¿Qué es un golpe de calor y cómo prevenirlo?

Los golpes de calor son cada vez más comunes, pues el aumento de las temperaturas globales y el cambio climático nos pisan los talones. Aprende a prevenir este cuadro tan grave.
¿Qué es un golpe de calor y cómo prevenirlo?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 02 octubre, 2021

A todos nos gustan las épocas más cálidas del año, pues en ellas se suelen situar las vacaciones, los viajes fuera del hogar y las actividades lúdicas más atractivas (como ir a la playa, a la piscina o al campo). A pesar de ello, el calor y el cambio climático traen consigo una preocupación muy importante a tener en cuenta en estos momentos de disfrute: el golpe de calor.

Establecer la epidemiología global del golpe de calor es una tarea muy compleja, pues no siempre se traduce en un deceso y no todos los pacientes acuden a la clínica de urgencia. Aun así, como veremos en líneas posteriores, diversos medios están de acuerdo en que las crecientes temperaturas globales han aumentado su incidencia. Si quieres saberlo todo sobre este evento patológico, sigue leyendo.

Mecanismos de termorregulación en el ser humano

El golpe de calor y la termorregulación
El organismo humano se vale de numerosos mecanismos para controlar su temperatura interna. En ambientes calurosos, la sudoración es uno de los más importantes.

Antes de explorar qué es el golpe de calor, es necesario entender de forma somera el mecanismo que evita su aparición. Estamos hablando de los procesos de termorregulación en los mamíferos. Este mecanismo hace referencia a la capacidad que tiene un organismo biológico para mantener su temperatura interna dentro de ciertos límites.

El estado fisiológico perfecto se alcanza cuando la tasa de formación de calor (termogénesis) se equilibra con la cantidad de energía disipada (termólisis). De todas formas, cuando la temperatura ambiental es demasiado alta o el ser humano quema demasiada energía (al correr, por ejemplo), deben ponerse en marcha varios mecanismos termorreguladores. Estos son los siguientes:

  • Sudoración: la sudoración es la liberación de líquido por parte de las glándulas sudoríparas, sobre todo en las localizadas bajo los brazos, en los pies y en las palmas de las manos. Al evaporarse el sudor liberado a la superficie corporal, el cuerpo se enfría un poco. Este mecanismo se activa cuando la temperatura externa es alta.
  • Vasodilatación: este mecanismo también se activa cuando hace mucho calor. Los vasos sanguíneos superficiales se dilatan, lo cual permite un mayor flujo sanguíneo y un intercambio de temperatura con el medio. Como el núcleo corporal siempre está más caliente que el entorno, se pierde calor en el proceso.
  • Vasoconstricción: el efecto contrario al anterior. Cuando hace frío y el cuerpo quiere retener calor, los capilares sanguíneos superficiales se constriñen.
  • Termogénesis: la termogénesis se define como la ‘producción de calor orgánico en el interior del cuerpo humano’. Este proceso se puede ejemplificar con los temblores o la estimulación de la glándula tiroides.

Como puedes ver, son muchos los mecanismos que mantienen la temperatura del cuerpo humano dentro de unos límites razonables (desde 36,1 °C hasta los 37,2 °C). De todas formas, a veces el equilibrio no es posible y se produce el temido golpe de calor. Te contamos en qué consiste y cómo prevenirlo en las siguientes líneas.

La termorregulación nos ayuda a mantener la temperatura corporal en los límites fisiológicos normales.

¿Qué es el golpe de calor?

Tal y como indica la Clínica Mayo, el término “golpe de calor” hace referencia a un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, sobre todo como consecuencia de la exposición a temperaturas ambientales demasiado altas. De forma médica, se define como una ‘hipertermia corporal por encima de los 40,6 °C, acompañada de desorientación y otros síntomas’.

A medida que el calor ambiental aumenta, se ponen en manifiesto los mecanismos termorreguladores citados. De todas formas, a veces estos no son suficientes. Algunos de los predisponentes ambientales más claros a la hora de sufrir un golpe de calor son los siguientes:

  • Humedad ambiental por encima del 75 %: cuando la humedad ambiental es muy alta, el mecanismo de transpiración mediante la producción de sudor se vuelve ineficaz.
  • Temperaturas extremas: una ola de calor es tal cuando la temperatura ambiental es mayor a 32,2 °C durante 3 días seguidos. Los puntos de máximo peligro se encuentran a los 58 °C ambientales.
  • Rápida instauración del calor: los mecanismos termorreguladores se afinan mejor cuando el cuerpo tiene tiempo para acostumbrarse al calor. Si la temperatura sube de forma drástica y rápida, es más probable que aparezcan golpes de calor.

Todos estos son predisponentes ambientales, pero también existen muchos más que radican en el propio individuo. Edad, condiciones médicas previas, demasiada ropa, el uso de ciertos medicamentos y otros factores endógenos propician que aparezca el golpe de calor.

Mecanismo patológico

El portal Statpearls nos muestra el mecanismo patológico del golpe de calor. En primer lugar, cabe destacar que cuando la temperatura ambiental excede la interna, los mecanismos termorreguladores citados pierden mucha eficacia. Los procesos de conducción, radiación y convección dejan de tener sentido cuando hace más “calor” fuera que dentro, dicho de forma sencilla.

A medida que aumenta la temperatura, el cuerpo suda para intentar reducir el calor. Esto se traduce en anormalidades electrolíticas, específicamente en deshidratación e hipernatremia (nivel alto de sodio en sangre). Si es muy severa, la hipernatremia y falta de agua pueden causar daño neurológico.

La hiperkalemia, hipercalemia o hiperpotasemia (nivel elevado de potasio en sangre) también se ha asociado al golpe de calor. Este mineral es un vasodilatador asociado a la musculatura cardíaca, así que un desajuste en este frente se traduce en problemas del corazón. Por ello, en este evento se observan problemas de coagulación, de ritmo cardíaco y a veces aparecen arritmias letales.

Además de todo lo citado, el exceso de temperatura corporal deriva en diferentes respuestas de coagulación e inflamación. Al reducirse el número de plaquetas circulantes en el organismo o trastocar su funcionamiento, se favorece que aparezcan hemorragias letales, o en su defecto, coagulación intravascular diseminada. En resumen, se producen diversos fallos sistémicos durante este proceso.

El golpe de calor produce desequilibrios electrolíticos y coagulopatías. A veces, deriva en la muerte.

Cifras epidemiológicas

En Estados Unidos, entre los años 2006 y 2010 tuvieron lugar más de 3300 muertes directamente atribuibles al golpe de calor. De todas formas, se considera que estas cifras son muy bajas y no reflejan la realidad, ya que no todas las personas que sufren uno de estos cuadros mueren y otros tantos casos no se notifican.

Lo que sí se ha observado, tal y como indican estudios, es que la incidencia de los golpes de calor ha aumentado de forma notable en los últimos años. Por ejemplo, durante el año 2021 en la ola de calor de Canadá un 70 % de las muertes espontáneas se atribuyeron a condiciones climáticas adversas. Casi todos los pacientes eran mayores de 65 años.

Síntomas del golpe de calor

Una vez explorado el mecanismo patológico, es necesario destacar la sintomatología producida por el golpe de calor. Algunos de los signos clínicos más comunes en este escenario son los siguientes:

  • Temperatura corporal alta: esta debe superar los 40 °C.
  • Estados mentales alterados: confusión, mareos, descoordinación, irritabilidad, problemas para hablar, delirios y coma, en los casos más graves.
  • Alteración en los patrones de sudoración: curiosamente, las personas con golpe de calor tienen la piel muy caliente, pero seca al tacto. La ausencia de sudor es uno de los primeros indicativos de un cuadro serio en lo que a termorregulación se refiere.
  • Náuseas y vómitos: aunque no todos los pacientes lo experimentan, también es común vomitar durante el golpe de calor.
  • Piel enrojecida: este signo clínico se debe a la vasodilatación ya descrita con anterioridad.
  • Taquipnea: respiración rápida, con una frecuencia mayor a 20 ciclos respiratorios por minuto.
  • Taquicardia: el corazón es uno de los órganos que más sufre con el golpe de calor. Como necesita disipar temperatura de forma urgente, late más rápido de lo normal.
  • Dolor de cabeza y otros signos clínicos sistémicos.

Aunado a esto, cabe destacar que 1/4 de los pacientes presentarán hipotensión (presión arterial baja). Como ves, casi todos los signos son sistémicos e indican un fallo general en el organismo de la persona que sufre el golpe. La anhidrosis (falta de sudor) es un signo clínico diferencial, pues las personas que aún no han llegado a este cuadro siguen sudando en un intento de disipar calor.

¿Qué hacer al detectar a una persona con estos síntomas?

Toda persona debe conocer el protocolo de actuación ante este cuadro clínico, sobre todo ahora que los veranos se caracterizan por una mayor presencia de olas de calor. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) nos cuentan los pasos a seguir si encontramos a alguien en esta situación límite:

  1. Lleva a la víctima del golpe de calor con cuidado a una zona con sombra. Aunque parezca simple, este paso es importante, ya que pueden haber varios grados más en el ambiente cuando la exposición al sol es directa. Llama a urgencias en cuanto la persona esté protegida de la luz solar.
  2. Reduce la temperatura corporal del paciente como sea: si es posible, mete a la persona con el golpe de calor en una bañera o ducha con agua fresca (no helada). Si estás en la calle, intenta acceder a una fuente de agua fría y espárcela en el cuerpo del paciente. Abanica todo su cuerpo con un papel, un cartón o lo que tengas a mano para aumentar la evaporación de la piel.
  3. Continúa ayudando al paciente hasta que su temperatura corporal baje a 38 °C (si puedes medirla) o hasta que llegue la ayuda.
  4. Si urgencias se demora, llama de nuevo y pide instrucciones para mantener al paciente estable antes de que llegue el profesional sanitario.
  5. No le des al paciente ningún tipo de bebida alcohólica para hidratarse. Esto aumentará aún más su temperatura corporal.

¿Cómo prevenir un golpe de calor?

Tras revisar todas las características fisiopatológicas, epidemiológicas y sintomáticas del golpe de calor, solo queda descubrir cómo prevenirlo. El portal médico NHS nos muestra las medidas más efectivas, y te las resumimos en los siguientes apartados.

Bebe muchos líquidos

Un ser humano adulto debe consumir 35 mililitros de agua al día por cada kilogramo de peso. Una persona de 50 kilogramos necesita 1,7 litros, mientras que otra de 70 kilogramos requiere 2,4 litros. Seguir estas indicaciones es necesario en las épocas más cálidas del año, pues el sudor puede hacer que se disipe mucha más agua de la que creemos.

En condiciones normales veraniegas, se pueden perder hasta 1,5 litros en 24 horas al sudar.

Toma duchas o baños refrescantes

El golpe de calor puede prevenirse
En los meses más calurosos del año es conveniente ducharse más de lo habitual, sin que la temperatura del agua llegue a valores extremos.

Lo normal es ducharse 1 vez al día, pero durante una ola de calor puedes exponerte a agua templada 3 o 4 veces en 24 horas sin ningún problema. No hace falta que el agua esté helada: basta con que te refresque la superficie corporal, pues esto facilita la transpiración y la disipación de calor.

Lleva ropa cómoda y ancha

Cuantas más capas de ropa lleves, más difícil le será al cuerpo disipar el exceso de calor producido en tu interior. Lo ideal es llevar pantalones cortos de chándal y camisetas de tirantes o sin mangas muy holgadas durante las olas de calor y en los momentos más calientes del verano. Evita las prendas apretadas por muy estéticas que sean.

Utiliza un pulverizador de agua sobre tu piel

Si tienes mucho calor y te preocupa presentar el cuadro aquí citado, puedes mantener un pulverizador de agua en la nevera en todo momento durante el verano. Cuando el exceso de temperatura ambiental sea insoportable, utiliza el spray sobre tu piel. La evaporación del agua fresca sobre tu epidermis reducirá un poco tu temperatura superficial.

No salgas de casa entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde

Sin duda, este es el consejo más importante a la hora de evitar una ola de calor. Cuanto más perpendiculares caen los rayos del sol sobre las superficies del ambiente, más se calientan y más suben las temperaturas generales. Esto ocurre con su mayor fuerza cuando el sol se encuentra en su cénit (a las 12:oo horas), pero es a las 15:00-16:00 horas de la tarde cuando se alcanzan los puntos más calurosos.

Si quieres hacer ejercicio o vida fuera de casa durante el verano, lo mejor es que salgas a primera hora de la mañana y a última de la tarde. En caso de que quieras ejercitarte durante una ola de calor, solo te queda ir a un gimnasio con aire acondicionado o esperar a que el calor general baje.

Vigila a los niños pequeños y ancianos de la familia

Durante una ola de calor no solo debes velar por ti. Presta atención a los ancianos y a las personas vulnerables de tu familia, pues son ellas las que más probabilidades tienen de sufrir un golpe de calor y fallecer en el transcurso del cuadro. Llama a tus conocidos más vulnerables y visítalos si es posible para asegurarte de que todo está bien.

El golpe de calor y su severidad

La probabilidad de morir tras un golpe de calor inducido por el ejercicio es menor al 5 %, mientras que si se produce de forma “natural” (por la debilidad del paciente), esta aumenta a un 65 %. Dicho de otro modo, una persona sana y joven casi nunca muere por este cuadro, pero un anciano o paciente ya enfermo sí está en grave riesgo.

Hay que tener esto muy en cuenta a la hora de tratar estos problemas de salud. Aunque siempre haya que cuidarse y evitar someter al cuerpo a entornos adversos, ten especial cuidado si eres mayor o presentas alguna condición previa. Si quieres prevenir un golpe de calor, evita hacer ejercicio y salir de casa durante las horas más calurosas del día.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.