¿Por qué crujen las articulaciones?

A menos que exista dolor, este sonido no representa un problema para la salud.
¿Por qué crujen las articulaciones?
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 23 marzo, 2021

El crujido de las articulaciones es un fenómeno común, y en más de una ocasión es común escuchar acerca de los problemas de salud con los que puede estar asociado.

Sin embargo, en la enorme mayoría de las ocasiones se trata de un hecho sin significado clínico, a pesar de que existen algunas patologías que pueden presentarse cuando aparece dolor durante el crujido.

¿Te interesa saber un poco más sobre el tema? Hemos preparado un breve artículo para responder a las dudas más frecuentes sobre esto. ¡Sigue leyendo!

El origen del crujido de las articulaciones

El crujido de las articulaciones no debería ser doloroso.
Si el crujido ocasiona dolor, es probable que exista una patología.

Las articulaciones, como verás un poco más adelante, contienen líquido en su interior. Estas, por su naturaleza, están expuestas a cambios de presión constantes producto de su movilización, en especial aquellas que son más flexibles.

Al estirar o hacer presión sobre dichas estructuras es posible que se genere un crujido característico, y que además es indoloro. Este se corresponde con el fenómeno físico de cavitación, que también puede reproducirse a gran escala.

Esto ocurre porque las moléculas que se encuentran suspendidas en el líquido sinovial alcanzan una presión de vapor determinada, por lo que cambian de forma temporal a un estado gaseoso, produciendo unas pequeñas burbujas. Cuando estas chocan con alguna de las paredes de la articulación, se revientan y producen el sonido característico.

Luego de ello las moléculas involucradas vuelven a su estado líquido original y no son capaces de sufrir el proceso de cavitación durante un período de tiempo, el cual está determinado por sus características fisicoquímicas. Es por eso que el crujido de las articulaciones, en la mayoría de los casos, no se puede repetir antes de que pasen más o menos 20 minutos.

Anatomía articular

Las articulaciones son áreas anatómicas en donde dos huesos se comunican entre sí. Son vitales para garantizar el adecuado funcionamiento del aparato locomotor, y según sus características estructurales se dividen en tres tipos: cartilaginosas, fibrosas y sinoviales. Son estas últimas a las que haremos referencia más adelante.

Líquido y membrana sinovial

La parte más interna de las articulaciones está ocupada por el líquido sinovial. Este es de color amarillento, y tiene una composición química similar a la del plasma sanguíneo, a pesar de que existen diferencias importantes. Por ejemplo, la cantidad de algunas proteínas y células es bastante menor en el líquido sinovial.

Es producido por una estructura denominada membrana sinovial, la cual recubre la cápsula articular. Este líquido se encarga de permitir el libre movimiento de la articulación, además de amortiguar cualquier tipo daño que puedan sufrir estas estructuras desde el exterior.

Dentro de este líquido sinovial es que se forman las burbujas de gas durante el proceso de cavitación. No existe evidencia suficiente que sustente la idea de que el crujido constante de las articulaciones pueda dañar alguna de estas áreas anatómicas.

Otras estructuras

Algunas articulaciones tienen una pequeña porción de tejido cartilaginoso que recubre la superficie de los huesos. Se denomina cartílago articular y es vital para garantizar el adecuado desplazamiento de las articulaciones sinoviales.

En su parte externa, las articulaciones se caracterizan por la presencia de fuertes ligamentos, tendones y músculos que permiten adherir las superficies óseas entre sí, garantizando estabilidad.

¿El crujido de las articulaciones puede ser patológico?

En la enorme mayoría de los casos, al tratarse de un fenómeno físico natural, no existe relación alguna con patologías.

Sin embargo, es posible que si llega a presentarse dolor, la persona afectada esté pasando por trastornos degenerativos o inflamatorios en las articulaciones, o inclusive defectos en el tejido conectivo.

Algunas de estas condiciones son la artrosis, la sinovitis y el síndrome de Ehler-Danlos. Te presentamos un resumen de todas ellas a continuación.

Artrosis

El crujido de las articulaciones puede ser doloroso en los casos de artrosis.
Los estudios radiográficos permiten confirmar el diagnóstico de artrosis.

Se trata de una condición degenerativa de las articulaciones, cuya incidencia aumenta de forma considerable junto con la edad. Puede afectar a gran cantidad de articulaciones, sin importar el tamaño.

Desde un punto de vista clínico, el aspecto más resaltante es el dolor articular. Este puede acompañarse de rigidez y aumento de volumen ocasional.

A nivel radiológico, es posible evidenciar algunas estructuras llamadas osteofitos, unas protuberancias óseas que suelen desarrollarse en los extremos de los huesos.

A pesar de su componente degenerativo, también existe un proceso inflamatorio marcado que explica los síntomas. Por ello, muchos pacientes pueden verse beneficiados del tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno.

Sinovitis y el crujido de las articulaciones

Se trata de la inflamación de la membrana sinovial. Puede ocurrir de forma aislada o como resultado de otras patologías inflamatorias en la misma área, como la artritis reumatoide. Se caracteriza por la aparición de dolor abrupto y aumento de volumen en la articulación afectada.

Otras enfermedades que pueden acompañarse de una sinovitis son la tendinitis (que en su conjunto se conocen como tenosinovitis), la gota, el lupus y la misma artrosis que comentamos en el apartado anterior.

Síndrome de Ehler-Danlos

A diferencia de las anteriores, esta enfermedad se caracteriza por afectar al correcto funcionamiento del tejido conectivo. Este se encuentra en gran cantidad de órganos, y permite el sostén y la comunicación entre diversas estructuras. Las articulaciones, por ejemplo, contienen abundante tejido conectivo.

Según una publicación de la Clínica Mayo, los pacientes afectados tienden a tener hiperlaxitud en las articulaciones, además de gran flexibilidad en cualquier parte de la superficie cutánea. La fragilidad de la piel también es muy característica, y en muchos casos tienden a sufrir de lesiones involuntarias como hematomas.

Su origen es genético, y se han descubierto varias mutaciones responsables de la enfermedad. En algunos casos, como los vasos sanguíneos también contienen abundante tejido conectivo en sus paredes, los pacientes corren el riesgo de sufrir rupturas de algunas de las arterias más importantes para el organismo.

¿Cuándo ir a un médico?

Como mencionamos antes, el crujido de las articulaciones no es patológico, siempre y cuando no exista dolor asociado. Hasta los momentos no se ha identificado una relación entre este hábito y la incidencia de enfermedades articulares, a pesar de que en general los profesionales no recomiendan realizar esta práctica de forma usual.

En caso de que exista dolor, es posible que haya una enfermedad subyacente. Esto es más probable si existen síntomas como rigidez articular, hinchazón o aumento de temperatura local. En esos casos, es recomendable acudir a un especialista en las enfermedades médicas del aparato locomotor, el reumatólogo.

Cuándo y con quién acudir

En caso de requerir una evaluación médica, a menos que sientas algún síntoma alarmante, es recomendable agendar una cita con tiempo. En caso de no poder acudir con un reumatólogo, existen varios especialistas que pueden abordar tu problema de forma inicial, como los médicos de familia e internistas.



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