Así afecta la cirugía estética al bienestar psicológico
Este artículo ha sido revisado en profundidad para garantizar que la información presentada sea lo más precisa posible, cumpla con nuestros estándares de calidad y presente datos respaldados por fuentes confiables, reflejadas en la bibliografía y los enlaces dentro del texto. Más información
Durante los últimos años un número cada vez mayor de hombres y mujeres recurren a procedimientos cosméticos. La mayoría de las personas realizan modificaciones quirúrgicas de su apariencia física con el objetivo de potenciar su bienestar social y psicológico. Al margen de los resultados físicos, ¿de verdad la cirugía estética mejora el bienestar psicológico? Te enseñamos qué dicen los expertos.
Muchas de las cosas que encontrarás en las siguientes líneas te parecerán reveladas. Nos hemos centrado no solo en el impacto positivo de la cirugía estética en el bienestar psicológico, sino también en cómo la salud psicológica previa condiciona los efectos de la cirugía estética. Nuestro objetivo es que conozcas todas las variables que inciden en las consecuencias psicológicas de someterse a una intervención estética.
Bienestar psicológico positivo y cirugía estética
Un estudio publicado en Clinical Psychological Science en el año 2013 evaluó el impacto a largo plazo de la cirugía estética en el bienestar psicológico. Los investigadores evaluaron a un total de 544 pacientes que previamente se habían sometido a cirugía y a 264 que estaban interesados en ella, pero que no se sometieron finalmente. El seguimiento se hizo a los 3, 6 y 12 meses luego de la intervención.
De manera general, los investigadores encontraron resultados positivos de recibir cirugía estética en todas las áreas. Por ejemplo, el variado grupo que se sometió a la intervención reportó menores niveles de ansiedad, fobia social y depresión. De igual modo, comunicaron un mayor logro de metas, calidad de vida, satisfacción con la vida, atractivo, salud mental y física, bienestar, autoeficacia y autoestima.
Repasemos otros estudios que avalan el impacto positivo de la cirugía estética en el bienestar psicológico. Un metaanálisis publicado en The Medical Journal of Australia en 2007 revisó 36 estudios previos relacionados con la mejora del bienestar psicosocial luego de la intervención quirúrgica.
En concreto, 12 de ellos se enfocaban en la rinoplastia, 7 en el aumento de senos, 5 en la reducción de senos y 3 en el estiramientos facial. Los demás abarcaban diversas intervenciones.
En general, los estudios concluían que la mayoría de los pacientes estaban satisfechos con el resultado y se sentían mejor consigo mismos. El efecto positivo era mayor en las mujeres sometidas a mamoplastia de reducción. Los efectos se sentían en el plano de la autoestima, la seguridad, la angustia y timidez, el valor propio y el bienestar psicosocial.
Impacto psicológico negativo y cirugía estética
Si bien la evidencia sugiere que el grueso de los pacientes experimenta experiencias psicológicas positivas luego de la intervención estética, una parte de ellos experimenta justo lo contrario. Ciertamente, hay muchas variables que inciden en el bienestar psicológico positivo después de una cirugía estética. En esencia hay dos variables especialmente interesantes: las expectativas y el resultado de la intervención.
Desde hace varias décadas se han realizado cientos de estudios enfocados en el riesgo de suicido a largo plazo como consecuencia de la cirugía estética. Por ejemplo, un estudio publicado en Epidemiology en el año 2001 encontró que, luego de 14 años del procedimiento, el riesgo de suicidio en las mujeres que se sometieron a cirugía de implante de senos era de 1,54 %.
Resultados similares, e incluso con porcentajes mayores, han sido encontrado en estudios en Finlandia, Suecia, Dinamarca y Canadá (entre otros). En promedio, y específicamente en la cirugía de aumento de senos, las mujeres tienen el doble de probabilidad de riesgo de suicidio con respecto a la población general luego de la intervención estética.
Pero esto no es todo. Existe evidencia de episodios de depresión, ansiedad, trastornos de la alimentación y uso de drogas ilícitas en un porcentaje de personas que se han sometido a cirugías estéticas.
Como ya advertimos, la combinación entre las expectativas de la persona y el resultado final de la cirugía es un aliciente para el desarrollo de estas complicaciones en la salud mental.
Trastornos mentales previos y cirugía estética
Un estudio publicado en Eplasty en 2019 encontró que la prevalencia de trastornos psiquiátricos entre los pacientes de cirugía plástica electiva es significativamente mayor que la población general.
En concreto, los investigadores encontraron que el trastorno de ansiedad generalizada (32,9 %), el trastorno depresivo mayor (22,3 %), el trastorno por déficit de atención con y sin hiperactividad (3,1 %), el trastorno de pánico (1,1 %), el trastorno de estrés postraumático (1,1 %) y el trastorno bipolar (1,0 %) son los más comunes.
También resulta pertinente considerar la presencia del trastorno dismórfico corporal en los pacientes que acuden al consultorio de un cirujano estético. De hecho, la Asociación Estadounidense de Psicología advierte que muchos de los que recurren a intervenciones de este tipo padecen de este trastorno.
Sin embargo, y como señala el máximo organismo, hasta el 90 % de las personas con trastorno dismórfico corporal que se someten a estos procedimientos informan que los síntomas no presentan cambios, incluso que empeoran.
De acuerdo con algunas estimaciones, hasta el 10 % de la población que se realiza intervenciones estéticas padece de él. Esto supera con creces su prevalencia en la población general, ya que en ella oscila el 2,4 %. El trastorno puede tanto anteceder la cirugía como presentarse como una secuela de la misma. De nuevo, los resultados y las expectativas rigen esta manifestación.
Reflexiones finales
Te hemos presentado la cara y la cruz de las cirugías estéticas en cuanto a su impacto en el bienestar psicosocial. Si bien la mayoría de las personas reportan resultados positivos, un porcentaje considerable de ellas desarrolla efectos negativos.
Además, un número importante de candidatos ya tienen una condición psicológica existente. Esta puede no resolverse luego de la intervención, y en muchos casos tiende a empeorar.
La solución en ocasiones no pasa por someterse a una cirugía estética, sino en consultar con un profesional de la psicología. Ciertamente, aquellos que padecen de depresión, ansiedad y trastorno dismórfico corporal deben recibir psicoterapia antes de optar por la cirugía como la primera opción. La psicoterapia también es una alternativa para muchas personas luego de la intervención.
Dado que el resultado incide en el impacto de la cirugía estética en el bienestar emocional conviene apostar siempre por profesionales competentes. Las clínicas no oficiales pueden ofrecerte la misma intervención por un menor precio, pero no pueden garantizar lo propio en cuanto al resultado.
En caso de que desees optar por una cirugía estética hazlo siempre de la mano de profesionales certificados que trabajan en sitios avalados para ello, y considerando además las reflexiones anteriores.
Te podría interesar...