¿Qué son las alteraciones de los movimientos inducidos?

¿Sabes qué es la psicomotricidad? El movimiento y los estados emocionales suelen ir de la mano. En consecuencia, son susceptibles de verse alterados.
¿Qué son las alteraciones de los movimientos inducidos?
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 29 abril, 2023

Las alteraciones de los movimientos inducidos son muchas y se engloban bajo la etiqueta de psicopatología de la motricidad. En determinadas ocasiones su origen es psiquiátrico y, en otras, es neurológico. La conducta y, en concreto, el comportamiento motor se manifiesta a través de movimientos pero también mediante expresiones gestuales y mímicas.

Asimismo, la conducta motriz se vincula íntimamente con el cosmos emocional y afectivo de las personas. Este es el motivo por el que el comportamiento tiene el potencial de ofrecernos una extraordinaria cantidad de información sobre el estado psicológico de la persona.

«El movimiento es un lenguaje universal, un idioma que todos entendemos»

-Mikhail Baryshnikov-

¿Qué es la psicomotricidad? La psicología del movimiento

Cuando nos reencontramos con la persona a la que amamos, o cuando entra un cliente en el consultorio, somos capaces de obtener información de sus expresiones y de su comportamiento motor. Así, deducimos cierta información sobre qué siente y qué puede estar pensando.

Teniendo en cuenta cómo se interrelaciona la conducta motriz y la psicología, cabe llegar a la conclusión de que es imposible hablar sobre el comportamiento motor sin tener en cuenta otras variables, como el cosmos emocional del individuo o su cognición. A esto se le denomina «psicomotricidad».

En multitud de entidades clínicas es posible observar alteraciones de comportamiento y, por tanto, de conducta motriz. También pueden observarse como producto de una enfermedad médica (el caso del párkinson), como efecto secundario de determinados fármacos (como los neurolépticos) o como consecuencia de síndromes psiquiátricos (como en la ansiedad). Este es el motivo por el que se torna imprescindible el hecho de hacer una buena evaluación (Belloch, 2021).

Además, las alteraciones de la psicomotricidad tienen el potencial de volverse más frecuentes, de incrementar su intensidad o, por el contrario, de verse reducidas y de ralentizar el movimiento del paciente.

Entre las muchas alteraciones de la psicomotricidad, algunas distan de ser voluntarias porque su etiología es neurológica (como por ejemplo, la parálisis) mientras que, en otras, la voluntad de la persona ejerce un rol importante (como es el caso del negativismo que veremos más adelante). En determinadas alteraciones psicomotrices juega un papel clave la intención o el objetivo de la conducta (como es el caso de las compulsiones).

«El movimiento es la forma más primitiva de comunicación humana, y sigue siendo el medio más poderoso de expresión personal»

-John Martin-



Alteraciones de los movimientos inducidos: aspectos cualitativos

Las alteraciones de los movimientos inducidos deben ser diagnosticados
Este tipo de alteraciones suelen ser evidenciadas durante una consulta o terapia neuropsicológica.

El origen de las alteraciones de los movimientos inducidos es, hoy en día, desconocida. Sin embargo, se ha observado que podría deberse a diversos factores, entre los que encontramos los déficits en funciones ejecutivas. También podría jugar un papel esencial el lóbulo frontal y, en concreto, diversas alteraciones metabólicas en esta estructura y en la región de los ganglios basales (uno de los centros neurálgicos del movimiento).

Según Perpiñá y Baños (2019), las alteraciones cualitativas, es decir, la psicopatología de los movimientos inducidos, se evalúan en la consulta in situ. Es decir, se le solicita al paciente que efectúe una determinada conducta motora. Por este motivo se dice que son «movimientos inducidos» (Belloch, 2021).

Las «alteraciones cualitativas» de la psicomotricidad aluden tanto al tipo como a los elementos que caracterizan diversos parámetros del funcionamiento humano, como la posición, el propio movimiento y el producto de todo lo anterior: la conducta.

«Nuestro cuerpo es el barómetro de nuestras emociones».

-Martha Graham-

El negativismo

El negativismo caracteriza a las personas que, sin aparente motivo, se resisten de forma tenaz a cumplir con las instrucciones o las conductas que el clínico pide que sean realizadas. A su vez, pueden observarse dos tipos (Belloch, 2021):

  • El negativismo pasivo, es decir, sin que el paciente se resista de manera activa. Por ejemplo, se le pide a Marta, de 33 años, que levante la pierna derecha y no la levanta.
  • El negativismo activo, es decir, aquel en el que el paciente hace exactamente lo opuesto a lo que se le requiere. Por ejemplo, tras solicitar a Marcos, de 21 años, que levante la pierna derecha, levanta la pierna izquierda.

Mientras que el negativismo activo es una manifestación típica de la catatonía, el pasivo está estrechamente relacionado con cuadros clínicos de depresión, así como psicóticos. La manifestación emocional que suele acompañar a esta alteración es la de irritabilidad, enfado e ira (Belloch, 2021).

También es relevante señalar que esta alteración de la psicomotricidad debe diferenciarse de un tipo de respuesta. En concreto, de la respuesta defensiva y del deseo manifiesto de oponerse a la colaboración.

Por otro lado, el negativismo también puede ser lingüístico. Por ejemplo, se le pide a Miguel, de 56 años, que repita una frase «¿cuántos árboles hay en una arboleda de 6 árboles?» Ante lo que responde: «dos». Cuando el negativismo verbal sucede en el contexto de un estado oniroide, la alteración resultante se denomina «síndrome de Ganser» (Belloch, 2021).

«El síndrome de Ganser es una manifestación extrema del deseo de negar la realidad y escapar de la situación actual».

-Emil Kraepelin-

La «obediencia automática»

En esta entidad clínica, el paciente realiza una conducta con independencia de que las consecuencias que de ella se deriven sean perniciosas. Esto puede ser difícil de evaluar. En este sentido, es necesario pedir a la persona que intente resistirse a la instrucción verbal que le proporciona el examinador.

Aunque diste de ser ético y ya no se haga, un antiguo psiquiatra, Emil Kraepelin, decía a sus pacientes: «Saca la lengua. Cuando la saques te la pincharé con un alfiler. Ahora, sácala» y observaba estupefacto que la paciente extendía su lengua y dejaba que se la pinchara con el alfiler.

Existen muchas formas en la que los pacientes «cooperan en exceso». Una de ellas se denomina mithegen, que significa ‘acompañar’ (Belloch, 2021). En esta curiosa alteración, el paciente tiende a mover una parte del cuerpo como consecuencia de breves y poco intensas presiones por parte del profesional. Cuando se observa, parece «como si la conducta del paciente obedeciera a algún tipo de imán magnético».

«Los trastornos psicomotores son una manifestación física de una alteración mental».

-Henri Ey-



La ambitendencia o ambivalencia motora

Las alteraciones de los movimientos inducidos tienen varias causas
Son muchas las circunstancias que pueden explicar la aparición de las alteraciones de los movimientos inducidos.

Esta alteración psicomotriz se considera un estadio previo al negativismo que hemos descrito con anterioridad. En concreto, alude a la tendencia a efectuar dos comportamientos a la vez, pero que resultan antagónicos. Este antagonismo ocurre porque ambos comportamientos, al ser iniciados, interfieren y se anulan entre sí, por lo que el resultado son dos conductas incompletas.

Por ejemplo, en consulta el psiquiatra ofrece su mano a Marcos, de 23 años. Antes de chocarle la mano, Marcos se detiene. Vuelve a comenzar a levantar la mano para chocarla a su psiquiatra y vuelve a detenerse. Así, una vez tras otra. Al final, el movimiento de la mano de Marcos se interrumpe sin llegar a rozar la de su psiquiatra. El saludo no se ha producido.

Parece como si hubiese un conflicto entre el movimiento corporal y el deseo de Marcos de saludar a su psiquiatra. En concreto, estas conductas opuestas de movimiento-detención son una de las formas a través de las que se manifiesta la ambivalencia motora.

«La motricidad es una forma de expresión del ser humano y su trastorno es una forma de alienación».

-Henri Baruk-

La perseveración

Perseverar desde el punto de vista motriz en una determinada tarea es ‘ser incapaz para cambiarla y realizar un movimiento diferente’. En concreto, el paciente entra en un bucle motor del que dista de poder salir. Este bucle de movimientos repetidos pudo tener algún sentido en el pasado, pero en la actualidad carece de significado. Puede ser de diferentes tipos:

  • Es simple cuando se le pide al paciente que realice una conducta y nunca deja de hacerla. Por ejemplo, tras pedirle a Victoria que sacara la lengua, comienza a extenderla y a volver a guardarla en su boca una vez tras otra. Sin parar.
  • Es iterativa cuando, a pesar de terminar de realizar un movimiento, el paciente realiza una conducta igual. Por ejemplo, se le pidió a Andrea que dibujara un triángulo. Uno. Sin embargo, tras realizar el primer triángulo, Andrea dibujó otro, y otro más.
  • Es sustitutiva cuando el comportamiento que se realiza es igual al anterior, aunque se le ha solicitado al paciente que cambie de conducta. Por ejemplo, tras decirle a Andrea que dibuje un triángulo, realiza el dibujo de un cuadrado.

También podemos describir aquí el fenómeno de «asir algo de manera forzosa». Consiste en que el paciente sigue saludando y sosteniendo la mano del examinador a pesar de que este le ha pedido que deje de hacerlo (Belloch, 2021). También se han descrito casos en los que el evaluador coloca al paciente en posiciones raras y el paciente mantiene la posición a pesar de su incomodidad (esto suele estar muy asociado a los trastornos psicóticos).

La psicopatología de la motricidad constituye un campo de conocimiento extenso. Existen multitud de alteraciones de los movimientos, como la flexibilidad cérea, la catalepsia, los ecosíntomas, los temblores o la corea. En este sentido, es importante que tras una evaluación rigurosa se implementen tratamientos e intervenciones cuyo objetivo sea ayudar al paciente a moverse y comportarse de una manera más sana, desde el punto de vista tanto físico como mental.

«La psicopatología de la motricidad es un fenómeno complejo que involucra tanto factores biológicos como psicológicos y sociales».

-Pierre Delion-



  • Belloch, S. A. (2023). Manual De Psicopatologia, Vol I. Mc-Graw Hill.
  • Connell, J., Oldham, M., Pandharipande, P., Dittus, R. S., Wilson, A., Mart, M., ... & Wilson, J. E. (2023). Malignant catatonia: a review for the intensivist. Journal of Intensive Care Medicine, 38(2), 137-150. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35861966/.
  • Costa, M. A. D. S. G., Soares, G. F. G., Lisboa, L. A. V., & Ribeiro, P. A. P. (2023). Esquizofrenia: perspectivas atuais acerca do diagnóstico, tratamento e evolução clínica da doença. Brazilian Journal of Health Review, 6(1), 61-71. https://ojs.brazilianjournals.com.br/ojs/index.php/BJHR/article/view/55925.

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