Los 7 mitos sobre la salud mental más comunes
Todos los 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Tal y como lo señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), el objetivo de este día es “crear consciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar esfuerzos en apoyo a la salud mental”. Como parte de esta iniciativa hemos preparado una lista de mitos sobre la salud mental más comunes.
Ciertamente, la última década ha supuesto un avance en cuanto a las campañas de concienciación con respecto a los trastornos mentales. A pesar de estos logros, aún queda mucho camino por recorrer si tenemos en cuenta el tabú, el estigma y los prejuicios que persisten en la sociedad. Esperamos que los mitos sobre la salud mental que preparamos contribuyan a la normalización de estas condiciones.
Principales mitos sobre la salud mental
Como bien nos recuerda UNICEF, derribar los mitos que rodean a los trastornos mentales contribuye a eliminar el estigma y motivar a las personas a que busquen ayuda profesional. Este es el objetivo de nuestra selección de mitos sobre la salud mental, para la cual hemos reunido una serie de lugares comunes erróneos que miles de personas dan por ciertos. Veamos cuáles son y qué dice la evidencia al respecto.
1. Los trastornos mentales son poco comunes
De acuerdo con la OMS, unas 280 millones de personas en todo el mundo padecen de depresión; esto es 5 % de la población adulta. En cuanto a la ansiedad, la OMS estima que la padecen unas 264 millones de personas en el todo el globo, con una prevalencia del 3,6 % en el mundo (varía de acuerdo con la zona).
Solo estos dos trastornos suman más de 500 millones de personas, de manera que es un mito que los problemas mentales son poco comunes. El que muchos decidan no buscar ayuda profesional, lo oculten cuando sí lo hacen u opten por no hablar públicamente de ello no implica que no existan. Callar una enfermedad mental la invisibiliza, pero no hace que desaparezca.
2. Los trastornos mentales son de gente débil
Otros de los grandes mitos sobre la salud mental reza que todas las condiciones se desarrollan en personas con debilidad mental. Es decir, en aquellos que carecen de carácter, firmeza, determinación o que se niegan a tener un pensamiento positivo. Nada más lejos de la realidad, ya que forma parte de ese discurso que minimiza estos trastornos con respecto a otros que pueden aquejar al cuerpo.
Por ejemplo, a nadie se le ocurriría decir que quienes padecen de una arritmia cardíaca, de asma, de celiaquía, hipertensión o lupus lo hacen porque son débiles de carácter. El trastorno por estrés postraumático, el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo compulsivo o los ataques de pánico no se desencadenan por falta de carácter, por ser negativo o por carecer de firmeza.
Aunque aún estamos comprendiendo los mecanismos ocultos de todas estas condiciones, sabemos que las alteraciones químicas, la predisposición genética, las lesiones cerebrales y los factores ambientales median para su desarrollo. Como ves, son criterios similares a los presentes otras enfermedades y trastornos del cuerpo. El criterio de falta de carácter es directamente inverosímil.
3. Solo afectan a mujeres y adolescentes
Un prejuicio común es asociar a los problemas de la salud mental solo con mujeres y adolescentes. Esto ha llevado a que los hombres y los adultos sean recelosos en buscar ayuda profesional, todo porque el trastorno no se ajusta a su sexo o a su edad.
Aunque es cierto que por diversas razones las mujeres son más propensas a desarrollar algunos trastornos que los hombres, y que muchos de estos suelen manifestarse en la adolescencia, en realidad cualquiera puede padecer de un trastorno mental.
Por ejemplo, los investigadores señalan que las mujeres tienen el doble de probabilidades de desarrollar trastornos del estado de ánimo, mientras que los hombres presentan en la misma proporción los trastornos por el uso de sustancias. En cuanto a la edad, existe evidencia que los adultos mayores son más propensos a desarrollar depresión (hasta el 19 % de los mayores de 50 años la manifiesta).
4. Solo se debe buscar ayuda profesional en casos graves
Buscar ayuda profesional es un paso que muchos pacientes rehúsan dar por dos motivos: las repercusiones sociales (estigma, señalamientos, prejuicios y demás) y creer que su problema no es tan grave. Esto último es particularmente interesante, y lo podemos comprender mejor si hacemos de nuevo un contraste con otras enfermedades.
¿Qué tan común es que un paciente decida voluntariamente no tratar su miopía, su asma o su enfermedad cardíaca por considerar que no es grave? Por supuesto que podemos encontrar ejemplos, pero lo normativo es que, si existe un tratamiento disponible luego del diagnóstico, este se siga para mejorar el bienestar y reducir los síntomas.
En los trastornos mentales, resulta imprudente evitar buscar ayuda profesional porque aún se pueden tolerar los síntomas (u ocultarlos). A menudo los trastornos empeoran ante la ausencia de tratamiento, de manera que se recomienda hacer frente a estos para evitar que se descontrolen.
5. Los problemas de la salud mental son difíciles de tratar
Incluso algunos piensan que no se dispone de tratamiento alguno. Todo paciente diagnosticado con un trastorno mental se dará cuenta que, luego de mantener un tratamiento a medio y largo plazo, su vida ha mejorado considerablemente en comparación a su ausencia. Algunos casos pueden mostrar cierta resistencia, pero por fortuna existen alternativas para hacerles frente desde diferentes ángulos.
La ingesta de medicamentos, los cambios en el estilo de vida y el acompañamiento psicológico son solo algunas de las opciones al momento de abordar un problema mental. Los resultados pueden verse a corto o medio plazo, y la mayoría de las veces se asocian con resultados satisfactorios. Nunca se debe dudar en buscar un profesional por pensar que no hay una solución fáctica para el problema.
6. Las personas con trastornos mentales están “locas”
Resulta imposible hacer una lista de mitos sobre la salud mental sin aludir al término “loco”. Lo primero que hay que apuntar es que no existe un diagnóstico médico llamado “locura”. Ningún psiquiatra o psicólogo diagnosticará como “loco” a un paciente, ya que no existe tal enfermedad. El término se usó hasta el siglo XIX para aludir a cualquier tipo de comportamiento ajeno al normativo.
Hoy se han catalogado bastante bien los trastornos de la salud mental. Por ejemplo, contamos con el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su quinta versión vigente. En él se clasifican y se describen los trastornos de la mente, y se suministran criterios para su diagnóstico. “Locura” es un término despectivo que no debe ser usado para aludir a los problemas de este tipo.
7. Los problemas mentales se traducen en tristeza y mal humor
Hay decenas y decenas de trastornos mentales. Aun así, muchas personas asocian a estos problemas con tristeza o mal humor. Quizá debido a que la depresión, la ansiedad y el trastorno bipolar (entre otros) ocupan la primera plana en cuanto a las manifestaciones más comunes. En todo caso, estas condiciones no siempre se caracterizan por estos síntomas.
De hecho, muchos casos de depresión, ansiedad y bipolaridad se pueden camuflar con sorprendente facilidad detrás de una cara alegre. Por ejemplo, la depresión sonriente puede ser tan difícil de distinguir que incluso los más cercanos al paciente ignoran de un problema subyacente. Parte de crear consciencia es dejar de asociar estos signos como prototipos de todos los trastornos de la salud mental.
Aunque hay muchos mitos sobre la salud mental, esperamos que los que hemos elegido contribuyan a reducir los prejuicios en torno a ellos. No dudes en buscar ayuda profesional, o en todo caso apoyar a un amigo o conocido que atraviesa una batalla de este tipo. Normalizar estos problemas nos permitirá comprender realmente su dimensión, prevalencia y consecuencias.
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