¿Qué es la arritmia ventricular?

La arritmia ventricular hace referencia a latidos cardíacos irregulares en las cámaras inferiores del corazón. Veamos por qué ocurre y su tratamiento.
¿Qué es la arritmia ventricular?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 25 mayo, 2023

La arritmia ventricular (VA, por sus siglas en inglés) es un tipo de arritmia cardíaca que se caracteriza por latidos cardíacos irregulares que se originan en las cámaras inferiores del corazón. Se conocen muchos tipos, destacando la taquicardia ventricular, y en algunos casos pueden derivar en complicaciones graves. El trastorno es complejo y tiene varias aristas, aunque en las líneas siguientes resumimos sus principales características.

En condiciones normales, el corazón de una persona sana late entre 60 y 100 veces por minuto (en estado de reposo). Cuando alguien desarrolla taquicardia ventricular (una de las formas de arritmia), su corazón excede este promedio, y se eleva por lo general a más de 100 latidos por minuto. Puede presentarse durante un segundo o extenderse durante más tiempo, y no siempre provoca síntomas claros.

Causas de la arritmia ventricular

Los mecanismos fisiológicos que dan lugar a una arritmia ventricular son multifactoriales. En términos muy simples, se desarrollan debido a alteraciones dinámicas en las ondas eléctricas que regulan la frecuencia de bombeo del corazón. Las alteraciones solo se concentran en las cámaras inferiores del corazón, mejor conocidas como ventrículos (de allí el nombre del trastorno).

Un corazón normal inicia su cadencia de latido a través de un impulso eléctrico del nódulo sinusal. Esto es, un área pequeña que se localiza en la cavidad superior derecha del corazón, mejor conocida como aurícula derecha. En un paciente con arritmia ventricular, la cadencia de latido inicia en los ventrículos del corazón y se desarrolla de forma rápida. De acuerdo con los expertos, sus principales catalizadores son los siguientes:

  • Alteraciones en la distribución y función de los canales de iones.
  • Inervación cardíaca en las vías metabólicas y de señalización.
  • Alteraciones anatómicas macroscópicas y microscópicas.
  • Desajustes en la dinámica de iones intracelulares.

Casi todos los episodios de taquicardia ventricular se explican por estas vías. Ahora bien, múltiples anomalías, enfermedades y condiciones pueden derivar en los episodios anteriores. Como bien nos recuerda Johns Hopkins Medicine, suele manifestarse cuando el músculo cardíaco se ha dañado. Cuando así sucede, el tejido cicatricial crea vías eléctricas irregulares en los ventrículos que dan lugar al desajuste en los latidos. Reseñamos así sus principales causas:

  • Miocardiopatías.
  • Insuficiencia cardíaca.
  • Enfermedad de las válvulas del corazón (valvulopatías).
  • Miocarditis.
  • Cardiopatía isquémica.
  • Enfermedad de las arterias coronarias.
  • Síndrome de QT largo (y otras afecciones cardíacas de carácter congénito).

La ingesta de algunos medicamentos, la interacción con drogas recreativas, fumar, los desequilibrios electrolíticos graves, ser obeso, padecer de apnea del sueño, tener hipertensión, padecer de diabetes y de una enfermedad tiroidea aumenta las probabilidades de manifestar arritmia ventricular. El riesgo de desarrollarla es mayor a medida que se envejece y en ocasiones no se pueden determinar las causas exactas.



Tipos de taquicardia ventricular

En función de su desencadenante, duración, frecuencia y otras variables se distinguen varios tipos de taquicardia ventricular. La más común de todas, al término que la más inofensiva, es la contracción ventricular prematura. Se trata de una manifestación asintomática que no se relaciona con complicaciones. También se distinguen los siguientes tipos:

  • Taquicardia ventricular polimórfica.
  • Taquicardia ventricular monomórfica.
  • Ritmo idioventricular acelerado.
  • Displasia arritmogénica del ventrículo derecho.
  • Arritmia ventricular de reentrada.
  • Torsades de pointes.
  • Fibrilación ventricular (la más grave de todas).

La fibrilación ventricular origina que, durante el latido cardíaco, los ventrículos se contraigan de forma irregular y descontrolada. Cuando sucede, el corazón no puede bombear de manera competente la sangre, lo que deriva en una falta de oxígeno en el cerebro y el resto del cuerpo. Sin tratamiento, e sta situación suele derivar en insuficiencia cardíaca y puede ser mortal.

Síntomas de la arritmia ventricular

Los casos de taquicardia ventricular que son de corta duración o de frecuencia lenta no suelen provocar síntomas. Es por esta razón que no es infrecuente que se diagnostique en un examen de rutina a través de un electrocardiograma. Los de duración y frecuencia media se caracterizan por lo siguiente:

  • Aturdimiento.
  • Sensación de mareo.
  • Dolor en el pecho.
  • Dificultad para respirar.
  • Latidos cardíacos irregulares.
  • Aumento de la transpiración.
  • Desmayos.

En el caso particular de la fibrilación ventricular, el paciente puede colapsar antes de que detecten los síntomas reseñados. En algunas personas sí se manifiestan, y lo hacen con una intensidad elevada minutos antes de que ocurra el desmayo. Como ya hemos advertido, se trata de una emergencia médica que requiere atención inmediata.



Complicaciones de la arritmia ventricular

Las complicaciones asociadas a la taquicardia ventricular están condicionadas por la intensidad de los episodios y el estado del músculo cardíaco previo a ellos. En los casos graves, y de acuerdo con las estimaciones, los pacientes se enfrentan a insuficiencia cardíaca y la mortalidad puede superar el 30 % si no se proporciona tratamiento inmediato.

De igual manera, las alteraciones en la frecuencia de bombeo del corazón pueden ocasionar que no llegue suficiente sangre rica en oxígeno a todo el cuerpo. Como consecuencia pueden ocurrir daños totales o parciales en el cerebro, los riñones, el hígado, los pulmones y otros órganos. Los expertos piensan que hasta el 10 % de los casos de muerte súbita cardíaca se relacionan con arritmia ventricular grave.

Opciones de tratamiento

Existen varias opciones de tratamiento para la taquicardia ventricular. En función de su desencadenante, los episodios se pueden revertir del todo, en otros casos se pueden solo controlar. Los fármacos antiarrítmicos a menudo se consideran como el principal mecanismo de acción, aunque estos deben administrarse teniendo en cuenta patologías previas subyacentes.

Los bloqueadores de los canales de calcio no dihidropiridínicos (verapamilo y diltiazem), los bloqueadores beta, la ranolazina, el sotalol y la amiodarona son algunos de los disponibles. Sus efectos son más potentes en casos de naturaleza idiopática, ya que se asocian con una mala tolerancia por parte de los pacientes en otros contextos. Otras de las alternativas a considerar son las siguientes:

  • Ablación por radiofrecuencia: esto es, destruir las células que causan la taquicardia ventricular.
  • Implante de un desfibrilador cardioversor: el cual envía descargas eléctricas al corazón cuando detecta una actividad anormal.

En compañía del tratamiento, el especialista sugerirá algunos cambios en los hábitos de vida. Los más importantes son dejar el tabaco y el alcohol, evitar los episodios estresantes, mantener un peso saludable, implementar una dieta equilibrada, hacer ejercicio, limitar la cafeína y controlar las enfermedades subyacentes. Estos hábitos también forman parte de la estrategia de prevención para los pacientes sanos.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.