Gérmenes: que son, características y tipos

No todos los microorganismos son gérmenes, pero todos los gérmenes se encuentran englobados en algún grupo de microorganismos. Si bien los virus y bacterias son los más conocidos, existen más tipos.
Gérmenes: que son, características y tipos
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 12 marzo, 2021

Según el Estudio global de la carga de enfermedad (GBD) el 95 % de la población mundial presenta algún tipo de enfermedad. Sin ir más lejos, las infecciones de las vías respiratorias inferiores y las enfermedades diarreicas causadas por gérmenes son una importante causa de morbimortalidad mundial.

El concepto «germen» nos rodea en todas partes, pues, sin ir más lejos, dentro y sobre el cuerpo humano viven unos 48 billones de bacterias. Debido a su presencia en todo el globo, las bacterias son las segundas que más contribuyen en la biomasa terrestre —después de las plantas—, acumulando el 15 % del total.

Así pues algunos microorganismos son buenos, otros neutros y otros patógenos. Más allá del terreno de la ecología, ¿sabrías decir qué son los gérmenes? Este término, cada vez más en desuso, hace referencia a una pequeña fracción de los seres vivos que habitan en la Tierra: aquellos que son microscópicos y patógenos.

¿Qué son los gérmenes?

Según el Instituto Nacional del Cáncer de los EE.UU. un germen es una bacteria, virus u otro microbio que pueda causar infecciones y enfermedades. Estos seres microscópicos se caracterizan por su potencial patogenicidad: es un atributo único de cada género y especie, que permite al microorganismo en cuestión provocar daños en huéspedes susceptibles.

Más que gérmenes, el término correcto siempre es agente biológico patógeno. Tal y como indica el portal amBientech, este término hace referencia a cualquier entidad biológica capaz de producir una enfermedad infecciosa en un huésped —sea humano, planta u otro animal— que esté predispuesto.

Este ser vivo predispuesto a la infección de forma biológica se denomina hospedador. Un ser vivo puede convertirse en un hospedador de un germen en base a los siguientes parámetros:

  1. Factores genéticos, edad, trastornos fisiológicos y enfermedades concomitantes: todos estos parámetros pueden causar depresión en el sistema inmunitario, lo que facilita la entrada y el asentamiento de los gérmenes.
  2. Lugar de residencia y características ambientales: dependiendo de donde habite un ser vivo, este será mucho más proclive a convertirse en hospedador de un germen u otro. Una cosa son los animales a los que puede infectar un patógeno, y otra muy distinta los que tiene a su disposición.
  3. Comportamiento y estilo de vida: parámetros como el ejercicio, la higiene personal, la dieta, los contactos interpersonales, el consumo de tóxicos y otros muchos más pueden favorecer o dificultar que un germen llegue a un hospedador humano.

Es casi imposible entender a un germen o agente biológico patógeno sin su contraparte hospedadora.

La relación entre ambos es una suerte de «baile evolutivo». El afectado desarrolla y perfecciona su sistema inmunitario para evitar la infección, mientras que el patógeno muta y cambia para sortear las nuevas barreras biológicas.

Los 6 tipos de gérmenes

Una vez hemos introducido el término y qué relación tiene con el hospedador, estamos listos para explorar los 6 tipos de gérmenes. Estos son bacterias, virus, hongos, protozoos, virus, viroides y priones. Vamos allá.

1. Bacterias

Las bacterias son un tipo de gérmenes.
En el aparato digestivo habita una gran cantidad de bacterias, muchas de ellas necesarias para mantener un buen estado de salud.

Tal y como indica el National Human Genome Research Institute, las bacterias son organismos procariotas —su ADN celular está libre en el citoplasma—, unicelulares y cosmopolitas. Se encuentran en casi todas las partes de la Tierra y tienen labores ecosistémicas esenciales, como el reciclaje de materia orgánica y la producción de oxígeno.

Más allá de su acepción contagiosa, muchas bacterias son comensales del ser humano —no hacen ni bien ni mal— o no se relacionan con nosotros.

Según el Cuaderno de Cultura Científica, tal es la cantidad de bacterias en la Tierra que todas juntas suman 70 gigatoneladas de carbono, el 15 % de la materia orgánica total en el mundo.

A continuación, te listamos algunas de las características típicas de casi todas las bacterias:

  1. Al igual que las células eucariotas, las bacterias poseen un citoplasma, una membrana celular, ribosomas —encargados de sintetizar proteínas— y ADN bacteriano. De todas formas, en este caso el ADN está libre en el citoplasma y no lo delimita una membrana nuclear. Las bacterias también pueden poseer cápsulas, no presentes en eucariotas.
  2. Las bacterias son pequeñas, por lo que deben observarse al microscopio. Su longitud se encuentra entre los 0,5 y los 5 micrómetros. A pesar de su minúsculo tamaño, presentan formas muy variadas, como cocos, bacilos y espirilos.
  3. Algunas bacterias se sirven de torsiones corporales, cilios y flagelos para moverse por el entorno.

No todas las bacterias son patógenas, pero algunas de ellas son responsables de enfermedades muy graves en el ser humano.

Algunas bacterias conocidas por su capacidad infecciosa son las del género Salmonella, Shigella y las especies Campylobacter jejuni, Clostridium botulinum, Staphylococcus aureus
y Vibrio cholerae.

2. Virus

Tal y como indica el portal Kids Health, los virus son aún más pequeños que las bacterias (de 10 hasta 300 nanómetros) y ni siquiera se consideran del todo seres vivos.

No presentan una estructura celular real, ya que carecen de citoplasma, ribosomas y otros orgánulos. La mayoría de virus están compuestos por ADN o ARN libre y una cápside o capsómero, hecho a base de proteínas.

Como no presentan células no son capaces de reproducirse; y como no se pueden reproducir, no se consideran seres vivos. Más que microorganismos, se les denomina agentes infecciosos, pues no pueden vivir sin su hospedador ni permanecer mucho tiempo en el medio.

Para que se produzca la división celular, un microorganismo tiene que presentar núcleo y ribosomas, que sintetizarán las proteínas necesarias para dar lugar a nuevas estructuras. Como los virus carecen de esta maquinaria, deben «secuestrar» a las células de su hospedador y aprovecharse de sus mecanismos para replicarse.

Según el portal CK12, una vez dentro de la célula infectada, los virus se sirven de su ATP, ribosomas, enzimas y otras partes de ella para replicarse, es decir, multiplicar su información genética y dar lugar a las proteínas necesarias que van a formar las cápsides. Cuando salen del cuerpo celular, los virus suelen causar su muerte o apoptosis.

Algunos de los virus típicos que contagian al ser humano son los siguientes: influenzavirus A y Bvirus del papiloma humano (VPH, con más de 200 variantes), norovirus, citomegalovirus y otros muchos más.

La epidemiología de los virus

La epidemiología es la rama de la medicina que se encarga de estudiar la distribución, frecuencia y factores determinantes de las enfermedades existentes en un área geográfica concreta, en especial si son ocasionadas por virus.

Gracias a este campo de investigación se sabe, por ejemplo, que hasta un 20 % de la población mundial tiene la gripe en cualquier momento y lugar dados.

3. Protozoos

Tal y como indica la Clínica Mayo, los protozoos son seres unicelulares un poco más «avanzados» en la escala evolutiva. Se comportan más o menos como animales, ya que cazan y recolectan a otros microbios para sobrevivir. Estos gérmenes viven en ambientes húmedos o acuáticos, como aguas saladas, dulces y medios internos de seres vivos.

Los protozoos alcanzan unas medidas de 10-50 micrómetros, así que son mucho más grandes que virus y bacterias. Eso, sí su diversidad taxonómica es menor: se conocen alrededor de 30 000 especies totales por todo el mundo.

Como depredadores que son, estos seres presentan cilios y flagelos y cazan algas, bacterias y microhongos unicelulares o filamentosos.

Si bien no todos los protozoos son patógenos para el ser humano, algunos de ellos son muy peligrosos. Además, muchos utilizan vectores invertebrados para llegar hasta nosotros, como mosquitos, garrapatas o sanguijuelas.

Algunas de las enfermedades protozoarias más comunes son las siguientes:

  • Malaria: también es llamada paludismo y es causada por protozoos del género Plasmodium, transmitidos mediante la picadura de un mosquito. Se calcula que la malaria afecta a más de 200 millones de personas en países de bajo ingreso y que causa 400 000 muertes anuales.
  • Tripanosomiasis (enfermedad del sueño): una enfermedad causada por protozoos del género Trypanosoma. Esta patología se mueve en olas epidemiológicas, pero por suerte se ha frenado bastante su incidencia global.
  • Leishmaniasis: causada por protozoos del género Leishmania. Esta enfermedad va desde formas leves —que afectan a la piel con una roncha— hasta cuadros fatales, que inflaman y dañan de forma irreparable el hígado y el bazo.

Como has visto, muchas enfermedades protozoarias se transmiten por la picadura de insectos y otros artrópodos. Por ello, su prevalencia aumenta mucho en regiones tropicales, donde el índice de biodiversidad es alto.

4. Hongos

Los hongos son un tipo de Los hongos son responsables de muchas problemas de salud, algunos de gérmenes.
Los hongos son responsables de muchos problemas de salud, algunos de ellos mortales en pacientes inmunosuprimidos.

El reino Fungi engloba a todos los hongos, desde los mohos a las levaduras, pasando por los formadores de setas y otros muchos tipos más. Se diferencian de las plantas en que son heterótrofos —obtienen su energía a partir de materia orgánica— y en que su pared celular está compuesta de quitina, no de celulosa.

Los hongos patógenos son aquellos que causan perjuicio en el ser humano, la mayoría de ellos de tamaño microscópico, a pesar de ser eucariotas. La micología médica se encarga de estudiar y prevenir los efectos de las infecciones de unas 300 especies dentro de este reino que pueden infectarnos.

Algunos de los hongos considerados como gérmenes se encuentran dentro del grupo de los dermatófitos. Según el SEIMC, estos son patógenos que se asientan sobre las capas superficiales de la piel, los pelos y las uñas. Algunos atacan a la queratina, mientas que otros fijan su foco de atención en estructuras más especializadas.

La tiña, las infecciones en las uñas y la candidiasis se consideran algunos tipos de patologías provocadas por dermatófitos. Además de estos existen otros hongos que causan enfermedades mucho más graves, como la aspergilosis pulmonar. En esta fatal patología, las hifas del hongo crecen en los pulmones del paciente.

5. Viroides

Dedicaremos poco tiempo a estos gérmenes, pues son agentes patógenos biológicos excepcionales y un poco difíciles de entender. Los viroides son similares a los virus, pero aún más simples. Estos carecen de lípidos y proteínas, así que solo están compuestos por una cadena cíclica corta de ARN.

Son el peldaño más bajo de la escala biológica, pues no pueden ser más simples y es imposible clasificarlos como seres vivos. Los viroides son patógenos típicos de plantas, ya que se han descrito unas 300 especies de ellos que afectan a vegetales superiores.

6. Priones

Un prion es una proteína mal plegada capaz de transmitir su forma no funcional a otras proteínas. Estas proteínas producen encefalopatías espongiformes transmisibles, como el sonadísimo brote epidemiológico de la enfermedad de las vacas locas. Sorprendente que una estructura tan simple pueda genera patogenicidad en el ser humano, ¿verdad?

Los gérmenes son complejos y muy variados

Ni cortos ni perezosos, aquí te hemos presentado los 6 tipos de gérmenes que existen en la Tierra, además de todas sus características y ejemplos de enfermedades que pueden provocarnos.

Sin duda, los agentes víricos y los bacterianos se llevan la palma en lo que a capacidad infecciosa se refiere, pero no hay que olvidarse de hongos y protozoos.

Por último, es interesantísimo conocer que estructuras tan básicas como los viroides y priones puedan llegar a acabar con la vida de las personas. Ni siquiera se consideran como entes celulares y, por tanto, encontrar el motivo biológico de su existencia es un auténtico rompecabezas.




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