¿Qué es la demencia vascular?

La demencia vascular se distingue de otros tipos de demencia porque es el resultado de una isquemia cerebral. Te enseñamos todo lo que deberías saber sobre ella.
¿Qué es la demencia vascular?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 09 mayo, 2023

La demencia es una de las principales enfermedades crónicas que afectan al adulto mayor. El término demencia es una categoría general para aludir a trastornos cerebrales con características similares. La más común de todas es la enfermedad de Alzheimer, la segunda es la demencia vascular. Esta última, al igual que otros tipos de demencia, se desarrolla de forma variable y manifiesta una progresión impredecible.

El término clínico demencia vascular es relativamente reciente. Cobró popularidad solo a partir de la década de 1960, esto a raíz de una serie de estudios que vinculaban a los accidentes cerebrovasculares de volumen considerable con un riesgo de demencia. La demencia vascular aún sigue siendo un diagnóstico complejo, pero es cierto afirmar que sabemos mucho sobre ella.

Causas de la demencia vascular

Como bien apuntan los expertos, este tipo de demencia es el resultado de una isquemia cerebral. Un estrechamiento o un bloqueo total de los vasos sanguíneos que irrigan sangre al cerebro priva a las células de los nutrientes y el oxígeno que requieren para operar de forma funcional. La relación temporal entre el evento isquémico y la aparición de los primeros síntomas de la demencia vascular no siempre es inmediata.

En función de la patología que ha ocasionado el problema de irrigación de sangre al cerebro, se distinguen varios tipos de demencia vascular. Así, se catalogan clínicamente la demencia hemorrágica, la demencia multiinfarto, la enfermedad de Binswanger, la demencia vascular hereditaria, la demencia por infarto estratégico y la demencia por hipoperfusión, entre otras.

La enfermedad aterosclerótica es la principal causa de este tipo de demencia. Entre sus factores de riesgo, y siguiendo a los investigadores, destacamos los siguientes:

Hasta el momento se piensa que la exposición a mediana edad de todas estas patologías, en lugar de la vejez, aumenta significativamente los riesgos. Esto es, las personas que están expuestas a estos factores de riesgo alrededor de sus 30 años tienen más probabilidades de desarrollar demencia vascular que aquellos que se exponen durante la adultez mayor.

Relación con la enfermedad cerebrovascular

La demencia vascular suele afectar a adultos mayores
Son varios los mecanismos que explicarían la aparición de la demencia vascular en adultos mayores.

Aunque aún se discute, los expertos creen que las microhemorragias cerebrales pueden conducir a este tipo de demencia. De igual modo, y pesar de que su relación es más compleja, los científicos estiman que la depresión se debe considerar como un factor de riesgo para ella.

Por otro lado, todas las enfermedades vasculares monogénicas raras se relacionan de forma negativa con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, así como demencia vascular. Destacamos algunas de ellas:

  • Arteriopatía cerebral autosómica dominante con infartos subcorticales y leucoencefalopatía (CADASIL).
  • Arteriopatía cerebral autosómica recesiva con infartos subcorticales y leucoencefalopatía (CARASIL).
  • Angiopatías amiloides cerebrales.
  • Hemorragia cerebral hereditaria con amiloidosis tipo holandés (HCHWA-D).
  • Telangiectasia hemorrágica hereditaria.
  • Enfermedad de Fabry.
  • Encefalopatía mitocondrial con acidosis láctica y convulsiones (MELAS).
  • Anemia drepanocítica.

De igual manera, los expertos advierten que la demencia vascular es más común en hombres que en mujeres. Esto se debe a que estos son más propensos a desarrollar algunas patologías reseñadas anteriormente. En síntesis, la reducción o falta de flujo sanguíneo al cerebro es lo que ocasiona este tipo de demencia.



Síntomas de la demencia vascular

En función del área del cerebro donde haya disminuido la irrigación sanguínea, los síntomas de las demencias vasculares serán diferentes. Puede iniciar de forma repentina, o por el contrario, manifestarse de forma progresiva. Reseñamos sus principales signos:

  • Dificultad para concentrarse y prestar atención.
  • Deterioro en la capacidad para analizar una situación concreta.
  • Dificultad para desarrollar tareas que impliquen organización o planificación.
  • Inconvenientes para pensar en acciones, decisiones o tareas futuras.
  • Intranquilidad y agitación.
  • Incapacidad para controlar la micción.
  • Problemas para comunicarse.
  • Problemas para recordar eventos del pasado.
  • Alteraciones en el equilibrio o en la capacidad de marcha.
  • Debilidad en las extremidades y reflejos exagerados.

Muchos de estos síntomas se solapan con los de la enfermedad de Alzheimer. Pese a ello, y a diferencia de esta, la demencia vascular se caracteriza por la reducción de la velocidad del pensamiento y los inconvenientes en la resolución de problemas, y no tanto por la pérdida de memoria. Resulta conveniente recordar que existe la demencia mixta; esto es, la presencia paralela de la demencia vascular y la enfermedad de Alzheimer.

Diagnóstico de la demencia vascular

La demencia vascular es frecuente
La combinación de elementos clínicos y paraclínicos son los que permiten llegar al diagnóstico de demencia vascular.

La demencia vascular es muy difícil de diagnosticar. Con mayor precisión, es muy difícil de diferenciar de otros tipos de demencia o de detectar en sus etapas iniciales. La mayoría de los criterios clínicos estandarizados en la actualidad son útiles para los casos de deterioro cognitivo moderados o graves, no así para los casos más leves.

Se ha propuesto la evaluación neuropatológica como el estándar de oro para su diagnóstico, aunque lo cierto es que no existe un consenso en la definición patológica de demencia vascular.

Aclarado esto, una vez que se detectan los síntomas, el especialista procederá a descartar explicaciones paralelas para ellos. Por ejemplo, la ingesta de algunos medicamentos, la depresión, el trastorno tiroideo, el abuso de drogas o alcohol y otras. De igual manera, someterá al paciente a las siguientes pruebas:

  • Escáneres cerebrales (resonancia magnética y tomografía computarizada).
  • Revisión del historial médico completo.
  • Aplicación de pruebas neuropsicológicas (para valorar la competencia al hablar, escribir, recordar información y demás).
  • Examen neurológico completo (para valorar los reflejos, la coordinación, el equilibrio y otros).
  • Análisis de rutina (pruebas de sangre, niveles de colesterol, presión arterial y otros).

La suma de todo esto servirá de guía para comprobar o descartar las sospechas de este tipo de demencia. El proceso puede ser largo, en especial si los síntomas se manifiestan de manera leve y con una progresión lenta.



Opciones de tratamiento

No existen tratamientos que permitan revertir la demencia vascular. En general, el equipo médico se centrará en controlar su progresión y en prevenir mediante la modificación los factores de riesgos asociados (hipertensión, diabetes, accidentes cerebrovasculares futuros y otros). Dado que no existen fármacos para la demencia vascular, en ocasiones se opta por utilizar los aprobados para la enfermedad de Alzheimer.

Por ejemeeplo, los inhibidores de la colinesterasa, la memantina, los bloqueadores de los canales de calcio, los inhibidores de la ECA, los diuréticos, los bloqueadores de los receptores de angiotensina II, los ansiolíticos, los antidepresivos, los somníferos y anticonvulsivos pueden formar parte de la terapia en función de los hallazgos en el diagnóstico.

Evitar el consumo de alcohol, bajar de peso, dejar de fumar, hacer actividad física y otros hábitos puede ayudar a controlar de forma parcial la progresión. No existe manera de predecir su evolución, de manera que se deben aplicar terapias preventivas cuanto antes. Buscar ayuda en cuanto se detectan los síntomas puede hacer una gran diferencia en pro del bienestar del paciente.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.