Causas y factores de riesgo del asma

A pesar de los avances científicos en torno a la enfermedad, la medicina no ha establecido las causas del asma. Sin embargo, se cree que en su desarrollo intervienen factores genéticos y ambientales. Descúbrelos junto a los posibles grupos de riesgo.
Causas y factores de riesgo del asma
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 29 mayo, 2021

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud en la actualidad existen cerca de 235 millones de personas con asma. Aunque la literatura médica ha vertido ríos de tinta en torno a ella, no existe un consenso sobre las verdaderas causas del asma.

Aún así, las teorías sugieren que se trata de un convergencia de factores; los más importantes de orden genético y ambiental.

El asma es una afección muy común durante la infancia, pero con una prevalencia importante en adultos. Conocer qué incentiva su desarrollo y sus posibles factores de riesgo es útil para determinar un plan que contribuya a controlarla. Después de todo, la OMS la considera un problema de salud pública.

Principales causas del asma

A pesar de que aún no se han delimitado las causas del asma, sí se ha avanzado mucho en su comprensión. Por ejemplo, sabemos que es más frecuente en países occidentalizados; quizá por las repercusiones medioambientales relacionadas con la vida urbana.

Las investigaciones han intentado dar a conocer su etiología, aunque la práctica nos indica que un solo factor puede no ser suficiente para desencadenarla. Las causas del asma siguen siendo un misterio, aunque la enfermedad puede verse condicionada en principio por lo siguiente:

Predisposición genética

La genética es una de las causas del asma
Los genes y la herencia forman parte fundamental de la patogenia del asma.

Está documentada la relación que existe entre la genética y el asma. Aunque la presencia de la enfermedad en el cuadro familiar no asegura su desarrollo, sí elevada considerablemente las probabilidades de padecerla en contraste con personas con ausencia de historial.

La Asociación Americana del Pulmón estima que la predisposición genética aumenta entre 3 y 6 veces las posibilidades de contraer la enfermedad. Estos porcentajes aumentan si los dos progenitores biológicos padecen de la condición, así lo ha demostrado al menos las investigaciones etiológicas de los genes.

Existe un cierto consenso de que es necesario un agente externo para activar esta predisposición genética, de modo que las causas del asma se consideran en todo caso multifactoriales. Aún así, aquellos que dispongan de antecedentes familiares deben ser consientes de su inclinación natural a contraerla.

Factores ambientales

Según algunos indicios los factores ambientales son el principal desencadenante del asma. Una buena parte de los diagnósticos se pueden explicar con él, en compañía por supuestos de otros agentes detonantes. Existen muchos de ellos relacionados con la enfermedad, entre los principales destacamos:

  • Alérgenos: las personas que son sensibles a la alergias, o tienen una predisposición genética a ellas, son más propensos a desarrollar asma en algún punto de su vida. Hoy se considera una de las causas del asma más frecuentes y envuelve a una variedad de manifestaciones (desde el eczema hasta la rinitis alérgica).
  • Irritantes: la exposición a agentes irritantes puede desencadenar cuadros de asma, exista o no una sensibilidad alérgica. Por ejemplo, el polvo, los vapores y algunos químicos  pueden causar irritación en las vías respiratorias.
  • Humo: en todas sus variantes, desde el producido por el tabaco, la leña, las industrias y los vehículos. Se ha encontrado una relación entre el asma y la contaminación ambiental, de modo que es una causa importante de su posterior desarrollo (en especial con exposiciones prolongadas durante los primeros meses de vida).
  • Clima: estudios y otras publicaciones han dado cuenta de la relación entre el clima y el asma. Esto explicaría, al menos de forma parcial, el aumento de los ataques en los pacientes cuando hay una disminución de la temperatura. También su aparente prevalencia en zonas menos cálidas.

Otros agentes ambientales como el moho, el polen, el pelo de los animales, la orina y desechos de algunos insectos pueden ser causantes del asma.

Infecciones respiratorias

Se ha descubierto una relación entre las infecciones respiratorias agudas y el desarrollo de cuadros de asma. Los estudios indican que las probabilidades de contraer las enfermedad aumentan cuando se padecen de infecciones respiratorias bajas durante los primeros meses de vida.

Se ha estudiado el papel de las infecciones respiratorias en la morbilidad de pacientes que ya padecen de la condición. En principio, las desarrolladas a causas de rinovirus son más propensas a exacerbaciones del asma, un catalizador a tener en cuenta en los grupos de riesgo.

Estas son las causas del asma más frecuentes, aunque también se ha delimitado la participación de otros factores como:

  • Alto consumo de medicamentos: en especial los antiinflamatorios no esteroideos y los bloqueadores beta.
  • Algunos grupos alimenticios: los cuales varían de acuerdo con cada persona, aunque suelen estar relacionado con alergias. Esta causa es más frecuente en niños y jóvenes.
  • Trastornos psicológicos: relacionados en principios con cambios emocionales, como la ansiedad, el estrés o la depresión.

Factores de riesgo del asma

El hábito tabáquico prolongado puede empeorar o ser una de las causas del asma
Mientras mayor sea el consumo de tabaco, mayores son las posibilidades de desarrollar crisis asmáticas.

Se han identificado algunos factores de riesgo del asma que, en conjunto con sus desencadenantes originales (predisposición genética o alteraciones ambientales), pueden crear el cóctel perfecto para el desarrollo de la enfermedad. Entre los principales destacamos:

  • Tabaquismo: varios estudios y otras publicaciones sugieren que el tabaquismo aumenta las posibilidades de desarrollar asma. El deterioro de la función pulmonar es contraproducente sin importar la edad, sin mencionar que es el desencadenante de otras enfermedades más graves como el cáncer de pulmón.
  • Vivir o trabajar en áreas contaminadas: la contaminación ambiental no ha dejado de crecer en las últimas décadas. Convivir de forma permanente en áreas con algún tipo de contaminación es contraproducente para las vías respiratorias.
  • Obesidad: la obesidad está relacionada con el desarrollo de muchas enfermedades, como la diabetes tipo 2, afecciones cardíacas e hipertensión. También sabemos su relación con el asma, en especial en sus variantes más graves.
  • Convivir con microbios o mantener una higiene precaria: debido a que aumenta las probabilidades de contraer una infección viral o bacteriana. Por ejemplo, la interacción con ácaros puede desencadenar con facilidad cuadros de asma en compañía de otros catalizadores.
  • El estrés: como mencionados en las posibles causas, las alteraciones en el estado de ánimo no son positivos para el control o el desarrollo de la enfermedad. Una persona que viva expuesta de forma recurrente al estrés tiene mayores probabilidades de padecer de asma.

Destacamos otros factores de riesgo como la dieta, la práctica de ejercicios moderados o intensos y relacionarse de manera cercana con las mascotas.

¿Se puede prevenir el asma?

Ten en cuenta que es más probable que el asma se desarrolle debido a factores multicausales que debido solo a un detonante. En vista de ello, la evidencia indica que las personas pueden implementar una serie de hábitos para evitar su aparición o, en todo caso, reducir la gravedad de los síntomas de llegar a presentarse.

Aunque es cierto que el asma no se puede prevenir, algunas pequeñas cosas inciden de manera positiva entre quienes poseen un historial familiar. Por ejemplo, controlar el estrés, mantener la habitaciones libres de polvo, abrigarse cuando baja la temperatura, bajar de peso o dejar de fumar beneficiará a estos a corto y largo plazo.



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