Diferencias entre ansiedad y depresión

Los psicólogos distinguen diferencias sustanciales entre ansiedad y depresión. Veamos cuáles son y en qué se pueden parecer.
Diferencias entre ansiedad y depresión
Laura Ruiz Mitjana

Revisado y aprobado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 20 noviembre, 2022

En las conversaciones rutinarias se utilizan los términos “estar deprimido” o “estar ansioso” con relativa frecuencia. Ciertamente, la mayoría de las personas desarrollan experiencias de este tipo. Cuando lo hacen de forma permanente, con cierta regularidad o interfieren con la vida diaria es posible que se traten de un trastorno. Existen varias diferencias entre la ansiedad y la depresión, esto al margen de los rasgos que tienen en común.

Para los motivos de este análisis hemos tenido en cuenta ambas afecciones en su categoría de trastornos emocionales o del estado de ánimo. No es lo mismo desarrollar algunos signos de ansiedad que padecer de un trastorno de ansiedad; y lo mismo ocurre con la depresión. Como no podría ser de otra manera, empecemos por definir y caracterizar qué es la ansiedad y qué es la depresión.

¿Qué es la ansiedad?

Los trastornos de ansiedad enumeran una serie de reacciones desencadenadas por la angustia patológica debido a una sobreestimación de la amenaza percibida o a una valoración errónea del peligro de una situación dada.

Esto deriva en una serie de reacciones excesivas e inapropiadas hacia aquello que se cataloga como la fuente de ansiedad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 3,6 % de la población mundial vive permanentemente con un trastorno de ansiedad.

La Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-10) y el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) distinguen varios tipos de trastornos de ansiedad. Partiendo sobre la base de ambos se reconocen los siguientes:

  • Trastorno de ansiedad generalizada.
  • Trastorno de pánico.
  • Trastorno de pánico con agorafobia.
  • Agorafobia.
  • Fobia social (ansiedad social).
  • Fobia específica.
  • Mutismo selectivo.
  • Ansiedad por separación.

También existe el trastorno de ansiedad inducido por medicamentos, el cual se puede desencadenar como consecuencia de la ingesta de drogas ilegales o medicamentos, o bien por su abstinencia.

En general, y como advierten los expertos, los trastornos de ansiedad son más comunes en las mujeres que en los hombres y muestran una alta comorbilidad entre ellos.

Normalmente, la ansiedad se manifiesta durante la infancia o la adolescencia y puede perdurar hasta la edad adulta. Los eventos estresantes, la adversidad infantil, los traumas y la predisposición genética median en su aparición.

La inquietud, el pánico, los problemas para conciliar el sueño, la angustia patológica, la boca seca, las palpitaciones, la dificultad para respirar, la dificultad para concentrarse, los músculos tensos y la sudoración son algunos de sus síntomas.

¿Qué es la depresión?

Las diferencias entre ansiedad y depresión incluyen el sentimiento de desesperanza
La desesperanza y la tristeza son los pilares fundamentales en torno a los cuales aparecen los síntomas de la depresión.

La depresión alude a una serie de trastornos cuya característica en común son los sentimiento persistentes de tristeza y pérdida del interés.

De igual manera, se manifiestan una serie de cambios somáticos y cognitivos que se interponen en la capacidad de funcionamiento del individuo (en todos los planos, interpersonal, profesional, personal y demás). El DSM-V distingue los siguientes tipos:

  • Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.
  • Trastorno depresivo mayor.
  • Trastorno depresivo persistente.
  • Trastorno disfórico premenstrual.
  • Trastorno depresivo debido a otra condición médica.

Tal y como señalan los expertos, la mayoría de los pacientes desarrollan depresión en torno a los 20 años, y el segundo pico más común ocurre en la década de los cincuenta. Es más común en las mujeres que en los hombres y, con base en algunas estimaciones, su prevalencia junto con los síntomas depresivos es del 27,0 % en todo el mundo.

El trastorno se caracteriza por una alta de tasa de prevalencia luego de su recuperación, la cual puede alcanzar hasta un 75 % durante los 10 años siguientes. El estrés crónico, los eventos adversos en la vida, la predisposición genética y los traumas son algunos de sus catalizadores.

La depresión no es solo sentirse triste, ya que tiene una base bioquímica muy compleja que se estudia hasta el día de hoy.

En cuanto a sus síntomas, la alteración de los patrones de sueño, la reducción del interés o del placer, los sentimientos de culpa, el deterioro de la concentración y la atención, los cambios en los patrones de apetito y peso, los pensamientos de inutilidad, los trastornos psicomotores y los pensamiento suicidas son característicos.

¿Cuáles son las diferencias entre la ansiedad y la depresión?

Las diferencias entre ansiedad y depresión a veces son pocas
Debido a que la depresión y los trastornos de ansiedad pueden confundirse, es importante recibir un diagnóstico de un profesional de la salud mental.

Los expertos enfatizan que las diferencias entre la ansiedad y la depresión, desde el punto de vista del diagnóstico clínico, parten sobre la base de sus síntomas.

En efecto, los signos que se manifiestan en los diferentes trastornos que componen el espectro de ambas enfermedades son distintivos cuando se hace una evaluación profunda. Aunque por supuesto existen síntomas en común, lo cierto es que sustancialmente hay diferencias.

Simplificando las características de ambos, podemos afirmar que los trastornos depresivos giran en torno a los sentimientos persistentes de tristeza. Por el contrario, los trastornos de ansiedad hacen lo propio alrededor de los sentimientos persistentes de angustia. Es en el contraste entre tristeza/angustia donde encontramos las principales diferencias entre ansiedad y depresión.

¿En qué se parecen la ansiedad y la depresión?

Muchos de los síntomas de los trastornos se solapan. Por ejemplo, la dificultad para concentrarse, la falta de energía, los trastornos del sueño, las alteraciones psicomotoras, la pérdida de apetito y la pérdida de peso. Pese a ello, el eje central sobre el cual giran estos signos es diferente (tristeza y angustia).

Por otro lado, y como advierten los investigadores, en ambos trastornos se manifiestan también una reducción del bienestar psicológico, una alteración de la relaciones interpersonales, problemas laborales y familiares, entre muchas otras cosas. El impacto real depende en gran medida de la intensidad con la cual se presentan los síntomas, el tipo de trastorno en sí mismo y el contexto.

Pero esto no es todo. Tal y como indica la evidencia, más del 70 % de las personas con trastornos depresivos manifiestan síntomas de ansiedad, y entre el 40 % y el 70 % de ellas cumplen simultáneamente los criterios para el diagnóstico formal de al menos un tipo de trastorno de ansiedad. Se tratan así de condiciones con un alto porcentaje de comorbilidad, el cual pueden compartir también con otros trastornos mentales graves.

En síntesis, las diferencias entre la ansiedad y la depresión se hacen con base en su manifestación clínica, el curso de evolución del trastorno, el contexto y el perfil de cada afectado. Se tratan de condiciones diferentes, sin que esto impida que se manifiesten al mismo tiempo. Ambas se pueden tratar, y para un número de los afectados existe un alto porcentaje de reincidencia.



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