El miedo a la muerte o tanatofobia

La tanatofobia alude a la ansiedad patológica por la experiencia de morir. Analizamos sus características, consecuencias y modos de contrarrestarla.
El miedo a la muerte o tanatofobia
Laura Ruiz Mitjana

Revisado y aprobado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 27 febrero, 2023

Todo el mundo siente algún grado de incertidumbre, rechazo o recelo con respeto a la muerte. Esto se considera normal, y forma parte del desconocimiento hacia cómo será el proceso en sí mismo así como lo que procede después de él. Sin embargo, algunas personas alcanzan fronteras patológicas con respecto a ello. En estos casos se habla de miedo a la muerte, ansiedad a la muerte o tanatofobia.

El término tanatofobia lo uso por primera vez Sigmund Freud en una colección de ensayos de 1915 titulada Thoughts for the Time on War and Death. Lo relacionó con la creencia del inconsciente sobre la idea de la inmortalidad. La ansiedad con respecto a la muerte es un fenómeno muy complejo, de muchas aristas y con múltiples implicaciones en la vida de una persona.

Características del miedo a la muerte

El miedo a la muerte en las personas jóvenes
Son muchas las vivencias traumáticas que pueden ocurrir a lo largo de la vida y que son capaces de derivar en miedo a la muerte.

Tal y como señalan los expertos, el miedo a la muerte se puede conceptualizar de dos formas: el miedo a la idea de la muerte o el miedo al proceso de morir. Aunque juntos conforman a la tanatofobia, no se tratan de manifestaciones similares.

En el primer caso se alude a la experiencia de dejar de existir y a la incertidumbre que esto involucra. En el segundo caso al modo en que sucede y sus implicaciones (por ejemplo, hacerlo de una enfermedad agónica, en un accidente automovilístico, en un incendio y demás).

Según el modo en el que se conceptualice la ansiedad hacia la muerte se caracteriza por muchas cosas. Por ejemplo, la incertidumbre por lo que le sucede al cuerpo después de la morir, el miedo al tiempo perdido durante el trascurso de la vida, el pánico al sufrimiento durante el proceso, el temor a lo desconocido y el miedo a la soledad. A medida que una persona se acerca a las horas postreras de su vida su tanatofobia se intensifica.

Hay muchos factores que inciden en el desarrollo del miedo a morir. De acuerdo con los especialistas los sentimientos de este tipo son más comunes en personas que carecen de lo siguiente:

  • Una alta autoestima.
  • Un buen estado de salud.
  • Creencias religiosas afianzadas.
  • Un buen círculo de amigos y familiares.
  • Una sensación de plenitud en la vida.
  • Un espíritu de lucha.

El miedo a la muerte es significativamente común en personas con trastornos emocionales y con problemas de la salud. Los expertos advierten que es común en personas con un trastorno de ansiedad, y se sabe que la mayoría de las personas con cáncer avanzado lo desarrollan. También existe evidencia que aquellos que carecen de un proyecto de vida tienen un mayor riesgo de manifestar ansiedad por morir.

Es importante tener presente que la tanatofobia también se puede desarrollar en relación con los demás. Esto es, manifestar ansiedad por la muerte o el proceso de muerte de las personas cercanas.

La tanatofobia es algo que encontramos en todas las culturas, aunque es cierto que en unas puede ser más común que en otras. Este fenómeno es diferente a la necrofobia, el miedo a las cosas relacionadas con la muerte (cadáveres, cementerios, lápidas, féretros y demás).



Consecuencias de la ansiedad a la muerte

El miedo a la muerte provoca dolor
En muchas ocasiones el miedo a la muerte puede resultar incapacitante, en especial si se sufren otros problemas psiquiátricos.

Las consecuencia en el día a día de la tanatofobia son muy variadas. Esto se debe a que no todas las personas desarrollan el mismo grado de intensidad, así como una capacidad para lidiar con la angustia. Ya hemos establecido que el miedo a la idea de morir y el miedo al proceso son manifestaciones diferentes. Con base en estas el fenómeno tendrá diferentes secuelas en la vida.

Por ejemplo, quienes han desarrollado miedo por el proceso a morir son propensos a somatizaciones. En términos muy simples, la somatización consiste en trasformar conflictos psicológicos en síntomas físicos que afectan a la salud del cuerpo. Algunos de ellos pueden incluso manifestar signos del trastorno de ansiedad por enfermedad, hasta hace poco conocido como hipocondría.

Por el contrario, quienes han desarrollo miedo a la idea de morir son propensos a trastornos afectivos o emocionales. Por ejemplo, trastornos de ansiedad y trastornos depresivos.

También pueden exponerse a problemas con el autoestima, experiencias de soledad, angustia por el proyecto de vida y duelos más intensos. En ambos casos una persona puede evitar hacer cosas pensando que existe el riesgo de morir de por medio o que estas no tienen sentido porque eventualmente la muerte llegará.


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Tratamiento para el miedo a la muerte

La tanatofobia no es un diagnóstico clínico. De hecho, el propio término fobia es cuanto menos discutible. Esto no implica que no existan maneras de abordarla, ya que la terapia psicológica se considera la mejor estrategia disponible para quienes han desarrollado el fenómeno. Las terapias de conversación, las terapias de exposición, la terapia cognitivo conductual y otras se pueden considerar como apoyo.

De igual modo, el acompañamiento de familiares y amigos también puede hacer una diferencia radical. En el proceso se puede considerar el apoyo médico en caso de que una enfermedad o un mal estado de salud haya desencadenado la angustia por la muerte. En función de sus causas y la intensidad de los síntomas se puede considerar el uso de medicamentos para abordar la ansiedad.

La incertidumbre por el futuro, y dentro de él la muerte, es muy común. En general, cuando las ideas al respecto no interrumpen el bienestar psicológico y la vida diaria de una persona se considera dentro de parámetros normales. Si no es tu caso no dudes en buscar ayuda profesional.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.