Los 7 tipos de felicidad

La felicidad es buscada por todos, pero no existe una definición o concepto exactos que puedan abarcarla. Aquí te mostramos los tipos de felicidad que se conciben para alcanzar un estado pleno.
Los 7 tipos de felicidad
Samuel Antonio Sánchez Amador

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 12 agosto, 2023

“¿Eres feliz?”, seguro que te han preguntado alguna vez en tu vida. Esta pregunta suele caer como un jarro de agua fría, pues a los seres humanos nos resulta muy difícil categorizar de forma objetiva un sentimiento tan abstracto. Además de que cada persona le atribuye su propio significado a este término, cabe destacar que existen varios tipos de felicidad válidos y específicos.

Más que tratarse de un estado constante, la felicidad se suele percibir en momentos concretos y forma parte de los recuerdos de los seres humanos. Alcanzar un estado de alegría absoluto y pleno es imposible, pero sí se puede llegar a experimentar en múltiples instancias a lo largo de la vida. Sigue leyendo, pues te contamos el secreto de la felicidad en las siguientes líneas.

¿Qué es la felicidad?

Sería ideal darte una respuesta concreta a esta cuestión, pero es imposible. Por muchos acercamientos psiquiátricos y etimológicos que se tomen, es necesario tener en cuenta que la felicidad es propia y cada uno tiene una definición de ella basada en la experiencia, los anhelos y la personalidad.

El Diccionario de La Real Academia de la Lengua Española define la felicidad como ‘Estado de grata satisfacción espiritual y física’. Esta definición es bastante adecuada, pero organismos especializados como la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) optan por una aproximación más simple: ‘la felicidad es una emoción de gozo, alegría, satisfacción y bienestar’.

En general, se entiende que una persona feliz es aquella que se caracteriza por un estado emocional positivo. Dicho estado es subjetivo y, por tanto, en todos los casos es autopercibido. Existen varios factores que modulan el nivel de felicidad que siente el individuo, pero se pueden agrupar en 3 puntos: factores socioambientales, predisposición genética y parámetros asociados a objetivos.

Aunque la felicidad es propia e intransferible, es reconocido que la cultura y la educación modulan la percepción de este estado de ánimo. En ciertas sociedades se desaprueba la manifestación de emociones negativas, por lo que se da por hecho que muchas personas son “felices” cuando no cumplen una serie de parámetros cuantificables para intuirlo.

Lo que para una persona es felicidad, para otra se puede percibir como un momento alegre. Esta palabra no tiene un significado fijo.

Medidas para cuantificar la felicidad

Antes de explorar los tipos de felicidad, es necesario destacar que existen ciertas escalas ideadas para calcular, hasta cierto punto, lo feliz que es un ser humano. Algunas de ellas son las siguientes:

  • Escala de felicidad subjetiva (SHS): este parámetro considera la felicidad desde la perspectiva de quien la responde, asumiendo que cada persona tiene su propia percepción de ella. Está sujeta a 4 ítems y los que se someten al test usan calificaciones absolutas para caracterizarse a sí mismos como personas felices o infelices.
  • Escala de afecto positivo y negativo (PANAS): como su propio nombre indica, esta metodología se compone de 2 factores de 10 ítems diseñados para medir el afecto positivo y negativo. La clasificación de la felicidad en cada bloque varía de 1 (muy poco o nada) a 5 (extremadamente).
  • Escala de satisfacción con la vida (SWLS): este tipo de escala no puede ser más sencillo. Solo se basa en responder a una serie de preguntas (como “si pudiera vivir mi vida otra vez no cambiaría casi nada”) con una intensidad del 1 al 5 (de muy en desacuerdo a muy de acuerdo).
  • El método de la escalera de Cantril: es uno de los métodos para cuantificar la felicidad más utilizados, pues se incluye en el World Happiness Report dirigido por las Naciones Unidas. Por ahora, Finlandia se considera la región con más habitantes felices en todo el mundo.

Aunque estos métodos no son infalibles, ayudan a ponerle una cifra concreta a un estado emocional tan difuso como la felicidad. Curiosamente, estudios demuestran que la felicidad tiende a ser estable a lo largo de los años.

Los 7 tipos de felicidad

Como la felicidad es subjetiva, existirán tantos tipos como personas que habitan la Tierra. Por ello, vemos más interesante citar los términos relacionados con ella o que la componen en su totalidad. No dejes de leer, pues cada uno de los tipos de este estado emocional es esencial para alcanzar el máximo nivel de bienestar. Conocerlos es el primer paso para llegar a ellos. 

1. Alegría

Los tipos de felicidad incluyen a la alegría
Puede que la imagen que más rápidamente se nos venga a la mente al pensar en felicidad es la alegría.

La Real Academia Española de la Lengua define la alegría como ‘un sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores’. Esta es una emoción de satisfacción limitada en el tiempo, es decir, los seres humanos mostramos alegría en momentos esporádicos (pero no todo el rato). Se produce como respuesta a un suceso que consideramos eminentemente positivo.

A pesar de que la alegría se concibe como una unidad que caracteriza a la felicidad, cabe destacar que existen varios subtipos dentro del término. Algunos de ellos son los siguientes:

  1. Alegría verdadera: es una emoción que se genera de forma auténtica como respuesta a un evento estimulante. Siempre es positiva.
  2. Alegría simulada: se manifiesta de forma externa con pautas tanto comportamentales como fisiológicas (sonrisa, risa, postura, sonido y palabra), pero no está fundamentada. Suele indicar que hay un problema subyacente que se está intentando encubrir.
  3. Alegría maligna: por desgracia, es común ver cómo el ser humano se alegra de la desgracia ajena. Una situación desastrosa puede generarnos un sentimiento positivo, pues esta le está pasando a alguien al que consideramos como nuestro enemigo. Es esencial trabajar para acabar con ella.
  4. Alegría patológica: una persona con este tipo de alegría se muestra enérgica hasta el extremo, omnipotente, con autoestima sobreelevada y hasta con cierta tendencia a la agresividad. Este estado emocional exagerado puede llevar al paciente a cometer imprudencias, indiscreciones sexuales o grandes gastos económicos.

Como podrás imaginar, el tipo de alegría que más se asocia con la felicidad es la verdadera. El resto de las citadas tienen connotaciones negativas e, incluso, forman parte de cuadros patológicos.

2. Excitación

Otro de los tipos de felicidad es la basada o caracterizada mayoritariamente por la excitación. A nivel neurológico, los seres humanos nos excitamos en respuesta a estímulos tanto internos como externos. La palabra más adecuada para describir este estado proviene de la lengua inglesa, arousal. Es importantísimo para regular la conciencia, la atención y el procesamiento de información.

La excitación es resultado de la estimulación, pero el desencadenante puede ser tanto positivo como negativo. Lo ideal para alcanzar un estado de felicidad cuantificable es rodearse de eventos y situaciones que produzcan una excitación positiva (como un viaje, compartir experiencias con una persona o una comida, por ejemplo).

La excitación esporádica (aunque a cada uno nos estimule una cosa) es esencial para ser feliz, pues difícilmente un ser humano se sentirá pleno si está continuamente aburrido. De todas formas, somos seres de rutina y tampoco es adecuado que busquemos el rush de excitarnos en todo momento si esto pone en peligro nuestra integridad.

3. Gratitud

La gratitud es una emoción que ejemplifica el reconocimiento de un beneficio que se ha recibido o recibirá. El portal clínico Kids Health matiza que ser grato consiste en centrarse en las cosas buenas de nuestras vidas y en sentirnos agradecidos por lo que tenemos. Dicho de otro modo, es necesario detenerse y valorar aquello que nos rodea y damos por sentado para alcanzar un mayor grado de felicidad.

La gratitud representa un tipo de felicidad que todo ser humano debe intentar alcanzar. Entre otros muchos beneficios, ser grato aporta los siguientes:

  1. Las emociones positivas compensan las negativas: valorar lo que tenemos nos ayuda a poner en perspectiva lo malo que ha sucedido en tiempos recientes. El sesgo de la negatividad es una realidad, pero se puede combatir de forma racional teniendo en cuenta todo lo bueno que nos rodea.
  2. La gratitud abre posibilidades: ser grato y positivo nos permite obtener más receptividad y asertividad a nivel individual. Esto hace que nos desenvolvamos mejor cuando se presenta un desafío u oportunidad.
  3. Una emoción positiva lleva a otra: la gratitud conlleva felicidad, pero también tranquilidad, alegría, amabilidad y cariño.
  4. La gratitud ayuda a construir mejores relaciones: recordar de vez en cuando a los demás lo agradecidos que estamos por su presencia hará que se sientan más valorados, generando así un bienestar recíproco. Nunca es tarde para decirle a alguien que le quieres.

En resumen, la gratitud nos hace ser mejores personas y fomenta la felicidad. A veces trabajar esta emoción es difícil, pero la ayuda de un psicólogo puede agilizar mucho el proceso.

4. Satisfacción

La satisfacción puede parecer similar a la alegría en primera estancia, pero ambos términos representan cosas un poco diferentes. A nivel neurológico esta emoción es un estado de bienestar producido por una mayor o menor optimización de la retroalimentación cerebral. Las distintas zonas del encéfalo se acompasan y, por ende, se llega a un estado de plenitud.

La insatisfacción produce inquietud y descontento, así que por definición es necesario estar satisfecho para ser feliz en la totalidad del término. De todas formas, no todas las personas satisfechas están felices de forma plena. La satisfacción representa un tipo de felicidad parcial, al igual que la excitación, la alegría y el resto de emociones citadas.

La satisfacción es un tipo más de felicidad que se añade a todos los citados (y los venideros) para alcanzar un estado pleno.

5. Optimismo

Los tipos de felicidad incluyen el optimismo
Ser una persona optimista implica saber afrontar los problemas con mejores herramientas, algo muy importante en entornos laborales.

El optimismo es esencial para alcanzar la felicidad. Este concepto es una actitud que refleja la creencia (o esperanza) de que una actividad concreta, o situación general, va a llegar a un puerto bueno, deseable y favorable. Más allá del pensamiento que refleja, el optimismo es una postura ideológica y filosófica que se puede expresar en muchas facetas.

Las personas optimistas tienen tendencia a juzgar y evaluar las cosas en su aspecto más positivo o favorable (vaso medio lleno más que medio vacío). No es que les ocurran necesariamente cosas mejores, sino que son capaces de ver en el error una oportunidad y de valorar lo bueno como lo que realmente es. Existen diversos tipos de optimismo, entre los que se encuentran los siguientes:

  1. Optimismo antropológico: con cierta connotación religiosa, este tipo de optimismo indica que el individuo se encuentra en la misma distancia del bien y el mal. Por ello, tenemos la libertad de escoger entre lo bueno y lo malo.
  2. Optimismo inteligente: consiste en evaluar lo negativo, detectarlo y buscar una solución. No se trata de obviar lo malo, sino de contar con ello y pensar que se puede atajar.
  3. Optimismo pedagógico: es una vertiente que concibe a la educación como instrumento y motor de cambio en lo individual y lo social.
  4. Optimismo ilusorio: este tipo hace referencia a una tendencia general en las personas a creer que tienen más probabilidades de que les sucedan acontecimientos positivos.

6. Amor

Muchos argumentarán que el amor representa el tipo de felicidad más necesario y vital, y puede que no estén en lo incorrecto. Este concepto universal, relacionado con la cercanía y la afinidad entre seres, es esencial para describir la cultura humana y nuestra propia existencia. Somos sociales por naturaleza, así que no podemos no ser amados y estar bien al mismo tiempo.

Amar es vital incluso a nivel evolutivo, pues permite la creación de descendencia (pareja) y la cooperación para la resolución de problemas (familia, trabajo y amigos). Además, sentir afecto por los demás favorece el trabajo conjunto, la búsqueda de bienes comunes y la surgencia de conductas altruistas (sacrificarse a uno mismo por otro).

Tal y como se postula en la pirámide de Maslow, las necesidades afiliativas se encuentran en el tercer peldaño que debe cubrirse para alcanzar el bienestar (precedido por la fisiología y la seguridad). Recibir amor por la pareja, los amigos, los colegas, la familia o el entorno general es esencial para llegar al pináculo de la existencia, es decir, la autorrealización.

El amor representa uno de los tipos de felicidad más importantes en el ser humano. Como seres sociales que somos, a lo largo de nuestra vida buscamos ser amados en diferentes facetas.

7. Orgullo

El orgullo, concebido como un sentimiento de satisfacción hacia algo propio o cercano a uno que se considera meritorio, es importante para alcanzar la felicidad. Esta emoción puede derivar de una persona cercana, de la situación personal, de lo que uno mismo ha llegado a ser y de lo que rodea al individuo, entre otras muchas cosas.

El orgullo positivo (no la estimación excesiva del ser) representa otro de los tipos esenciales de felicidad, pues este fomenta la búsqueda de metas y el alcance de las mismas. Estar orgullosos de nosotros mismos es esencial para ser felices, pues es uno de los pasos vitales para alcanzar la autorrealización.

La felicidad es solo tuya

Aquí te hemos mostrado 7 tipos o componentes de la felicidad, pero debes tener claro que este concepto sigue siendo único e intransferible. Puede que alguien encuentre más felicidad en la excitación que en el amor, pero ambos son componentes esenciales para que un ser humano sea plenamente feliz (aunque sea de forma momentánea).

Algunas personas argumentan que la felicidad total se alcanza de forma sostenida tras realizarse en todos los ámbitos citados, pero otros piensan que este estado emocional es esporádico e imposible de retener. Cada percepción es propia y válida, pero lo importante es que estés a gusto contigo mismo al reflexionar sobre los puntos citados.




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