Diferencias entre la neurofibromatosis y la viruela del mono

Aunque a primera vista pueden resultar similares, la neurofibromatosis y la viruela del mono son entes diferentes. Veamos qué dicen los expertos sobre ello.
Diferencias entre la neurofibromatosis y la viruela del mono
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 01 septiembre, 2022

A principios de 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre un nuevo brote de viruela del mono. Desde entonces, miles de millones de personas en todo el mundo descubrieron la existencia de esta enfermedad. Se caracteriza por manifestaciones cutáneas, las cuales se pueden confundir con otras condiciones de la piel. El día de hoy te presentamos las diferencias entre la neurofibromatosis y la viruela del mono.

En agosto de 2022 la Asociación de Afectados de Neurofibromatosis (AANF) hizo un llamado a los medios de comunicación, los profesionales de la salud y la población en general para concienciar sobre las diferencias entre la neurofibromatosis y la viruela del mono.

Esto debido a que algunas personas con la primera han sido confundidos, increpados y recriminados en la calle. Para enseñarte en qué se distinguen, repasamos en primer lugar qué es exactamente cada condición.

¿Qué es la neurofibromatosis?

La neurofibromatosis es un trastorno genético incurable que afecta al sistema nervioso y la superficie de la piel. Se distinguen tres tipos: la neurofibromatosis tipo 1, la neurofibromatosis tipo 2 y la schwannomatosis.

Tal y como señalan los expertos, se manifiesta debido a mutaciones en el gen 17q11.2, para el primer tipo, y en el 22q12.2, para el segundo tipo y la schwannomatosis.

El tipo 1 es el más común de los tres, ya que recoge más del 90 % de los pacientes. Este se caracteriza por máculas y manchas de color café con leche. También pueden aparecer múltiples tumores benignos debajo de la piel y pecas en las axilas y la ingle. Algunos pacientes desarrollan problemas óseos, discapacidad del aprendizaje y alteraciones en el comportamiento.

¿Qué es la viruela del mono?

La viruela del mono, como nos recuerdan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), es una enfermedad que se origina por la infección del virus de la viruela del simio.

Este forma parte del virus que ocasiona la viruela, la infección erradicada en todo el mundo en 1980. El virus es endémico de República Democrática del Congo y de otros países de África central y occidental.

A pesar de su nombre, no se conoce el origen exacto de la viruela del mono. El nombre lo recibió debido a que el virus se identificó por primera vez en un laboratorio danés en 1958. Sus síntomas característicos son erupciones cutáneas que atraviesan varias etapas: máculas, pápulas, vesículas, pústulas y costras. Al llegar a este último ciclo se secan y se caen por sí solas.

Diferencias entre la neurofibromatosis y la viruela del mono

Ahora que conoces de manera superficial qué son ambas enfermedades, puedes entender cuáles son sus diferencias. Para ello hemos elegido tres criterios que son de gran utilidad al momento de valorarlas como condiciones diferentes.

1. La viruela del mono se origina por una infección, la neurofibromatosis es un trastorno de nacimiento

Las diferencias entre la neurofibromatosis y la viruela del mono incluyen su origen
La viruela del mono es una enfermedad infectocontagiosa, con una patogénesis muy distinta a la neurofibromatosis.

La viruela del mono es una infección viral. Como indican los especialistas, el virus que está detrás de ella se corresponde a la familia Poxviridae, subfamilia Chordopoxvirinae y género Orthopoxvirus.

Por tanto, está estrechamente relacionado con el virus de viruela erradicado en 1980, aunque el curso de la infección es más leve que esta última. Por tanto, para desarrollarla debes exponerte al virus que ocasiona la infección.

Por el contrario, la neurofibromatosis es una trastorno genético. Los expertos señalan que se hereda bajo un patrón autosómico dominante. Por esto solo se requiere de una copia del gen defectuoso para que se manifieste el trastorno.

Las mutaciones ocurren en genes que codifican proteínas supresoras de tumores. Dichas mutaciones se traducen en la manifestación de tumores en los nervios y en la superficie de la piel durante la infancia, la adolescencia y, a veces, en la adultez.

2. La neurofibromatosis no es contagiosa, la viruela del mono sí

La distinción anterior nos es útil para comprender otra de las diferencias entre la neurofibromatosis y la viruela del mono: la posibilidad de contagio.

Al ser un trastorno genético, la neurofibromatosis no es contagiosa. La enfermedad no se puede transmitir ni por contacto cercano ni por contacto directo. Por el contrario, al tratarse de una infección mediada por un virus, la viruela del mono sí posee la capacidad de contagiar.

En este sentido, una persona con viruela del mono puede contagiar a otra a través del contacto cercano con secreciones respiratorias, por medio de lesiones en la piel o el contacto inmediato con objetos contaminados por una persona que porta el virus.

De igual modo, también se puede transmitir por la placenta de la madre al feto y a través del contacto sexual.

3. No existe cura para la neurofibromatosis, la viruela del mono se puede tratar

Las diferencias entre la neurofibromatosis y la viruela del mono incluyen la vacunación
Además de que la viruela del mono no es incurable, existen métodos preventivos basados en vacunas que ya estaban diseñadas antes de los brotes de 2022.

Por último, otra distinción importante son las opciones de tratamiento para abordar ambas enfermedades.

No existe cura para la neurofibromatosis. Por lo general, se opta por hacer un seguimiento cercano y continuo sobre el curso de los síntomas para abordar los problemas asociados con su manifestación. Las lesiones en la piel no desaparecen por sí solas, de manera que los pacientes deben lidiar con ellas de forma permanente.

Ocurre todo lo contrario en el caso de la viruela del mono. Aunque es verdad que no existe un tratamiento específico, se puede abordar con ayuda de antivirales y medicamentos que aborden los síntomas de forma individual.

De igual modo, se puede prevenir con ayuda de las vacunas. Las lesiones cutáneas desaparecen luego de que la infección hace lo propio, aunque pueden quedar manchas o secuelas de acuerdo con la gravedad y el tipo de piel.

Estos tres criterios nos han servido para establecer diferencias entre la neurofibromatosis y la viruela del mono. Aunque es cierto que para el ojo inexperto el síntoma más característico puede resultar similar (las lesiones en la superficie de la piel), hacer juicios de valor puede derivar en episodios de discriminación y rechazo.

De percatarse de la presencia de irregularidades en la superficie de la piel, se debe buscar asistencia médica para descartar estas y otras condiciones cutáneas.



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