¿Qué es la dependencia emocional y cómo superarla?

La dependencia emocional, según los expertos, es una especie de adicción a relaciones que nos generan sufrimiento. Es una manera de vincularnos con el otro desde la necesidad de ser amado y no desde el deseo de serlo. ¡Conoce más sobre este concepto y cómo puedes superarlo!
¿Qué es la dependencia emocional y cómo superarla?
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 09 marzo, 2021

Vivimos en una sociedad donde cada vez es más frecuente encontrarnos con personas que sufren por amor, inmersas en relación en las que no son felices pero que, sin embargo, se sienten incapaces de dejar. Tras muchas de estas relaciones encontramos, en realidad, personas con una fuerte dependencia emocional.

Pero ¿qué es en realidad la dependencia emocional? Se trata de una manera de vincularnos con los demás desde el temor a ser abandonado, como si dependiéramos de esa relación para ser felices (algo sesgado).

Según Valor et al. (2009), citado en un estudio de Rodríguez de Medina (2013), la dependencia emocional se concibe como una sobredependencia en una relación interpersonal, que afecta a la visión de uno mismo (self) y a la de los otros. ¿Qué más sabemos sobre este concepto? Recurrimos a voces expertas sobre el tema para responder a estas cuestiones.

¿Qué es la dependencia emocional?

La dependencia emocional no es fácil de manejar.
Los malos momentos suelen afectar el día a día de la persona con dependencia emocional.

La dependencia emocional es aquel apego que se da en las relaciones interpersonales y que puede generarnos un auténtico sufrimiento. Aparece sobre todo en las relaciones de pareja, pero también puede hacerlo en otro tipo de relaciones.

La persona con dependencia emocional siente una gran necesidad de ayudar a los demás y/o de ceder ante determinadas actuaciones y/o opiniones. Además, estas personas pueden manifestar otra serie de características concretas, tales como:

  • Un déficit en habilidades sociales y en la resolución de conflictos.
  • Deseos de exclusividad hacia otras personas significativas.
  • Dificultades en la toma de decisiones en grupo y/o en el hecho de establecer límites.
  • La amistad y el cariño pueden convertirse en una fuente de angustia y sufrimiento.

La dependencia emocional según una experta

Según Silvia Congost, psicóloga especialista en relaciones de pareja, dependencia emocional y autoestima, autora de 9 libros que abordan esta temática, afirma que la dependencia emocional es como una adicción. En el terreno de las parejas, esto implica engancharse a personas de las que nos sentimos «atrapadas».

Suelen ser parejas que no nos corresponden porque en el fondo no buscan lo mismo que nosotros. Sin embargo, a través de la dependencia emocional, tal y como afirma la psicóloga, nos volcamos en relaciones que en el fondo nos generan sufrimiento, pero que somos incapaces de dejar.

De hecho, tras muchas relaciones tóxicas, existe una fuerte dependencia emocional por parte de uno o de los dos miembros de la pareja.

“La dependencia genera miedo. Si yo dependo de usted emocional, psicológica o espiritualmente, seré su esclavo y, por lo tanto, lo temeré. No es una opinión, sino un hecho”.

-Jiddu Krishnamurti-

¿Qué siente una persona dependiente?

Silvia Congost lo resume de la siguiente manera; según ella, una persona dependiente a nivel emocional está en relaciones que no le hacen feliz, que no son lo que quiere, pero que no puede dejar. Son personas que se sienten incapaces de cortar la relación.

Esto, de forma lógica, les genera sufrimiento, pero se sienten enganchadas a esa «droga» que suele ser una relación basada en una montaña rusa emocional, con picos muy elevados de intensidad y con «caídas» drásticas, hasta el siguiente ciclo de adrenalina.

Todo esto en el sentido emocional, es decir, relaciones en las que se siente mucho pero donde se sufre mucho también. En este sentido, suelen ser muchas veces relaciones tormentosas.

¿Cómo superar la dependencia emocional?

Walter Riso (2013), Doctor en Psicología especializado en Terapia Cognitiva y también experto en dependencia emocional, ha escrito varios libros que abordan esta temática. A través de una breve guía propuesta por el psicólogo, encontramos una serie de ideas clave para superar la dependencia emocional:

Tener claro qué es apego y desapego afectivo

Lo primero que propone Walter Riso es analizar la definición de estos conceptos y comprobar si tenemos claro o no en qué consiste la dependencia emocional. Según Riso (2013), el apego afectivo es una vinculación mental y emocional (que suele ser obsesiva) a ciertas personas.

Esta vinculación se origina en la creencia irracional de que ese vínculo proveerá de manera única y permanente tres cosas: placer, seguridad y autorrealización.

A la hora de abordar la dependencia emocional, tendremos que revisar nuestros conceptos y aclarar si somos conscientes o no de lo que significa la dependencia emocional. Una vez hecho esto, podremos empezar a indagar en si estamos o no en una relación de este tipo.

Reconocer la dependencia en uno mismo

El siguiente paso para superar este apego desadaptativo en las relaciones es reconocer nuestra propia dependencia emocional. Según Riso, la dependencia es un continuo, y se puede sufrir más o menos apego a tu pareja según muestres más o menos de algunas características ya descritas.

Algunas de ellas (aunque hay más), recordemos, incluyen:

  • La necesidad imperiosa de estar cerca de la persona amada o de sentir amor la mayor parte del tiempo.
  • Abstinencia manifiesta, si no se tienen las manifestaciones de afecto o la persona amada disponible.
  • Incapacidad de controlar la compulsión de estar con la persona amada.
  • Emplear mucho tiempo mental y físico en mantenerse cerca de la pareja u objeto de amor.

Revisar nuestra propia historia

La dependencia emocional puede requerir terapia.
En muchas ocasiones suele ser necesaria la terapia mental para afrontar los síntomas de la dependencia emocional.

Muchas veces la manera en la que hemos aprendido a relacionarnos con nuestras figuras paternas es la que determina en gran medida (o influye) cómo nos relacionaremos con nuestras parejas.

No queremos ser alarmistas aquí, ya que todo se puede cambiar y trabajar, pero lo cierto es que los primeros apegos de la infancia influyen mucho en nuestra manera de vincularnos en la edad adulta.

Así que pregunta por tu historia; puedes probar a dedicar unos minutos a repasar y a escribir un diario sobre cómo te fue en la infancia. No se trata de regodearse en el sufrimiento, sino de captar lo esencial, mirar qué tipo de déficit tuviste y poder trabajar para hacer «borrón y cuenta nueva». Esto también se puede conseguir a través de la terapia psicológica.

Separar el enamoramiento del amor

Cuando nos enamoramos, todos lo sabemos, nuestro mundo emocional se vuelve muy intenso; todo parece nuevo y fascinante, y podemos sentirnos muy atraídos por personas que quizás no están hechas para nosotros. Pero el enamoramiento es esto, «perder» la razón y dejarnos llevar por la emoción.

La neuroquímica del amor es fascinante, ya que aquí intervienen múltiples neurotransmisores y endorfinas diversas, como la dopamina o la serotonina. Por otro lado, el amor es un conjunto más estable y regular, que está formado por atracción, sexo, amistad, comunicación, ternura y dulzura.

Es algo mucho más pausado, y sería como la construcción sana de una historia y de una relación que se desencadena con el enamoramiento. Te recomendamos hacer este pequeño ejercicio: prueba a separar ambos conceptos. Esto te ayudará a relativizar las cosas y a comprender mejor si estás o no en un proceso de dependencia emocional.

Identificar las creencias irracionales

Tras la dependencia emocional se esconden muchas creencias irracionales en torno al concepto del amor, del apego, de los vínculos… La mayoría de estas creencias nos mantienen anclados en la dependencia y, a su vez, nos alejan del realismo afectivo. El realismo afectivo implica ver las cosas como son en lo que al amor se refiere.

Implica eliminar los sesgos y los autoengaños que muchas veces nos hacemos cuando nos enamoramos. Por otro lado, las creencias irracionales tienen que ver con ese autoengaño, con la tendencia a no decirnos las cosas tal y como son sino como nos gustaría que fuesen. Algunos ejemplos de las mismas son:

  • «Me quiere pero no se da cuenta».
  • «Se separará pronto».
  • «No es tan horrible».
  • «En el fondo me quiere».
  • «Ya no recuerdo lo malo».

Estas creencias, a su vez, con frecuencia se sustentan en distorsiones cognitivas, que son errores que cometemos a la hora de interpretar la realidad. Las distorsiones cognitivas generan sufrimiento, porque nos «nublan» la realidad, la distorsionan y nos impide actuar de forma objetiva.

Tomar decisiones

Otra idea clave que nos puede ayudar a la hora de combatir la dependencia emocional es pasar a la acción, es decir, tomar decisiones. Si estás sufriendo en tu relación, si sientes que no disfrutas o experimentas otra de las características ya explicadas de este concepto, entonces plantéate qué quieres hacer con tu vida.

¿De verdad quieres estar con esa persona? ¿O es la dependencia la que te hace estar «enganchado» a ella? ¿Qué quieres en realidad? Reflexiona sobre ello y movilízate.

Piensa que cuando sufrimos dependencia emocional no vemos las cosas como son en realidad, y estamos muy influenciados por una gran cantidad de creencias limitantes. Además, recordemos que se trata de una manera insana de vincularnos con las personas.

La terapia psicológica: una opción

Otra decisión que puedes tomar en este punto es pedir ayuda profesional, a fin de que puedas empezar a trabajar en otras maneras más sanas de vincularte con los demás.

Se trata de un camino hacia el autocuidado y hacia el realismo afectivo que implica construir relaciones equilibradas, de «tú a tú», basadas en la libertad y en el amor, y no en el temor a que nos «abandonen».

Empieza a trabajar en ti

Y tú ¿sufres de forma casi constante por amor en tus relaciones? Es probable que en realidad, estés sufriendo por dependencia, ya que el amor no genera sufrimiento, lo hace este apego insano.

En caso de sentir que tu manera de vincularte con los demás se basa en el temor a que te fallen, a que te dejen o a que te engañen, en lugar de basarse en una manera de ser feliz con el otro, desde tu propia individualidad y no como algo que «necesitas» para ser feliz, entonces puede que sufras dependencia emocional.

Si es tu situación y quieres aprender otras formas más saludables de establecer relaciones afectivas y de amistad, te recomendamos que empieces a reflexionar sobre todo lo mencionado. Por otro lado, iniciar un proceso psicoterapéutico también puede ayudarte a construir relaciones desde el amor y no desde la necesidad.

Un camino que merece la pena

El camino hacia la ausencia de dependencia no es un camino fácil, sobre todo para aquellas personas que llevan muchos años relacionándose con el otro de la misma manera. Es algo muy arraigado dentro de muchos debido a patrones afectivos con muchos años de historia.

Sin embargo cuando empieces a trabajar en tu cambio y cuando empieces a vivir estas relaciones de una forma más sana, verás como el proceso habrá merecido la pena. Porque eso sí es amor. Y del bueno (y sano).

“La persona que amo es una parte importante de mi vida, pero no la única”.

-Walter Riso-



  • Castello, J. (2000). Análisis del concepto "dependencia emocional”, Congreso Virtual de Psiquiatría.
  • Congost, S. (2017). Si duele, no es amor. Editorial Zenith.
  • Riso, W. (2003). Amar o depender?: cómo superar el apego afectivo y hacer del amor una experiencia plena y saludable. Editorial Norma.
  • Riso, W. (2004). Pensar bien, sentirse bien. Editorial Norma.
  • Rodríguez de Medina, I. (2013). La dependencia emocional en las relaciones interpersonales. ReiDoCrea: Revista electrónica de investigación y docencia creativa, 2: 143-148.
  • Valor-Segura, I., Expósito, F. y Moya, M. (2009). Desarrollo y validación de la versión española de la Spouse-Specific Dependency Scale (SSDS). International Journal of Clinical and Health Psychology, 9: 479-500.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.