Andropausia: síntomas, causas y tratamiento

Existen muchos mitos en relación con la andropausia. Te enseñamos qué dicen los expertos y por qué no se pueden establecer paralelismos con la menopausia.
Andropausia: síntomas, causas y tratamiento
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 02 agosto, 2022

La andropausia, también conocida como hipogonadismo de inicio tardío o menopausia masculina, es un término utilizado para aludir a los cambios hormonales en los hombres producto del envejecimiento.

Se describió por primera vez en 1944 de la mano de Hellers y Meyers con el nombre de menopausia masculina. A pesar de las miles de investigaciones al respecto, aun no se ha establecido su magnitud o sus consecuencias.

Por supuesto, lo anterior no implica que el fenómeno no sea real; solo que no existe un consenso general entre los expertos, o en todo caso no se pueden establecer paralelismos idénticos con la menopausia. Los cambios hormonales en las mujeres son más bruscos y tienen consecuencias directas; mientras que en los hombres son más lentos y sus secuelas más sutiles.

Síntomas de la andropausia

Dado que de manera general los hombres no atraviesan por cambios hormonales bruscos, los signos y síntomas de la andropausia pueden pasar desapercibidos. Algunos apelan por denominar a estos cuadros como disminución de andrógenos, esto para evitar paralelismo con el fenómeno de la menopausia. En efecto, en los hombres el proceso es más lento, puede llegar a ser insidioso y no está muy bien caracterizado.

No existe una edad delimitada de inicio para el fenómeno, e incluso en muchos hombres no se puede hablar propiamente de él.

De acuerdo con algunas estimaciones, el hipogonadismo de inicio tardía afecta al 7 % de los hombres entre los 30 y los 69 años y al 18,4 % de los mayores de 70 años. Esto al menos cuando se tienen en cuenta criterios clínicos bien definidos. Los expertos señalan a los siguientes entre sus principales:

  • Libido baja.
  • Falta de energía.
  • Disfunción eréctil.
  • Somnolencia posprandial.
  • Deterioro de la memoria.
  • Pérdida del vello púbico y facial.
  • Tristeza e irritabilidad.
  • Disminución de la resistencia.

Otros investigadores señalan que la disminución de la masa corporal magra, de la densidad mineral ósea, el aumento de la grasa visceral y la depresión también se consideran signos clásicos de la andropausia. Estos se presentan de manera gradual, intermitente y por general con una intensidad leve. Tan leve que muchos no pueden identificar un periodo de inicio claro en relación con ellos.

El proceso tiende a acelerarse luego de los 70 años, aunque sus primeros indicios pueden aparecer tan pronto como los 40. Es importante señalar que el proceso no altera la producción de espermatozoides por parte de las gónadas.

Un hombre adulto sano puede seguir produciendo espermatozoides después de los 80 años. Esto contrasta con el cese de la función reproductiva en las mujeres luego de atravesar por la menopausia.

Causas de la andropausia

El descenso de los niveles de testosterona en los hombres es un fenómeno natural. Responde a procesos biológicos y empieza alrededor de los 30 años.

A partir de este momento, la mayoría de los hombres experimentan un descenso de 1 % de sus niveles de testosterona por cada año, sin que esto se relacione directamente con cambios bruscos o que afecten particularmente el bienestar de vida.

Se cree que el descenso del nivel de los andrógenos está relacionado con la menopausia masculina, aunque la asociación no está del todo clara. Todos los hombres experimentan esta disminución, pero no todos atraviesan por los síntomas que hemos descrito. Por tanto, deben existir factores adicionales que motivan los cambios típicos de un cuadro de andropausia.

Los hombres que padecen de enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión, ansiedad, estrés y obesidad suelen experimentar con mayor frecuencia estos episodios. Los fumadores y quienes acostumbran a beber alcohol, también. Por este motivo se dice que las causas de la andropausia son multifactoriales, entre las cuales se deben considerar las variables psicológicas.

Con el nombre de crisis de la mediana edad se hace referencia a un estado de frustración, vacío existencial, miedo e incertidumbre que arropa a algunas personas en razón de ya no sentirse joven. Las secuelas psicológicas son más serias de lo que a menudo se le atribuyen, algunas de las cuales se pueden manifestar en varios síntomas de la andropausia.

Diagnóstico de la andropausia

La andropausia y la atención médica
En la mayoría de los casos, la andropausia es un diagnóstico de exclusión, una vez se hayan descartado otras causas que expliquen los síntomas.

Es muy poco probable que un médico diagnostique a un paciente con menopausia masculina. No se trata de un síndrome, tampoco de un trastorno. No tiene consecuencias en la salud directas, y no existe un consenso internacional sobre el cuadro clínico de los episodios. Los síntomas pueden desencadenarse por enfermedades subyacentes, o por ciertos hábitos de vida.

Por supuesto, lo anterior no implica que el paciente recibirá un rechazo con respecto a las manifestaciones. El especialista podrá optar por realizar evaluaciones sobre el estado de la salud para determinar alguna posible explicación paralela. Así se podrán descartar procesos internos o externos que estén derivando en los síntomas. También se valorarán los niveles de testosterona a través de un examen de sangre.

Alternativas de tratamiento

La andropausia se relaciona con problemas psicológicos
El abordaje terapéutico dependerá más de los síntomas específicos que esté presentando el paciente más que de afrontar el déficit hormonal.

No existe un tratamiento estandarizado para hacer frente a los casos de andropausia. Por fortuna la mayoría de los episodios se manifiestan con síntomas leves, y no tienen consecuencias directas en la salud o en el bienestar de las personas.

A menudo se piensa que la terapia de reemplazo hormonal pueda ser una opción para los hombres, pero los expertos alertan sobre los peligros de estas. Puede derivar en problemas cardíacos y en la próstata, de manera que sus secuelas superan con crecer a sus beneficios. Se opta entonces por un tratamiento más conservador que incluye lo siguiente:

  • Incluir un régimen de ejercicio regular (al menos 150 minutos de actividad intensa a la semana).
  • Mantener una dieta equilibrada con énfasis en frutas, verduras y legumbres.
  • Bajar de peso (o mantenerlo).
  • Incluir actividades que permitan reducir el estrés.
  • Relacionarse con un mayor número de personas.
  • Apostar por pasatiempos y actividades distractoras durante el tiempo libre.

También se apelará por controlar las enfermedades subyacentes, dado que un descontrol de estas incrementa los síntomas en algunos pacientes. Si se experimentan secuelas psicológicas se derivará a un especialista, el cual considerará o no la administración de medicamentos. Reiteramos que es un fenómeno benigno que no pone en riesgo la salud y que no todos los hombres afrontan.



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