¿En qué consiste la dieta proteica? Ventajas y desventajas

Las dietas proteicas pueden aportar bastantes beneficios, pero no son útiles en todos los casos. Descubre si estas son adecuadas para ti.
¿En qué consiste la dieta proteica? Ventajas y desventajas
Laura Herrera

Escrito y verificado por la médica Laura Herrera.

Última actualización: 10 octubre, 2023

Cada vez más se resalta la importancia de la dieta y sus implicaciones en la salud. De forma constante se genera información y nuevos regímenes dietarios con la finalidad de alcanzar bienestar. Uno de los más conocidos, y de mayor interés, son las dietas proteicas. En este artículo exploraremos un poco más sobre esta haciendo énfasis en sus ventajas, desventajas y a quiénes les puede convenir.

¿Qué son las dietas proteicas?

Las dietas proteicas se caracterizan por una alta ingesta de proteínas en comparación con otros macronutrientes, como las grasas y los carbohidratos. Este régimen dietario ha demostrado ser útil en la pérdida de peso y mejoría del rendimiento físico en algunos individuos.

Es importante comprender que las proteínas conforman, en gran cantidad, el cuerpo humano. Allí tienen diversas funciones, ya que además de estar presentes en los órganos dando estructura, también forman sustancias con funciones específicas, como hormonas y enzimas.

Tipos de dietas proteicas

Cumpliendo con la característica de alimentos con alto contenido de proteínas, se han desarrollado múltiples tipos de dietas en la que cada una tiene sus propias características:

  • Dieta proteica estándar: esta se caracteriza por un alta ingesta de proteínas, pero se mantienen cantidades moderadas tanto de grasas como de carbohidratos.
  • Dieta cetogénicacaracterizada por una alimentación rica en proteínas y grasas, pero con escasa cantidad de carbohidratos.
  • Dieta paleo o del hombre de las cavernas: centra la elección de alimentos en aquellos que se creen que consumían nuestros ancestros prehistóricos, como carnes, pecados, frutas y verduras y evita el consumo de granos.
  • Dieta Atkinssimilar a la dieta cetogénica, en ella se describen varias fases en las que, a medida que avanza, se aumentan los carbohidratos de manera progresiva. Se ha descrito su uso en pacientes con epilepsia de difícil tratamiento.
  • Dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension): esta dieta incluye una adecuada cantidad de proteína principalmente proveniente de la carne y se acompaña de abundantes frutas, verduras y granos enteros. Es recomendada para conservar la salud cardiovascular.


Beneficios de las dietas proteicas

Una dieta rica en proteínas conlleva varios beneficios importantes en la salud. Como se expresa en un artículo publicado en Journal of Obesity & Metabolic Syndrome, una ingesta alta de proteínas ayuda a la pérdida de peso, debido a que estos macronutrientes aumentan la sensación de saciedad y el gasto energético.

Al tener la capacidad de disminuir la sensación de hambre, se reduce la cantidad calorías ingeridas durante el día. Además, la digestión de las proteínas requiere más energía que la digestión de carbohidratos y grasas. Por otro lado, contribuyen al mantenimiento de la masa muscular y pueden mejorar la composición corporal.

Desventajas de las dietas proteicas

A pesar de los beneficios antes mencionados, si esta dieta no se realiza de manera planificada y con el acompañamiento de un profesional, puede traer consigo varios riesgos para la salud. Por ejemplo, cuando se presenta un exceso de proteínas, los riñones podrían verse afectados al aumentar su ‘carga’, lo que llevaría a una alteración de su funcionamiento que, en algunos casos severos, puede desencadenar una enfermedad renal crónica.

Por otro lado, disminuir de manera parcial o total el consumo de otros macronutrientes, como las grasas y los carbohidratos, puede llevar a la deficiencia de nutrientes vitales y necesarios para el cuerpo, dando lugar a enfermedades.

Además, se ha descrito que este tipo de régimen dietario puede aumentar el riesgo de deshidratación. Esto se debe a que, durante la digestión, el cuerpo necesita más agua para eliminar los desechos producidos por el metabolismo de las proteínas a través de los riñones.

Las dietas bajas en carbohidratos a menudo inducen un estado de cetosis, en el que el organismo quema grasa para obtener energía, lo que puede llevar a una mayor pérdida de agua y electrolitos a través de la orina.



¿Para quién es adecuada?

La dieta proteica puede resultar adecuada para diversas personas, incluyendo a los deportistas, puesto que contribuye al desarrollo de masa muscular, así como a mejorar su fuerza y resistencia.

También puede ser útil en aquellas personas interesadas en perder peso, e incluso para pacientes con condiciones médicas especiales que requieren un control del consumo de proteínas, como en casos de falla cardíaca, epilepsia, hipertensión, diabetes y luego de una cirugía. En este último contexto, las dietas proteicas contribuyen a la recuperación y cicatrización de los tejidos.

Son muchas las poblaciones que se benefician de este tipo de régimen alimentario. Por esto, es fundamental saber que se requiere acompañamiento de un profesional para determinar, según los requerimientos de cada individuo, sus objetivos y preferencias, así como los alimentos que mayores beneficios traerán a su salud sin poner en riesgo la vitalidad e integridad de cada persona.

El equilibrio y acompañamiento son la clave

La dieta proteica puede ser una herramienta valiosa para alcanzar objetivos de salud y bienestar, pero su implementación debe ser supervisada por un nutricionista o un médico. El profesional supervisará y guiará la implementación de este régimen dietario, asegurándose de que se adapte de manera adecuada a las necesidades individuales y evite repercusiones negativas en la salud.

Es importante tener presente que el equilibrio con otros nutrientes en la dieta es fundamental para evitar la carencia de aquellos necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo.



  • Moon, J., & Koh, G. (2020). Clinical Evidence and Mechanisms of High-Protein Diet-Induced Weight Loss. Journal of Obesity & Metabolic Syndrome, 29(3), 166–173. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32699189/
  • O'Neill, B., & Raggi, P. (2020). The ketogenic diet: Pros and cons. Atherosclerosis, 292, 119–126. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31805451/
  • Pitt C. E. (2016). Cutting through the Paleo hype: The evidence for the Palaeolithic diet. Australian Family Physician, 45(1), 35–38. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27051985/
  • Vaccarezza, M., Agustinho, A., Alberti, M. J., Argumedo, L., Armeno, M., Blanco, V., Bouquet, C., Cabrera, A., Caraballo, R., Caramuta, L., Cresta, A., de Grandis, E. S., DeMartini, M. G., Diez, C., Diz, M., Dlugoszewski, C., Escobal, N., Ferrero, H., Galicchio, S., Gambarini, V., … Panico, L. (2016). Consenso nacional de dieta Atkins modificada. Revista de Neurología, 62(8), 371–376. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27064917/
  • Wickman, B. E., Enkhmaa, B., Ridberg, R., Romero, E., Cadeiras, M., Meyers, F., & Steinberg, F. (2021). Dietary Management of Heart Failure: DASH Diet and Precision Nutrition Perspectives. Nutrients, 13(12), 4424. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34959976/

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.