7 claves para prevenir infecciones en la piel de los niños

Existen muchas formas de prevenir infecciones en la piel de los niños. Veamos qué dicen los expertos y algunos consejos.
7 claves para prevenir infecciones en la piel de los niños
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 11 octubre, 2022

Las infecciones en la piel de los niños son muy comunes. Tanto así que se cuentan entre los principales motivos de la visita al especialista durante la infancia. No es posible reducir por completo las probabilidades de una complicación de este tipo, aunque existen muchas estrategias para prevenir infecciones en la piel en los niños. Repasamos 7 de ellas de acuerdo con los especialistas.

7 consejos para prevenir infecciones en la piel de los niños

Tal y como advierten los expertos, la mayoría de los niños tendrán una infección en la piel en algún momento. Algunas de las infecciones más comunes son el molusco contagioso, las verrugas virales cutáneas, el impétigo y la tiña del cuero cabelludo. El eccema y las enfermedades alérgicas de la piel (como la dermatitis de contacto) también son muy comunes en la población infantil, pero no son contagiosas.

Las infecciones en la piel de los niños pueden ser virales, bacterianas, fúngicas y parasitarias. Las primeras dos son las más comunes. Hay muchas formas de prevenir infecciones en la piel de los niños, todas ellas muy fáciles de implementar. Te dejamos con 7 consejos que puedes tener en cuenta.

1. Lavarse las manos con frecuencia

Para prevenir infecciones en la piel de los niños hay que lavarse las manos
Es importante enseñarle a los niños la importancia del lavado frecuente de las manos para su salud.

La higiene de las manos es de lejos la mejor estrategia para prevenir infecciones en la piel de los niños. Los expertos catalogan al lavado diario de las manos como la intervención no farmacológica más importante para prevenir la propagación de enfermedades infantiles, entre ellas las infecciones de la piel. El hábito debe acompañarse de una educación sobre su importancia y trascendencia.

En general, se recomienda lavar las manos antes de comer, después de interactuar con objetos y después de ir al baño. Frotar las manos con agua y jabón puede eliminar la mayor parte de los patógenos que pueden desencadenar una infección. Es muy importante incluir el jabón en el proceso, así como enseñar a lavar entre los espacios de los dedos y las uñas.

2. Evitar tocar el rostro y las mucosas

Los especialistas nos alertan sobre la posibilidad de extender infecciones a través del hábito de llevarse las manos al rostro y las mucosas (boca, nariz y oídos). Aun cuando se implemente un hábito regular de higiene de manos es algo que se debe enseñar a los más pequeños. Es más difícil de lo que parece, ya que se trata de un reflejo natural que tanto los pequeños como los adultos hacen varias docenas de veces al día.

Es muy importante la educación al respecto, aunque siempre se debe hacer de forma cariñosa. Como ya hemos reiterado, se trata de una reflejo evolutivo natural; de manera que debe reforzarse continuamente. Al igual que en el caso anterior, debe acompañarse con una charla sobre la importancia de asumir el comportamiento como un hábito. Solo así se logra reforzarlo y consolidarlo.

3. Mantener la ropa y las toallas limpias

Como bien advierten los expertos, muchos patógenos se pueden adherir a diferentes prendas de ropa y las toallas. En particular, el poliéster, el acrílico y la lana son aquellos lugares donde estos suelen proliferar. El lavado regular de la ropa y las toallas es muy importante, ya que así se asegura de mantener controlados los patógenos que pueden ocasionar una infección en la piel de los pequeños.

4. Evitar los cuerpos de agua compartidos

Es importante evitar las piscinas, los lagos, los estanques, los balnearios termales, los ríos, los jacuzzis y los baños. Se sabe que agentes infecciosos, incluidas las bacterias, los virus, los protozoos y los mohos, se pueden transmitir de manera accidental en estos lugares. Por ejemplo, a través de la liberación de materia fecal, fluidos corporales o escamas de la piel.

Se debe evitar a toda la costa la interacción con cuerpos de agua compartidos y no compartidos cuando se cuenta con una herida abierta en la piel. También, en lugares que no cumplen con las respectivas normas sanitarias. Si ocurre un corte en estos lugares se debe proceder a desinfectar y limpiar la herida de forma inmediata.

5. Evitar tocar los objetos de otras personas

Es importante que los niños eviten tocar objetos como los juguetes ajenos. Los investigadores catalogan a estos entre los fómites con mayor carga de patógenos con el potencial de causar infecciones. Por todo esto, se debe evitar tocar los juguetes de otros niños, así como desinfectar los propios con regularidad. Como ya hemos advertido, se recomienda el lavado de manos antes y después de cada interacción lúdica.

6. Mantener las heridas cubiertas

Para prevenir infecciones en la piel de los niños hay que cubrir las heridas
Cubrir con una curita o una gasa limpia cualquier herida en la piel de los niños es importante para prevenir complicaciones.

Una herida abierta puede infectarse rápidamente, de manera que mantenerlas cubiertas es un hábito que ayuda a prevenir infecciones en la piel de los niños. Se debe educar sobre la importancia de hacerlo, así como de no retirar de forma temprana las costras que se forman alrededor de una herida. Estas últimas se retiran por sí solas, y acelerar el proceso aumenta el riesgo de una infección.

7. Implementar una dieta saludable

Por último, y siguiendo a los especialistas, una mala alimentación puede conducir a un mayor riesgo de infecciones de cualquier tipo. El sistema inmunitario se fortalece a través de una dieta equilibrada, de manera que se deben implementar hábitos saludables dietéticos para prevenir infecciones en la piel de los niños. La participación equilibrada de frutas, verduras, legumbres y demás es fundamental en el proceso.

Los hábitos descritos son muy fáciles de implementar, y todos ellos además reportan beneficios generales en la salud de los pequeños. Como ya reiteramos, el lavado regular de manos es el más importante de todos. Se trata de una estrategia infravalorada para evitar que los patógenos proliferen y deriven en un infección.



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