Diferencias entre venas y arterias

Las venas y las arterias son vasos sanguíneos que permiten el flujo de sangre desde el corazón hacia todos los tejidos del cuerpo. ¿Quieres conocer sus diferencias?
Diferencias entre venas y arterias
Samuel Antonio Sánchez Amador

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 05 octubre, 2021

El sistema circulatorio es esencial para la concepción de la propia vida. Dentro de un ser humano adulto medio se encuentran unos 4,5 litros de sangre (7 % del peso corporal), un tejido conectivo líquido encargado de transportar oxígeno, dióxido de carbono y desechos hacia o desde todas y cada una de las células vivas del cuerpo. Para entender la circulación, es necesario citar la diferencias entre venas y arterias.

Aunque parezcan estructuras con la misma función, las venas y las arterias presentan ciertas particularidades fisiológicas y funcionales que las hacen únicas. Si quieres conocer las características de estas piezas vitales del sistema circulatorio, te animamos a seguir leyendo.

Generalidades del sistema circulatorio

Antes de explorar las diferencias entre venas y arterias, vemos de interés citar algunos datos claves sobre el sistema circulatorio y su labor en el organismo humano. El portal divulgativo Live Science y otras fuentes nos ayudan a traerte los siguientes datos de interés:

  1. El ser humano promedio posee de 4,5 a 5 litros de sangre en su organismo. Esto supone del 7 al 10 % del peso corporal total. 
  2. Este sistema está compuesto por arterias, arteriolas, venas, vénulas y capilares. Si se pusiesen todas estas estructuras presentes en el cuerpo en fila, ocuparían de forma aproximada unos 100 000 kilómetros.
  3. Las células sanguíneas por excelencia son los glóbulos rojos (eritrocitos) y estos se encargan de transportar el oxígeno a todos los tejidos del cuerpo. Su proporción en el torrente sanguíneo es 1000 veces mayor a la de los leucocitos.
  4. Existen unos 5 000 000 de eritrocitos por milímetro cúbico de sangre. Cada una de estas células contiene 270 000 000 moléculas de hemoglobina. Por su parte, cada hemoglobina carga con 4 moléculas de oxígeno.
  5. El corazón es el órgano central y se encarga de bombear toda la sangre por el cuerpo. Se estima que late unas 2500 millones de veces durante un intervalo vital de 75 años.

En el ser humano, el sistema circulatorio está constituido por la sangre, un conjunto de conductos (venas, arterias y capilares, entre otros) y la bomba impulsora conocida por todos: el corazón. Es necesario distinguir cada estructura a nivel fisiológico, pues diversas patologías de la circulación varían en gravedad y pronóstico según el lugar afectado.

¿Cuáles son las diferencias entre venas y arterias?

Ahora que conoces qué es el sistema circulatorio y algunas de sus partes esenciales, estamos preparados para explorar las diferencias entre venas y arterias a varios niveles: funcional, fisiológico, anatómico y patológico. No dejes de leer.

1. Las arterias “van”, mientras que las venas “vuelven”

Entre las diferencias entre venas y arterias está su origen
Por regla general, todos aquellos vasos que “salen” del corazón son arterias, y las venas son lo contrario. Por supuesto, existen excepciones.

El Instituto Nacional del Cáncer define a la arteria como ‘un vaso sanguíneo que lleva la sangre del corazón a los tejidos y órganos del cuerpo’. Por otro lado, la misma institución argumenta que la vena transporta el líquido sanguíneo desde los órganos y tejidos hasta el corazón. El primer tipo de conducto va del corazón “hacia afuera”, mientras que el segundo “vuelve a él”.

La mayoría de las arterias transportan sangre oxigenada, exceptuando a la pulmonar y la umbilical. Por otro lado, la mayoría de las venas llevan en su interior líquido sanguíneo desoxigenado y repleto de dióxido de carbono, pero también existen excepciones. Aunque la saturación de oxígeno sea la primera de las diferencias entre venas y arterias, también es la más básica.

Excepciones a la regla

Decir que las arterias llevan sangre con oxígeno (cuya interacción con la hemoglobina la vuelve roja) y las venas líquido libre de él (color azul) es lo más cómodo, pero no siempre se cumple. Las siguientes arterias transportan sangre desoxigenada:

  • Arterias pulmonares: la arteria pulmonar izquierda y la arteria pulmonar derecha emergen a partir de un solo conducto arterial del lado izquierdo del corazón y, luego de ramificarse, los capilares resultantes se comunican con las vénulas del sistema pulmonar. Durante esta “interacción”, que se da en los alvéolos pulmonares, ocurre el “intercambio gaseoso”.
  • Arterias umbilicales: durante el desarrollo intrauterino, existen dos arterias umbilicales paralelas, ubicadas a nivel abdominal. Su labor es transportar sangre desoxigenada del feto a la placenta.

También existen venas que no llevan sangre desoxigenada. Estas son las siguientes:

  • Venas pulmonares: realizan la labor contraria a la de las arterias pulmonares, pues recogen la sangre oxigenada de los pulmones y la llevan al corazón. De ahí, el oxígeno se puede repartir hacia el resto de los tejidos.
  • Venas umbilicales: las venas umbilicales llevan la sangre oxigenada de la placenta materna al feto en desarrollo. El remanente de estas estructuras luego del nacimiento (y de cortar el cordón umbilical) desaparece luego de la primera semana de vida.

Las venas y las arterias pulmonares siguen la premisa contraria al resto del aparato circulatorio. Por ello, su funcionalidad se trata aparte y se analiza en un circuito propio: el sistema de circulación pulmonar. El caso de la circulación umbilical es aún más especial, pues sus estructuras se degradan y cambian tras el nacimiento del feto.

2. Las partes de cada vaso sanguíneo son diferentes

Otra de las diferencias entre venas y arterias radica en su composición a nivel fisiológico. De todas formas, cabe destacar que todos los vasos sanguíneos presentan una disposición concéntrica de 3 capas con propiedades dispares:

  • Túnica íntima: es la capa más interna tanto de las arterias como de las venas. Está compuesta por células endoteliales (cuerpos aplanados que recubren las paredes de los vasos), las cuales a su vez se encuentran en contacto directo con el flujo sanguíneo o lumen del vaso.
  • Túnica media: esta capa está conformada por células musculares lisas (cuerpos celulares con longitudes entre 20 y 500 micrómetros y un diámetro entre 8 y 10 micrómetros) y también contiene fibras de elastina, formadas por una proteína que aporta resistencia y elasticidad a los tejidos.
  • Túnica adventicia: es la capa externa de tejido conectivo fibroso que rodea a todos los vasos sanguíneos. Es esencial para la regulación de las funciones de las paredes vasculares.

Aunque todos los vasos sanguíneos presenten la misma estructura general, cabe destacar que cada capa puede variar en composición y funcionalidad. Por ejemplo, la túnica media está bastante más desarrollada en arterias que en venas y es casi imperceptible en los capilares sanguíneos.

Por este último motivo, se suele decir que las venas son menos “musculares” que las arterias.

3. Diferentes tipos de venas y arterias

Por ahora, las diferencias entre arterias y venas son claras: las primeras suelen llevar sangre oxigenada a los tejidos y están más musculadas, mientras que las segundas devuelven el líquido sanguíneo cargado de CO₂ al corazón para que este gas se pueda intercambiar con el oxígeno en los pulmones durante la respiración. Aunque la circulación pulmonar no siga esta regla, sí es aplicable en el resto de procesos. 

Además de estas distinciones basales, existen disparidades entre ambos vasos sanguíneos en lo que a tipología se refiere. El portal médico Healthline nos permite mostrarte los diferentes tipos de arterias en la siguiente lista:

  1. Arterias elásticas: las arterias elásticas son las arterias más grandes próximas al corazón, tales como la aorta o la pulmonar. Tienen una túnica media muy gruesa y adaptable, pues deben estirarse cuando el corazón se contrae para bombear la sangre.
  2. Arterias musculares: se diferencian de las elásticas por poseer más músculo liso y menos fibras elásticas que la contraparte ya citada. Suelen ser de tamaño mediano.
  3. Arteriolas: son las unidades de este tipo más pequeñas antes de llegar al nivel de capilar. Para que una arteriola sea considerada como tal, debe tener un diámetro menor a 40-100 micrómetros. Suponen los puntos principales de resistencia vascular.

Por otro lado, se pueden registrar los siguientes tipos de venas:

  1. Venas profundas: como su propio nombre indica, estas venas se encuentran lejos de las capas más superficiales del cuerpo. Cuentan con unas válvulas de sentido único que evitan que la sangre retroceda y su musculatura contribuye a que esta continúe su camino al corazón. Suponen un problema médico bastante importante, pues es muy difícil acceder a ellas en cuadros patológicos.
  2. Venas superficiales: están mucho más cerca de la piel y son de fácil acceso. Tienen el mismo tipo de válvulas que las venas profundas, pero no están rodeadas de músculos. Por ello, este tipo de vasos venosos no impulsan el líquido sanguíneo al corazón de forma activa y el flujo es más lento.
  3. Vénulas: son el análogo a las arteriolas, pero en el ámbito venoso. Son las primeras en direccionar la sangre hacia el corazón después del contacto con capilares sanguíneos.

Cada vaso sanguíneo se escinde en 3 subtipos diferentes, pero como habrás podido comprobar, el sistema clasificatorio es algo diferente. Los tipos de venas se definen más por su localización en cuanto a “profundidad”, mientras que las arterias se clasifican por la composición de sus capas (sobre todo de la túnica media).

Aunque este sea un estándar, existen más criterios clasificatorios para venas y arterias.

4. Diferencias de presión

Entre las diferencias entre venas y arterias están los valores de presión
Las enfermedades de las arterias son más comunes y estudiadas, en especial la hipertensión arterial, una de las patologías más importantes a nivel mundial.

Cuando el corazón se contrae e impulsa la sangre hacia los vasos sanguíneos, estos experimentan cierta presión. Una de las diferencias más importantes entre venas y arterias radica en este parámetro, pues puede dilucidar ciertas patologías crónicas que deben ser tratadas.

Tal y como indica la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el término presión arterial hace referencia a la fuerza que ejerce la sangre al empujar contra las paredes de los tejidos de las arterias cuando avanza. Este concepto se divide en 2 valores: sistólico (cuando el corazón se contrae) y diastólico (cuando se relaja).

La presión arterial sistólica es más alta que la diastólica, y los valores normales respectivos son de 120/80 milímetros de mercurio (mmHg). Se dice que una persona tiene hipertensión cuando las presiones constantes oscilan o superan el límite de 140/90 mmHg.

Por otro lado, la presión venosa hace referencia a la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos venosos a su paso. Sus valores son mucho menores que en la variante arterial y, además, se mide en 2 puntos diferentes:

  1. Presión venosa central (PVC): este término hace referencia a la presión ejercida por la sangre en la vena cava superior. Refleja la cantidad de sangre que vuelve al corazón y su valor medio se encuentra entre los 0 y 5 mmHg.
  2. Presión venosa periférica (PVP): este valor se mide en las venas que están fuera del tórax (vasos extratorácicos). Es algo más alta que la PVC y depende de la localización del vaso analizado. En general, sus valores oscilan entre los 16 mmHg y los 5 mmHg.

La presión arterial siempre es muchísimo mayor que la venosa, pues la distensibilidad de las venas es mucho mayor (aunque el volumen sanguíneo es grande). Además, cuando hablamos de hipertensión siempre nos estamos refiriendo a los valores sistólicos/diastólicos de presión en las arterias, nunca en las venas.

Más del 40 % de la población adulta en los países de alto ingreso es hipertensa. Hasta el 37 % de los pacientes no han recibido el diagnóstico pertinente y no conocen su enfermedad.

Diferencias entre venas y arterias: dos caras de la misma moneda

Las diferencias entre venas y arterias son múltiples, pero se pueden resumir en una idea central: las arterias llevan sangre cargada de oxígeno hacia los tejidos del cuerpo, mientras que las venas devuelven la sangre cargada de CO2 y desechos metabólicos hacia el corazón. El sistema circulatorio pulmonar es la excepción a esta regla general.

A pesar de sus disparidades, ambos tipos de vasos sanguíneos son esenciales para comprender el funcionamiento del aparato circulatorio y sus posibles patologías. Aunque las arterias son más conocidas por una de las enfermedades crónicas más extendidas del mundo (la hipertensión), las venas son igual de importantes a la hora de entender el flujo sanguíneo en el organismo.




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