¿Qué tipos de laxantes existen?

Existen muchos tipos de laxantes y su método de administración y duración del tratamiento difieren en cada caso. Si quieres saber más sobre ellos, estás en el sitio indicado.
¿Qué tipos de laxantes existen?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 19 septiembre, 2021

El estreñimiento es un problema común en la sociedad general, pues afecta del 2 al 20 % de la población en cualquier momento y lugar dados. Aunque se trate de un problema agudo y anecdótico en casi todos los casos, si permanece a largo plazo puede provocar dolor, distensión abdominal y otros síntomas muy molestos. Por suerte, existen varios tipos de laxantes que combaten el estreñimiento.

Existen laxantes de venta libre y otros necesitan receta, pero siempre se recomienda consumirlos con cautela y solo por periodos de máximo una semana. Estos fármacos son de gran utilidad en algunos cuadros concretos, y saber elegir el tipo específico es esencial para maximizar sus efectos en cada cuadro clínico. Sigue leyendo, pues te lo contamos todo sobre este grupo farmacológico.

Laxantes y estreñimiento

Los tipos de laxantes se usan para la constipación
El estreñimiento crónico puede afectar de forma considerable la calidad de vida. Los laxantes, en combinación con cambios en el estilo de vida, suelen ser de gran ayuda.

Antes de describir los tipos de laxantes y sus usos, es necesario describir de forma somera el cuadro para el que se usan. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el término “estreñimiento” hace referencia a un cuadro gastrointestinal en el que una persona tiene 3 o menos evacuaciones a la semana, teniendo en cuenta que lo normal es ir al baño cada día.

Epidemiología

La prevalencia general del estreñimiento es del 20 % de la población general y la incidencia de la condición aumenta mucho mientras más edad tenga el grupo etario analizado. De todas formas, es una situación más común en su variante aguda y transitoria, pues el estreñimiento crónico (que dura más de 3 meses) afecta solo al 4,5 % de la población, casi siempre a mujeres.

La situación global del estreñimiento se puede resumir en la siguiente lista:

  1. El 12 % de la población mundial padece estreñimiento o constipación en cualquier momento y lugar dados. Este intervalo oscila entre el 2 y el 20 % dependiendo de las fuentes consultadas.
  2. El estreñimiento crónico representa el 3 % de las visitas a consulta pediátrica en todo el mundo.
  3. Solo en Estados Unidos, más de 4 millones de personas padecen estreñimiento cada año. Esto se traduce en más de 2,5 millones de visitas al médico de cabecera.
  4. En países como España, se calcula que el 51 % de las personas con estreñimiento crónico llevan un estilo de vida sedentario y una alimentación poco adecuada.

Con todas estas cifras, es fácil imaginar por qué los laxantes son usados por un porcentaje importante de la población adulta en algún momento de su vida. A continuación, te mostramos qué son estos fármacos y los tipos que existen.

¿Qué son los laxantes y cuántos tipos hay?

La Clínica Universidad Navarra (CUN) define al laxante como ‘una sustancia que se administra por vía oral con acción purgante que facilita la defecación y que, por tanto, puede resolver el estreñimiento‘. Esta condición siempre debe intentar tratarse en primera instancia con cambios en la dieta y el estilo de vida, pero si esto no funciona, se recurre a los fármacos que aquí nos atañen.

Los laxantes se suelen vender sin receta por su seguridad, pero no deben usarse por largos periodos de tiempo a menos que sea indicado por un profesional médico. Sin ir más lejos, el uso excesivo de algunos de ellos puede causar dependencia a nivel local, ya que se reduce la motilidad intestinal al “acostumbrar” al cuerpo a su efecto.

Antes de comprar cualquier tipo de laxante, te recomendamos que acudas a tu médico de cabecera o farmacéutico de confianza y discutas con él todos los posibles abordajes, pasando siempre antes por cambios en la dieta y promoviendo la motilidad intestinal con ejercicio. Una vez aclarado todo esto, te presentamos los tipos de laxantes que existen y sus usos.

1. Laxantes de contacto o estimulantes

Tal y como indica su propio nombre, estos fármacos realizan su acción laxante al provocar estímulo directo sobre las paredes del intestino grueso, sobre todo en la región del colon. Son muy eficaces a corto plazo, pero tal y como indica el portal médico Elsevier, suelen generar problemas si se abusa de ellos.

Este grupo de laxantes estimulan el plexo mientérico (situado en la túnica muscular del intestino) y el plexo de Auerbach, lo cual promueve la motilidad del colon y sus secreciones hacia el lumen. También reducen la absorción de agua a nivel intestinal, lo cual hace que las heces sean más blandas y favorece su excreción.

Un ejemplo dentro de este grupo farmacológico es el bisacodilo, que estimula de forma específica las terminaciones nerviosas de la pared intestinal. El picosulfato sódico es otro de los compuestos más utilizados en este frente.

2. Laxantes formadores de masa

Estos laxantes no estimulan la pared intestinal  per se, sino que retienen los fluidos dentro de las heces y aumentan su peso y consistencia, facilitando así su expulsión. Muchos de ellos se presentan en forma de suplementos de fibra y deben ir siempre acompañados de una ingesta abundante de agua, además de ciertos cambios en la dieta.

La fibra absorbe parte del agua que consume la persona, lo cual modifica de forma directa la consistencia de las heces. Por eso es importantísimo consumir líquidos en este tipo de tratamientos: de no ser así, la fibra provocaría compactación y más obstrucción aún. Esto se puede traducir en un bloqueo severo del intestino, así que hay que tener cuidado.

Los extractos de vegetales del género Plantago (Psyllium) son los más comunes dentro de este grupo. La fibra dietética, la carboximetilcelulosa y la metilcelulosa son otros compuestos de venta libre que reportan los efectos aquí recogidos.

3. Laxantes osmóticos

Los agentes laxantes osmóticos tienen un método de acción bastante diferente a los ya citados. Tal y como indica la Sociedad Andaluza de Patologías Digestivas (SAPD), estos son moléculas o iones no absorbibles que crean un gradiente osmótico, lo cual aumenta o retiene agua en la luz intestinal.

El aumento del volumen y de la hidratación de las heces que provoca este cambio osmótico favorece su transporte a lo largo del intestino grueso, lo cual soluciona el estreñimiento. Se clasifican dos tipos de laxantes osmóticos según su funcionamiento:

  1. El primer grupo representa a aquellos laxantes que atraen el líquido hacia el lumen intestinal. El sorbitol, la lactulosa y las sales de magnesio se encuentran en esta categoría.
  2. El segundo grupo engloba a los medicamentos que retienen dentro del lumen intestinal el agua que fue administrada de forma simultánea al ingerirlos. El polietilenglicol (PEG) es el más famoso dentro de esta categoría.

4. Lubricantes

Algunos de estos compuestos no se consideran laxantes desde un punto de vista farmacológico, pero a veces se recomiendan para tratar las fases o tipos más leves de estreñimiento. Como su propio nombre indica, se encargan de lubricar las heces, lo cual favorece su movimiento a través del intestino grueso. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Aceite de oliva: ingerir de 50 a 60 mililitros de aceite de oliva al día durante 20 a 30 días puede mejorar los síntomas del estreñimiento. De todas formas, no se recomienda en absoluto comenzar la rutina con este remedio natural si no lo ha indicado un profesional.
  • Parafina: este compuesto de naturaleza lubricante está formado por una mezcla de hidrocarburos de cadena larga. Actúa sobre la mucosa digestiva y evita la desecación y el endurecimiento de las heces, facilitando así su evacuación. Se recomienda diluir la dosis indicada en un vaso de agua y tomar la mezcla en posición erguida.

5. Agentes procinéticos

Los agentes procinéticos son medicamentos utilizados para mejorar el tránsito intestinal, lo cual pasa por incrementar la velocidad de vaciado y la función de los esfínteres. Dentro de este grupo se encuentran algunos fármacos muy famosos y conocidos por la población general, como la domperidona (usada para la dispepsia), la cisaprida, la metoclopramida y la cinitaprida.

Estos medicamentos actúan como agonistas de los receptores de 5-hidroxitriptamina (serotonina). Trabajan con las neuronas intrínsecas del tracto intestinal, provocando así la liberación de acetilcolina y la secreción de sustancias mucosas. Si bien pueden ser muy útiles, no todos se recomiendan. Tal y como indica el portal médico Statpearlsla cisaprida se ha retirado del mercado por sus serios efectos cardiovasculares.

6. Laxantes surfactantes (tensoactivos)

Dicho de forma rápida y sencilla, los laxantes surfactantes disminuyen la tensión superficial del material fecal. Así, facilitan que el agua pueda entrar dentro de las heces, hidratándolas y permitiendo también que “entre” en ellas materia grasa o lípidos del lumen, lo cual las ablanda aún más.

El docusato sódico es uno de los compuestos más utilizados dentro de este grupo. Se ingiere por vía oral en forma de cápsulas de 250 miligramos y se usa sobre todo en niños mayores de 7 años como método de prevención y alivio del estreñimiento. Al igual que en todos los casos anteriores, se recomienda aumentar la ingesta de líquidos cuando se consume este laxante.

7. Laxantes de volumen

Estos laxantes se hinchan por absorción de agua en el intestino cuando se encuentran dentro de las heces (forman un mucílago), lo cual las hace aumentar de volumen de forma artificial. Como el material fecal tiene un diámetro mayor, las paredes del intestino se ven más presionadas y se fomentan los movimientos peristálticos, lo cual facilita el movimiento de las heces.

8. Fibra natural

Entre los tipos de laxantes están los naturales
Incorporar a la dieta ciertos alimentos ricos en fibra es muy importante para combatir el estreñimiento. A pesar de no ser fármacos, también tienen un efecto laxante.

De nuevo, recurrimos a un grupo de sustancias que no son laxantes per se, pero presentan actividades muy parecidas a las de muchos de los compuestos ya citados. En vez de tomar laxantes formadores de masa específicos (que también contienen fibra), se puede optar por aumentar la cantidad de este compuesto en la dieta de forma natural.

Algunos de los ingredientes culinarios más ricos en fibra se recogen en la siguiente lista:

  • Frutas: los plátanos, los kiwis, las pasas, las manzanas sin pelar, las peras (con piel) y los frutos rojos son alimentos muy ricos en fibra que pueden ayudar a combatir el estreñimiento. Hay algunas frutas que pierden algo de fibra al licuarlas, así que siempre es mejor tomarlas íntegras con yogures, en macedonias o solas.
  • Vegetales: el brócoli, el kale, las espinacas, las patatas cocidas y los guisantes son vegetales muy ricos en fibra. Se recomienda tomarlos a la plancha o cocidos, pues en frituras y en platos muy calóricos no realizan tan bien sus funciones (y son mucho menos sanos).
  • Cereales naturales: mucho mejor si son productos sin azúcares ni aditivos artificiales.
  • Legumbres: lentejas, habas, garbanzos y judías, por ejemplo.

Más allá del aporte de fibra, es necesario hacer especial hincapié en que hay que beber mucha agua para que este compuesto no provoque obstrucciones intestinales. Para mejorar un cuadro de estreñimiento, se debe consumir cada día de 1,5 a 2 litros de agua.

Mantenerse activo y realizar ejercicio físico leve o moderado puede ayudar mucho a reactivar la motilidad intestinal.

¿Laxantes o remedios naturales?

El tratamiento del estreñimiento agudo siempre pasa primero por un cambio en el estilo de vida y en la dieta. Si consumiendo fibra, bebiendo agua y haciendo ejercicio la situación no mejora, se acude a los diferentes tipos de laxantes.

De todas formas, si el estreñimiento es crónico y no mejora con los abordajes indicados, es hora de comenzar a plantearse posibles problemas más severos. Si tienes cualquier duda sobre tu situación concreta, no dudes en consultar a un profesional médico.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.