¿Qué es la tuberculosis?

Si bien el proceso diagnóstico y terapéutico de la enfermedad es algo complejo, hoy en día la morbilidad y la mortalidad por tuberculosis han disminuido de forma considerable. Te lo contamos en detalle.
¿Qué es la tuberculosis?
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 07 julio, 2021

La tuberculosis es una de las enfermedades más antiguas de las que el ser humano tenga conocimiento. A lo largo de su historia ha causado grandes daños en la sociedad; un hecho que gracias a la vacunación y al desarrollo de tratamientos efectivos ha disminuido poco a poco.

A pesar de ello, una publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que en el año 2019 alrededor de 10 millones de personas resultaron infectadas. Muchos de los fallecidos por esta causa también padecían de infección por VIH.

Si te interesa saber un poco más acerca de la tuberculosis pulmonar (la forma más frecuente de presentación), te invitamos a leer este breve artículo al respecto.

Síntomas de la tuberculosis

Según una publicación del Manual MSD, las personas con tuberculosis pulmonar pueden desarrollar escasos síntomas durante la mayor parte del desarrollo de la patología. Los más generales incluyen pérdida de peso no explicable por cambios en la alimentación, malestar general, fatiga, fiebre nocturna, sudoración abundante y tos.

Este último signo resulta ser el más llamativo, en especial cuando se acompaña de expectoración (verdosa o amarillenta) con un poco de sangre. Si bien en fases avanzadas la tos puede persistir durante todo el día y llegar a ser muy molesta, en los inicios tiende a tener un patrón matutino con escasa producción de esputo.

Cuando existen complicaciones derivadas de la infección pulmonar (como un derrame pleural), aparece dificultad respiratoria (disnea) y dolor torácico abrupto en alguno de los costados. En estos casos, la atención médica debe recibirse lo antes posible.

Tos en la tuberculosis.
La tos clásica de la tuberculosis tiene rastros de sangre en el esputo.

Causas

La enfermedad es causada principalmente por la bacteria Mycobacterium tuberculosis(bacilo de Koch), aunque otros microorganismos del mismo género también pueden provocar la enfermedad, como M. bovis y M. microti.

Dicha bacteria se transmite por vía aérea/respiratoria. Cuando alguien que tiene una infección pulmonar activa empieza a toser, se liberan las denominadas gotas de Flügge, que son partículas que permanecen suspendidas en el aire durante un tiempo y pueden contener gérmenes patógenos en su interior.

Si otra persona respira el aire contaminado, es susceptible a desarrollar tuberculosis pulmonar. Además, según una publicación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), la patología no puede transmitirse al darle la mano a alguien, compartir bebidas u objetos de uso personal, o incluso besar a la persona afectada.

Evolución de la tuberculosis

En cuanto a la progresión de la enfermedad, existen tres fases diferentes:

  • Infección primaria.
  • Infección latente.
  • Enfermedad activa.

El curso clínico es muy variable, pudiendo pasar varios años antes de llegar a la última etapa. Algunas condiciones (como la inmunosupresión por infección por VIH no tratada) pueden acelerar su evolución.

En algunas personas, la infección pulmonar se disemina a otros órganos y sistemas. En este caso, se desarrolla una condición distinta conocida como tuberculosis extrapulmonar, que requiere un abordaje completamente distinto.

Diagnóstico

Cuando una persona acude al médico por los síntomas antes mencionados, es la historia clínica lo que permitirá iniciar un proceso diagnóstico. Además, el especialista tomará en cuenta los datos epidemiológicos para valorar las posibilidades de haber desarrollado la enfermedad.

Esto incluye el historial de vacunación, la procedencia del paciente y la situación epidemiológica del país en el que se esté dando la evaluación.

Pueden indicarse algunos análisis de sangre y estudios de imagen (por lo general, una radiografía de tórax suele ser bastante orientativa). Las pruebas específicas más usadas para el diagnóstico de la tuberculosis son la baciloscopia y el cultivo.

Para las dos, las personas afectadas deben tomar una muestra de sus secreciones cuando tosen y enviarlas a un laboratorio especializado, según las indicaciones del médico.

La baciloscopia permite la visualización de las bacterias gracias a la microscopía óptica. Para ello, la muestra debe teñirse de forma especial mediante la tinción de Ziehl-Neelsen. El cultivo de esputo, por su parte, se hace en un medio conocido como Löwenstein-Jensen, que favorece el crecimiento de estas micobacterias. Existen otros métodos, como la autofluorescencia y la técnica MODS (del inglés microscopic observation drug susceptibility).

Tratamiento de la tuberculosis

Según el Manual MSD, si bien existen muchos fármacos para tratar la enfermedad, existen 4 antibióticos que suelen usarse en conjunto: isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol. Hay dos fases bien definidas para su administración; una intensiva (2 meses) y otra de continuación (4-7 meses).

Esta duración tan prolongada es algo característico del tratamiento de la tuberculosis, ya que las bacterias tienen una reproducción muy lenta. De hecho, el riesgo de recaídas es alto en aquellas personas que interrumpen de forma precoz el plan terapéutico, en especial si existen comorbilidades asociadas.

Por ello, en algunos países las personas afectadas deben acudir directamente a un centro de salud de forma periódica para que les sean entregados los fármacos. Se trata de una medida de salud pública para garantizar la adherencia.

Pastillas para la tuberculosis.
Los antibióticos para la tuberculosis se usan en combinación y no aislados.

Prevención

Si se vive en una zona con alta prevalencia de la enfermedad o se convive con alguien que la padezca, existen algunas medidas orientadas a prevenir la tuberculosis:

  • Ventilar bien las áreas comunes.
  • Evitar las aglomeraciones.
  • Utilizar tapabocas.

Además, existe una vacuna llamada BCG (bacilos de Calmette-Guérin) que, a pesar de no evitar el desarrollo de la enfermedad, sí previene las complicaciones más usuales. En muchos países se administra en las primeras horas o días de vida de un bebé.

Afrontamiento de la tuberculosis

Vivir con tuberculosis puede ser difícil, en especial en las primeras semanas desde el diagnóstico y tratamiento, cuando la infección todavía puede transmitirse. Por fortuna, se trata de una condición curable, por lo que el cumplimiento terapéutico según las pautas indicadas por el especialista es vital.

Si sospechas que padeces la enfermedad, y en especial si vives en una zona epidemiológica de riesgo o si alguien cercano resultó infectado, lo más recomendable es acudir a una consulta lo más pronto posible.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.