¿Qué es la neumonía bacteriana?

La neumonía bacteriana es una de las infecciones más comunes asociadas con el tracto respiratorio. Conozcamos todo lo relacionado con ella.
¿Qué es la neumonía bacteriana?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 08 julio, 2021

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la neumonía es la responsable del 15 % de las defunciones anuales de los menores de 5 años. La infección respiratoria se puede desarrollar por bacterias, virus, parásitos y hongos, con manifestaciones diferentes según cada caso. Hoy nos centraremos en la neumonía bacteriana, la variante más común de la enfermedad.

Según Johns Hopkins Medicine la neumonía bacteriana ocurre con mayor frecuencia en pacientes con el sistema inmunitario comprometido, lo que explicaría por qué es más frecuente o peligrosa en los niños. Veamos todo lo relacionado con ella: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento.

Causas de la neumonía bacteriana

La neumonía bacteriana es causada por microorganismos
Son muchas las bacterias que pueden ocasionar neumonía. Dependiendo del sitio en donde se haya adquirido la infección (dentro o fuera de los hospitales), las características de los gérmenes pueden variar.

Como su nombre lo indica la causa de esta infección respiratoria son las bacterias. En condiciones normales conviven miles de estas en nuestro tracto digestivo, por lo general en una relación simbiótica.

Sin embargo, algunas pueden desencadenar problemas cuando infectan los sacos de aire del pulmón (alvéolos). Cuando esto sucede se inflaman e impiden el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.

Los investigadores suelen dividir a la infección de acuerdo con dónde se ha contraído. Se usan así los siguientes tipos de neumonía:

  • Adquirida en comunidad: también conocida como NAC o CAP (estas últimas por su siglas en ingles), son aquellos cuadros que se han generado fuera del ambiente hospitalario. Por lo general, se evalúan como mínimo 48 horas previas.
  • Intrahospitalaria: denominada HAP por sus siglas en inglés son aquellas infecciones que se han producido 48 horas después del ingreso en el centro de salud.
  • Asociada a ventilación mecánica: conocida por sus siglas en inglés como NAV son las infecciones del tejido pulmonar provocadas 48 horas después de la intubación.
  • Asociada con el contacto del sistema sanitario: sintetizada como HCAP, son todos los cuadros adquiridos en centros médicos como hospitales, ancianatos, centros de diálisis y demás en los últimos tres meses.

Aunque la diferencia te parezca sutil, en realidad la evolución y el pronóstico de la enfermedad varía en cada caso. Las variantes contraídas dentro de los centros de asistencia médica son más resistentes a los antibióticos, por ejemplo.

Otros tipos de neumonías

A su vez, los episodios se pueden dividir en típicos o atípicos de acuerdo con las bacterias que los originan. Podemos encontrar así los siguientes:

  • Neumonía típica: Streptococcus pneumoniae, estreptococos del grupo A, Moraxella catarrhalis, Haemophilus influenzae, Staphylococcus aereus, bacterias gramnegativas aeróbicas y anaerobios.
  • Neumonía atípica: Mycoplasma pneumoniae, Chlamydophila pneumoniae, Legionella penumophila y Chlamydophila psittaci.

De acuerdo con la American Lung Association aunque los últimos episodios se denominen atípicos no quiere decir que sean infrecuentes. Se catalogan de esta manera porque su presentación clínica es diferente y porque la manera en que responden al tratamiento también difiere.

No es infrecuente que las personas desarrollen alguna de estas variantes luego de un resfriado o una gripe. Como indicamos al comienzo, su manifestación es más común en pacientes con el sistema inmunitario debilitado.

Síntomas de la neumonía bacteriana

La manifestación clínica de la neumonía bacteriana depende de muchos factores. La edad, la capacidad inmunitaria y la bacteria que está causando la infección por lo general determinan si los signos serán leves o crónicos.

Los pacientes pueden desarrollar cuadros muy leves, similares al malestar por el resfriado, o experimentar delirios por las complicaciones. Los síntomas más comunes los mencionamos a continuación:

  • Tos.
  • Dificultad para respirar.
  • Frecuencia cardíaca aumentada.
  • Fiebre.
  • Dolor en el pecho.
  • Escalofríos.
  • Temblores musculares.
  • Dolor de cabeza.

También se pueden presentar un descenso de la temperatura, confusión, náuseas y diarreas. Todas estas son más comunes en personas mayores o quienes tienen el sistema inmunitario muy debilitado.

Diagnóstico de la neumonía bacteriana

La neumonía bacteriana tiene varios métodos diagnósticos
Son muchos los estudios sanguíneos que pueden apoyar el diagnóstico de neumonía bacteriana. La biometría hemática completa, en la que se miden los niveles de leucocitos, es una de las más utilizadas.

Como has podido comprobar en el apartado anterior, la neumonía bacteriana puede ser difícil de diagnosticar en razón de la vaguedad de los síntomas. El protocolo inicia con una revisión del historial y la presentación clínica del paciente. Se analizan su antecedentes y estado actual para descartar cualquier tipo de causa subyacente. Luego de esto el especialista hará las siguiente pruebas:

  • Análisis de sangre: donde se buscan biomarcadores inflamatorios como proteína C reactiva y VSG, además de otros parámetros incluidos en una hematología completa. Algunos investigadores sugieren que la procalcitonina también se puede usar como indicador.
  • Radiografía torácica: es el estándar de oro para encontrar infiltrados pulmonares. Por lo general, la neumonía bacteriana solo afecta a un lóbulo. Esta es, en particular, su principal diferencia con respecto a la neumonía viral.
  • Oximetría de pulso: se utiliza para medir la cantidad de oxígeno en la sangre. Es útil para determinar casos de hipoxia. En compañía de esta se puede hacer una gasometría arterial.
  • Evaluación del esputo: para determinar la bacteria exacta que está causando el episodio se deben someter algunas muestras a análisis. Esto se hace obteniendo líquido de los pulmones haciendo toser al paciente. No es infrecuente que se hagan cultivos para despejar las dudas.

Diagnósticos diferenciales

La suma de todo lo anterior le permitirá al especialista hacer un diagnóstico certero. A su vez, podrá determinar si los síntomas los causan otras enfermedades. Entre las principales mencionamos las siguientes:

Estas son solo unas posibles explicaciones, ya que en la práctica cientos de enfermedades pueden generar síntomas asociados con los de la neumonía bacteriana. En todo caso, se descartarán durante el proceso diagnóstico.

Opciones de tratamiento

La terapia para contrarrestar la infección debe iniciarse de inmediato, ya que el riesgo de complicaciones aumenta con el paso de los días. La primera decisión que hará el especialista es si la tratará de forma ambulatoria o requerirá de una hospitalización. La edad y la gravedad de los síntomas determinarán cuál opción es la más segura.

De manera general se utilizan antibióticos, terapias de oxígeno, expectorantes, analgésicos y ventilación mecánica. Durante el proceso de recuperación se recomendará el descanso total, hidratación y mantener una dieta equilibrada. Si así lo requiere el paciente también se pueden usar medicamentos específicos para tratar algunos síntomas, como por ejemplo la fiebre y la tos.

La elección de los fármacos depende de muchos factores, incluyendo la terapia de medicamentos que mantienes y las condiciones previas (diabetes, hipertensión y demás). Nunca debes automedicarte si sospechas de la infección, lo mejor que puedes hacer es buscar asistencia médica para que un especialista planifique un tratamiento personalizado.



  • Khan, D. A., Rahman, A., & Khan, F. A. (2010). Is procalcitonin better than C‐reactive protein for early diagnosis of bacterial pneumonia in children?. Journal of clinical laboratory analysis. 2010; 24(1): 1-5.
  • Sattar, S. B. A., Sharma, S., & Headley, A. Bacterial Pneumonia (Nursing). StatPearls [Internet]. 2021.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.