¿Qué es la nutrición enteral?

¿Alguna vez has escuchado hablar sobre la nutrición enteral? Te vamos a contar todo lo que has de saber al respecto de este método de alimentación tan particular.
¿Qué es la nutrición enteral?
Saúl Sánchez

Revisado y aprobado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Escrito por Saúl Sánchez

Última actualización: 08 octubre, 2021

La nutrición enteral es un método de alimentación que se utiliza en ciertas ocasiones especiales para solventar problemas dietéticos. Es frecuente su empleo en pacientes que se encuentran en estancias hospitalarias o que tienen dificultades con la deglución. También en el caso de los deportistas se puede poner en práctica.

De todos modos, no se recomienda la sustitución de una dieta normal por una pauta de nutrición enteral siempre y cuando no exista un motivo justificado de por medio. Si al organismo solo se le administra este tipo de alimentación, podría bloquearse la síntesis de algunas enzimas digestivas importantes, causando daños a medio plazo.

¿En qué consiste la nutrición enteral?

Bajo el nombre de nutrición enteral se conoce a un mecanismo dietético mediante el cual se administran alimentos en estado líquido, bien por vía oral o a través de una sonda. Su utiliza este método para facilitar la digestión y la absorción de los nutrientes, ya que no es preciso una masticación de los comestibles ni una descomposición de los mismos en el tubo digestivo.

Por ejemplo, es frecuente que se administre nutrición enteral a los pacientes que se encuentran ingresados en el hospital y que tienen dificultades para consumir comida normal. En los casos de disfagia (dificultad para tragar), este mecanismo resulta muy útil para evitar episodios de desnutrición. Asimismo, se puede poner en marcha cuando se necesita generar un incremento de peso.

En aquellos pacientes que pierden tejido muscular por problemas de catabolismo proteico, es beneficioso también proponer un protocolo de nutrición enteral. Normalmente, resulta más sencillo para las personas con poco apetito ingerir las calorías por medio de líquidos que de sólidos. Es frecuente que quienes experimentan pérdidas de masa magra suelan presentar un mecanismo de la saciedad alterado.

En el caso de los deportistas, se puede utilizar la nutrición enteral como mecanismo de refuerzo a la dieta habitual. El objetivo es asegurar que se cubran los requerimientos nutricionales. En estos casos se diseñan fórmulas específicas con alta concentración en proteínas de alto valor biológico o en micronutrientes esenciales que se encuentran en riesgo de déficit.

No obstante, hay que destacar que algunos documentos médicos recientes descartan este último concepto dentro de la nutrición enteral. Entienden como tal solamente la alimentación administrada mediante sonda directamente al tracto gastrointestinal.

Tipos de fórmulas en la nutrición enteral

La nutrición enteral eleva ciertos nutrientes en la sangre
Al igual que cualquier tipo de nutrición, el objetivo es que se absorban los macro y micronutrientes de la mejor forma posible, pasen a la sangre y se distribuyan por todos los tejidos.

Dentro de los productos administrados en la nutrición enteral se pueden diferenciar varios tipos de fórmulas según sus características y funciones. Son las siguientes:

  • Poliméricas. En este caso los macronutrientes se encuentran enteros, sin ningún mecanismo de hidrólisis previo. Son productos indicados para quienes experimentan problemas de deglución, pero no dificultades a nivel intestinal en lo que a digestión o metabolismo se refiere.
  • Peptídicas. Dichas fórmulas sí que cuentan con las proteínas hidrolizadas. Además, una buena parte de los lípidos administrados se encuentran en forma de triglicéridos de cadena media, para facilitar su absorción. Por otra parte, suelen ser productos carentes de lactosa en su interior, ya que utilizan dextrinomaltosa como fuente principal de carbohidratos. Gracias a estos cambios se consigue una digestión sencilla.
  • Elemental. En este caso no se administran proteínas como tal, sino aminoácidos. Es importante que se incorporen todos los esenciales en el producto para evitar déficits que puedan condicionar la salud de la masa magra. Los lípidos se administran en forma de triglicéridos de cadena media y las dextrinas hidrolizadas suponen la principal fuente de azúcares. Estas fórmula se utilizan en el caso de los pacientes más críticos con alteraciones funcionales graves del tubo digestivo.

Clasificación según energía

También es posible clasificar estas fórmulas de nutrición enteral dependiendo de su densidad energético-proteica. No todos los pacientes cuentan con los mismos requerimientos nutricionales, por lo que es preciso adaptar la alimentación a cada caso individual para facilitar la recuperación o para conseguir los mejores resultados. Podemos diferenciar los siguientes tipos:

  • Estándar. Estos productos aportan 1 caloría por mililitro consumido. Suelen ser los más utilizados, sobre todo en el caso de los pacientes que se encuentran estables o que evolucionan favorablemente. Excepcionalmente se añade algún nutriente a mayores para facilitar la recuperación o para cubrir posibles déficits, como puede ser la glutamina. Esta ha demostrado ser eficaz para mejorar la salud digestiva en pacientes hospitalizados.
  • Hipercalórica. Aportan entre 1,5 y 2 calorías por mililitro de producto. Normalmente cuentan con una mayor proporción de grasas y se administran a aquellos pacientes que presentan un estado de desnutrición o que pierden peso de forma involuntaria y alarmante.
  • Hipercalórica e hiperproteica. Además del valor energético reflejado en el caso anterior, se asegura una concentración en proteínas superior al 18 % de la energía total. Es un mecanismo eficaz para evitar el catabolismo muscular en personas con caquexia debido a un tratamiento antineoplásico, por ejemplo. Hay que tener en cuenta que cubrir los requerimientos proteicos se estima fundamental.

Fórmulas para lactantes

La nutrición enteral también se puede aplicar en lactantes. Es habitual su administración en prematuros o en niños que presentan muy bajo peso al nacer. No obstante, las fórmulas elegidas son específicas para la situación y diferentes a las ya comentadas. Entre ellas destacan las siguientes:

  • Leche materna. Resulta la mejor opción para los recién nacidos. De acuerdo con una investigación publicada en la revista La Pediatria Medica e Chirurgica, este es el mejor alimento para los primeros meses de vida. A pesar de ello, en algún caso es preciso fortificar el alimento con ciertos nutrientes a mayores, como pueden ser los ácidos grasos omega 3.
  • Fórmulas de inicio y seguimiento. Son productos diseñados específicamente para satisfacer los requerimientos nutricionales de los bebés menores de un año de vida. Cuentan con nutrientes de alta calidad y cubren las necesidades para evitar déficits.
  • Fórmulas concentradas. En algunos casos es necesario administrar mayor cantidad de energía o de proteínas. En tales situaciones se recurre a las fórmulas concentradas, ya que aportan nutrientes en cantidades superiores y permiten favorecer la ganancia de peso del niño y el correcto desarrollo.
  • Fórmulas especiales para lactantes. Se han diseñado algunos productos para situaciones concretas en los recién nacidos como son las insuficiencias renales o los problemas hepáticos.
  • Fórmulas peptídicas para lactantes. En el caso de aquellos bebés que cuentan con dificultades a la hora de digerir y metabolizar las proteínas se pueden administrar productos que cuentan con dichos nutrientes hidrolizados en su interior.

Sondas utilizadas

Hemos comentado que la nutrición enteral a menudo es administrada por medio de una sonda. De este modo se asegura que llega de forma correcta a la bolsa estomacal o a partes concretas del tubo digestivo. Lo más habitual es utilizar sondas de silicona o de poliuretano, ya que son las que presentan una vida útil más larga y las que cuentan con menos problemas a nivel higiénico.

Presentan otra ventaja, y es que son blandas y de fácil colocación. No se endurecen con el paso del tiempo, lo que podría generar molestias en el paciente que dificultasen este método de alimentación. Normalmente se colocan con unas guías que facilitan el acomodamiento del material y que se extraen una vez que se ha completado la inserción.

Es posible variar el calibre de las sondas utilizadas. Este parámetro se mide en unas unidades especiales, los French (Fr). En el caso de los lactantes se usan siempre las de menos diámetro, es decir, la de 5-6 Fr. Sin embargo, este tipo de sondas solamente permiten el paso de fórmulas muy líquidas. No son útiles para adultos ya que los requerimientos nutricionales son superiores.

En estas situaciones es preciso optar por un calibre superior a 8 Fr, ya que por medio de estas sondas se pueden administrar soluciones más viscosas, con mayor concentración en calorías y en nutrientes. No obstante, hay que tener precaución cuando el tipo de administración de fórmula es por medio de infusión continua. La elección de un producto demasiado viscoso podría terminar por atascar la sonda.

Cabe destacar que las sondas también se pueden diferenciar según la situación de su extremo distal. En este caso se clasifican en nasogástrica, nasoduodenal y nasoyeyunal. Normalmente se aplica la nasogástrica, siempre y cuando la capacidad funcional intestinal se encuentre intacta.

Sistemas de infusión

Existen dos métodos básicos para asegurar el aporte continuo de la fórmula al paciente por medio de la sonda. En primer lugar destaca el mecanismo por gravedad, que no es recomendable en el caso de los pacientes pediátricos. Asimismo, es posible utilizar una bomba de infusión que asegura un flujo constante de la fórmula.

En el otro extremo de la balanza se encuentra el método de infusión por emboladas, en el que se administra de forma manual una cierta cantidad de la fórmula. Normalmente se pauta un volumen determinado cada pocas horas para asegurar un aporte de nutrientes correcto y relativamente continuado.

Técnicas de administración de la dieta

Existen varias técnicas para administrar el total de la dieta diaria según las posibilidades y el estado de cada paciente. Son las siguientes:

  • Bolo único o varios bolos. En este caso se administra la fórmula cada pocos minutos en un volumen de entre 200 y 400 mililitros. Hay que tener cuidado de no pasarse con las cantidades ya que se podría experimentar distensión abdominal, vómitos y diarreas.
  • Goteo rápido e intermitente. Así se denomina a la administración por medio de gota a gota de la fórmula durante un periodo máximo de 30 minutos.
  • Gota a gota a bajo flujo continuo. Se considera el método de elección, sobre todo en el caso de los pacientes que presentan problemas digestivos. Es una técnica bien tolerada en el caso de las dietas que cuentan con una osmolaridad elevada. Normalmente provocan una reducción de la distensión gástrica y del riesgo de broncoaspiración. También se experimenta un menor efecto termogénico.

Complicaciones de la nutrición enteral

A pesar de ser un método recurrente en el contexto hospitalario, la nutrición enteral no está exenta de complicaciones. Así lo evidencia un estudio publicado en Nutrients. Se trata de un mecanismo invasivo que causa disconformidad al paciente. No obstante, siempre es una elección preferente a las vías intravenosas.

La complicación más importante de la nutrición enteral es la aspiración pulmonar. Ocurre cuando el vaciamiento gástrico no sigue un proceso lógico. Algunos factores como el tipo de dieta administrada y su osmolaridad pueden influir en el desarrollo de este problema. De todos modos, la elevación de la parte superior del cuerpo reduce los riesgos.

En cuanto a las complicaciones infecciosas, son más frecuentes cuando la sonda utilizada es nasogástrica. Es posible que se experimente una contaminación con un microorganismo patógeno, bien durante la manipulación de la sonda o bien durante la preparación de la fórmula.

Cabe la opción de que se experimenten complicaciones de tipo metabólico. No suelen ser frecuentes si se elige bien la fórmula. Ahora bien, en los casos en los que no se comprueba la tolerancia al producto de forma previa se pueden generar efectos secundarios.

La importancia de las proteínas en la nutrición enteral

Las proteínas en la nutrición enteral
Si bien las proteínas son determinantes para el metabolismo muscular, su aporte dietético es vital para muchas reacciones fisiológicas en el organismo.

En el contexto de la nutrición enteral es realmente determinante asegurar un correcto aporte proteico. En condiciones normales los requerimientos de estos nutrientes están estimados en cantidades superiores a 0,8 gramos por kilogramo de peso al día. Así lo afirma un estudio publicado en la revista Annals of Nutrition & Metabolism Sin embargo, en pacientes que requieren este tipo de alimentación pueden verse aumentados.

Muchas patologías cursan con una destrucción del tejido muscular a partir del catabolismo proteico. Para ello conviene incrementar el aporte diario de proteínas, priorizando las de alto valor biológico. Algunos aminoácidos como la leucina gozan de una importancia especial.

Existen pacientes en los que resulta beneficioso limitar el contenido en azúcares de la fórmula enteral para maximizar la concentración de proteínas y grasas. Con este mecanismo se podría lograr un estado de cetosis. Esto puede resultar adecuado para prevenir alteraciones negativas de la composición corporal, e incluso existen evidencias de sus beneficios durante el tratamiento de ciertos tipos de cáncer.

Conviene aportar ácidos grasos de calidad en proporciones óptimas. Resulta beneficioso asegurar que el ratio de omega 3 y de omega 6 es cercano a 1 en este tipo de fórmulas. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Prostaglandins, Leukotrienes and Essential Fatty Acids, con este mecanismo nutricional se consigue una modulación efectiva de la inflamación.

Por último, resulta determinante cubrir los requerimientos de micronutrientes esenciales. Dichos compuestos ayudan a mejorar la eficiencia de los procesos fisiológicos, acortando el tiempo de recuperación y de estancia hospitalaria. El hierro, zinc, selenio, calcio y potasio son determinantes, y sus concentraciones óptimas dependen de la patología del paciente.

¿Cuándo no se puede aplicar nutrición enteral?

A pesar de sus beneficios en determinados pacientes hospitalizados, la nutrición enteral cuenta con ciertas limitaciones en cuanto a su aplicación. Está totalmente contraindicado este método de alimentación cuando existe obstrucción intestinal, perforación gastroduodenal, hemorragia digestiva aguda y lesiones abdominales que obliguen a cirugía de urgencia.

En estos casos la nutrición ha de llevarse a cabo por vía parenteral, es decir por medio de una vía endovenosa. Este mecanismo resulta más agresivo y cuenta con un espectro superior de efectos secundarios y de complicaciones. En la medida de lo posible, se debe preferir la vía enteral siempre y cuando sea posible.

Nutrición enteral, un mecanismo utilizado sobre todo en el contexto hospitalario

La nutrición enteral sirve fundamentalmente para conseguir un buen estado de alimentación en aquellos pacientes que tienen problemas con la deglución o que no pueden ingerir sólidos por diferentes motivos. Aun así, algunos autores también incluyen la administración de fórmulas o de suplementos por vía oral dentro de este tipo de nutrición.

Se trata de un mecanismo de alimentación que facilita la recuperación del paciente en estado grave por medio de un aporte nutricional óptimo. Existen diferentes mecanismos para la administración de las fórmulas y varias clases de productos que atienden a las necesidades individuales de los pacientes.

Eso sí, no se trata de un método exento de complicaciones o de riesgos, por lo que la opción preferente siempre será la alimentación por vía oral en caso de ser posible. Siempre que tenga que colocarse una sonda y administrarse una fórmula nutricional, hay que contar con especialistas que realicen las elecciones oportunas.



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