue presentando ciclos menstruales más o menos regulares. El análisis de los antecedentes médicos y una palpación/observación pélvica serán necesarios para acortar la ventana patológica. También se requieren las siguientes pruebas:

  • Análisis de sangre: el nivel de progesterona en el plasma sanguíneo es de cierta utilidad para detectar la infertilidad femenina. Tras el ciclo ovulatorio, la concentración de progesterona en sangre suele elevarse (días 21-23). Si esto no sucede, lo más probable es que la paciente no se encuentre ovulando. Las proporciones circulantes de hormona folículoestimulante también son útiles.
  • Pruebas de detección de prolactina: como hemos dicho, los niveles excesivamente altos de prolactina en sangre (hiperprolactinemia) pueden disminuir la síntesis de algunas hormonas clave en el proceso menstrual.
  • Ultrasonido: su finalidad es observar el estado de los órganos situados en el entorno pélvico. Las sonografías de contraste también son de gran utilidad en este ámbito.

Más allá de la anovulación en sí, el verdadero problema radica en detectar la entidad clínica que está provocando el problema. Los test de concentración hormonal en sangre pueden indicarle al profesional el camino a seguir, pero se requieren bastantes pruebas para dar con el desencadenante exacto (cosa que a veces ni siquiera llega a ocurrir).

Tratamiento de la anovulación

En muchos casos el tratamiento es bastante sencillo: basta con estimular la ovulación a nivel hormonal de manera exógena. Vamos más allá, pues fuentes ya citadas indican que hasta el 90 % de los cuadros de anovulación responden de forma muy positiva si los profesionales médicos dan con el tratamiento indicado.

A continuación te mostramos una lista con los medicamentos de elección en una proporción importante de las pacientes:

  • Citrato de clomifeno (CC): este medicamento es extremadamente eficaz, pues hasta el 80 % de las mujeres volverán a ovular y el 40 % recuperarán su fertilidad tras tratarse con él. La dosis media es de 50 a 100 miligramos diarios en los días 3-5 del ciclo, cuya dosificación se extiende durante 5 días más. La paciente ovulará una semana después de su última dosis.
  • Gonadotropina coriónica (hCG): se suele adicionar al tratamiento citado con anterioridad e induce la ovulación en un periodo de 36 a 72 horas.
  • Hormona folículoestimulante (FSH): esta hormona promueve la maduración de los óvulos en el ovario. Por desgracia, reporta un riesgo de embarazo múltiple en caso de fecundación del 20-30 %.
  • Agonistas y antagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH): estos fármacos se administran mediante inyección y controlan la liberación de la hormona luteinizante (LH).

Aunque estos fármacos sean de gran utilidad, cabe destacar que reportan múltiples efectos secundarios. Los defectos congénitos a nivel fetal, los embarazos ectópicos, las gestaciónes múltiples y la hiperestimulación ovárica son solo algunos de ellos. Discute muy bien con tu médico si el tratamiento merece la pena en tu caso concreto y nunca dejes de ir a las revisiones postuladas.

Si el fallo que provoca la anovulación es físico (como un microadenoma), puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

La anovulación: un mundo patológico

La anovulación no es un padecimiento concreto, sino que se trata de un evento que puede tener muchas patologías como desencadenantes principales. Algunas son de fácil solución (como un peso bajo), mientras que otras requieren abordajes farmacológicos y hasta quirúrgicos para resolverse por completo.

Si algo nos queda claro tras leer estas líneas, sin duda es lo siguiente: tener periodos anormales de forma constante no es habitual y siempre amerita una revisión médica. Si te has visto reflejada en estas líneas, no dudes en acudir a tu centro de salud más cercano. En cuestiones hormonales, siempre es mejor prevenir y abordar que curar a largo plazo.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.