Diferencias entre sarampión y varicela

Las enfermedades exantemáticas de la infancia, como el sarampión y la varicela, poseen características muy similares. Por fortuna, existen pequeñas diferencias que permiten distinguirlas.
Diferencias entre sarampión y varicela
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 22 marzo, 2023

El sarampión y la varicela son enfermedades infecciosas agudas de origen viral que suelen presentarse durante la infancia. Las manifestaciones clínicas de ambas resultan muy similares, no obstante, guardan varias características individuales que facilitan su detección. ¿Te interesa conocer las diferencias entre sarampión y varicela?

Los virus son agentes patógenos responsables de grandes epidemias a lo largo de la historia. En la actualidad, la mayoría de las enfermedades virales son prevenibles mediante la vacunación oportuna. No obstante, estudios afirman que la varicela y el sarampión aún siguen originando brotes en poblaciones susceptibles, particularmente en niños.

¿Cuáles son las diferencias entre sarampión y varicela?

El virus de la varicela y el sarampión se incluyen dentro de los principales agentes responsables de las enfermedades exantemáticas. Por lo general, las mismas son una de las enfermedades infantiles más comunes que se presentan con erupciones generalizadas. La mayoría de estas afecciones son de curso benigno y suelen desaparecer por sí solas.

Por otro lado, ambas patologías muestran propiedades individuales en cuanto a su patogenia y clínica, las que suelen ser evidentes durante la exploración profesional. Por tal motivo, es posible puntualizar las siguientes diferencias entre el sarampión y la varicela.

1. Virus responsable de la enfermedad

El agente patógeno responsable del sarampión y de la varicela es el factor que determina la mayoría de las diferencias entre ambas enfermedades. En este sentido, el sarampión es causado por un pequeño virus ARN de una sola cadena, que pertenece al género Morbilivirus y a la familia Paramyxoviridae. Este virus posee 23 genotipos, siendo el ser humano su único reservorio.

Por otro lado, el virus varicela zóster (VVZ) perteneciente a la familia Herperviridae es el agente causal de la varicela. El mismo es un virus ADN grande y complejo de doble cadena cuyo huésped exclusivo es el ser humano. Ambos microorganismos muestran afinidad por la piel, no obstante, el sarampión tiene mayor fijación por las células inmunes y la varicela por las células nerviosas.

Virus de la varicela y del sarampión.
Ambas enfermedades son virales, pero los agentes pertenecen a familias distintas.

2. Vía de infección

La vía de infección es el medio que utilizan los virus para entrar en contacto con las personas susceptibles. El sarampión es muy contagioso y se transmite mediante gotitas provenientes de la nariz y la boca. Estas son dispersadas al aire cuando la persona tose y estornuda, e incluso cuando habla. El virus ingresa por la nariz y la conjuntiva de la persona sana.

El VVZ también emplea las secreciones respiratorias como medio de transmisión entre las personas. Sin embargo, la principal vía de contagio de la varicela es a través del contacto directo con las erupciones de la persona infectada. Este virus puede penetrar a través de la mucosa o mediante pequeñas lesiones en la piel del huésped sano.

Además, el virus varicela zóster es capaz de atravesar la placenta e incluso secretarse en la lecha materna. Estas vías de transmisión determinan la presentación congénita y perinatal de la enfermedad. El contagio del feto durante las primeras 20 semanas de gesta condiciona un mayor riesgo de malformaciones y complicaciones neurológicas.

3. Periodo de incubación y contagio

El periodo de incubación corresponde al tiempo que tarda el virus en colonizar, reproducirse y causar los primeros síntomas de la enfermedad. En el caso del sarampión, este periodo varía de 9 a 11 días posterior al contacto con el enfermo. La infección es común en niños entre 3 a 5 años y en personas inmunocomprometidas, como pacientes con leucemia o desnutrición.

Por otro lado, la varicela tiene un lapso de incubación de 10 a 21 días luego de la colonización por el virus. Este periodo puede variar dependiendo del estado inmunitario y de la edad de la persona afectada. Algunos estudios afirman que la varicela es más frecuente en niños de 1 a 9 años.

El periodo de contagio hace referencia al lapso de tiempo en el que la persona enferma puede contagiar a otros. En este sentido, el sarampión tiene una mayor transmisibilidad cuando aparecen los primeros síntomas de la enfermedad y en los 2 primeros días del inicio de la erupción. Por su parte, la varicela es contagiosa 1 a 2 días antes de la erupción y hasta 5 días después de la misma.

4. Síntomas iniciales

La sintomatología que aparece previo a las lesiones de piel suele determinar grandes diferencias entra el sarampión y la varicela. Por lo general, son de relevancia clínica para el médico tratante, al facilitar el diagnóstico diferencial.

El sarampión suele iniciar con una fiebre elevada de 39 a 40 grados centígrados, así como con malestar general, coriza, inflamación de los ganglios linfáticos y conjuntivitis. De igual forma, las personas presentan tos irritativa que desaparece luego de 1 a 2 semanas. Las lesiones de Köplik son manchas blanquecinas en el interior de la boca, características del sarampión.

No obstante, los síntomas iniciales de la varicela pueden ser muy tenues e incluso no presentarse. Los mismos incluyen febrícula, malestar general y dolor de cabeza.

5. Características de la erupción

El exantema es la lesión de piel característica de ambas infecciones virales.

El sarampión se manifiesta con una erupción maculo-papulosa rojiza a los 3 a 4 días del inicio de la enfermedad. La misma aparece detrás de las orejas y se proyecta al resto del cuerpo.

Por lo general, el exantema del sarampión tarda 2 a 3 días en alcanzar y cubrir las extremidades, sin afectar las palmas de las manos o las plantas de los pies. Estas lesiones se acompañan de un aumento en la intensidad del resto de los síntomas. Además, la erupción suele descamar en algunas regiones y su coloración no desaparece al aplicar presión en la piel.

La erupción de la varicela es un poco más compleja. La misma se origina en el cuero cabelludo y el cuello, para luego diseminarse muy rápido al resto del cuerpo. El exantema inicia como pequeñas manchas rosadas con escozor que progresan a bultos y luego a vesículas llenas de líquido. Las vesículas tardan 5 a 6 días en volverse costras.

6. Medidas de tratamiento y prevención

El tratamiento de ambas enfermedades es muy similar. Los médicos pretenden corregir la fiebre con antipiréticos, así como abordar el dolor de cabeza y el malestar general con analgésicos. De igual forma, los enfermos deben guardar reposo en cama y mantener una dieta blanda con ingestión de abundantes líquidos.

En la actualidad, no existe un medicamento efectivo para combatir al virus del sarampión. No obstante, la varicela puede ser tratada con la administración de aciclovir. Además, los profesionales pueden indicar antihistamínicos orales y lociones tópicas de calamina para aliviar el escozor.

Ambas enfermedades virales pueden ser prevenidas con la utilización de vacunas. Las vacunas de virus vivos atenuados Moraten, Schwarz y trivalente viral son usadas en la inmunización contra el sarampión. Por otro lado, estudios sugieren que la vacuna anti-varicela muestra una eficacia mayor al 85 % contra las infecciones producidas por el VVZ.

Vacuna contra el sarampión y la varicela.
Las vacunas contra el sarampión y la varicela son obligatorias en varios países.

7. Complicaciones y efectos adversos

El virus de varicela zóster es capaz de quedar latente en el cuerpo humano tras una primera infección. El mismo se almacena en las células nerviosas de los ganglios de las raíces dorsales y en los nervios craneales. De esta forma, puede reactivarse y desencadenar herpes zóster, caracterizado por un exantema muy doloroso en el tórax.

De igual forma, la varicela puede originar otras complicaciones, como infecciones de piel y partes blandas, neumonía, encefalitis, miocarditis y coagulopatías. La infección por sarampión hace inmune a la persona por toda la vida. No obstante, el virus puede promover complicaciones como otitis, laringitis, neumonía y diarrea.

Dos enfermedades de gran relevancia en la infancia

El sarampión y la varicela forman parte del grupo de las enfermedades virales exantemáticas de la infancia. Ambas patologías son prevenibles por vacunas, por lo que la inmunización es la forma más efectiva de evitar su desarrollo. Los profesionales recomiendan acudir a consulta médica al reconocer cualquier síntoma de la patología.

Por lo general, las principales diferencias entre el sarampión y la varicela son las manifestaciones clínicas. En este sentido, los médicos deben considerar los síntomas generales y la fiebre.



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