Causas y factores de riesgo de la hipertensión

En algunos tipos de hipertensión no existe una causa conocida. En otros, se puede deber al desarrollo de algunas enfermedades. Los factores de riesgo pueden aumentar las posibilidades de desarrollarla, de manera que un cambio en los hábitos sirve como método preventivo.
Causas y factores de riesgo de la hipertensión
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 29 junio, 2021

La presión arterial alta se desarrolla cuando la tensión ejercida sobre las paredes de los vasos sanguíneos es superior a la convencional. Aún no se han delimitado las causas de la hipertensión arterial, aunque sí se sabe que algunas enfermedades y hábitos incentivan su aparición. También se cree que el componente genético juega un papel importante.

Por lo general la presión sanguínea elevada se manifiesta a través de comorbilidades. Afecciones cardíacas, problemas renales, desajustes endocrinos y problemas de salud en las arterias son las más frecuentes. Un tratamiento a largo plazo impide complicaciones generales, así como el cambio de algunos hábitos en el día a día.

Causas de la hipertensión

A grandes rasgos no se han encontrado causas de la hipertensión específicas. De manera porcentual las probabilidades de desarrollarla son mayores a medida que se envejece y se sabe que algunas enfermedades pueden causarla como efecto secundario.

Sin embargo, todo esto depende del tipo de hipertensión arterial. Se suelen distinguir dos: primaria (o esencial) y secundaria. A continuación reseñamos qué se sabe en torno a ellas:

Causas de la hipertensión primaria

La genética como una de las causas de la hipertensión
Es posible que la herencia juegue un papel fundamental en esta enfermedad, ya que se han descrito grupos familiares enteros con hipertensión esencial.

La hipertensión primaria o esencial es aquella para la cual no existe una causa conocida. Aunque se han desarrollado estudios a largo de las décadas, no existe un consenso sobre los catalizadores que motivan su aparición. A pesar de que sus causas no se pueden explicar, se trata de una condición tratable con ayuda de medicamentos antihipertensivos.

Se ha demostrado que la presión arterial alta esencial puede tener un componente genético importante, alrededor del 30 %, sin que se hayan identificado los genes responsables. Se desarrolla con el transcurso de los años y, si no se trata debidamente, puede generar problemas en el corazón, los riñones y el sistema endocrino.

Causas de la hipertensión secundaria

Se conoce como hipertensión secundaria a la que se origina debido a una alteración subyacente. Se estima que entre el 5 % y el 10 % de los diagnósticos de la condición son de causa secundaria. Es común que se manifieste de forma repentina, también que los valores sean más altos que con la variante esencial.

Entre los factores causantes de la hipertensión secundaria destacamos los siguientes:

  • Apnea obstructiva del sueño: los estudios han dado cuenta de la relación entre la apnea y el desarrollo de hipertensión. Los cambios que se producen durante un episodio pueden motivar la hipertensión nocturna, la cual evoluciona a una diurna debido a la activación simpática, estrés oxidativo, inflamación y disfunción endotelial.
  • Enfermedad renal: existe una paradoja entre la enfermedad renal y la presión alta. Estudios e investigaciones indican que esta última puede ser tanto consecuencia como causa de la primera.
  • Problemas en la tiroides: también está documentado el vínculo entre los trastornos en la tiroides como causa de la hipertensión. Los episodios de tensión alta se pueden generar tanto por hipertiroidismo como por hipotiroidismo.
  • Tumores en la glándula suprarrenal: aunque es menos común que las demás, también existe evidencia de que un tumor en estas glándulas puede derivar en la condición.

Otras de las alteraciones que pueden ser las causas de la hipertensión son la ingesta de algunos medicamentos, drogas recreativas, diabetes y afecciones cardíacas.

Como indicamos esto representa cerca del 10 % de los diagnósticos, lo que se traduce en que el 90 % de casos no tiene un origen delimitado. Sin embargo, los factores de riesgo pueden alertar de un posible desarrollo.

Factores de riesgo de la hipertensión

El sedentarismo es una de las causas de la hipertensión
Los factores de riesgo modificables tienen la ventaja de que pueden abordarse como método de prevención.

Al igual que sucede con otro tipo de enfermedad, los hábitos pueden ser desencadenantes de la presión arterial alta. Se han identificado varios de ellos, los cuales se dividen en modificables y no modificables. Entre los principales tenemos los siguientes:

  • Obesidad o sobrepeso: tener sobrepeso u obesidad es un factor importante para el desarrollo de la presión sanguínea alta. El vínculo se ha estudiado cuidadosamente y se cree que es parte de la respuesta a los índices tan elevados del diagnóstico de la enfermedad. Téngase en cuenta que, siguiendo a la OMS, hoy existen 1130 millones de hipertensos.
  • Ingesta de tabaco y alcohol: está documentado que las personas que ingieren alcohol o tabaco en cantidades relativamente grandes tienen la presión sanguínea más alta. Su reducción se relaciona con un descenso de estos valores.
  • Inactividad física: un estilo de vida sedentario es el desencadenante de muchos problemas en la salud. Está comprobado que la falta de inactividad física puede ser, junto con otros factores, desencadenante de hipertensión. Por contra, se ha relacionado el ejercicio con un control natural de los niveles de presión en las arterias.
  • Dieta desequilibrada: en especial una en la que el sodio se concentra por sobre los niveles recomendados. Una alimentación con base en este y con valores calóricos y lípidos altos desencadenan una serie de trastornos fisiológicos que dan como resultado alteraciones en la presión en la sangre.
  • Edad: como ya hemos indicado, el envejecimiento es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad. Se relaciona por un deterioro natural de la flexibilidad de los vasos sanguíneos, mayor sensibilidad al sodio y a cambios hormonales (como la menopausia o andropausia).
  • Antecedente familiar: dado el componente genético de la enfermedad, las probabilidades de padecer de hipertensión aumentan si uno o ambos padres lidian con ella. El historial familiar también puede trasladarse a una generación anterior, los abuelos.
  • Estrés: investigaciones y estudios han demostrado que el estrés y otros trastornos psicosociales pueden comprometer el desarrollo de la enfermedad. Por lo general, no se puede determinar que sea un causante principal; pero sí opera con otros para generar las respuestas fisiológicas.

Otro de los factores de riesgo que se puede delimitar entre las causas de la hipertensión es una baja ingesta de potasio. El que presentes uno u varios de estos no significa que desarrollarás la enfermedad en el futuro, pero sí que tus probabilidades son ligeramente más altas que entre quienes no los presentan.

Aunque no podemos decir que la hipertensión se puede prevenir, revertir los factores de riesgo modificables es de gran ayuda para las personas en riesgo. Si tienes antecedentes familiares, tienes sobrepeso o padeces de afecciones crónicas como la diabetes, entonces debes prestar atención a tus niveles de presión sanguínea.

Se recomienda que toda persona adulta revise sus niveles de tensión al menos una vez al año. La frecuencia debe aumentar a medida que se envejece. De ser posible, recurrir a un especialista anualmente para que valore los niveles de forma general.

Recuérdese que esta condición muchas veces no genera síntomas, una característica que le ha valido su apodo de asesina silenciosa.



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