Infección por citomegalovirus: todo lo que debes saber

El citomegalovirus es un agente de la familia herpesvirus que ocasiona millones de infecciones cada año. Veamos sus síntomas, causas y alternativas de tratamiento.
Infección por citomegalovirus: todo lo que debes saber
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 25 marzo, 2022

La infección por citomegalovirus reúne a millones de casos en todo el mundo año tras año. La mayoría de ellos ocurre en los niños y adolescentes, aunque también pueden ocasionarse en los adultos. El citomegalovirus es un herpesvirus que se encuentra en todo el mundo y, aunque no suele ocasionar grandes complicaciones, en algunos pacientes los episodios pueden ser graves e incluso mortales.

Las complicaciones están condicionadas por una serie de factores. La mayoría de los individuos con un sistema inmunitario sano pueden sortear muy bien la infección, no tanto así en aquellos con el sistema comprometido. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), 1 de cada 3 niños menores de 5 años tiene el virus, y más de la mitad de los adultos han sido infectados a los 40 años.

Causas de la infección por citomegalovirus

La infección por citomegalovirus en los colegios
El citomegalovirus es especialmente frecuente en los niños, el cual suele ser transmitido en ambientes escolares.

El citomegalovirus es un virus de la familia del herpes simple. Al igual que todos los virus de esta familia puede permanecer en estado latente durante años y luego despertar de manera imprevista. Se suelen distinguir tres estados de la infección por citomegalovirus:

  • Infección de citomegalovirus en el recién nacido por inclusión: de acuerdo con los expertos, se observa casi exclusivamente en bebés nacidos de madres que han desarrollado la infección durante el embarazo. Puede ser leve o grave, en este último caso puede afectar el hígado, el bazo o el sistema nervioso central.
  • Infección aguda adquirida de citomegalovirus: la evidencia indica que es la infección congénita más frecuente en todo el mundo, con un prevalencia que puede llegar hasta el 2,2 % de los neonatos. El 90 % de ellos no presentará síntoma alguno al nacer. Los que sí lo harán desarrollarán dolor de garganta, dolor esquelético muscular, fiebre y malestar general.
  • Infección de citomegalovirus en personas inmunocomprometidas: por ejemplo, en aquellas personas que han recibido un trasplante de órganos, que están en tratamiento para el cáncer o que padecen de VIH. Los expertos advierten que la mayoría de las complicaciones se originan en los pacientes que puntúan para estas características.

Por supuesto, la infección por citomegalovirus también puede ocurrir en pacientes inmunocompetentes. En estos puede pasar desapercibida, o manifestarse solo con síntomas leves. También se suele dividir en infecciones primarias y en reactivación. Este último caso sucede cuando tiempo después (pueden ser años) el virus se reactiva ocasionando de nuevo el proceso infeccioso.

El virus se transmite a través de fluidos corporales: saliva, sangre, orina, heces, fluidos vaginales, leche materna, semen y lágrimas. Las transfusiones de sangre y los trasplantes de órganos, por tanto, pueden ser un foco de transmisión. Es un virus relativamente frecuente en escuelas, guarderías y zonas de juegos para niños, de manera que estas áreas se consideran lugares potenciales de infección.

Síntomas de la infección por citomegalovirus

La mayoría de los pacientes infectados con el virus no desarrollarán síntomas. Esto aplica tanto a niños como adultos, de manera que casi todos los episodios transcurrirán sin complicaciones. El que no manifiesten síntomas visibles no implica que no se pueda transmitir el virus. A través de la interacción con fluidos, una persona infectada asintomática puede contagiar a otra de citomegalovirus.

En los jóvenes y adultos las infecciones se pueden manifestar con fiebre, dolor de garganta, fatiga y malestar general. Algunos pacientes experimentarán inflamación de los ganglios linfáticos, dolor articular y pérdida de apetito. En los niños los síntomas pueden ser más obvios, en especial en aquellos que han nacido con el virus de forma adquirida. Veamos algunas características de estos casos:

  • Parto prematuro.
  • Bajo peso al nacer.
  • Microcefalia.
  • Hepatitis.
  • Ictericia.
  • Retinitis.
  • Neumonía.
  • Pérdida de la audición.
  • Erupciones en la piel.
  • Inflamación del hígado y el bazo.
  • Encefalitis.
  • Discapacidad intelectual.

Los pacientes con el sistema inmunitario comprometido pueden desarrollar retinitis, neumonía y úlceras en el intestino y el esófago. Como ya hemos advertido, la mayoría de los casos transcurren sin la manifestación de algún síntoma.

Diagnóstico de la infección por citomegalovirus

La infección por citomegalovirus requiere un diagnóstico de laboratorio
Para realizar el diagnóstico definitivo de infección por citomegalovirus es necesario un estudio de laboratorio. Sin embargo, es posible orientar el diagnóstico clínicamente.

Dada la ausencia de síntomas y la facilidad con la cual estos se pueden camuflar con los de otras infecciones, el citomegalovirus no es fácil de diagnosticar.

La mayoría de los portadores del virus no saben que lo tienen, y pueden infectar a personas que se pueden complicar (bebés, adultos mayores, pacientes con VIH y demás). El análisis de sangre y de orina, las biopsias, los exámenes oculares y las pruebas por imágenes agrupan el diagnóstico estándar.

Los investigadores señalan que la infección por citomegalovirus puede confundirse con otros procesos infecciosos como toxoplasmosis, hepatitis viral, hepatitis autoinmune, infección por VIH, reacción a la ingesta de fármacos, infección por el virus del herpes humano 6 e infección por el virus de Epstein-Barr.

Opciones de tratamiento

Cuando el paciente no manifiesta síntomas graves, por lo general se opta por no iniciar un tratamiento. Dado que el desencadenante es un virus, los antibióticos no son útiles para hacer frente a este proceso infeccioso. Cuando los adultos desarrollan signos, se apela por la ingesta de fármacos para controlar síntomas específicos.

En bebés y niños se opta por la ingesta de antivirales, aunque la administración de estos debe hacerse con precaución. Los pacientes con VIH se tratan con la medicación estándar para esta infección, de manera que no requieren una terapia adicional. Si se sospecha de una retinitis se debe administrar valganciclovir, cidofovir, foscarnet o ganciclovir. Esto debido a que la rinitis por citomegalovirus suele ser muy grave.

Los medicamentos citados también funcionan para aquellos pacientes que tienen su sistema inmunitario comprometido. Además de las terapias de este tipo también se recomienda guardar reposo para evitar la propagación del virus en su estado activo y estar atento a los síntomas. El citomegalovirus no se elimina por completo, sino que permanece de forma latente pudiendo despertar años en el futuro.

El pronóstico suele ser muy bueno, pero es necesario buscar asistencia médica si se presentan los síntomas o se sospecha de la infección. Esto en especial en los grupos de riesgo, ya que la mayor parte de las complicaciones se concentran en ellos. Los casos graves no tratados pueden devenir en decesos, de manera que se debe ser precavido con la forma en que se gestiona la infección por citomegalovirus.



  • Milewska-Bobula B. Wrodzone zakazenie wirusem cytomegalii--charakterystyka kliniczna z uwzglednieniem diagnostyki przedurodzeniowej [Congenital cytomegalovirus infection--clinical characteristics including prenatal diagnosis]. Med Wieku Rozwoj. 2003 Jul-Sep;7(3 Suppl 1):123-7.
  • Taylor, G. H. Cytomegalovirus. American family physician. 2003; 67(3): 519-524.
  • Vancíková Z, Dvorák P. Cytomegalovirus infection in immunocompetent and immunocompromised individuals--a review. Curr Drug Targets Immune Endocr Metabol Disord. 2001 Aug;1(2):179-87.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.