Fiebre emocional: qué es y cómo tratarla

La fiebre emocional afecta a millones de personas en todo el mundo. Te enseñamos qué es y qué hacer para tratarla.
Fiebre emocional: qué es y cómo tratarla
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 10 abril, 2022

La fiebre es un mecanismo natural para hacer frente a los patógenos que invaden al cuerpo. El hipotálamo; esto es, el centro de comando del organismo, cambia progresivamente el “sensor de temperatura” para eliminar virus o bacterias sensibles a estos cambios. Muchas veces no existe un patógeno que justifica estas alteraciones, como sucede con la fiebre emocional.

La fiebre emocional no es para nada una condición polémica. El término médico es fiebre psicógena y se conoce desde hace siglos. Uno de los primeros estudios rigurosos en torno a ella lo hizo Falcon Lesses en 1930. Aunque sabemos mucho al respecto, también es justo mencionar que se desconocen algunos de sus procesos. A continuación te mostramos qué dicen los expertos acerca de la fiebre emocional.

¿Qué es la fiebre emocional?

La fiebre psicogénica, o fiebre neurogénica, es una condición psicosomática que guarda relación con el estrés y con las alteraciones emocionales. La evidencia indica que es más frecuente en las mujeres, en especial en la población joven. Los pacientes que la desarrollan experimentan elevaciones de la temperatura cuando se exponen a eventos emocionales.

Los cambios persisten mientras se mantenga la alteración emocional. Tanto así que la mayoría de los pacientes no responden a la ingesta de fármacos antipiréticos, pero sí a la ingesta de psicotrópicos como es el caso de ansiolíticos o sedantes. Aunque el resultado es idéntico al de la fiebre infecciosa (elevación de la temperatura corporal), los mecanismos que subyacen en el proceso son completamente diferentes.

El proceso que desemboca en la fiebre emocional no se conoce del todo. No es un fenómeno exclusivo de la especie humana, sino que también se ha encontrado en ovejas, ratas, impalas, chimpancés y muchos otros animales.

Tanto en ellos como en el ser humano no median mecanismos inflamatorios ocasionados por procesos infecciosos. A pesar de que los científicos han elaborado varias hipótesis, el mecanismo real se desconoce.

La hipertemia inducida por el estrés psicológico, como también se le conoce en el entorno clínico, puede se aguda o crónica. En el primer caso el paciente experimenta una elevación transitoria y ocasional que desaparece cuando se atenúa el factor estresante. Por otro lado, en el segundo caso los afectados experimentan alteraciones constantes y repetidas que pueden durar horas.

¿En qué contextos puede aparecer la fiebre psicogénica?

La fiebre emocional es debido a estrés
Las condiciones de trabajo altamente demandantes pueden ocasionar severos trastornos por estrés, incluyendo el síndrome de burnout. Esto pudiese derivar en episodios de fiebre emocional.

Las elevaciones de la temperatura corporal producto del estrés ocurren en todas las personas. Se sabe que la temperatura aumenta levemente antes y durante la visualización de películas de terror, acción, suspenso y demás, al presentar un examen académico, cuando se asiste a un centro médico con el temor de un diagnóstico desfavorable y demás.

Los aumentos de este tipo son leves, de manera que pasan completamente desapercibidos. Ahora bien, estos sucesos se distinguen de la fiebre psicogénica. En estos casos los pacientes experimentan cambios importantes ante cualquier tipo de suceso que genere estrés, ansiedad o alteraciones emocionales. La elevación en estos casos es más rápida y puede superar con facilidad los 40 °C.

Todo evento que ocasione estrés en estos pacientes se puede traducir en un episodio de fiebre. Una discusión con otra persona, sobrecarga laboral, ausencia de descanso nocturno, problemas económicos y demás. Quienes padecen de depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, trastorno límite de la personalidad, catatonia y otras condiciones pueden desarrollarla también.

Existe evidencia de que quienes lidian con el síndrome de la fatiga crónica pueden experimentar este tipo de fiebre. Es un fenómeno muy complejo, uno que no todos los médicos reconocen. La propia etiqueta puede traducirse para algunos como una afección sin importancia, de manera que ciertos expertos proponen el uso de hipertermia funcional.

Consejos para tratar la fiebre emocional

La fiebre emocional se combate con relajación
Darle el tiempo necesario a la relajación y meditación suele ser suficiente para evitar y tratar episodios de fiebre emocional.

La fiebre emocional no se puede tratar con fármacos antipiréticos (aspirina, paracetamol, ibuprofeno, metamizol y demás). En este punto se debe recordar que los episodios están ligados a las alteraciones emociones. Se debe proceder entonces a controlar dichas alteraciones para que se reduzca la temperatura corporal.

La fiebre psicogénica normalmente se desarrolla en personas que padecen de estrés crónico. Este no solo repercute en la temperatura corporal, sino que también puede ocasionar acné, hipertensión arterial, úlceras estomacales, cardiopatía, depresión, diabetes, hipertiroidismo y una docena de complicaciones adicionales.

Los pacientes que lidian con este tipo de episodios deben aprender a controlar su estrés. Existen para ello dos alternativas: cambios en el estilo de vida e ingesta de medicamentos. Ambas opciones no se contradicen entre sí, de manera que se pueden implementar en conjunto. En todo caso, los sujetos deben apelar en primer lugar por hacer cambios en su estilo de vida.

En estos contextos la Asociación Americana de Psicología (APA) recomienda lo siguiente para hacer frente al estrés crónico:

  • Identificar los catalizadores del estrés (discusiones, exceso de trabajo y demás) y poner un límite a ellos.
  • Establecer canales comunicativos con familiares y amigos para que sirvan como apoyo.
  • Reducir el consumo de cafeína.
  • Incluir actividad física de manera regular en la rutina semanal.
  • Implementar una dieta equilibrada.
  • Establecer un horario de sueño que se prolongue entre 7 y 8 horas.
  • Establecer metas realistas y mantener un punto de vista positivo hacia las cosas.
  • Buscar ayuda profesional en caso de que proceda.

Sobre este último punto los pacientes deben saber que la terapia psicológica puede hacer una gran diferencia. Enfoques como el cognitivo-conductual se han usado para controlar el estrés, con grandes resultados en millones de personas. No cierres entonces la puerta a este tipo de alternativa como complemento a los hábitos anteriores.

Otras medidas prácticas

También puedes practicar meditación, atención plena, yoga y sesiones de respiración. Esto te ayudará a identificar cuándo se avecina una alteración emocional, también para controlarla. De la mano de un especialista cualificado puedes optar por la ingesta de fármacos, como es el caso de los ansiolíticos y los antidepresivos. Apela a estos cuando no logres avances por otras vías.

Podemos aseverar que la fiebre emocional es un fenómeno real. Afecta a millones de personas en todo el mundo y, aunque la mayoría de los casos son benignos, en conjunto con el estrés crónico puede ocasionar problemas de salud. Busca atención profesional si padeces de elevaciones de la temperatura ante desequilibrios emocionales.



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