Los 2 tipos de inmunidad

Existen 2 tipos de inmunidad: la innata y la adaptativa. Ambas trabajan en conjunto para mantener al organismo libre de enfermedades. ¿Deseas conocer más sobre ellas? Continúa leyendo.
Los 2 tipos de inmunidad

Última actualización: 21 diciembre, 2020

El cuerpo humano se encuentra en una lucha constante contra agentes nocivos, tanto internos como externos, para garantizar el buen estado de salud y evitar la aparición de enfermedades. El organismo se vale de 2 tipos de inmunidad, la innata y la adaptativa, las que se complementan entre sí para lograr el objetivo.

Tanto la inmunidad innata como la adaptativa pertenecen al sistema inmune, el que es el conjunto de barreras físicas, químicas, humorales y celulares que luchan contra los antígenos. Es importante recordar que los antígenos son sustancias que el cuerpo reconoce como nocivas y desencadenan una respuesta.

Los antígenos están presentes en los agentes etiológicos de las enfermedades infecciosas, en los órganos trasplantados y algunas células propias. Dependiendo de lo detectado, el cuerpo será capaz de desencadenar alguno de los 2 tipos de inmunidad.

¿Cómo funciona el sistema inmune?

Antes de poder hablar sobre los tipos de inmunidad propiamente dichos, es importante entender primero como funciona el sistema inmune. En este sentido, el organismo debe pasar por 4 procesos distintos para que ocurra su activación; entre ellos están el reconocimiento, la activación, la regulación y la resolución.

El cuerpo primero debe reconocer un antígeno extraño antes de realizar cualquier acción. Este es uno de los pasos más importantes, ya que de él dependerá el tipo de inmunidad que será activada.

Todas nuestras células contienen una molécula en su superficie llamada complejo mayor de histocompatibilidad (MCH). Este complejo le indicará a los glóbulos blancos si trata de una célula propia o de un organismo extraño. En este sentido, una célula será reconocida como extraña cuando su molécula superficial sea diferente.

Muchas de las células del sistema inmune son capaces de detectar estos compuestos extraños o antígenos, iniciando la respuesta inmune. Una vez que el primer glóbulo blanco ataca al agente invasor se produce la síntesis de unas proteínas llamadas citocinas.

Las citocinas son comunicadores intercelulares y le indicarán a las otras células que destruyan al patógeno, iniciando así el proceso de activación. Una vez se activa el sistema inmune, el cuerpo debe enviar una señal que indique cuándo se debe dejar de atacar. Ahí es cuando entra el proceso de regulación.

Las células encargadas de enviar la señal correspondiente en los 2 tipos de inmunidad serán los linfocitos T reguladores. De esta manera, se detendrá el ataque por parte de las células blancas, evitando así daño propio.

Para finalizar, la resolución consiste en el exterminio del agente patógeno. Además, también es el proceso en el que el cuerpo guardará la información necesaria para la creación de anticuerpos específicos.

Anticuerpos de la inmunidad.
Los anticuerpos son sustancias que se producen en el marco de la acción del sistema inmune.

Inmunidad innata

La inmunidad innata, también denominada inmunidad natural, es aquella que obtenemos desde el momento en que nacemos, por lo que no se necesita exposición a un patógeno para ser desarrollada. Su principal característica es que no es específica. Atacará a todos los agentes extraños de la misma manera, sin importar su efectividad.

Se trata de un mecanismo de respuesta rápida, ideal para combatir las infecciones durante los primeros días; tiempo que tardará el cuerpo en desarrollar una respuesta inmune apropiada.

Mecanismos de defensa de la inmunidad innata

Este tipo de inmunidad tiene múltiples mecanismos de defensa, siendo la piel el más grande de todos. La piel, las mucosas y las membranas oculares son la primera barrera que posee el organismo para detener ataques.

Estudios han demostrado que estos tejidos, además de ser una barrera física, contienen agentes antiinfecciosos como factores del complemento, citocinas y péptidos antimicrobianos. Estos compuestos son los factores humorales con los que cuenta la inmunidad innata para la defensa del cuerpo.

Para finalizar, hay células que serán capaces de eliminar algunos de los agentes infecciosos más comunes. Dichas células son los glóbulos blancos y cada serie ejerce una función específica:

  • Neutrófilos: son las células especializadas en la destrucción y eliminación de las bacterias que puedan ser nocivas para la salud del individuo.
  • Eosinófilos: estas células están especializadas en la eliminación de organismos parasitarios, algunos de ellos causantes de enfermedades graves como las gastroenteritis. Además, también participan en las respuestas alérgicas.
  • Monocitos y macrófagos: los macrófagos se originan de los monocitos cuando entran a un tejido y su función principal es la fagocitosis de bacterias, células dañadas y células muertas.
  • Células NK: también llamadas asesinas naturales, serán las encargadas de la destrucción de células propias infectadas y cancerígenas.

También existen otras células, como los mastocitos y los basófilos, que segregan sustancias que permiten la activación del sistema inmune. Aunque estas células no destruyen a los agentes patógenos propiamente dichos, son útiles en muchos casos, como en los procesos alérgicos.

Inmunidad adaptativa

La inmunidad adaptativa, también conocida como adquirida, es aquella que requiere la exposición a un patógeno o a una parte de este para ser desarrollada. En este sentido, es más específica y efectiva que la innata.

Una de las características principales de esta inmunidad es la capacidad de memorizar a los agentes patógenos. De esta manera, podrá atacar al organismo extraño de forma efectiva sin importar el tiempo transcurrido desde la primera infección.

A su vez, la inmunidad adaptativa puede ser tanto activa como pasiva. Es activa cuando se desarrolla a partir del contacto directo con un agente patógeno. Por otro lado, es pasiva cuando se desarrollan los anticuerpos necesarios sin necesidad de padecer la enfermedad. El método más efectivo en estos casos son las vacunas.

La inmunidad también será pasiva en aquellos bebés que reciben lactancia materna, ya que muchos de los anticuerpos producidos por la madre serán transmitidos por esta vía.

Mecanismos de defensa de la inmunidad adaptativa

Glóbulo blanco.
Los glóbulos blancos son de varios tipos y accionan en puntos distintos de la inmunidad.

Las células encargadas de la defensa del organismo por parte de la inmunidad adaptativa son los linfocitos. Los mismos se clasifican en 2 grandes grupos: los B y los T. Los primeros serán los encargados de crear los anticuerpos, los que proporcionan la defensa contra agentes específicos.

Por su parte, los linfocitos T también se dividen en 2 grupos: los colaboradores que ayudarán en la activación del sistema inmune y los citotóxicos que atacarán a virus y otros agentes nocivos.

Para que los linfocitos puedan ejecutar su función es necesaria la mediación de las células presentadoras de antígenos. Este grupo de células fagocitará al agente nocivo, procesando y adaptando su antígeno para que el linfocito B lo reconozca y produzca los anticuerpos necesarios.

El factor humoral de la inmunidad adaptativa está dado por los anticuerpos, que son proteínas capaces de reconocer un antígeno específico e iniciar la destrucción del mismo. En la actualidad se han reconocido 5 tipos de anticuerpos distintos, los que son los siguientes:

  • IgM: es el anticuerpo de primer contacto que solo aparece cuando el antígeno se detecta por primera vez en el cuerpo y la respuesta que desencadena será similar a la de la inmunidad innata.
  • IgG: este es producido cuando el cuerpo detecta un antígeno al que ya fue expuesto. Será capaz de desencadenar una respuesta más efectiva solucionando el cuadro clínico en el menor tiempo posible.
  • IgA: son los anticuerpos que se encuentran presentes en las membranas mucosas del organismo, defendiendo esta superficie de la invasión de microorganismos.
  • IgE: estos se encargan de mediar y desencadenar todas las reacciones alérgicas y de hipersensibilidad. Además, también participa en los procesos parasitarios.
  • IgD: este anticuerpo se encuentra en la superficie de los linfocitos B inmaduros, por lo que favorece en el proceso de maduración de los mismos.

Consideraciones generales sobre los tipos de inmunidad

La principal diferencia entre los 2 tipos de inmunidad existentes es la capacidad que posee la inmunidad adaptativa de tener memoria y especificidad. De esta manera, podrá desencadenar una respuesta inmune eficaz, dependiendo del patógeno al que ha sido expuesto el individuo.

Tanto la inmunidad innata como la adaptativa son necesarias para la defensa del organismo. Las mismas se encuentran trabajando en conjunto día a día para impedir la aparición de enfermedades.



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