¿Qué es el tracoma?

El tracoma es la principal causa infecciosa de pérdida de visión y ceguera en todo el mundo. Repasamos sus características y opciones de tratamiento.
¿Qué es el tracoma?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 19 junio, 2023

El tracoma, anteriormente conocida como oftalmia egipcia, es una infección bacteriana que afecta a los ojos. Se caracteriza por generar aspereza y cicatrización en la superficie interna de los párpados, así como erosión en la superficie de la córnea. En ausencia de tratamiento, estos episodios conducen a la ceguera. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al tracoma como la principal causa infecciosa de ceguera en todo el mundo.

La mayoría de los casos reportados se concentran en la actualidad en África subsahariana, aunque a lo largo del siglo XIX fue un problema de salud pública importante en Europa y América del Norte. La ceguera causada por el tracoma es irreversible, pero se puede hacer frente a su progresión cuando se detecta a tiempo. Repasamos todo lo que debes saber al respecto.

Causas del tracoma

El tracoma es una infección bacteriana de los ojos causada por Chlamydia trachomatis, en principio por los serotipos A, B y C. Se han implicado también otras como Chlamydophila psittaci y Chlamydophila pneumoniae, aunque las infecciones por estas son menos frecuentes. El patógeno se transmite de personas infectadas a personas no infectadas a través de diferentes canales. Los más importantes son los siguientes:

  • Transmisión directa ojo a ojo durante el contacto cercano.
  • Transmisión a través del contacto mano-ojo.
  • Transmisión indirecta en fómites.
  • Transmisión por moscas que buscan el ojo.

La evidencia sugiere que la mayoría de los casos se reportan en condiciones de hacinamiento y malas condiciones sanitarias. Se sabe que, una vez se produce la infección por clamidia en la superficie ocular, se genera una reacción inflamatoria crónica. Esta se caracteriza por la manifestación de infiltrados linfocíticos, monocíticos, de células plasmáticas y de macrófagos. Se distinguen varios tipos de acuerdo con su evolución:

  • Tracoma folicular.
  • Inflamación tracomatosa intensa.
  • Cicatrización tracomatosa.
  • Triquiasis tracomatosa.
  • Opacidad corneal.

Los procesos de inflamación recurrentes son los que derivan en úlceras secundarias y, en ausencia de tratamiento, ceguera. Los investigadores han encontrado que el tracoma es más común en niños que en adultos, aunque los episodios de ceguera no ocurren hasta la infancia tardía, la pubertad, la adolescencia o la adultez temprana (en ausencia de tratamiento, como se ha dicho). La mayoría de los casos en la actualidad se reportan en África, Medio Oriente, el subcontinente indio, el Sudeste Asiático y América del Sur.



Síntomas del tracoma

Los primeros síntomas se manifiestan entre 5 y 12 días después de la infección de la bacteria. Como ya hemos mencionado, se caracterizan por una progresión que inicialmente se manifiesta como conjuntivitis, y que ante la ausencia de tratamiento pueden derivar en ceguera. Te dejamos con un cuadro clínico típico:

  • Picazón e irritación de los ojos y los párpados (leve, pero luego aumenta su intensidad).
  • Secreción ocular con la presencia de moco o pus.
  • Inflamación de los párpados.
  • Sensibilidad a la luz directa.
  • Enrojecimiento de los ojos.
  • Dolor en la superficie ocular.
  • Pérdida de la visión (en su última etapa).

Es importante destacar que la mayoría de las lesiones se concentran en el párpado superior, y que siempre afecta a ambos ojos. También puede ocurrir deformidad en los párpados, opacidad en la córnea y entropión.

Diagnóstico del tracoma

La mayoría de las veces el diagnóstico se hace con base en una observación clínica, esto considerando que en las áreas donde es endémico no siempre hay acceso a equipo de detección. El especialista valorará los signos distintivos de la infección y, en caso de dudas, puede realizar un cultivo u ordenar pruebas de amplificación de ácido nucleico y técnicas de inmunofluorescencia.

Si una persona con síntomas de conjuntivitis ha viajado a una región endémica, se debe considerar la posibilidad de infección por Chlamydia trachomatis. Durante la evaluación se valorará la cicatrización en el interior del párpado superior y el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en la córnea para establecer qué tan avanzada se encuentra la infección.



Opciones de tratamiento

El tratamiento durante las etapas tempranas es imprescindible para evitar las complicaciones a largo plazo de la infección. Los antibióticos tópicos y sistémicos son la mejor alternativa al momento de hacer frente a la condición. En el primer caso, se pueden utilizar pomadas de tetraciclina al 1 % en ambos ojos con una frecuencia de dos veces al día durante 6 semanas.

En cuanto al tratamiento sistémico, los expertos recomiendan una dosis única de azitromicina 20 mg/kg (máximo 1 g). Las alternativas disponibles son eritromicina de 500 mg con una frecuencia de dos veces al día durante 14 días o doxiciclina 100 mg dos veces al día durante 10 días. Ambos fármacos no se recomiendan para mujeres embarazadas, lactantes o niños menores de 8 años.

Los casos más avanzados requieren intervención quirúrgica. En principio, para mantener el cierre completo del párpado y para aliviar el entropión y la triquiasis. Las cicatrices graves se pueden abordar con ayuda de un trasplante de córnea. El lavado de manos, el lavado facial y las mejoras en el saneamiento donde se convive se recomienda para evitar la reinfección.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.