Diferencias entre hipocondría y TOC

¿Qué diferencias entre hipocondría y TOC encontramos? Aunque puedan compartir algunas características, se trata de dos trastornos totalmente diferenciados entre sí. Hablamos aquí de estas diferencias.
Diferencias entre hipocondría y TOC
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 18 mayo, 2021

Hay trastornos que pueden sonarnos similares pero que en realidad entrañan grandes diferencias entre sí: ¿cuáles son las diferencias entre hipocondría y trastorno obsesivo compulsivo (TOC)?

La hipocondría (ahora llamado trastorno de ansiedad por enfermedad) es un trastorno del espectro ansioso, mientras que el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) es un trastorno del espectro obsesivo. Así, tanto su naturaleza (o tipología) como otras de sus características, difieren.

Antes de entrar en estas diferencias, conozcamos en qué consiste cada uno de estos trastornos y cuáles son sus síntomas característicos.

¿Qué es la hipocondría?

Según la última edición del DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), la hipocondría ya no se denomina así, sino que se denomina trastorno de ansiedad por enfermedad. Así forma parte de los trastornos de ansiedad, y se constituye como una nueva categoría diagnóstica.

Según un estudio del 2017 de Rodríguez-Quiroga, el trastorno de ansiedad por enfermedad explicaría los síntomas que aparecen en el 25 % de los pacientes diagnosticados de hipocondría. El trastorno implica preocupación y miedo persistentes ante la posibilidad de tener o de desarrollar una enfermedad grave.

El paciente hipocondríaco (usaremos hipocondría y trastorno de ansiedad por enfermedad de forma indistinta), interpreta cualquier síntoma físico como una “prueba” de que sufre una determinada enfermedad (siendo esta, grave). De forma habitual, en los pacientes con este trastorno existe una ausencia de síntomas somáticos importantes.

¿Qué es el TOC?

Las diferencias entre hipocondría y TOC son evidentes.
El TOC se asocia mucho con el orden compulsivo.

El DSM-5 define el TOC como un ‘trastorno mental que implica la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas’.

Por obsesiones se entienden todas aquellas imágenes, impulsos o pensamientos que se presentan en el sujeto de forma intrusa y no deseada, y que la persona intenta neutralizar mediante alguna compulsión mental o conductual (ritual).

Así, las compulsiones son todas aquellas acciones, ya sea a nivel conductual o mental, que realiza la persona con la finalidad de reducir la ansiedad desembocada por las obsesiones. La persona con TOC puede presentar obsesiones, compulsiones o ambas.

Sin embargo, como decíamos basta con presentar uno de estos dos síntomas (y que estos generen interferencia o sufrimiento) para poder diagnosticar un TOC.

Diferencias entre hipocondría y TOC

¿Qué diferencias entre hipocondría y TOC encontramos? Hablamos de las más relevantes:

Tipología de trastorno

La primera de las diferencias entre hipocondría y TOC es la tipología de cada trastorno. En el caso de la hipocondría, como hemos visto, hablamos de un trastorno de tipo ansioso.

En cambio el TOC es un trastorno del espectro obsesivo-compulsivo (que no debemos confundir con el trastorno de personalidad obsesiva, también con rasgos obsesivos marcados). Así, la naturaleza de ambos trastornos (hipocondría y TOC) es muy distinta.

Resistencia a los pensamientos

En la hipocondría, o trastorno de ansiedad por enfermedad, el paciente no genera resistencia hacia sus pensamientos u obsesiones en torno a la enfermedad; más bien se deja llevar por ellos.

En el TOC el paciente sí se resiste a sus pensamientos obsesivos (obsesiones), porque estos le generan malestar y porque los siente como intrusivos.

Disparador del síntoma

Otra de las diferencias entre hipocondría y TOC es el factor que dispara el síntoma. En el caso de la hipocondría, se trata de un factor corporal, un “síntoma” físico que, a su vez, dispara otros síntomas como el miedo y la preocupación excesiva en torno al hecho de padecer una enfermedad grave.

En el TOC a veces no hay un disparador externo que estimule las obsesiones (las compulsiones sí son disparadas por un elemento, en este caso, interno: las obsesiones).

Pero a veces sí existe un factor externo que dispara las obsesiones, como por ejemplo en el TOC de limpieza: ver algo sucio en una casa y tener la obsesión de “Debo lavarme inmediatamente las manos o me contaminaré”.

Comunicación con el entorno

La persona que padece hipocondría suele mostrarse más comunicativa con su entorno a la hora de explicar lo que le ocurre. A raíz de ello, comunica con frecuencia el miedo que tiene a padecer “X” enfermedad (o la creencia de ya la padece).

De hecho, los hipocondríacos suelen buscar en su entorno la reafirmación de sus síntomas (o más bien, la interpretación de sus síntomas) con preguntas como: “¿Verdad que esto es síntoma de cáncer”? o similares.

En el caso del TOC, los pacientes con el trastorno suelen ser más reacios a comunicar sus obsesiones y sus compulsiones a su entorno, porque les suele generar miedo (a ser juzgados o no comprendidos) o vergüenza.

Irracionalidad de los pensamientos

En la hipocondría, los pacientes identifican sus síntomas como propios de una determinada enfermedad, y eso es lo que les genera el miedo y la preocupación. Ven sus pensamientos como racionales, con sentido y acordes a sus síntomas.

De esta forma, según los expertos, el paciente con hipocondría no suele generar alta resistencia hacia sus pensamientos obsesivos, porque no los siente como irracionales (como sí ocurre en el TOC, en el que se genera una gran resistencia a los pensamientos negativos).

Así, en el TOC el paciente muchas veces reconoce la irracionalidad de sus pensamientos u obsesiones, lo que ocurre es que no puede controlarlos (porque son pensamientos intrusivos).

Elemento generador de malestar

El elemento que genera malestar y sufrimiento psicológico en el paciente varía en cada uno de estos trastornos, y constituiría otra de las diferencias entre hipocondría y TOC. Así, en la hipocondría, lo que causa el malestar es el miedo a enfermar, derivado de una interpretación inadecuada y excesiva (errónea) de los síntomas físicos.

En cambio, en el TOC, el elemento generador del malestar son las obsesiones. Por ello, la persona recurre a las compulsiones, para aliviar esa tensión, ansiedad o malestar.

Las obsesiones pueden ser de cualquier tipo: relacionadas con la limpieza, con la comprobación o la repetición, con el miedo a cometer algún acto dañino sin darnos cuenta… Y son muy irracionales.

Y las compulsiones también son de cualquier tipo; en ocasiones, relacionadas con la propia obsesión. Por ejemplo, en el TOC de limpieza las compulsiones son el acto de lavarse continuamente, ya sea las manos, el cuerpo…

“La gente no tiene idea de hasta qué punto es arrastrada por el miedo. Este miedo no es fácilmente definible. Hay momentos en que este miedo se vuelve casi una obsesión”.

-George Ivanovich Gurdjieff-

Tratamiento

Las diferencias entre hipocondría y TOC es importante.
Ambos trastornos requieren terapia mental.

Al tratarse de trastornos muy distintos, el tratamiento de cada uno de ellos también lo es. En el TOC, según la Guía de tratamientos psicológicos eficaces I de Marino Pérez et al. (2010), los tratamientos de elección son dos: la terapia de exposición con prevención de respuesta (EPR) y la terapia cognitiva.

En la hipocondría, en cambio, se suele emplear la terapia cognitivo-conductual (una de las terapias psicológicas más importantes).

Objetivo del tratamiento

El objetivo del tratamiento del TOC es reducir la interferencia de las obsesiones y conseguir que la persona acabe por no realizar las compulsiones. En cierta manera, se le enseña al paciente a tolerar el malestar sin necesidad de recurrir a las compulsiones (que sienta por él mismo que no le sucede nada malo por no ejecutarlas).

Se le educa en la irracionalidad de sus pensamientos (aunque a veces ya los viva como irracionales). En el caso de la hipocondría, el objetivo de la terapia es ayudar al paciente a detectar las creencias respecto a su estado de salud, y que entienda cómo estas afectan a su vida.

Posteriormente se le plantea la alternativa de que pueda estar tratándose de un problema de ansiedad, y se le enseña un modelo explicativo de su patología (psicoeducación).

Hipocondría y TOC: dos trastornos distintos, con elementos comunes

Hemos visto algunas de las diferencias entre hipocondría y TOC, aunque existen algunas más (por ejemplo, su etiología o causas, el tipo de paciente, etc.). Sí que es cierto que hay un tipo de TOC que puede estar relacionado con el miedo a contagiarse o el miedo a enfermar, pero no se trata, ni mucho menos, de hipocondría.

Ambos trastornos comparten el sufrimiento del paciente, aunque cada uno de ellos, como hemos visto, sufre por causas o síntomas diversos. Estos trastornos comparten ese rasgo obsesivo que caracteriza tanto a las personas con TOC como a los hipocondríacos.

En la hipocondría, la preocupación y la obsesión se configuran en torno a una posible enfermedad (que no se tiene), y en el TOC la obsesión se articula en el pensamiento en sí mismo (ideas irracionales relacionadas con cualquier ámbito, más allá de una enfermedad).



  • American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana.
  • Avia, M.D. (1993). Hipocondría. Ediciones Martínez Roca S.A., Barcelona.
  • Barsky, A. & Ahern, D. (2004). Cognitive behavior therapy for hypochondriasis: a randomized controlled trial, JAMA, 291(12):1464-1470.
  • Caballo (2002). Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos. Vol. 1 y 2. Madrid. Siglo XXI.
  • Pérez, M., Fernández, J.R., Fernández, C. y Amigo, I. (2010). Guía de tratamientos psicológicos eficaces I: Adultos. Madrid: Pirámide
  • Rodríguez-Quiroga, A. (2017). Trastorno de ansiedad por enfermedad: a propósito de un caso. Psiquiatría Biológica, 24(2): 81-84.

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